IV


Su padre tenia que haberla recogido de su practica de soccer, pero lo había olvidado por la fiesta que le había hecho a Yeoun por la pronta llegada de las bebes, asi que esta llego caminando hasta la casa, totalmente enfadada, no era la primera vez que él hacia algo asi, por favorecerla a ella.

—¿Han Eul? —Yeoun se asomo a la entrada —ven a saludar a los invitados.

No dijo nada, solo camino a las escaleras subiendo enfadada, tenia los tacos del futbol colgado de los hombros venían bastante sucios y llenos de fango. Escucho como Yeoun le hablaba mientras subía las escaleras.

—Deja de comportarte como una niña pequeña.

—¡Tu no eres mi madre! ¡deja de decirme que hacer! Regresa a tu estúpida fiesta y déjame tranquila.

—¡HAN EUL!

Subió casi hasta el ultimo escalón pero antes de sujetarla por el brazo resbalo con un poco del fango que había caigo de los tacos, estiro la mano para que Han Eul la sujetara, pero esta se cruzo de brazos mirando como su madrastra rodaba por las escaleras, cuando se aseguro que se fue hasta abajo, solo dio la media vuelta para meterse a su habitación a darse una ducha. No escucho toda la conmoción, de pronto un silencio reinaba en la casa, una paz que hace tiempo no tenía.

Se acostó en su cama aun en toalla de baño quedándose profundamente dormida, fue despertara al poco tiempo.

—Mi princesa —miro a su padre con los ojos hinchados y llenos de lágrimas —Yeoun perdió a tus hermanitas, ella se quedará internara un rato más, necesito llevarte a donde tus abuelos.

—Lo siento tanto papi —lo abrazo fuertemente —todo estará bien, se fuerte.

—Eres tan tierna mi niña —le dejo algunos besos en las mejillas —gracias por ser tan comprensiva siempre.

La volvió abrazar y Han Eul no pudo evitar sonreír ampliamente..

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