Era se una vez una bella mujer, que fue apreciada por una bestia.

Una bestia que siempre odio la superficialidad de las personas, mas bien odiaba a las personas como tal, la única manera en que las veía hermosas era teñidas de rojo o en piezas separadas.

Pobre de la bella mujer que fue amada por la bestia, pobre de la bestia que fue amado por la bella mujer, pues lo hizo entender un nuevo sentimiento, uno que no le gustaba, porque complicaba todo, su vida, sus gustos, su mundo.

La bestia amo tan fuerte a la bella, hasta sus últimas consecuencias.