Capitulo 6

Miércoles 17 de Septiembre, (Salidas con la abuela y encuentros extraños):

Desperté a las 6:00 am, no tenía muchas ganas de levantarme, pero no me quedaba de otra, la abuela se avecinaba a la puerta y cuando entra me dice.

-Buenos días Em, ¡¡Es hora de despertarse!!

Yo tenía cara de pocos amigos, pero al verla me calmé, decidí levantarme al baño y hacer mi aseo diario, después bajé a la cocina a ver que preparaba la abuela de desayuno, cuando llegue a la cocina, olía delicioso, a huevos revueltos, tostadas y tocino. Me dirigí al comedor para esperar a la abuela.

-Huele delicioso abue, te luciste hoy.

-Lo sé querida, me esmeré mucho, ya que ayer no pudimos desayunar juntas, hoy tenía que compensártelo.

-Y sí que lo lograste abue.- le dije mientras me acercaba y la abrazaba.

Pasamos el desayuno hablando de chismes y cosas así, hasta que la abuela inició la conversación.

-¿Qué podemos hacer hoy? Ya que dentro de tres días vuelves a casa.- Me dice con cara triste.

-Podemos ir a la ciudad y comprar algunas cosas para llevarles a mis padres.

-Me parece bien, arréglate y nos vamos dentro de unos minutos.

Enseguida subí a mi habitación, tomé una ducha, salí con una toalla en mi cabello y una alrededor del torso, no sabía que ponerme, así que opte por algo sencillo, un vestido gris, arriba de las rodillas y tenis blancos, me seque el cabello, lo peiné y me puse un poco de maquillaje, ya estaba lista.

(Imaginen a Emma usando eso)

Bajé las escaleras y mi abuela ya se encontraba en la sala, lista para irnos, tomé la cartera y el celular, pedimos un taxi y nos dirigimos al centro de la ciudad, la abuela vivía en España, Barcelona para ser más exactos.

Amaba cuando íbamos a la ciudad, eran edificios hermosos, tiendas de ropa, la gastronomía, era de ensueño. Llegamos a una de mis tiendas de ropa favorita: Zara, las dos entramos a la tienda, me enamoré completamente de una chaqueta de cuero negra, la compré y también un vestido a mamá, ambas compartíamos un amor profundo por esa tienda, salimos de la tienda y fuimos a una panadería, compramos unos pastelillos de chocolate y café, el cual adoro gracias a ella, estuvimos hablando sobre que más haríamos hoy, debíamos ir a comprar un medicamento para ella y yo iría a una biblioteca a comprar un diccionario de alemán, había encontrado algunas palabras en ese idioma, en la última página del diario que había encontrado ayer.

El chico que nos atendió nos entregó la cuenta, pagamos y nos encontrábamos yendo a la salida, cuando de repente un chico que llevaba una charola se tropieza conmigo y su uniforme quedó embarrado de café, Emma siempre siendo una torpe; el chico era lindo y se veía tierno limpiando el café de su uniforme, cuando volví de mi ensoñación, hablé.

-Lo siento, en serio no fue mi intención hacer eso, si quieres te ayudo.

-No tranquila, no te preocupes, yo tampoco estaba viendo.- Me sonrió, que sonrisa tan linda.

-Está bien, toma 5 euros para la tintorería, creo que es lo menos que puedo hacer.- Él los miró debatiéndose, si agarrarlos o no.

-No puedo aceptarlo, eres muy amable, pero no puedo.- Por fin me miraba a los ojos, lindos en realidad, ojos azules que derretirían a cualquiera.

-Entiendo, en serio lo siento y espero puedas quitarle la mancha de café a tu uniforme.- Me dispuse a irme, pero cuando él estaba recogiendo la charola, le metí cuidadosamente en su bolsillo los 5 euros, era lo menos que podía hacer, la abuela se me quedo viendo con cara de testaruda. El chico misterioso siguió limpiando el desastre que habíamos causado.

Ya en la calle, íbamos caminando hacia la farmacia y justo a dos tiendas se encontraba una librería, ¡bingo!

-Abuela, iré a la librería que está allá, necesito comprar un libro para el viaje a casa.- Mentí, no podía decirle lo del diario hasta que tuviera claro que decía.

-Está bien cariño, yo estaré en la farmacia, nos encontramos aquí en 15 minutos.

La abuela entró a la farmacia y yo caminé hacia la librería, entré y sonó la típica campanilla de las puertas, saludé amablemente al señor que se encontraba allí.

-Hola, buenas tardes, ¿Dónde se encuentra la sección de diccionarios?

-Hola, tercer pasillo, estante de la derecha.

Le agradecí por su amabilidad y fui en busca del diccionario, había una gran variedad, escogí un diccionario mediano, debía asegurarme que todas las palabras estuvieran allí, fui directo a la caja para pagarlo, el señor lo cobró y salí de la tienda, mi abuela también había salido y nos dirigimos a pedir un taxi para regresar a casa.

Al llegar, subí a mi habitación para dejar el diccionario en mi habitación y bajé a ver qué hacía la abuela, estaba revisando el medicamento que había comprado, yo fui a la cocina por una botella de agua, mientras la bebía recordé al chico de la cafetería y sonreí, era lindo y muy tierno, debieron ver su cara cuando le ofrecí los 5 euros, como habrá sido su reacción al encontrarlos en su bolsillo, me hubiese gustado ver su cara. Eran las 3:30 de la tarde, el día se había ido volando, debió ser porque salimos y nos tardamos un poco, salí al patio de la abuela a regar las flores, amaba la jardinería, era como tener pequeños hijos que debes regar y cuidar para que no mueran, estuve así hasta la hora de la cena, la cual yo haría, me gustaba cocinarle a la abuela, opte por hacer empanadas.

Estaba en la cocina haciendo las empanadas mientras hablaba con la abuela de nuestro día.

-El chico de la cafetería se quedó embobado contigo, yo te hubiese matado si me ensucias de café así.- Señoras y señores mi abuela se nos puso violenta.

-No abuela, él se quedó viendo el dinero y pensando si agarrarlos, por eso parecía que me veía a mí.- ¿O la abuela si tenía razón y me estaba viendo?

-Como digas, yo sé lo que vi y soy una anciana que conoce miradas de fascinación en ustedes los adolescentes.- Me reí ante el comentario de la abuela.

-Ohh abuela podrías ser doctora corazón, serias de mucha ayuda para nosotros los adolescentes.- Nos reímos hasta que las empanadas estuvieron listas y fuimos a sentarnos a la mesa.

Comimos y luego llevé los platos al fregador, la abuela ya había subido a su habitación, lavé los platos y luego subí a mis aposentos para ordenar la ropa que había comprado hoy en las maletas, la abuela entró a mi habitación y habló.

-Querida ya iré a dormir, descansa y no te quedes hasta tarde, mañana me ayudarás a arreglar unas cosas en la sala.

-Está bien abuela, nos vemos mañana.- Fui hacia ella, le di un beso en la mejilla y la abracé. -Te quiero mucho abuelita.

-Yo también mi pequeña Em.- Luego se fue a su habitación a dormir.

Arreglé mis cosas y luego saqué de la bolsa el diccionario que había comprado en la tarde, busqué el diario, me recosté en mi cama y fui en busca de la página donde decía la frase escrita en tinta:

"Die Familie Wolfthregi führt eine Mission, die nur die dritte Generation erfüllen kann, sie birgt ein Geheimnis, das sich niemand vorstellen kann."

Mi alemán todavía no estaba perfeccionado, por eso me costaba un poco el poder comprenderlo, me llevó casi una hora poder buscar palabra por palabra y arreglarlo para que tuviese sentido las oraciones, después de hacer todo, ya tenía lo que decía en español:

"La Familia Wolfthregi, lleva una misión, que solo la tercera generación podrá efectuar, llevan un secreto, el que nadie se podría imaginar"

¿Misión? ¿Secreto? ¿La tercera generación era yo?, estaba tan confundida después de leer eso, no sabía por qué sentía que estaba metiéndome en un hoyo, del cual solo saldría al responder todas mis dudas, me sorprendió saber que mi familia no era tan normal como aparentaban ser, ¿Por qué no me dijeron nada?, o ¿alguien habrá escrito eso por una especie de broma?, preguntas y más preguntas, nada de respuestas. Ya mi pobre cerebro no podía con tanto, decidí irme a dormir, metí el libro y el diccionario dentro de la mesa de noche, me acomodé en la cama y estuve toda la noche pensando en esa frase, la familia Wolfthregi tenía una misión que solo la tercera generación debía cumplir, me terminé acostando a las 2 de la mañana pensando, mañana era un largo día y yo sin dormir.

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