Capítulo 27


ALEXANDER.

Miré a Delano llevarse a Lena directo a la casa para ir por Tanya, pensando en que quizá esta sería la última vez y no las sostuve lo suficiente, no amé a Jelena como lo merecía, no le di a Tanya un padre del que sentirse orgulloso, uno que recordará si no nos vemos otra vez.

Apreté los dientes sintiéndome imponente, creí que tendríamos más tiempo, creí que podría hacer que ella aceptara mi anillo antes de que toda esta mierda nos reventara encima, creí que podría enseñarle a pilotar el avión para cuando mi padre viniera a matarme, creí que tendríamos más tiempo juntos...

— ¡Boss!

Recibí el arma que Misha me acercó, una bazuca M3E1, un cañón portátil sin retroceso que fue diseñado para hacer mella en los autos blindados, con esto podría darles tiempo a las chicas de escapar, haría explotar un par de autos de los que vienen entrando, son demasiados y nosotros no estábamos preparados, esto será una masacre.

Me gusta esta bazuca, es tan potente que puede dañar sin problemas un tanque o hacer desaparecer a una tropa completa, sin duda esta belleza nos dará ventaja.

Me la cargué al hombro, apunté al grupo de autos más grande y disparé viendo el enorme proyectil salir a gran velocidad, se curvó en el cielo y llegó hasta ellos, derribando árboles y autos por igual, desintegrando cuerpos a su paso, haciéndolos explotar.

— ¡Alexander, te dije que vendría por tu cabeza, tu organización y tu mujer!

Gritó papá desde su helicóptero, Annika cargaba un lanzagranadas, sonriendo con malicia, esa maldita perra va a volar todo el lugar.

Con temor miré sobre mi hombro, Delano arrastraba a Lena hacia el aeródromo con Tanya en sus brazos, Lena forcejeaba. Quiere venir...

— Te amo. Fue un gusto conocerte, cosita insignificante... por favor cuida de mi hija.

Miré hacia arriba otra vez, mi padre, tenía que llamar su atención, mantenerlo enfocado en mí o se percataría de la usencia de mi Lena.

— ¡Te dije que jamás podrás tener las tres cosas! — grité de regreso— ¡Podrás matarme a mí, pero te aseguro que cuando vayan por ti, vas a arrepentirte de toda la mierda que hiciste!

— ¡Un paso a la vez, hijo! ¡Camina antes de correr, primero tu cabeza, luego tu organización, después tu mujer, esa perra va a ser mía! ¡Me la follaré tanto que no podrá pensar en otra cosa que no sea mi pene!

Cargué un nuevo proyectil con la intención de derribar el helicóptero, y la jodí, la jodí en grande porque Viktor estaba usando la misma táctica que yo, distracción.

— ¡Fuiste un desperdicio, Alexander, pero tu mamá no te quiere muerto aún!

Gritó antes de que la casa a pocos metros de mí explotara con violencia, la onda expansiva me derribó, escombros me aplastaron, graves quemaduras en brazos, torso y piernas, me duele todo el cuerpo, todo lo que puedo oír es el zumbido en mis oídos, no era capaz de distinguir mi alrededor, si hay alguien vivo, no tengo ni la menor idea.

Levanté la cabeza al cielo, escuchando el motor del avión, ellos tres lograron despegar.

— L-lo... hicieron... — respirando de forma trabajosa— Delano, por favor cuídalas por mí...

Se me escapó una lagrima viendo cómo el avión tomaba altura y desaparecía sobre las nubes, ellas estaban a salvo, lo demás no me importaba, podía morir en paz.

— ¿Pensaste que te dejaría morir, hijo? Eres un Volkov, muertes patéticas como estas no son para nosotros — moviendo el concreto que cayó sobre mis piernas— Te dije que iba a tener tu cabeza, sí, pero me sirves más vivo, vas a darme un puto heredero en cuanto haga que te recuperes, no te mueras, nos vamos, tienes la obligación de traer un niño al mundo.

No tenía fuerzas para luchar, cerré los ojos y me rendí al sueño, si moría, moriré sin remordimientos, Delano se encargará de tener todo bajo control, le confié mi vida a mi mejor amigo, le confié a mi mujer y a mi hija, y si yo no estoy, sé que Delano aprovechará la oportunidad para quedarse con Lena, no es secreto para nadie que ella le atrae y él mantiene las distancias en honor a nuestros años de amistad, supongo que si alguien merece una mujer cómo ella... es Delano, la moldeó a la par conmigo, la deformó y la armó otra vez para convertirla en la perra vengativa y sanguinaria que es ahora, mi padre tendrá que esconderse muy bien para que la ira de mi mujer no lo alcance.

***

JELENA.

Me senté de forma abrupta en la cama, sudada y con el corazón latiéndome a mil, Tanya dormía a mi lado, aún tiene rastros de lagrimas en sus pestañas, ambas cubiertas por una gruesa manta, en un cuarto extraño, oscuro y silencioso.

— Sasha.

Salté fuera de la cama apresurándome a salir de la habitación, buscando indicios de vida en el lugar, Delano estaba sentado en la sala a oscuras, fuera ya era de noche, aún así pude ver su figura, los codos sobre sus rodillas, la cabeza entre las manos, clara imagen de la desesperación.

— ¿Dónde está Alexander?

Acercándome a él.

— Delano maldita sea, dónde está.

Empujándolo con fuerza.

— ¡Delano!

Perdiendo los papeles, mi corazón no deja de golpetearme el pecho, el miedo me recorre completa, mis manos no dejan de temblar.

— ¡Muerto! — gritó de regreso, levantando la cabeza, los ojos anegados en lágrimas— Está muerto, Lena — quebrándosele la voz— Recibí una llamada de Misha hace unas horas, la casa explotó, alcanzó a Alexander, le cayó parte de ella encima, Viktor se lo llevó, pero es más que seguro que está muerto, ni él que es una puta bestia soportaría eso.

Tomé asiento junto a él, más bien, me dejé caer, desestabilizada, apretando las manos en puño.

— No me dejaste ir con él — le recriminé— ¡Está muerto porque no me dejaste ir y cuidarle la espalda!

Golpeando su brazo repetidas veces hasta que su mano apretó mi muñeca con fuerza, la mandíbula tensa, sus ojos siguen creando lágrimas.

— ¿Crees que yo no quería quedarme, Lena? Fue una decisión difícil maldita sea, me duele tanto el pecho que apenas puedo respirar — soltó con los dientes apretados— Por años fue mi mejor amigo, nos cuidamos el uno al otro siempre, pero yo sé cual es mi lugar, yo sé que si el Boss ordena, yo cumplo y sé que si debo cuidar su vida, mi deber es estar junto a ti y Tanya, ustedes son su vida, te lo dije, así que prepárate porque desde hoy seré tu sombra, voy a ser tu maldito perro guardián para que no hagas ninguna estupidez, voy a mantenerte viva cueste lo que me cueste.

Me tembló el labio, pero no lloré, le prometí a Sasha que sólo me mostraría débil frente a él, y ahora que... no está, no podré llorar en el pecho de alguien nunca más.

— ¿Y quién te cuida a ti?

— A la mierda conmigo, Lena.

Me tragué el nudo en mi garganta, odiando a Alexander por hacer que me fuera, a Delano por noquearme, a su padre por orquestar todo esto, a su madre por no impedirlo, a Annika por ser una perra... los odiaba a todos...

— Nada de eso — sosteniéndolo por la nuca, acercándolo a mí, hasta que su rostro se acomodó en mi cuello— Yo te protegeré también, Delano — frotándole la espalda, respirando aliviada al sentir que liberó la presión en mi muñeca, me estaba lastimando— Te daré un tiempo para que te repongas, si Alexander está muerto, eso no lo sabemos, si yo no veo su cuerpo, no voy a creerlo, así que cuidaré su organización y su cargo, cuidaré a su hija, su reputación, te cuidaré a ti, lo cuidaré todo para cuando él regrese.

— Lena, no va a volver, está muerto.

Gimoteó mojando mi piel, abrazándome con fuerza.

— ¿Te rindes tan fácil? — sin soltarlo— Tú creaste una perra fuerte, Delano, una perra cruel, vengativa, poderosa, inteligente, y créeme que daré vuelta el mundo buscando a mi hombre, buscando a Viktor, y cuando encuentre a ese hijo de puta y a todo su seguido, van a rogarme que los mate, van a suplicar para que deje de torturarlos.

Mordiéndome el labio para no soltar el sollozo que amenazaba por salir, uno de los dos tiene que ser el fuerte, le prometí a Alexander no llorar, se lo juré, le juré que sería fuerte.

Cumpliré mi promesa hasta volver a verlo.

***

Delano me miró con sorpresa cuando me vio bajar de mi Ferrari negro, el que me regaló mi futuro esposo en esa subasta, estaba usando el anillo de compromiso que me compró y el de promesa en mi mano izquierda, pero no era eso lo que lo sorprendía, era mi nueva a apariencia.

La lena con una pizca de amabilidad había muerto, decidí teñirme la cabellera de negro, apenas he comido, puede que los pómulos se me marcaran mucho más que antes, estaba más delgada, estuve diez días fuera, buscando a mi hombre y no encontré ni rastro de él, Viktor desapareció de la faz de la tierra, su casa está completamente vacía, no hay un rastro de vida, la revisé de punta a punta y no encontré nada que pudiera hablar sobre su paradero.

Es como si ese hijo de puta y su sequito jamás hubiese existido.

— Jelena, regresaste.

Acercándose a grandes zancadas.

Antes de poder responderle, pequeños bracitos se sostuvieron a mi pierna cubierta por el grueso pantalón, la primera nieve comenzó a caer, hace un frío terrible.

— Regresé, sí, pero con las manos vacías — levantando a la pequeña— Cómo estás preciosa ¿Me extrañaste?

Hizo pucheros, dos segundos después comenzó a llorar, abrazándome del cuello con fuerza.

Papi se fue, mami se fue, Tanya sola.

Froté su espalda, tragándome el nudo de emociones otra vez.

— Mami no se irá a ninguna parte, yo siempre regresaré a ti, pequeña.

¿Y papi? ¿Poqué papi no vuelve?

Levantando la cabeza con sus ojos anegados en lágrimas, a Delano se le humedecieron los ojos.

— Papi... se perdió, pero te juro que lo encontraré — vivo o muerto— Y lo traeré a casa ¿Sí?

Debe tener fio... mami taelo plonto.

Mi labio inferior tembló, no me salió el habla, me digné a asentir y abrazarla otra vez hasta que se quedó dormida, llevándola a la tienda de campaña que estamos usando mientras tanto, un montón de tiendas mientras la casa es reconstruida, afortunadamente muchos de nuestros hombres viven, la Bratva sigue en pie, necesito reclutar más hijos de puta, tendré que ir a La jaula.

— Sabes que tenemos que hablar ¿No?

Dijo Delano, quitándome el cigarrillo, guardándolo en su bolsillo antes de que pudiera encenderlo, quitándome la cajetilla también.

— Escapaste al otro día de llegar al hotel, dejaste una nota nada más, me dejaste con la niña, te llevaste a parte del pelotón en un avión que volaste pocas veces ¿Sabes todo lo que pudo haber salido mal?

Suspiré tomando asiento en el pasto con él, levantando la cabeza para mirarlo.

— No podía quedarme quieta, me duele el pecho todos los días, Delano, la incertidumbre me mata, pensé que...

— ¿Que si salías por ahí de casualidad te lo encontrarías? Lena... Alexander estaba muy mal, Misha dijo que sus heridas eran graves, deberíamos...

— Vivo o muerto, lo voy a encontrar.

— Ya no debe estar. Si murió, su cuerpo...

— No voy a rendirme, y le daré caza a Viktor, ese bastardo hijo de puta no se reirá en mi cara otra vez, voy a hacerlo sufrir, quiero hacerlo sangrar.

Asintió apoyando su mano en mi muslo, mirándome.

— No es de eso de lo que tenemos que hablar, y lo sabes.

Suspiré, ya sé hacia dónde irá la conversación, por teléfono pude evitarlo, pero ahora...

— Ok, no voy a huir más, dispara.

— Lena, no te tomaste la pastilla del día después, no hubo agüitas de yerba milagrosa, no hubo nada, sabes muy bien que para estas alturas ya deberías saber si algo va mal ¿Qué hay de tu periodo?

— No llegó — bufé, deslizando ambas manos por el rostro— Estoy con retraso.

— ¿Te hiciste un test de embarazo?

— No, no he tenido el valor.

— ¿Qué piensas hacer? Digo... si quieres abortar, podemos encontrar una clínica o algo.

— Si... Alexander está muerto como dices — no puedo creer esta teoría aún— No quiero deshacerme de algo suyo, no podría.

— ¿Y Tanya? ¿Qué harás con ella?

— Es mía ¿De qué hablas? — mirándolo con molestia— Sólo tengo miedo de que Annika llegue un día de estos y se la lleve, legalmente es su madre, tengo miedo de que eso ocurra.

— Eso es de lo otro que tenía que hablar contigo, Alexander tenía un plan de emergencia en caso de que algo le sucediera.

Lo miré con molestia, frunciendo el ceño.

— Ese... hijo de puta, calculador, imbécil... bastardo...

Delano tomó mi mano, trazando círculos en el dorso de esta.

— Él me pidió que legalizara un contrato en el que todos sus bienes pasarían a tu nombre, los hoteles, su empresa, sus casas, los aviones, los barcos, las cuentas bancarias, todo sería tuyo. Él quería asegurarse de que tuvieras una buena vida si algo le pasaba.

Las ganas de llorar me inundaron, tuve que cerrar los ojos y respirar un par de veces para contener las ganas, y las caricias de Delano en mi mano no hacían más que empeorar mi estado, no dejo de hundirme en este pozo de tristeza, ansiedad y dolor, cuando toque fondo no sé qué suceda, no quiero averiguarlo.

— Ese idiota... ¿Por qué se pone en los peores escenarios siempre?

Consciente de que se me quebró la voz al hablar.

— Tú lo firmaste, te hice firmar sin que te dieras cuenta, todo es tuyo, Lena.

— No lo quiero, no es mío.

— Demasiado tarde, todo está a tu nombre, pero eso no es todo, hice un par de cosas a escondidas de Sasha y de ti, pido perdón por eso.

Mantuve los labios apretados, observándolo.

— ¿Qué más hiciste sin avisarme?

— Tanya. Parte de los documentos que robaste en casa de Viktor, estaba el documento legal dónde Annika renunciaba a sus derechos sobre la niña, amenazaba a Alexander con eso, así que entregué ese documento y... te hice firmar el papel que te... hace legalmente madre de Tanya.

Lo miré con sorpresa, pestañeando repetidas veces.

— ¿Mía? ¿Seguro que figura cómo mía?

Asintió.

— No iba a arriesgarme a que Annika se la llevara, no te consulté y lo lamento por ello, pero era lo mejor para la niña... pero eso no es todo lo que hice.

— Si es por Tanya, lo que sea, y aunque no lo creas, yo tenía la misma preocupación, temía que esa loca de mierda se la llevara, ahora que es completamente mía, me saqué un peso de encima ¿Qué más hiciste?

— Hice dos cosas por las que vas a enojarte.

Quité mi mano de entre las suyas, cruzándome de brazos.

— ¿Qué mierda hiciste?

— Pinché los preservativos que usaste con Alexander... yo quería que te quedaras aquí, quería... amarrarte a Sasha, le haces bien, te amaba... yo lo quería ver así de bien y feliz siempre.

— ¿Y lo segundo?

Aguantándome la rabia, probablemente salí embarazada mucho antes gracias a los jueguitos de este imbécil.

— Yo... los hice... firmar el acta de matrimonio a ambos. Ese día que llegué para que firmaran los tres documentos, mentí. En tu caso, uno era la transferencia de bienes, el otro la adopción de Tanya, y el tercero, matrimonio. En el caso de Sasha, la transferencia voluntaria de sus cosas, la firma del tutor legal que autoriza que tú figures como madre de su hija, y el tercero... matrimonio. Sasha murió sin saber que tú ya eras su mujer.

Me levanté tan rápido que el piso giró a mi alrededor, moví la cabeza hacia los lados para espabilar, corriendo hacia el basurero más cercano, vomitando agua, es todo lo que metí en mi cuerpo hoy... y ayer, no recuerdo si fue diferente antes de ayer.

Delano sujetó mi cabello y frotó mi espalda hasta que dejé de devolver el maldito líquido transparente y la bilis.

— Lo siento Lena... sé que debes odiarme, sé que... hice muchas cosas a espaldas de ustedes, pero necesitaba que te quedaras con él, hice todo lo que estaba en mis manos para que así fuera.

— ¿Y de qué sirvió? ¿Me puedes decir? — mirándolo con odio— ¿Alexander sabrá alguna vez que posiblemente esté embarazada? ¿Sabrá que su sueño de que mi nombre y su apellido estén juntos ya se hizo realidad? ¿No podías haberte hecho hombre y contarnos lo que hiciste a espaldas nuestras?

— Lena... lo sé, la cagué, la cagué en grande, por eso... sí quieres abortar, te ayudaré, busquemos una clínica, haré lo que sea, pero por favor... por favor no me odies, lo hice por mi amigo, le haces bien, le... hacías bien — se corrigió— Tenía miedo de contárselos, tenía... tanto miedo de que Sasha me matara por hacer cosas a sus espaldas.

Me sostuve del basurero, las nauseas me golpearon otra vez, pero no tenía nada que vomitar, no había nada más que devolver.

— Necesito ir al hospital, quiero hacerme un examen de sangre, son más exactos — lo miré— Si... estoy esperando un hijo de Sasha, no lo voy a abortar, no dejaré ir otro pedazo de él, me aferraré a todo lo que me dejó y voy a buscarlo, Delano, con o sin tu ayuda.

— Te ayudaré, claro que te ayudaré, siempre voy a estar contigo Lena, siempre.

Ezra se encargó de vigilar a la pequeña mientras Delano y yo íbamos al puto hospital acompañado de mis escoltas, vigilaron de cerca que el examen se realizara de manera correcta, amenazando a un par de enfermeras en el proceso, Orel llegó con unas galletas y una gaseosa para que comiera algo mientras esperábamos los resultados, me sorprendí al ver a Ivanna llegar a la sala de espera, Catrina, Katya, Rachel... y Milenka venían con ella.

— ¿Qué estás haciendo aquí?

Dejando la comida de lado, dispuesta a ir a darle una paliza a la pelirroja, eso me ayudaría a liberar un poco de tensión.

— Calma, cálmate — dijo Ivanna, interponiéndose— Escuché su versión, tenía buenas razones para hacer lo que hizo, y tiene buenas noticias.

— ¿Buenas razones? Sasha está...

— Vivo.

Dijo Milenka, dando un paso al costado para que pudiera mirarla.

— ¿Qué dijiste?

Dejé de forcejear, dando un paso hacia ella, interesada.

— Viktor estaba chantajeándome, me pagó para que los separara a ti y a Alexander ¿Por qué haría algo que te lastimara? Creí que creerías más en mí, creí que éramos amigas.

— Fuiste una perra, yo te hubiese arrancado el cabello, pero sigue.

Le dijo Ivanna, cruzándose de brazos.

— Bueno... cómo decía, Viktor tiene videos comprometedores míos, adulteró el video dónde Annika y Alex... ya sabes, se ve como si fuese yo, tiene grabado el momento en el que le di la comida y la bebida, también cuando Alexander comenzó a sentirse mal, si ese video llega a la policía, estoy acabada, tuve que hacer lo que hice, Lena, te pido perdón, lo siento tanto...

Tomando mi mano.

— Dijiste que Sasha estaba vivo ¿Dónde está? ¿Qué sabes?

— Viktor me llamó hace unos días para decirme que mis servicios ya no serán requeridos, dijo que Alexander y él estaban recuperando el tiempo perdido como padre e hijo, el número del que estaba llamando comenzaba con 86.

— China.

Dijo Delano.

— Así es — respondió Milenka— Así que... Alexander debe estar ahí, vivo, y tenía que decírtelo en persona, yo, o jamás me perdonaría lo que te hice, necesitaba hacer algo por ti.

Respiré ligeramente más aliviada, tomando su mano, sonriéndole nostálgica.

— Perdón por pensar mal de ti. Y gracias por esta información.

— No es nada, por mi amiga, lo que sea. Y perdón de nuevo por lo que te hice.

— Disculpas aceptadas — tomando el móvil— Gracias Milenka, en serio. Y gracias a todas por venir, estoy muy nerviosa.

Recibí un abrazo apretado de todas, acomodándonos en las sillas de la sala de espera con los chicos, riéndome al ver que Connor, Kieran, y Mika los vedettos amigos nuestros llegaron para mostrar su apoyo, sentándose en el piso frente a nosotras, todos esperando una palabra en un papel.

Aunque mi cabeza estaba en otro lugar ahora.

Marqué a Misha quien se encontraba en casa supervisando la construcción, no podría concentrarme en el ahora si no hacía eso primero.

— Preciosa, dime.

— Necesito que envíes diez hombres a China, específicamente al centro de salud entre las montañas, recibí información de que Alexander y su padre están ahí, quiero confirmar que así sea.

— Muñeca... perdiste diez días buscando y...

— Es una orden como tu Koroleva, no una petición como amiga — Delano me miró de reojo— Y se irán hoy.

— Por supuesto. Te avisaré cuando el avión haya despegado.

— Gracias.

Corté la llamada, suspirando.

— ¿Estás bien?

El medio peliblanco tomó mi mano, trazando círculos en el dorso otra vez.

— Lo estaré cuando sepa que él está vivo.

Ivanna tomó mi mano libre, entrelazando sus dedos con los míos, sonriendo.

— Alexander Volkov es el hombre más duro que he conocido, eso no lo derribó, lo sé Jelena, él está vivo y debe estar luchando por su vida para volver a estar contigo, sólo espera y verás, cualquier día de estos volverá a ti, tienes que cuidarte hasta entonces — tomando el paquete de galletas que Connor le dio— Come, estás muy delgada, tu cara... se notan tus pómulos, bebé, tus clavículas están muy levantadas, tienes ojeras, perdiste el brillo en tus ojitos preciosos... no puedes seguir así.

— Tanya necesita de ti, eres su madre ahora — dijo Orel— Eres todo lo que le queda, tienes que cuidarte.

Asentí sintiéndome culpable por hacerlos preocuparse, por lo que tomé las galletas de nuevo, sabiendo que en realidad no me alimentaban, pero les di en el gusto y comencé a comer, intentando relajarme y contestar a sus preguntas, siguiendo el tema de conversación.

— ¿Jelena Volkova?

Preguntó la chica del mesón, todos voltearon a mirarme con confusión, todos menos Delano.

— ¿Cómo que Volkova?

Ivanna fue la valiente que hizo la pregunta en alto, mientras me levantaba del asiento.

— Estoy casada con Alexander. Acabo de enterarme hoy, Sasha se... se fue sin saber que yo ya era suya.

Dejé que Delano les diera las explicaciones pertinentes mientras caminaba hacia el mesón, firmaba el recibo del examen y con el sobre en mano, me acerqué a mis amigos, mi familia.

— ¿Y bien?

Catrina se secó el sudor en su pantalón, nerviosa.

— Me da miedo abrirlo, no sé cual de las dos respuestas será mejor — admití— ¿Alguien podría mirar por mí?

— ¡Yo!

Se ofreció Ivanna, poniéndose de pie de un brinco, Milenka la jaló para que tomara asiento otra vez.

— Ella tiene que hacerlo, Ivanna, es su futuro, es lo que le dará fortaleza para seguir adelante y cuidarse. Espero que se apositivo para que no desaparezcas, niña, me preocupas, perdiste la poca bondad que quedaba en ti.

— Lamento tu accidente, fui yo.

Admití, sintiéndome culpable por su preocupación.

Abrió los ojos de golpe, mirando a las chicas, todas fingieron demencia, las amenacé un poquitín para que no le advirtieran nada.

— ¿Tú fuiste...? Pero si me asaltaron.

— ¿Se robaron algo? ¿No cierto? — abriendo el sobre— Estaba celosa de tu cercanía con Alexander, no me gustó que lo tocaras, él es mío, siempre será mío, y te mandé una advertencia... pero ahora que sé el por qué, me siento mal, lo siento.

Tragó grueso, asintiendo con rapidez.

— Alex tenía razón, no eres la misma chiquilla que conocí.

— No, no lo soy, ahora soy mucho más perra — abriendo el papel sin mirarlo— No dudaría en matar a quién fuera que se pusiera en mi camino.

— Mira ya el maldito papel que me va a dar gastritis por tu culpa, Lena.

Me regañó Delano, señalando la hoja entre mis manos.

— Maldita sea, déjame procesar los nervios.

— Llevas procesándolos casi dos horas, es hora, perra cobarde.

— ¿A quién le dices cobarde? Perra llorona.

Me mostró el dedo medio, entrecerrando los ojos, con el rostro más indignado que pudo poner.

Tomé aire e ignoré el rostro de anticipación de todos, dirigiendo mi vista hacia el examen, buscando el resultado.

Suspiré.

— Positivo. Cuatro semanas, Delano, voy a matarte.

Sonrió inocente.

— ¿Lo siento?

— ¿Por qué lo sientes tú?

Preguntó Rachel, interesada.

— Porque... pinche los preservativos para que quedara embarazada, quería que se quedara con nosotros...

Ivanna lo golpeó tan fuerte en la nuca que toda la sala de espera escuchó el golpe, volteando a mirarnos.

— ¡Oye! ¡Me dolió!

Se quejó el medio peliblanco.

— Más le duele a ella, imbécil. Embarazada, sola, sin casa, con un montón de responsabilidades sobre los hombros. Más te vale cubrir el lugar de Alexander mientras tanto, hazte hombre, responsabilízate por lo que hiciste.

— Estoy de acuerdo contigo, nena.

Señaló Mika.

— No me ayudes tanto, amigo.

Me alejé lentamente de la discusión, yendo hacia el baño para echarme agua al rostro y camuflar el llanto, no pude contenerlo esta vez, y no dejaría que nadie me viera llorar.

— No pude salvarnos, Sasha... perdón...

Tocándome la panza plana.

Parte de él crecía dentro de mí, un bebé fruto del amor de ambos...

***

Media noche, de top, chaqueta y pantalones de cargo, mis botas bien amarradas, armada hasta los dientes, y con mi sequito de la Bratva siguiéndome el paso, llamando la atención de los presentes en La jaula, recorrí los escalones en compañía de Delano, escuchando los murmullos, murmullos que se hicieron palabras audibles en cuanto tomé asiento en el trono del Boss, de piernas cruzadas, muy cómoda, con el peliblanco parado a mi derecha, firme, cómo solía hacer cuando Sasha estaba aquí.

— Se preguntarán que hago ocupando el lugar del Boss el día de hoy — alzando la voz para ser escuchada— Como la Koroleva de la Bratva, dueña de todo y de todos, tomaré su lugar por un tiempo, rendirán cuentas a mí, rendirán sus respetos a mí, me temerán y me odiarán a mí.

— Jamás escucharía a una mujer.

Saqué mi arma, apunté directo a la cabeza y lo maté.

— Respuesta incorrecta — hablando con toda la calma del mundo— Nadie sale de aquí hoy, vine a reclutar hijos de puta con los huevos bien puestos, los maricas morirán por mi mano o la de mis hombres, quien no quiera escucharme, tendrá el mismo destino que ese bastardo de ahí.

Señalando con indiferencia el cuerpo inerte, mirando de reojo la entrada a La jaula, cerrada por mis hombres, nadie sale hoy, otro disparo resonando en las paredes, otro que no me cree capaz de cumplir con esta tarea.

— ¿Por qué deberíamos escucharte? Una chica no es rival para un hombre.

Delano le disparó a ese, apretando los dientes, fue más rápido.

— Mostraré mi valía una sola vez, el próximo que se llene la boca hablando de mí, le meteré plomo por el culo para que recapacite, a la Koroleva de la Bratva nadie la contradice.

Me despojé de mis armas y la chaqueta, bajando los escalones, navaja en mano, jugando con ella, relajada, entrando a La jaula, encerrándome dentro con un sujeto que posiblemente mida lo que Alexander, el mismo cuerpo fornido, más cicatrices, más feo, más tosco, no es ni parecido a... a mi esposo.

— Tú dirás, muñeca ¿Quieres que te folle delante de todos o en privado?

Sujeté su brazo para darme, rodeé su cuello con mis piernas y usé todo mi peso para llevarlo a piso, asfixiándolo mientras le rompo la extremidad, apretando con fuerza, ignorando los golpes de su brazo libre en mis piernas, soportando, si lo soltaba, estaré perdida.

Me mantuve en esa posición, forcejeando con él hasta aturdirlo lo suficiente para sentarme sobre su pecho, tomar mi navaja y clavarla en sus ojos, escuchándolo gritar.

Recibí un golpe en el rostro que no me impidió seguir con mi carnicería, clavándole la navaja tantas veces en el rostro que apenas pude reconocer cómo era el sujeto al comenzar esta cacería, rebanándole el cuello cuando perdió fuerzas en su pobre intento por protegerse, cortando piel, venas, arterias, tendones, musculo, hueso, cortándolo todo hasta sostener su cabeza en alto, sonriendo con malicia, sintiendo la sangre de ese imbécil gotear de mi ropa, enrojeciendo parte de mi abdomen, mis brazos, salpicaduras en mi rostro.

— ¿Alguien más quiere ser cercenado hoy? Apenas estoy calentando.

Lanzando la cabeza contra los barrotes, limpiándome las manos en los pantalones, viendo La Jaula ser levantada, el silencio sepulcral a mi alrededor, los sujetos abriéndome el paso, brazos atrás, cabeza baja, presentando sus respetos.

— Tú. Vino — señalando a un imbécil cualquiera— Y tráiganme algo de comer, algo fresquito, muerto de hambre.

Aceptando el ofrecimiento de uno de mis hombres, dando vuelta una botella de agua mientras me lavaba las manos para quitarme los restos de sangre de ese imbécil, ahora estaré pegajosa el resto de la velada.

Subí otra vez al trono, tomando asiento de piernas cruzadas, señalando la mesa cuando dejaron la fruta, la copa y el vino, bajando con rapidez, nadie sube los escalones a menos de que la máxima autoridad, o sea yo, lo permita.

— Oye, te recuerdo que no puedes beber, bruta.

Susurró Delano, inclinándose hacia mí.

— Lo sé, sólo quería hacerme la importante, bebe tú.

Suspiró relajándose, tomando asiento en el brazo del trono, llenando la copa, bebiéndola de un sorbo.

— Comiencen a descartar la basura — dije en voz alta— Quiero hombres de fiar en mis filas, no perras lloronas y débiles.

La música sonó otra vez, las apuestas comenzaron, las jaulas comenzaron a funcionar, las esclavas se movieron otra vez para complacer a sus dueños, todo comenzó a andar otra vez, como es debido.

— ¿Ezra?

Pregunté a Delano.

— Con Tanya en el hotel, duerme como tronco la niña, como la dejaste.

— Perfecto — tomando una manzana, dándole una buena mordida— ¿Los hombres que envié a China?

— El viaje dura casi doce horas, aún no aterrizan, Lev encabeza la misión, te llamará en cuanto aterricen, relájate un poco.

— No puedo relajarme, sigo ansiosa, muero por ponerle las manos encima a algo más, ese idiota no fue suficiente, mucho bla bla, poca acción.

— ¿Te recuerdo otra vez que estás embarazada?

— ¿Te recuerdo yo a ti que eso no me va a impedir venir aquí, darme de madrazos con quien se me cruce y estar en el fuego cruzado si se me da la gana?

— ¿Quieres matar al bebé antes de que nazca?

— Este bebé es hijo de Sasha y mío, es hijo de sobrevivientes. Te aseguro que va a soportarlo todo, no voy a parir a un cobarde sobreprotegido, voy a parir a un Volkov, un guerrero o guerrera superviviente como sus padres.

— Pareces muy entusiasmada a pesar de que estás siendo una idiota si piensas arriesgarte a pesar de todo.

Me encogí de hombros, tomando las uvas.

— El que tenga miedo de morir, que no nazca, Delano. Yo no tendré miedo nunca más, voy a hacer lo que tenga que hacer para vengarme.

***

El día que Tanya cumplió tres años, la reconstrucción de la casa se completó, se le celebró, por supuesto, era el primero que le celebran, el primero con nosotros.

Ella estaba mucho más grande, puede pronunciar la R sin problemas, y como hija mía... sonará cruel, pero las princesas delicadas no me sirven, no necesito a nadie que tenga miedo de quebrarse las uñas.

Le daré el gusto a mi cachorra.

— Primera lección, preciosa, nunca pierdes de vista la presa. Las mujeres Volkova somos fuego, si lo miras, lo atrapas, si lo atrapas, le apuntas, y si disparas, es para matar, nunca mostramos debilidad, nunca bajamos la cabeza ante nadie, somos superiores, siempre ¿Entendido, cachorra?

Ella me miró con sus goggles bien puestos, asintiendo.

— Sin piedad, sin titubear, sin temer, nosotros somos el depredador, nunca la presa.

Dijo mi pequeño orgullo.

— Así es, preciosa.

Acomodé el fusil en la mesa blanca en el campo de tiro, el mismo lugar dónde aprendí yo, pero Tanya no empezará con blancos inertes, le enseñaré con blancos de carne.

— ¡Suéltalos, Misha!

Tres sujetos, seguidores de Viktor que no lograron darme ninguna respuesta satisfactoria comenzaron a correr de manos atadas, planeando escapar.

— Tu dedo aquí — apoyando su pequeño dedo en el gatillo— Lo sostienes bien, la culata la apoyas en tu hombro, el ojo en la mirilla, aunque puede ser engañosa en ocasiones, la boca del arma es más certera — apoyando mis dedos sobre los suyos, mi pecho en su espalda para darle soporte y seguridad— Fijas el objetivo — apuntando bien— Y disparas, jala el gatillo Tanya.

Tardó un poco, el gatillo era un poco duro para ella, le ayudé sólo un poquito, pero quería que sintiera que la victoria era suya, viendo al hombre caer, un certero disparo en la cabeza.

— ¡Otra vez! Faltan dos, mami, el depredador no deja ir a su presa, nunca.

— Esa es mi cachorra.

Repitiendo el mismo proceso, le ayudé a apuntar y a presionar ligeramente el gatillo, derribando a los otros dos, juntas, chocando palmas.

— ¿Cuándo podré hacerlo sola?

Cuestionó, quitándose los goggles, emocionada.

— Cuando seas capaz de disparar sin que el impulso te lleve hacia atrás, hay que trabajar en tu equilibrio, y cuando puedas apretar el gatillo por tu cuenta, hay que entrenar.

Bajó de la silla donde la tenía parada de un salto, le dio un beso a mi panza de cinco meses y echó a correr al campo de entrenamiento, lanzándose sobre Delano, sujetándose a su pierna, este no dudó en alzarla, viéndome acercarme a paso normal hacia ellos.

— ¿Cómo estuvo la primera vez de la princesita?

— Princesa no, Delano, soy una cachorra, un depredador, seré una leona como mamá, una Koroleva.

Sonreí orgullosa, asintiendo.

— Así de bien, Tanya será tremenda.

— No lo dudo. Será una gran hermana mayor también — tocando mi panza, sintiendo al bebé moverse— Es bien activo ¿Sigue sin dejarte dormir?

— Lo estamos manejando — tocando mi panza también, nostálgica— El pequeño Alex y yo estamos negociando una tregua ¿No es así, pequeño?

Alexander no estaba en China, no había ningún paciente registrado en la clínica con su nombre, en ninguna clínica de ese país más bien, tampoco en Taiwán, Japón, Austria, Dinamarca...

Visitamos los diez países con el mejor sistema de salud del mundo, y no había rastro de los Volkov por ninguna parte, comienzo a pensar que quizá... si esté muerto.

No descansaré hasta ver a Viktor hecho pedazos, a su mujer desmembrada y a Annika irreconocible por todo el plomo que le voy a meter, tengo que encontrarlos, se los prometí a mis hijos, prometí vengar a su padre.

Una Volkova no falta a su palabra.

Una Volkova no se rinde.

Una Volkova no deja ir a su presa.

Eso le enseñé a mi hija y debo dar el ejemplo, debo cazarlos y matarlos.






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BUENAS NO TAN BUENAAAAS

TENGO EL CORAZÓN EN LA MANO BESTIEEEES

PARA LAS QUE VIERON EL PEDACITO DE SPOILER, YA VAMOS POR EL COMIENZOOO

ALEXANDER ESTARÁ MUERTO?

DÓNDE ESTÁ VIKTOR? 

POR QUÉ NADIE PUEDE ENCONTRARLOS?

LENA ESTÁ EMBARAZADA, TARDÓ DEMASIADO EN TOMARSE LA PASTILLA

DELANO FUE EL CAUSANTE DEL POSITIVO, ÉL Y SUS CONDONES PINCHADOS

AL MENOS SABEMOS QUE MILENKA LO HIZO OBLIGADA Y NO FALTÓ A SU AMISTAD CON LENA

CLARO QUE CASI SE HIZO ENCIMA CUANDO ELLA LE DIJO QUE ORQUESTÓ SU ATAQUE JAJAJAJA ESA NO SE LA ESPERABA

ME GUSTÓ QUE TODAS LLEGARAN A DARLE APOYO, LENA ESTABA MUERTA DEL MIEDO

Y SU "NO PUDE SALVARNOS" ME DOLIÓ EN EL ALMA

PERO LENA MODO LEONA ORGULLOSA ENSEÑANDOLE A SU CACHORRA?

LAS MUJERES VOLKOVA, SUPERIORES

CERO DUDAS DE QUE TANYA SERÁ TREMENDA CUANDO CREZCA, SUS CONVICCIONES BIEN CLARAS, ENTRENADA DE PEQUEÑA PARA MATAR

DIGNA PRIMOGENITA DE LA RAMA VOLKOV 

ALEX SERÁ TAN TREMENDO COMO ELLA, NO LO DUDO

AAAAAAAH ALEXANDER DÓNDE ESTAAAAAAAAAAAAAS

QUÉ PROCEDE? ME DUELE EL CORAZÓN

NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO BABYS

BESITOS EN LA COLA

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