Capítulo 3
Ah woo woo
Se acabó, vete, vete, vete ya
Se acabó, vete, vete ya
Ah woo woo
Por favor salven-sálvenme ya
Por favor sálvenme ya
–Lie, Park Jimin.
El frío se colaba hasta por sus huesos, sus dientes tiritaban a causa de ello, se abrazaba a si mismo frotando sus propios brazos, dándose calor propio. Miraba todo el lugar con detenimiento, no nevaba pero hacía demasiado frío como si de estar en el polo sur o norte se tratase, la luna y las estrellas eran lo que iluminaba su visión y entorno, ayudándolo a visualizar mejor todo lo que le rodeaba, árboles revueltos por todo el lugar, sin orden alguno a decir verdad, el silencio gobernaba en aquel bosque, no había nada más que silencio, el bosque y él.
Con lentitud comenzó a caminar en dirección hacia al frente, también mirando todo lo que el bosque contenía con cada paso que daba; no escuchaba nada, sólo sus pasos en el verdoso césped. No entendía porque estaba aquí, no entendía que estaba haciendo aquí, no entendía nada.
Detuvo en seco cuando escucho una risita, y unos pequeños pasitos que cada vez se hacían más claros, iban hacia su dirección. Siguió sin moverse poniendo total atención hacia aquellos pasitos que iban hacia él, hasta que una voz, esa voz, fue lo que pudo con él.
—Mami~ —pronunció una voz angelical, una suave e infantil, una voz inocente y chillona, así como también finita.
Jimin se giró sobre sus talones y cuando lo hizo sintió los brazos de un ser realmente angelical rodear sus piernas y aferrándose fuertemente a ellas. No sabía que decir, un niño desconocido rodeaba sus piernas con total confianza, y sobre todo había pronunciado aquella palabra que según el estaba prohibida mencionar, aquella palabra que desde que su bebito murió dentro de él sabría que nadie tan pequeño como este niño se la diría, aquella palabra que él ya estaba resignado a escuchar.
—Mami, al fin te encuentro, yo gano el juego mamá. Pero ahora quiero volver a casa, papá nos espera y de seguro con comida echa por él —hablo inocentemente aquel niño.
Jimin lo detuvo cuando aquel niño toco su mano, el pequeño volteo hacia su madre y lo miró extrañado. Jimin se agachó a la altura del pequeño y lo analizo con detenimiento, mejillas regordetas, labios finos, ojos rasgados, pálido y cabello negro y con unos rayos castaños, definidamente este niño tenía un parecido enorme con él y con... YoonGi, como si el fuese el hijo que perdió en aquel entonces.
—¿Qué pasa mami? —preguntó inocentemente, sin saber la razón del actuar de su madre.
—Eres hermoso... —hablo por fin Jimin, al terminar de analizar al pequeño comenzando a acariciar su mejilla dulcemente.
Él niño río dulcemente por el tacto de su madre —lo se mamá, me lo dices casi a diario —reprochó el angelical niño volviendo después a reír con dulzura.
Él pequeño volvió a tomar la mano de su madre y ambos caminaron hacia un lugar en específico, su hogar. Llegaron y Jimin reconoció al instante la casa que estaba frente a él: la casa en la que Jimin y YoonGi solían irse para estar solos unos días. Sonrió al recordar lo que en aquella casa, que parecía más una cabaña, guardaba distintos secretos y conocían cada parte de ello. Volvió a mirar al niño y éste solo le izo una venía para que entrara; se dirigió a la entrada y cuando pasó se impresionó por el hermoso lugar, ya habían nuevas cosas en la cabaña, más adorno y remodelación, ya no era como antes, pero era mucho mejor.
Un olor inundó sus fosas nasales, un delicioso aroma que reconocería en cualquier lugar; camino a la cocina y ahí estaba él, moviéndose casi ágilmente por La Cocina. Sonrió por la hermosa vista.
—YoonGi... —dijo y se encaminó a él. El mencionado se giró y le sonrió para atraerlo hacia él y besarlo apasionadamente.
Ambos disfrutaban del beso, era casi necesitado, como si no se hubieran visto en años. Movían sus labios y sus lenguas con experiencia, y el menor dejo entrar la lengua ajena a su cavidad bucal, dejándole degustar su sabor. Pero un sonido y gruñido los obligó a separase. Ambos miraron al pequeño ser que estaba detrás de ellos, con un gesto de desagrado total en su rostro.
—¡Que saco! ¡Ustedes intercambian saliva y eso es asqueroso! —dijo un tanto molesto el pequeño por la escena que le daban sus padres. A su pequeña y corta edad, el presenciar a sus padres besarse, era algo realmente asqueroso. La inocencia en los niños. ¿No?
—Jihoon, ya sabes que yo solo le demuestro amor a mamá, así que no te quejes —pronunció firmemente YoonGi mirando a su hijo.
El nombre pronunciado por YoonGi fue lo que también lo dejo un poco perdido, pero antes de decir algo unas náuseas lo inundaron por completo haciéndolo estremecer; con agilidad y rapidez se liberó de las manos de su amado y salió disparado al baño, se hubiera puesto a admirar lo también muy cambiado que estaba el baño pero las náuseas eran más fuertes que todo. Vomito casi todo lo que el recuerda no haber comido, odiaba comer y no sabía porque vomitaba, pero una culpa lo inundó y comenzó a llorar desconsoladamente, sin detenerse. YoonGi llego a su lado y rápidamente lo abrazo consolándolo, necesitaba ese abrazo pero aún así no se detuvo de llorar, y fue cuando entro en una crisis de la que no se pudo liberar.
—¡ESTOY GORDO! ¡ME ODIO A MI MISMO! —gritó sin control y se separó rápidamente de las manos de YoonGi.
—Jimin... Tranquilo, tú no estás gordo, solo es por el embarazo ¿si? Cálmate, es normal que tengas una pancita así de hermosa, pero recuerda que ahí está nuestro bebé, no estás gordo... —dijo y eso lo desesperó aún más.
Él no estaba embarazado, nunca lo pudo haber estado, nunca. Jaló de su cabello y negó abrazándose otra vez a si mismo. Dándose seguridad misma.
—¡NO ESTOY EMBARAZADO Y NUNCA LO ESTUVE! ¡ESTOY GORDO!
⚜️2️⃣0️⃣1️⃣7️⃣
—¡ESTOY GORDO! —se sentó bruscamente en la cama y con la respiración agitada.
Miró a su alrededor y el sol se colaba por su ventana. Su respiración estaba agitada y tenía la piel de gallina, su pecho bajaba y subía con rapidez por el sueño que había tenido, no le había agradado para nada. Intentó calmarse pero no podía, necesitaba un abrazo urgentemente, necesitaba cariño de alguien más, de su novio específicamente. Miró la puerta cuando alguien entro rápidamente, se relajó un poco al saber que se trataba de su pareja.
—¡¿Estas bien Jimin?! —preguntó realmente alterado.
Él mayor se acercó al menor y lo abrazo pero se sorprendió al sentir como su pequeño se separaba con brusquedad de su abrazo. Lo miró desconcertando, sin saber que decir o hacer, pues también comenzó a asustarse cuando su pequeño sudaba a mares, lágrimas que se podían confundir fácilmente con el sudor, y con la respiración agitada.
—¡No estoy embarazado! ¡Estoy gordo! —grito desesperado el menor, mientras sus manos jalaban y apretaban con puños parte de su cabello.
Él menor sentía que estaba fuera de órbita, comenzó a no sentir el suelo, comenzó a faltarle el aire, comenzó a no oír bien, comenzó a no ver con claridad. Y todo esto desde que despertó de aquella pesadilla. Sintió su cuerpo colapsar y ser atrapado por alguien, pero de ahí en fuera fue lo último que sintió, estaba demasiado débil, odiaba tener esas pesadillas que le reclaman a gritos que dejara de comer, que le recalcaban a más no poder que ya no podía ser madre y así nunca lograría cumplir su sueño con formar una familia, que le demostraran que su vida solo era como del tamaño de un virus, insignificante e inservible, pero dañina para los que lo rodean.
MARTES 18 DE JULIO DE 2017.
Peso: 50kg.
Acabo de despertar en el hospital. Los doctores me han dicho que solo fue por causas de estrés pero que también me mantendrían en observación pues notan que, según ellos, estoy bajo de peso, pero que con una buena comida podría subir más y podría ser libre de aquí.
Tsk, que mentirosos, que acaso están ciegos o que carajos les pasa por la cabeza, yo estoy gordo, soy una ballena andante. Son los doctores más estupidos y mentirosos que yo he conocido en mi vida.
YoonGi hyung dice que debo comer más, y así hacerlo para que pueda salir de aquí y que nos vayamos otra vez a casa.
A casa.
Suena tentador pero no. No lo haré. No comeré, seguiré haciéndolo, odio comer, lo odio, solo puedo permitirme tomar agua, y eso solo agua simple, pues no soporto comer, ahora lo odio.
Les deseo una muy linda mañana, tarde o noche, sea cual sea el horario en el que estén leyendo esto.
Y sin más se despide su autora:
YoungMi17
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