Odiaba profundamente

Odiaba las despedidas, su vacío,

un eco que se pierde en la penumbra.

El tiempo nos llevaba al precipicio,

y el adiós se ocultaba en la costumbre.


Odiaba los abrazos que me herían,

dejando mi fragilidad expuesta.

Mas hoy daría todo por aquellos días,

por un calor que calme mi protesta.


Odiaba las mañanas y su fragor,

el canto de los pájaros en vuelo.

Hoy añoro su luz, su aroma y su sabor,

pues me llevan a ti bajo este cielo.


Odiaba la muerte y su oscuridad,

la sombra que devora sin consuelo.

Hoy sé que guarda un eco de claridad,

un puente hacia el amor más puro y pleno.


Odiaba los funerales, su tristeza,

el adiós que no llena los vacíos.

Hoy llevo esta flor como mi fortaleza,

un lazo que no rompe el tiempo impío.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top