Capítulo 33
Jimin estaba sentado en el sofá, mordiéndose el labio mientras miraba la hora en su teléfono. La idea de encontrarse con su abuela lo tenía nervioso.
Ella le dijo que Youngjae "se llevaría una cucharada de su propia medicina". No sabía a qué se refería exactamente, pero el tono severo de su abuela lo había dejado inquieto.
—No te preocupes, todo va a salir bien —dijo Jungkook desde la cocina, sirviendo café con esa sonrisa tranquila caminó hacia él y le pasó una taza— Además, si tu abuelita se mete en problemas... tengo a mi padre, y su maridito, los mejores abogados del país—
Jimin soltó una pequeña risa, pero no pudo evitar darle una suave palmada en el brazo—No digas esas cosas, me imagino a mi abuela en un juicio... y no sé si estaría más preocupada por ella o por los abogados —bromeó, sintiendo un poco de alivio.
Jungkook dejó la taza en la mesa y, acercándose, le dio un beso en la frente antes de murmurar —Solo relájate. Todo saldrá bien—
Jimin sonrió, sus nervios disminuyeron levemente, se inclinó hacia él, dándole un beso suave en los labios, como si ese gesto le diera la fuerza que necesitaba para el día —Gracias por todo, de verdad —dijo con sinceridad, acariciando la mejilla de Jungkook.
Jungkook sonrió de nuevo, esa sonrisa que siempre lo hacía sentir seguro—Ve tranquilo, y no olvides que tienes refuerzos si es necesario—
Jimin se giró hacia Sakura, que estaba echada a un lado, moviendo la cola suavemente. Se agachó para acariciarla detrás de las orejas y le dijo con cariño:
—Deséame suerte, ¿sí?
Con un último suspiro, tomó las llaves del auto de Jungkook y salió de la casa. Al entrar en el auto, sus pensamientos volvían a girar en torno a lo que podría pasar, pero las palabras de Jungkook seguían resonando en su mente, manteniéndolo un poco más tranquilo mientras arrancaba el motor y se dirigía al encuentro con su abuela.
🌸
Jimin entró al restaurante y enseguida vio a su abuela sentada en una mesa al fondo. Sus nervios se intensificaron al notar que estaba sola, lo cual le dio una breve sensación de alivio. Se acercó a la mesa, y su abuela lo recibió con una pequeña sonrisa, una que siempre parecía tranquilizarlo un poco, pero en esta ocasión sabía que la conversación no sería fácil.
—Jimin, querido —dijo la abuela, levantándose un poco para darle un beso en la mejilla—. Siéntate, por favor.
Él obedeció en silencio, sus manos inquietas bajo la mesa.
—Gracias por venir —comenzó ella, su tono cálido pero firme—. Sé que esto no es fácil para ti, pero es algo que debe hacerse —Te cité aquí para que pongas fin a esto de una vez por todas, cariño —continuó la abuela, colocando una mano sobre la suya— Youngjae aún cree que puedes volver con él, y es hora de que le expliques, por última vez, que eso no va a suceder, Debes ser claro, Jimin—
Jimin asintió, ya había hablado con Youngjae, pero este estaba reacio, sin embargo ahora con el apoyo de su abuela esperaba poner fin a esto.
—Lo haré, abuela —prometió, tratando de infundir valor en su voz.
La abuela lo miró con amor y determinación.
—Si Youngjae no entiende, yo intervendré.
Con un último vistazo de aliento, Jimin se dirigió a la mesa donde Youngjae lo esperaba. La tensión era palpable mientras se acercaba.
—Hola, Jimin —dijo Youngjae, su tono casual pero sus ojos revelaban una furia contenida.
—Hola, Youngjae —respondió Jimin, sintiendo el nudo en su garganta. Se sentó frente a él, sintiendo cómo la adrenalina corría por su cuerpo.
—He estado esperando —dijo Youngjae, una sonrisa burlona en su rostro—. ¿Qué tal va todo?
—Eso es lo que quiero hablar contigo —dijo Jimin, yendo directo al grano — Quiero que me dejes en paz, yo no quiero tener nada que ver contigo, quiero que entiendas cada uno puede seguir su camino, y yo ya tengo a Jungkook en mi vida—
Youngjae frunció el ceño, y la tensión aumentó en el aire.
—Jimin eres mi esposo, ¿De verdad crees que puedes solo romper conmigo así?—preguntó, su voz más dura— He sido bueno e indulgente contigo, pero mi paciencia esta agotandose —
Jimin frunció el ceño y apretó los puños —¿Tu paciencia?, mi paciencia es la que se agota, superame Youngjae, no voy a volver contigo, ni porque seas el último hombre del mundo —
—Estamos muy equivocado, si no regresamos, voy a encontrar la forma de destruir a ese tal Jungkook, ¿Jimin no te das cuenta?, es menor que tu, solo eres un juguete para el—
El corazón de Jimin no titubeó, confiaba en su amor —Estas equivocado Youngjae, mi novio no es como tu, no soy un juguete, somos pareja y no puedes amenazarme, Jungkook no tiene nada que ver con esto —respondió Jimin, su voz temblando de ira y miedo.
Youngjae se inclinó hacia adelante, su mirada helada —Te lo advierto, Jimin, no estás en condiciones de jugar conmigo. —Su tono era amenazante, y Jimin sintió un escalofrío recorrer su espalda.
Justo en ese momento, la abuela se unió a ellos en la mesa, sus ojos llenos de determinación.
—¿Qué está pasando aquí? —preguntó, su voz autoritaria cortando la tensión en el aire.
Youngjae se enderezó, mirando a la abuela con desdén —Solo está tratando de romper nuestro matrimonio, abuela, Jimin no quiere recapacitar—
La abuela miró a Jimin y luego a Youngjae, su mirada firme —Jimin, cariño, ya no tienes que soportar esto. Si Youngjae no entiende que esto se acabó, yo me encargaré de que lo entienda—
Jimin sintió una oleada de alivio al escuchar las palabras de su abuela.
—Gracias, abuela —dijo, sintiendo la fuerza que le daba su apoyo.
Youngjae se cruzó de brazos, con asombro y su enojo palpable, había pensado que la abuela estaba de su lado —Pero dijiste que me ayudarías, además no puedes interferir, esto es entre nosotros —dijo, pero la abuela mantuvo su mirada en él.
—No, Youngjae. Esto no es solo entre ustedes. Jimin merece ser feliz, y tú no tienes derecho a amenazarlo —dijo con firmeza.
El rostro de Youngjae se puso rojo de rabia, pero Jimin ya no estaba dispuesto a dejarse intimidar.
—Ya basta, Youngjae. No quiero tener más esta conversación. Solo déjanos en paz —dijo Jimin, sintiendo la fuerza de su abuela respaldándolo.
La abuela asintió, sus ojos fijos en Youngjae, mientras Jimin comenzaba a sentir que la pesadez en su pecho se desvanecía.
Youngjae se inclinó hacia adelante, su mirada oscura fija en Jimin y su abuela.
—Si sigues por este camino, no solo te estaré persiguiendo a ti, Jimin. También me encargaré de que tu querida abuela sienta las consecuencias. Tengo el poder para hacer que lo deseen, y no dudaré en usarlo.
La abuela sonrió con desdén, sin inmutarse ante la amenaza. Sacó un par de papeles de su bolso y los extendió sobre la mesa, riendo suavemente.
—Oh, Youngjae, si crees que estás asustándonos, estás muy equivocado. Estos papeles —dijo, mirando fijamente a los ojos de Youngjae— los saqué de tu despacho. Y déjame decirte que me subestimas, lo cual es un gran error—
Youngjae frunció el ceño, desconcertado.
—¿De qué hablas?
La abuela se inclinó hacia él, su voz suave pero firme.
—Tanto menospreciabas a Jimin que ni siquiera ocultabas tus negocios sucios, porque sabías que él nunca revisaría tus cosas y asuntos, pero yo si, y estos documentos son una prueba sólida de tus tratos ilegales. Ya los revisó un abogado, y déjame decirte, Youngjae, que te pueden llevar a pasar algunos años tras las rejas.
El rostro de Youngjae palideció ligeramente, pero se recuperó rápidamente, su ira visible—No me asustas con tus amenazas vacías, anciana.
La abuela se rió, un sonido lleno de confianza —¿Amenazas vacías? Te gusta amenazar a las personas sin saber con quién estás tratando.
Se inclinó hacia él un poco más —¿Tienes idea de quién es el padre del novio de Jimin?
Youngjae se quedó en silencio, su confianza empezando a desmoronarse.
—Jeon Jungkook —continuó la abuela— es hijo de Jeon Gong-Yoo, uno de los abogados más importantes del país. En su despacho nunca han perdido un caso, Youngjae. Si te atreves a tocar a su hijo, no solo tu serás destruido. Tendrás que hacer que toda la familia Choi pida asilo en otro país—
La mirada de Youngjae se tornó nerviosa, y Jimin sintió un extraño alivio al ver cómo la abuela había tomado el control de la situación.
—No soy alguien a quien puedas amenazar impunemente —dijo la abuela, su tono firme—. Jimin ha tomado su decisión, y tú deberías aceptarla. De lo contrario, tus días como "el poderoso Youngjae" estarán contados.
Jimin, sintiendo que su abuela lo respaldaba, levantó la barbilla con determinación.
—Ya no quiero nada contigo, Youngjae. Esta es la última vez que hablamos. Te lo advierto, no intentes volver a buscarme.
Youngjae miró a Jimin, luego a la abuela, su rostro conteniendo una mezcla de furia y miedo —No he terminado con ustedes dos —masculló, pero su voz carecía de la seguridad que tenía antes.
—Si insistes, Youngjae, esto irá a la corte en manos de los Jeon. Ahora, vete antes de que pierda la paciencia —dijo la abuela, sus ojos ardiendo con una autoridad inquebrantable.
Youngjae apretó los dientes, se levantó de la mesa, y con un último vistazo lleno de ira, se marchó del restaurante. Jimin sintió que una carga enorme se levantaba de sus hombros, y miró a su abuela, quien sonreía con satisfacción.
—No te preocupes Jimin, el no hará nada, en el fondo Youngjae es un maldito cobarde, lamento no haberme dado cuenta antes, y dejarte en manos de ese maldito hombre— su abuela le dió una mirada llena de seguridad— Ahora es momento de mirar hacia adelante—
Jimin asintió, sintiendo que por fin estaba listo para cerrar ese capítulo oscuro de su vida.
Un futuro brillante junto a Jungkook era lo que venía.
Hola mis amores, aquí estoy....
Les amito muchote.
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