Capítulo 34

Jimin abrió con cuidado la puerta del nuevo estudio de Jungkook, donde el arte antiguo y moderno se entrelazaban en perfecta armonía.

Una parte del espacio estaba llena de equipos digitales de última tecnología: monitores grandes, mesas con tabletas gráficas, cámaras de alta gama y luces ajustables. Pero en el lado opuesto, las técnicas de revelado tradicionales cobraban vida: cubetas con líquidos para desarrollar, cuerdas de las que colgaban fotos en proceso de secado y la tenue luz roja que suavemente iluminaba el ambiente.

Al entrar, Jimin sintió una mezcla de nostalgia y modernidad. Jungkook estaba inclinado sobre su escritorio, revisando algunas fotos en su computadora, pero el delicado olor a químicos y papel fotográfico del proceso analógico aún llenaba el aire.

—Kookie... —dijo en un susurro, atrayendo la mirada de Jungkook.

Jungkook alzó la vista, dejando el lápiz a un lado, y una sonrisa suave se dibujó en su rostro al ver a Jimin en la puerta.

—Ven aquí, ¿qué pasa? —le pidió con ternura, abriendo los brazos.

Jimin cruzó el estudio y se acomodó entre los brazos de Jungkook, apoyando su cabeza en su pecho. Podía escuchar los latidos del corazón de Jungkook, un ritmo constante que lo hacía sentir seguro.

—Mi abuela... Me citó para ver a Youngjae —comenzó a decir Jimin, sus palabras un poco tensas—. Le dijo que sabía todo, que había tratado de arruinarme y... amenazó con usar el apellido Jeon y hasta mencionó el nombre de tu padre. Le dijo a Youngjae que si no me dejaba en paz, tendría que vérselas con los Jeon.

Jungkook se quedó en silencio por un segundo, asimilando lo que Jimin le contaba. Pero lo que siguió fue algo que Jimin no esperaba. Unas carcajadas alegres escaparon de la boca de Jungkook.

—¡¿En serio lo hizo?! —dijo Jungkook entre risas, mirando a Jimin con incredulidad y diversión—. Dios, amo a tu abuela.

Jimin levantó la mirada, sorprendido por la reacción, pero antes de que pudiera decir algo más, Jungkook lo tomó por la cintura y lo levantó un poco, girándolo mientras reía.

—No me gusta usar el apellido de mi padre para resolver mis problemas, lo sabes. Pero si la abuela lo hizo... estoy más que orgulloso —dijo, aún con una sonrisa brillante en su rostro.

Jimin no pudo evitar reírse también, aunque estaba todavía un poco impactado.

—No lo puedo creer, Kookie —dijo, mirándolo a los ojos—. Youngjae... estaba asustado, no supo qué hacer.

Jungkook lo besó en la frente, luego en la nariz, y finalmente en los labios. Su beso fue suave pero cargado de cariño.

—Eso es perfecto. Youngjae tenía que darse cuenta de una vez por todas de que tú no estás solo. No tiene poder sobre ti, Jimin. Nunca lo tuvo. Y ahora, con la abuela de tu lado y yo aquí... nunca más vas a enfrentarte a él solo.

Jimin sintió una calidez reconfortante en el pecho mientras se dejaba envolver por el abrazo de Jungkook, sintiéndose protegido, amado, y sobre todo, apoyado.

Mientras se apoyaba en el hombro de Jungkook, supo que no importaba lo que viniera, ya no tendría que luchar solo.

—Gracias, Kookie... —susurró Jimin, cerrando los ojos mientras disfrutaba del abrazo, sabiendo que todo estaría bien.

—Y hablando de buenas noticias —continuó Jungkook, tomando las manos de Jimin—. Las cosas siguen mejorando para ti. Ya tenemos todo listo sobre la publicidad de la inauguración de la galería.

Jimin lo miró, sorprendido y curioso.

—¿Qué quieres decir? —preguntó, inclinando la cabeza.

Jungkook sonrió ampliamente mientras sacaba su teléfono y comenzaba a buscar algo en él.

—Chris me envió los avances esta mañana. Están trabajando con un diseñador gráfico increíble. De hecho, hace poco ganó un premio por diseñar el álbum de un artista famoso. —Jungkook le mostró el teléfono a Jimin—Mira esto.

Jimin tomó el teléfono con curiosidad y, al ver la pantalla, sus ojos se abrieron de par en par. Allí estaba el cartel de la galería, elegante y moderno, con colores suaves que resaltaban las obras de arte que colgarían en la exposición. Pero lo que más llamó su atención fue el texto: su nombre estaba en letras grandes y claras, anunciado como Artista Principal y Revelación de la Inauguración.

—¿Qué…? —susurró Jimin, apenas creyendo lo que veía—. ¿Mi nombre? ¿Cómo… artista principal?

—Así es, Jimin —dijo Jungkook, su sonrisa cada vez más grande—. Eres el artista principal y la revelación de la inauguración. Christopher y el equipo de la galería están invirtiendo todo en ti. Quieren que seas el centro de atención. Esto es real, Jiminie. Vas a ser reconocido.

Jimin no podía apartar la vista del cartel. Sentía cómo su corazón latía más rápido, una mezcla de incredulidad, emoción y orgullo abrumándolo. Nunca había imaginado ver su nombre en algo tan grande, y ahora allí estaba, listo para ser mostrado al mundo.

—No puedo creerlo… —susurró, una sonrisa lentamente apareciendo en su rostro—. Esto… esto es increíble.

Jungkook rió suavemente, acercándose más a él y abrazándolo por la espalda mientras ambos miraban el teléfono.

—Te lo dije, Jimin. El mundo va a saber quién eres. Te lo mereces.

Jimin se dio la vuelta en los brazos de Jungkook y lo abrazó fuertemente, sintiéndose más feliz de lo que jamás había estado. Jungkook le devolvió el abrazo con ternura, y ambos quedaron en silencio por un momento, disfrutando del hecho de que todos los sueños de Jimin estaban comenzando a hacerse realidad.

—Gracias por creer en mí —murmuró Jimin contra su cuello—. No sé si habría podido hacer todo esto sin ti.

Jungkook lo besó en la cabeza y sonrió.

—Yo siempre voy a creer en ti, Jiminnie. Y el mundo también lo hará, una vez que vean lo que eres capaz de hacer.

Jungkook, con una sonrisa juguetona, no pudo evitar preguntarle mientras seguían mirando el cartel—¿Y ya pensaste en el nombre para la exposición? —le dijo mientras acariciaba la espalda de Jimin.

Jimin se quedó en silencio por un segundo, una sonrisa suave apareciendo en su rostro, antes de asentir lentamente.

—Sí... he estado pensando en ello. —Hizo una pausa, un brillo tímido pero decidido en sus ojos—. No sé si es el nombre correcto, pero a mí me gusta mucho.

Jungkook levantó una ceja, intrigado.

—¿Cómo se va a llamar? —preguntó con curiosidad genuina.

Jimin lo miró a los ojos, su sonrisa ampliándose mientras compartía su idea con él.

—La exposición se llamará "Lienzo de Amor". —Jimin hizo una pausa para observar la reacción de Jungkook antes de continuar—. A través de las pinturas quiero mostrar la historia del príncipe y el rey, un amor eterno que ni la guerra ni las adversidades pudieron borrar. Un amor tan fuerte y hermoso que los llevará a amarse en todas sus vidas, sin importar los obstáculos.

Jungkook, conmovido por el nombre que Jimin había elegido, no pudo evitar compartir lo que sentía mientras lo miraba con una mezcla de admiración y amor.

—El nombre es... hermoso, Jimin. —dijo, su voz suave y cargada de significado—. Transmite perfectamente el amor que existía entre el rey y el príncipe. Y es que... —hizo una pausa, acariciando con ternura el rostro de Jimin—, la vida es como un lienzo en blanco, ¿no? Ellos decidieron pintarlo con amor, sin importar las batallas ni las adversidades. Cada pincelada que dieron fue para sellar lo que sentían.

Jimin lo escuchaba con el corazón latiendo rápido, sus ojos fijos en los de Jungkook, sabiendo que esas palabras eran más que una simple reflexión sobre su exposición.

Jungkook, manteniendo su mirada firme—Y yo... —dijo con una sonrisa cálida—. Espero que nuestra relación sea tan fuerte como la que tuvieron el rey y el príncipe. Que, sin importar lo que venga, podamos pintar nuestro propio lienzo juntos, con amor, como ellos lo hicieron.

Jimin sintió un nudo de emoción en la garganta. Las palabras de Jungkook le llegaban al alma, haciéndole sentir que lo que compartían no era solo un romance pasajero, sino algo profundo, como el amor inmortal que él deseaba transmitir en su obra. Lentamente, levantó una mano y acarició la mejilla de Jungkook.

—Yo también lo espero, Kookie. —susurró con una sonrisa suave, pero llena de promesa—. No sé qué depara el futuro, pero si lo pinto a tu lado, estoy seguro de que será algo hermoso.

Jungkook sonrió ante las palabras de Jimin y, con un gesto suave, lo atrajo hacia sí, besando sus labios con ternura. El beso era dulce y lleno de cariño, como si ambos estuvieran sellando un pacto silencioso de amor eterno.

—Siempre juntos, entonces —murmuró Jungkook contra sus labios—. Pintaremos nuestra historia, pincelada a pincelada, sin miedo.

Jimin asintió, sintiendo que no había mejor promesa que esa. Estaba listo para enfrentarse al mundo, no solo con su arte, sino con el amor que compartía con Jungkook, un amor que, como el del rey y el príncipe, resistiría cualquier obstáculo.

—Gracias, Kookie —susurró, su voz suave pero llena de gratitud— Me alegra tanto que lo entiendas, que lo sientas así.

Jungkook lo atrajo hacia sí en un abrazo cálido y profundo, besando suavemente sus labios.

—No hay nada que no entienda de ti, Jiminnie. Este es solo el principio de todo lo que vas a lograr,Lienzo de Amor va a ser un éxito... y tú, más aún.

Jimin se aferró a Jungkook con fuerza, permitiendo que las palabras de apoyo y amor de su novio calmaran cualquier duda que pudiera haber tenido. Sabía, en lo más profundo de su corazón, que todo estaba en su lugar. Y ahora, con el nombre elegido, estaba listo para compartir esa historia de amor eterno con el mundo.

Aquí está un poco más de esta historia espero les guste, ya pronto viene el final.

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