Brillas sobre los demás, tan alta y lejana,

tu estatus inalcanzable suspende la calma.

Mi mano inútil no puede a ti llegar,

ni quisiera tu pureza con mi peso manchar.

Te veo desde lejos, donde todo es vacío,

donde las despedidas se pierden en el frío.

Sentado en una piedra que carga mi pesar,

pienso en las palabras que no logré expresar.

Un mar de nostalgia rompió mi resistencia,

un océano de recuerdos ahogó mi existencia.

Tu luz encegueció mi mirada perdida,

y cuando quise buscarte, ya eras huida.

Pequeña estrella, tu brillo es un puñal,

alumbra mi vacío con dolor inmortal.

Pudiste dejarme en mi sombra y mi soledad,

pero sigues allí, reflejo de mi ansiedad.

Hoy te despido sin lágrimas en mis ojos,

acepto el destino y sus crueles antojos.

Pequeña estrella, inmortal en mi ser,

te quedas en el cielo como eterno ayer..