Parte 2.



El nombre de Albert, quien fue la persona que dio el golpe final. Un golpe increíble, un movimiento de espada que atravesó la armadura y las defensas de Leviatan en nada. Un parpadeo.


La ciudad le gritaba gritos al héroe Albert Waltein, y por alguna razón a Bell lo irritaba. Durante un tiempo decidió hacer otra incursión a lo profundo del dungeon, y aunque Albert quería acompañarlo, el le dijo que solo iría un momento. Sin embargo su destino era totalmente diferente.


Desapareció por aproximadamente un mes completo. Aunque hicieron varias búsquedas para encontrarlo, no lo habían hecho.


A pesar de su indudable fuerza, solo era un niño de doce años. Para él, para Albert, el no era diferente de su hija. Sin embargo, sabía que sus preocupaciones no eran correspondidas. Incluso el amor de Aria era rechazado por ese niño, que sólo buscaba poder.


Zeus, también preocupado, le dijo que lo dejaran por ahora. Simplemente no quería que lo encontraran, ese era su punto. El número de faltas se mantenía, así que claramente estaba bien.


Pasaron algunos días más, hasta que regreso. La primera en acercarse le fue Aria, que no podía estar más tranquila luego de verlo completamente ileso.


El vario de Aria para Bell era muy molesto, pero aún era más fuerte que él, así que escapar era imposible.


Finalmente se encontró con Albert que lo miraba tan serio, diciendo como, ¿Dónde te habías metido?


Luego de decirle que a ningún lugar importante, le dijo que iría a actualizar su estado.


Comúnmente, luego de que el regresara a la sede de la familia se quedaba un día al menos, pero esta vez, no se quedó.


Así que Albert lo reto. A Bell le parecía una tontería ya que era obvia la diferencia.


"Haré lo que quieras, si es que solo me tocas", le dijo Albert. – "Yo solo usaré una mano, obviamente yo no usaré armas, e incluso no me moveré de aqui".


A Bell le parecía exagerado, además prácticamente, las reglas le daban la victoria inmediata.


"Está bien", dijo Bell, aceptando el reto.


"Entonces, ven cuando quieras".


"¿Por qué debería moverme? Solo tengo que esperar aquí hasta que te canses y estés totalmente indispuesto. O solo que tengas ganas de ir al baño".


"¿Qué? Realmente.... Como... como no pensé en eso? ". 


Un par de horas después Albert Decio rendirse. Bell se puso de pie suspirando sobre su victoria.


"Simplemente no me detengas, eso es todo lo que quiero", le dijo a Albert, y a él no le quedo nada más que aceptar. Sin embargo, en ese momento llego Aria, con la voz de femenina de una niña cerca de ella. Aunque fue la primera vez que Aiz conoció a Bell, Bell no llego a ver su cara.

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