Parte 22.
Freya se sentía congelada. Aun siendo diosa sentía miedo.
Era claro que aquel niño que soñaba con la fuerza había crecido demasiado, y era peligroso.
Pero era demasiado tarde para hacer algo. Ya había demostrado que nadie actualmente seria capaz de contenerlo.
Entonces no había salida. Después de todo la familia Freya estaba acabada.
Sincerándose consigo misma. Mientras él se acercaba a la mansión Folkvangr pensó que podía ganar. Después de todo, estaba en las peores condiciones posibles.
"Como es posible", le susurro.
Bell la miro consternado, "Valla pensé que no me hablarías. Veo que tienes la lengua muy larga para poder decirme algo ahora mismo".
Freya tenia despreciado su vista. – "Creí haberte debilitado", le volvió a susurrar.
"Aa... ya entiendo", le sonrió de forma burlona. – "Freya, aun así, nadie hubiera podido matarme". – Hizo una pausa mientras ella miraba pálida hacia otro lado. –
"Pienso en que tus intenciones eran dejar que muriera en soledad. Por eso borraste mis recuerdos".
"No", aclaro ella. – "La idea no era esa".
"No importa cual fuera. Se ha acabado", la levanto otro poco en el aire. – "Dime como resolver mi situación, y pensare en como podría castigarte de una manera más moderada".
Freya desvió la mirada.
"¿No lo dirás?".
Freya volvió a desviarla.
– Bell empezaba a sentirse molesto. – "Sabes... podría encadenarte en alguna de las mazmorras, y clavar lentamente una aguja en alguna parte de tu cuerpo. Una vez cada hora.
Hasta que tú cuerpo ya no pueda resistirlo".
Freya se tenso ante la idea.
"O prefieres pasar vergüenza. Ser humillada dolorosamente".
Freya también se puso tensa.
"Estoy pensando en desnudarte y hacerte caminar en cuatro patas como un perro", mirada helada. – "Y si te detienes, azotarte con un látigo".
Freya se veia temerosa. Como si se estuviese imaginándolo.
"No nos detendremos, incluso sí tu piel se rompe".
"Eso no", grito ella. – "No puedes solo matarme! ¡Má–tame!".
"No Freya. Ni siquiera morirás realmente".
"Aun así. Que pensarían los demás de ti".
"Esta bien", aclaro Bell, "después de todo no me importan".
"Y Aiz", le grito Freya. – "¿Qué crees que pasara con ella? ¿Pensara igual?".
– Bell la miro de forma aterradora. – "Pensare en alguna forma de arreglármelas con ella. Pero tú sufrirás un castigon, hasta que ruegues realmente por qué alguien te salve".
"Quiero que llores".
"Quiero que sientas impotencia".
"Quiero que sientas algo que haga que sientas que quieres suicidarte".
"Y aun así no te dejare morir, ¿o debería decir no te dejare volver al cielo?".
"Pero podría reducir todo eso, sí tan solo me dices como remediar mi situación". – La tiro al suelo de forma despreciativa. –
"Prefiero verte morir lentamente", le dijo Freya.
"¿Entonces va ser así? Simplemente nos mataremos el uno al otro".
"Eso esta bien", dijo Freya, resignada.
"Okay", le dijo Bell sonriéndole, burlon. – "¿Hasta que la muerte nos separe?".
"Idiota!".
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top