Si alguna vez conozco a los dioses, que me hagan amidiestra.

Queridísimo lector. Bueno, no tan querido. Esto que va a continuación puede ser extraño. No todos los días me quemo sin quemarme y estallo en llamas enfadada, al menos no literalmente. También es muy avergonzante, la verdad, por lo que me gustaría que no te rieses mucho. Gracias.

Perdí. Eso lo primero. Me caí desde lo alto del muro (auch). Pero, ¿cómo habría reaccionado si no a estallar en llamas?

Os lo relato mejor:

Dylan empezó su camino y yo el mío. Agarraba piedras donde podía y usaba todas mis fuerzas para avanzar a una velocidad rápida pero segura, no quería despeñarme.

Lo que yo no sabía, ya que nadie me lo había comentado, es que está permitido usar poderes si es que tienes.

Dylan vio que le iba ganando y sus hermanos me abucheaban y le gritaban a este que me tirase abajo.
Al principio no sabía como ellos esperaban que él me tirase abajo, ya que yo le sacaba bastante ventaja.

Pero cuando estaba a punto de llegar lo descubrí.

El chorro de agua de una fuente cercana, en la que se refrescaban algunos acalorados semidioses, salió disparado en dirección a mi cara. Justo antes de ser alcanzada miré hacia abajo, donde vi la mirada del ojiverde algo arrepentido.

El impulso de la fuente me hizo resbalarme y la furia me hizo estallar en llamas. Literalmente. Estaba en llamas.

Me caí en la colchoneta que había pegada al muro y poco a poco el fuego que me rodeaba (y sorprendentemente no me había matado por quemaduras o por axfisia por humo) se fue apagando, hasta encontrarme tirada en el suelo, con un fuerte dolor de espalda y con un círculo de personas alrededor mirándome sorprendidos.

-¿Qué co-? -empecé a decir, pero Valeria y Jarred se acercaron a mí corriendo.

-¿Estás bien? Dioses, Emily, estás sangrando... -dijo Val algo asustada.

Jad extendió mi brazo y me abrió la mano, la cual estaba ensangrentada. Me había hecho una herida en los nudillos al caer sobre ellos. Cuando movió el brazo sentí un agudo dolor y ahogué un sonoro grito.

-Voy a bendarte la mano, y creo que pueden tener un esguince... Con suerte creo que nada más grave que eso.

Reprimí un suspiro cuando me di cuenta de que era el brazo derecho, el que usaba para casi todo.

Iba a decir algo cuando de repente noto que alguien está detrás de mí y dice:

-Esto... Pensé que de verdad eras hija de Atenea, y nuestras cabañas siempre están compitiendo... No debería haberlo hecho.

Me giré y con la mano izquierda le di un puñetazo en la nariz que por poco le tira al suelo.

-¡Tienes suerte de haberme jodido el brazo bueno, capullo! ¡Eres un...!

Apareció Jack y me tapó la boca con la mano mientras Jad murmuraba «Vocabulario». Los hijos e hijas de Poseidón fueron corriendo junto a Dylan, al que le sangraba la nariz muchísimo.

Valeria frunció el ceño.

-No deberías haber hecho eso. Aunque buen puñetazo -sonrió.

Fui a la enfermería acompañada por un montón de mocosos cotillas. Ah, y por mis amigos.

Jad me señaló una camilla y me senté mientras empezaba a bendarme el brazo y los nudillos. Me puso una escayola y en cuanto pude marché de allí con Jack y Valeria, con nuestra cabaña por destino.

-He estallado en fuego -recordé de repente.

Jack y Val intercambiaron miradas y dijeron a la vez:

-Nos equivocamos de dios.

Luego me explicaron que Hefesto, como dios del fuego, había concedido su bendición alguna vez a alguno de sus hijos, aunque no era muy normal.

-Estáis diciendo que mi padre mortal me tuvo... ¿Con Hefesto?

Las dos chicas procesaron la información y se tomaron un rato hasta que Jack contestó.

-Que yo sepa, solo Apolo puede tener hijos con otros hombres... Además, se supone que Hefesto es hetero.

-Se supone -recalcó Valeria.

-Y solo los hijos de Atenea tienen los ojos grises.

-Y te comportas como una hija de Atenea.

La cabeza me daba vueltas así que me senté en el suelo de nuestra cabaña. "Nuestra". Sospechaba que dentro de ppco ya no sería la mía.

-¿Y cuántas hijas de Atenea saben invocar y controlar fuego? -les pregunté.

Bajaron la mirada al suelo y murmuraron cosas como: «De momento ninguna».

Puse los ojos en blanco y miré hacia mi brazo escayolado. Odiaba a Dylan Parker. Era mono y su apellido era guay, pero lo odiaba. Y entonces recordé que era mi pareja para la carrera de carros.

-Odio al Parker ese -dije expresando mis pensamientos con voz enfadada.

Valeria me miró algo desilusionada, gesto que no comprendí. Odiaba no comprender las cosas.

-Ya bueno, tienes que participar con él en la carrera -respondió.

-No quiero -protesté.

-Tienes que hacerlo.

Nada más decirlo un repentino sentimiento me vino a la mente, y de repente me apetecía participar con Dylan. Luego volví en mí y miré confusa a Valeria.

-¿Qué has hecho?

Ella apartó la vista.

-Nada -murmuró.

-¡Valeria Cahill! -chilló Jack-. ¡No uses Embrujahabla con tus amigos! Ya has creado muchas discusiones por culpa de esto.

-¡Ha sido sin querer! -replicó mi amiga.

-¿Embruja qué?

Las dos me miraron a la vez, y Jack me lo explicó:

-Poderes de Afrodita. Valeria tiene su bendición. Cuando usas el embrujahabla, puedes hacer que alguien haga lo que tú le mandes. Por eso de repente te ha apetecido hacerle caso, ¿no?

Asentí y fulminé con la mirada a la hija de Hermes. Ella desvió la mirada y me recordó que tenía que ir a trabajar en el carro con Dylan antes de dirigirse a su litera.

Me despedí de Jackeline y salí de allí, para dirigirme a una pradera donde habíamos dejado algunas herramientas y materiales para construir el carro.

Vi de lejos que alguien se acercaba y enseguida lo identifiqué como Dylan Parker.

Hice como que no lo había visto y empecé a tomar medidas y a hacer un diseño del vehículo.

El chico llegó y se quedó plantado mirando lo que hacía. Levanté un momento la vista para ver que tenía una tirita en la nariz y estaba totalmente morada. Me felicité a mí misma por el puñetazo, a pesar de haber sido con la mano izquierda.

Dejé de atenderle y me fijé en lo irregulares y deformes que me habían quedado los planos. En ese momento deseaba ser amidiestra.

-¿Necesitas ayuda? -preguntó.

Fruncí el ceño y los labios en su dirección y seguí como pude.

Él se quedó esperando a que dijese algo, pero debió de darse cuenta de que yo no quería empezar una conversación, por lo que volvió a hablarme.

-Oye, yo no soy una persona a la que le guste pedir perdón, y menos a sabiondas como tú, pero de verdad que lo siento. Solo hice lo que mis hermanos esperaban que hiciera.

Esta vez lo miré evaluándole. Niveles de idiotez encontrados al 100%.

-Vale -dije. Y continue con mis trazos irregulares.

Él se sentó a mirar lo que hacía mientras me pasé toda la tarde con una hoja de papel, un lápiz, una regla, madera y unas ganas de morirme gigantescas.

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Sí, señorxs, he actualizado.

Por cierto, hay algún personaje que está basado en gente real, y en cuanto mis emociones cambien según mi relación con esa persona, puede que acabe matando al personaje :D

(Solo era una advertencia xD)

Bueno, ¿Team Emily o Team Dylan?

O, ¿Team Dymily? ( ͡° ͜ʖ ͡° )

Bueno, espero que os haya gustado, gracias por leer <3

~Pau

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