Capítulo 15


ALEXANDER.

Acabo de llegar a casa y lo primero que hice fue buscar a Delano por todas partes hasta encontrarlo y arrastrarlo directo a mi despacho, serví dos whiskies, uno para cada uno, bebiendo el mío de golpe, llenándome el vaso otra vez.

— Ok ¿Qué sucede?

Dijo Delano al ver que llevo cinco minutos vaciando y llenando el vaso, volviendo a beberlo.

— Estoy en problemas, muchos problemas.

Mi amigo rodó los ojos, quitándome la botella para llenarse el vaso.

— ¿Lena te quiere muerto?

— No ¿Por qué me querría muerto?

Ladeando la cabeza, confundido.

— Entonces no estás en problemas, sólo eres un dramático ¿Solucionaron el temita de los celos de Lena? Supongo que sí en vista de que parecías perro en celo siguiéndola hasta las escaleras sin conocer el espacio personal.

— ¿Sabes lo que me dijo?

— Si fuera adivino, amigo...

Haciendo girar el liquido en su vaso, restándole importancia a mis problemas, se lo estaba tomando al chiste cuando yo estoy a dos pasos de sufrir un infarto por la presión.

— Dijo que se hará fuerte para protegerme, dijo que se ofrecerá para ir a la casa de mi padre como una ofrenda de paz, él cree que ella es nuestra esclava, dijo que lo hará para sacar a Tanya de la casa, que torturará a Annika por mí, para vengarme... joder... esa mujer está loca se cree que dejaré que ese viejo de mierda asqueroso le ponga las manos encima, pero ¿Su intención? Ella lo comprendió y me apoyó, no me dejó, no se burló, no se asqueó, ella... dijo que iba a quedarse y que será mi escudo... Delano, Jelena se me metió mucho en la cabeza, no me equivoqué con mi decisión de traerla a casa, ha sido la mejor decisión que he tomado en mucho tiempo.

— Te gusta ¿Cierto? Bueno... eso es más que obvio, babeas por ella, mi amigo, y a ella también le gustas, ya escuchaste más o menos sobre su plan de dos pasos que rindió sus frutos, caíste redondita por una ex monja.

Riéndose de mí, la verdad, sí era irónico.

— No es gracioso, Delano.

— ¿No lo es? Porque a mí me hace mucha gracia.

— Es que esa mujer nunca debió ser monja, es mala Delano, es una pervertida, ese es mi problema, es una diabla disfrazada de ángel.

Frunció el ceño, apoyando los codos en mi escritorio para estar más cerca.

— Yo pensé que exactamente eso querías, que dejara de ser una santurrona.

— Bueno, sí quería, pero mira esto.

Desbloquee el móvil, teclee un par de cosas y lo empujé hacia él, mirando su media sonrisa burlona.

— Alarma para "Desflorar a la pequeña Lena" ¿En serio? — carcajeó— ¿Y qué tiene de malo? ¿Lena no quiere? Porque si no quiere déjame decir que te voy a golpear si le pones una sola mano encima a la Malyshka.

— Ese es el problema, Delano, ese es el gran problema, ella lo quiere, lo desea mucho y de seguro está contando los días para que me la folle.

— No capto — regresándome el móvil— No entiendo cual es el problema, Lena y tú han hecho prácticamente de todo menos penetración.

— ¿Y si no se me levanta? ¿Y si le hago daño por estar oxidado? Delano, no recuerdo como se follaba, borre eso de mi cerebro y no tengo ni la menor idea de cómo tratar a una virgen.

— Alexander, no te presiones, si te presionas, peor será, sólo deja que las cosas fluyan.

— Fue mi idea pedirle que me de un día porque en ese momento estaba un poquitín desesperado por tener todo de ella, Lena tiene expectativas ¿Y si no las cumplo?

— Joder... — rodó los ojos llenando el vaso de ambos— Me siento como un doble agente porque Lena de seguro tendrá la misma conversación en el club al anochecer. Sasha, tú solo preocúpate que ella esté cómoda, que esté bien húmeda o ahí sí que puedes lastimarla, y si no estás seguro, lleva un lubricante — encogiéndose de hombros— Ya sabes, el juego previo es importante, has lo mismo que hicieron en el baño cuando te pusiste como animal en celo e hicieron toda una escena del crimen por no aguantarse, has lo mismo, y después, el sexo.

— Espera ¿Cómo tú sabes eso? Yo no te lo conté.

Se rascó la nuca, mirando en otra dirección.

— Creo que tengo la mala costumbre de llamarla cuando estoy ebrio, estaba en el club, tú estabas dormido, y ella nos contó más o menos en qué están.

— ¿Y qué te dijo? ¿Ves como sí debe tener expectativas? Mañana es el día, MA-ÑA-NA.

***

DELANO.

Intenté no reírme de lo irónico de la situación, el Boss, que atemoriza con solo su presencia, asustado por tener que follar con Lena, la ansiedad se lo come vivo y que tengan una fecha para ello no ayuda ¿Por qué no sólo dejan fluir las cosas y que pase lo que tenga que pasar?

Soy amigo de Sasha, sí, y quiero que se lo pase bien, pero también soy amigo de Lena y ella tiene metido en la cabeza que su primera vez tiene que ser especial, por lo que no puede ser algo simple como follársela en el cuarto y ya, tendré que intervenir.

— Alexander, cálmate, tengo todo planeado.

— Y qué tienes que estar planeando tú.

Frunciendo el ceño.

Los celos le afloran al menor indicio de interés hacia su cosita insignificante que nunca fue tan insignificante para él.

— Mañana yo tendré una cita con Lena, una muy romántica.

Hice la cabeza hacia atrás antes de que me volara la nariz de un puñetazo.

— Escucha el final de la historia — levantándome de la silla al ver que viene por mí— Tu papá debió ver la transmisión, te vio con Lena de seguro, ese vestido rojo que lució no pasaría desapercibido para nadie — intentando evitarlo mientras le contaba— Entonces, cómo el cree que ella es la esclava de ambos, saldré con ella a algún lugar concurrido para que no sospeche nada, es por Lena, la estoy cuidando.

Dejó de intentar agarrarme para romperme el cuello y frunció el ceño.

— Mañana es mi día con ella.

— A eso voy — boté el aire contenido— Demonios, qué animal eres, Sasha — mirándolo mal— Yo iré a una cita con ella durante el día, luego iremos a un hotel y...

Nuevamente tuve que escapar de él, este idiota no me está escuchando.

— Y tú vas a estar esperándola ahí — escudándome tras su escritorio, al pendiente de sus movimientos— Ella quiere algo especial, así que busca en Pinterest cómo decorar un cuarto de forma romántica, incluye el baño con el jacuzzi en tus ideas. Si van a hacerlo, esfuérzate en hacerle un detallito, a las mujeres les gustan los detalles.

— Bueno, me gusta tu idea — frotándose la barbilla— Pero ni siquiera tengo condones... oh... joder...

Sosteniéndose la cabeza otra vez.

— Espérame, yo tengo por montones, te dejaré algunos, voy por ellos.

Asintió yendo hacia su silla y tomando asiento, tomando la botella otra vez, realmente afligido por la situación, pero conociendo a Lena, ella no lo va a presionar, es más, buscará algo que hacer para que Sasha no se sienta incómodo, esa mujer tiene que quedarse a su lado o Alexander perderá la cabeza.

Llegué a mi cuarto y abrí mi mesa de noche, tomando unos diez preservativos sólo por si funciona y terminan follando, tomé también una aguja, me persigné y comencé a hacerle agujeros a todos y cada uno de ellos, varios agujeros chiquititos que a simple vista no se verán, pero más de algo escapará por entremedio.

— Lena, perdóname, yo te quiero mucho, pero prefiero asegurarme de que no te irás.

Listo con mi sucio trabajo que nadie debía saber, regresé con Alexander y se los entregué, hablando sobre sexo con él, petición suya, para saber qué hacer, no lo toleró y terminó vomitando en el baño de su despacho.

Realmente no sé cómo lo harán funcionar si ni siquiera es capaz de hablar de sexo... pero espero que Lena sepa ayudarlo.

***

Como estaba planeado, el mismo grupo de siempre fue al club, Lena pagó por el tiempo con las chicas para que no estén yendo y viniendo, tiene un turno a media noche como stripper, su ropa está en los camerinos y yo no sé qué pasaría si Sasha sabe lo que ella hace cuando viene aquí, me mataría.

Estábamos en el cuarto de Ivanna todos juntos, bebiendo y hablando sobre sexo, qué sorpresa, le hice una seña a Milenka y dejamos el cuarto, yendo hacia el pasillo, asegurándome de que nadie podía escucharnos.

— ¿Por qué tanto misterio? ¿Qué pasa?

Preguntó.

— Lena lo sabe, sabe lo de Alexander.

Abrió mucho los ojos, palideciendo, probablemente recordando los sucesos de ese día.

— Ella sabe que yo...

— No, no lo sabe y no tiene que saberlo, no le conté esa parte, así que sería bueno que, si ella llega a preguntarte algo, le digas que no sabes nada, Lena no es tonta y sabe que algo sabes, pero Sasha me mataría si ventilo eso.

— Sí, por supuesto, yo no diré nada, Lena es mi amiga y me sentiría horrible si comienza a odiarme, yo lo merecería, pero... no quiero...

Apoyé mi mano en su hombro, asintiendo.

— Así que más te vale cerrar la boca, te pagamos mucho para que guardaras el secreto, así que... ni una palabra.

— Mis labios están sellados.

— Perfecto.

Regresamos dentro tomando asiento en nuestros respectivos lugares, bebí a largos tragos, mirando a Ivanna que ya estaba con sus cosas otra vez, gracias a sus clases practicas y sus detalladas explicaciones, Lena se está haciendo toda una experta en la materia, la maldad brillándole en los ojos.

— Cómo te decía, si la vas a perder, la mejor postura es la de perrito, Lena. Será más fácil que esa bestia entre y tú sentirás menos dolor.

Explicó la pelinegra, Ivanna se toma muy en serio el aconsejarla para que se sienta segura de lo que está haciendo.

— Pero es la primera vez, en la primera vez uno quiere verlo a los ojos — protestó Catrina— La pose del perrito la dejaría para cuando ya agarren vuelo, para que la nalguee y la sujete por el pelo para montarla como merece esta potraza.

Señalando a una Lena sonrojada.

— Mi consejo como hombre es que sólo te dejes llevar, Lena — le dijo Misha— Podrás estar muy nerviosa antes de comenzar, pero ya estando en medio del juego previo, la vergüenza se va y el cuerpo sabe lo que quiere, sólo tienes que escucharlo, no es mecánico y no es planeado, es algo que solo fluye.

— Te hice una cita con mi estilista — dijo Milenka— Depilación, uñas, cabello, masaje y pestañas, cortesía mía, bonita.

Lena me miró y luego a Milenka.

— Es que... mañana tengo una cita con Delano.

Voltearon a verme tan rápido que pensé que la estaba cagando, pero no, esto es por Lena, Lena merece vivir y sonreír.

— ¿Y tú por qué tienes una cita con ella? —preguntó Orel— ¿El Boss sabe? Y si sabe ¿Por qué estás vivo?

Carcajee.

Si supieran que casi me mata.

— Sasha sabe, es sólo una especie de acuerdo que tenemos, para que Lena pueda elegir.

Ahora todos voltearon a ver a Lena.

— ¿Te gusta también Delano?

Preguntó Rachel, acercándole la botella.

— ¿Qué te parecen los tríos, Lena? ¿Quieres hacer uno conmigo y Delano?

Preguntó Ivanna entrelazando sus dedos, apoyándolos en su regazo, como si estuviese cerrando el mejor trato comercial de la vida.

— No me gusta Delano... de manera romántica, él me gusta como amigo, me siento cómoda con él, puedo contarle cualquier cosa y sé que no se va a burlar de mí, sino que intentará ayudarme, por eso acepté ir a la cita con él.

— Mañana podemos pasar al salón — le respondí sonriendo enternecido por la forma en la que me tiene en consideración— Tengo otras cosas planeadas para nosotros, modificaré nuestro itinerario.

— Gracias, Delano.

Estirándose para tomar mi mano, dándole un apretón.

Algo tiene esta chica... acabo de darme cuenta que haría lo que sea por ella, y en cuanto a los condones pinchados, yo no sé si lo hice por Sasha o por mí para seguir viéndola, y no es que me guste, es sólo que no quiero que le hagan daño, necesito protegerla del mundo entero.

— Iré a prepararme — se levantó Lena, mirando la hora en su móvil— salgo a media noche y me regreso.

— ¿No quieres que te acompañe? Digo... espero afuera y todo, pero ¿Y si algo te sucede?

No puedo evitarlo, las palabras salen de mi boca antes de procesarlas.

Yo también tengo un grave problema, las preocupaciones de Sasha se vuelven las mías, y si Lena es su posesión más valiosa, será la mía también.

— No me pasará nada, estaré en el piso de abajo solamente, exagerado — carcajeó cruzando entre los cuerpos desparramados por aquí y por allá— No le cuenten a Sasha, nos vemos en un rato.

Guiñándole un ojo a todos antes de abandonar el cuarto.

Fue Akim quien me sujetó por el brazo para no ir tras ella, no me di cuenta y ya estaba casi en pie para seguirla.

— Ya en serio, desembucha —me señaló Katya con su manicura perfecta— ¿Te gusta Lena o qué? El Boss no permite ni siquiera que respiren el mismo aire que ella ¿Qué te traes?

— ¿Eres suicida? Porque si quieres morir, deja que yo lo haga, seré más piadoso.

Señaló Lev.

— Son unos imbéciles — sentándome otra vez, bebiendo de mi botella— Lena es mi amiga, Sasha la quiere, yo quiero cuidar lo que es preciado para él, sólo eso. Tengo veintisiete, ella es una niña.

— Parece no ser problema para el jefe, la Malyshka lo trae de los huevos bien sujetos.

Dijo Misha.

Y yo no podía desmentirlo porque era muy cierto.

— Bueno, un brindis por Lena y su capacidad de embelesar hombres sin darse cuenta.

Dijo Ivanna, levantando su botella.

— Por Lena.

Respondieron todos, bebiendo mientras yo seguía mirando la puerta.

Si algo le pasa a esa niña, estoy muerto.

***

Cinco minutos antes de medianoche, bajamos para ver el espectáculo.

La luz se hizo tenue, el hielo seco le daba un toque misterioso al lugar, las luces moradas y rojas llaman la atención del público masculino, expectantes por las bellezas que caerían del cielo.

— Si el jefe supiera cómo se viste Lena cuando se presenta...

Tembló Akim, persignándose.

— Yo no quisiera ser el idiota que le dé un reporte de estas salidas, que bien que no lo pide.

— Ese idiota sería yo — dije— Y ya estaría muerto, así que agradezco que no me lo pida.

La música comenzó a sonar viniendo de todas direcciones, las jaulas descendieron lentamente, dentro, chicas en poca ropa contornean las caderas para llamar la atención de los sucios pervertidos que vienen a perder todo su dinero sólo por mirar un baile caliente de esas chicas y los tubos en el medio de la jaula.

— Ahí está Lena.

Señaló Milenka aplaudiendo emocionada.

En esta ocasión, Lena iba vestida de ángel... bueno, era la intención, su brasier forma un triangulo hasta su cuello, la barba bordeando la curvatura inferior ¿El problema? Tiene medio pecho descubierto y muy por suerte le cubre el pezón, su tanga era... joder... Un triangulo en el frente de encaje, plumas en las caderas, y una fina hebra entre sus glúteos, mostrándonos ese glorioso culo que carga, va en tacones y porta ligas con medias, todo blanco, una corona de flores blancas en el cabello y un par de alas, hoy ella es un ángel.

— Sí, no te gusta — se burló Lev— Tienes un gran problema, Delano, uno muy duro.

Miré mi entrepierna, efectivamente estaba duro.

— Soy un hombre, el cuerpo traiciona, esto no quiere decir nada.

Cruzándome de brazos, observando la seguridad de Lena, recordando que al comienzo se avergonzaba hasta de ir en ropa deportiva, moviendo las caderas, sujetando el tubo y descendiendo en lentos movimientos, observando provocadora a todo quien se acercaba a dejarle dinero, girando por el tubo, utilizando sus piernas para sujetarse y de cabeza volver a girar, cada movimiento calculado, cada uno con más gracia que el anterior, moviendo su cabello, sonriendo coqueta, hechizando a todos esos hombres con su mirada, una bruja, una ninfa, un hada, un ángel y un diablo ¿Qué más, Lena? ¿Qué más puedes ser?

— ¿Qué estás haciendo?

Golpeando la parte trasera de la cabeza de Misha cuando se levantó con la clara intención de ir a dejarle dinero, sólo me miró encogiéndose de hombros mientras se sobaba, yendo de todas maneras, Lena le guiñó un ojo y continuó con el show.

— Tú no le tienes miedo a la muerte.

Lo regañé.

— Y tú no tienes bolas, mi amigo. Yo sé admitir cuando una mujer es hermosa y eso no significa que me gusta.

Fruncí el ceño, en algo tiene razón.

— Bueno, tengo que admitir que tiene buen culo, y todos los movimientos que hace, esa... elasticidad que no sabía que tenía, es... wow, Lena es muy buena en esto.

Dije, rindiéndome.

— ¿Ves como no se te cae el pito por reconocer la belleza femenina?

Se unió Lev a la conversación.

— Sólo... mírala, joder, no sé como lo hace, hay que tener mucha fuerza de brazos para eso.

Alabando su técnica sin temor, Lev admira la fortaleza de Lena, siempre lo ha hecho.

Miré lo que señalaba, viendo a Lena sujetarse con sus manos, estaba de cabeza, sus piernas bien separadas formando un perfecto ángulo de 180°, girando lentamente para que todos tuvieran una buena vista de ella.

— Yo admiro su ropa interior — Dijo Ivanna— No entiendo como no se le escapa una teta.

La verdad, yo tampoco lo entiendo, pero hoy, ese ángel parece listo para llevarlos a todos al infierno para pecar.

***

JELENA.

Llegué a casa cerca de las seis de la mañana, como cada vez que salimos, Delano me subió por las escaleras sujetando mis zapatos en una mano, y mi cintura por la otra para no terminar en el piso.

Sinceramente yo ya no quedo en ese deplórale estado en el que no puedo mantenerme en pie por mi cuenta, pero a él le encanta jugar al caballero de brillante armadura, así que lo dejo.

Abrió la puerta del cuarto y lanzó mis zapatos dentro.

— Ok, entra al cuarto y cierra con seguro, quiero escuchar el clic o no me moveré de tu puerta.

Soltándome dentro de la habitación.

— Puedes irte, Delano, yo me hago cargo de esta borrachita nudista.

El cobarde no quiso que le cayera la gorda encima, prefirió abandonar el barco y cerrar la puerta, dejándome con el león blanco que se levantaba de mi cama, caminando hacia mí.

— ¿Qué crees, Lena?

— ¿Mi fotógrafo profesional te envió el reporte de mi vestimenta de hoy?

Me aventuré a preguntar, soltando mis cosas en el piso, caminando hasta el baño, necesito tomar una ducha antes de dormir.

— Sí que lo hizo, y estabas bastante desnuda.

Siguiéndome al baño, celoso y todo, me ayudó con el vestido, parándose de brazos cruzados junto a la ducha con la puerta de cristal abierta, viéndome mojar mi cabello.

— Pero me veía bien ¿No crees? Cada vez me siento más cómoda con mi cuerpo, gané un buen dineral hoy.

Abrió la boca para protestar, pero la cerró rápidamente, mirando en otra dirección.

— Sí, te veías muy sexy, Lena, me alegro que te sientas cómoda con tu cuerpo, cada centímetro de él es hermoso.

Sonreí.

Celoso y todo, sigue fomentando mi alta autoestima. Yo sé que gracia no le hace que salga medio desnuda a bailar, pero intenta comprender mis razones, quiero aprender a no avergonzarme de mí misma, y los halagos funcionan mucho cuando apenas estás comenzando a quererte, así, poco a poco voy conectándome con mi amor propio.

Me detendré cuando no necesite de los halagos para sentirme bonita por mi cuenta.

— ¿Dormirás conmigo hoy? Tengo un poquito de frío.

— ¿Frío? Aumentaré la temperatura del cuarto ¿Te seco el cabello? — se olió— Mmm... creo que yo también necesito un baño, maté a alguien y sigo oliendo a sangre, no te gusta ese olor.

Detalles.

Esos detalles hacen que este tonto me guste.

— ¿Nos bañamos juntos?

Propuse.

— Creí que nunca lo preguntarías.

Fue imposible no reír al ver la premura con la que se quitó la ropa y entró a la ducha, pegándose a mi espalda, podía sentir su pene apoyado en la curvatura de mi trasero, sujetando mis caderas, besando mi hombro.

— ¿Qué hay de la pequeña Lena? ¿Sigue apuñalada?

Preguntó muy serio.

Carcajee.

— No, ya se acabó, así que... sin presiones, si mañana no te apetece, siempre podemos ver El rey león II, la curiosidad me mata, pero te estoy esperando para verla.

— ¿Qué prefieres? ¿Ver El rey león II o mi pene? Me hieres mujer, peleando por tu atención con una película infantil.

— No me puedes negar que Simba es sexy.

Carcajeó en mi oído y ese es mi sonido favorito hasta ahora.

— Me quedó más que claro, Lena, me voy, me acabas de ofender.

En tono de broma.

Giró y rodee su cintura, incapaz de lograr entrelazar mis dedos atrás, Alexander era alto y fornido, de espalda amplia, el abdomen marcado y gruesos músculos en sus brazos, vello cubre su fuerte pecho y también bajo el ombligo, un camino hasta su erguido pene, siempre dispuesto.

— Eres un tonto ¿Te lo han dicho?

— Sólo tú has tenido los ovarios ¿Debería matarte?

Rodeando mi cuello con su mano, apretando ligeramente, yo descubrí que ese tipo de cosas me gustaban.

— No lo sé ¿Deberías?

Deslizando mi índice por su longitud, viéndolo apretar los dientes, temblando.

— Eres una maldita perra ¿Te lo han dicho?

Apretó un poco más, acercando su rostro al mío, observándome como si me odiara.

— Un par de veces, sí, así que comenzaré a comportarme como una ¿Qué dices?

Plantó un rudo beso sobre mis labios, empujándome hasta chocar la espalda con la fría cerámica, el cambio de temperaturas me hizo arquear la espalda, mi cuerpo ya estaba listo para un poco de acción.

A quien madruga, Dios lo ayuda y yo necesito ayuda con el cosquilleo en mi entrepierna de forma inmediata.

— Digo que es hora de tomar un baño e ir a la cama, muero de sueño.

Soltándome y fingir bostezar, tomando el champú presionándolo sobre mi cabeza, deslizando su mano para dejarlo pegado ahí, comenzando a lavar su propio cabello.

A regañadientes rodé los ojos y me bañé en silencio, mirándolo con odio en un par de ocasiones mientras este fingía no darse por enterado, mirando por sobre mí, como si no existiera.

Maldito hombre sexy y gigante de calendario, te odio.

Seguí mirándolo mal mientras me secaba el cabello y me hacia ponerme una de sus camisetas, me puse las bragas viéndolo lucir su ropa interior, caminando ambos a la cama, pegó mi espalda a su pecho, entrelazando nuestras piernas, besando mi cabello.

— Buenas noches, cosita insignificante.

— Buenas noches, jefe.

— ¿Ahora soy el jefe?

— Buenas noches oh todo poderoso Boss.

— No me refiero a eso, dime como siempre.

Protestó.

— Buenas noches, señor Volkov.

Bufó.

— Lena...

— Jelena Kovaleva para los conocidos, Lena para los amigos.

— Oye... ¿Te enojaste?

Sonó preocupado.

— No estoy enojada, te estoy molestando — casi olvido que no puedo hacer bromas de este tipo con él— Eres un tonto, Sasha.

— Sí... así está mejor, ahora sí puedo ir a dormir, descansa, bebé.

Rodé los ojos, sonriendo.

— Descansa, Sasha.

Ok... tendremos que trabajar en lo fuerte que me aprieta mientras dormimos, me quitó el aire en un par de ocasiones y tuve que despertarlo para que relajara los brazos a mi alrededor, pero apenas se dormía lo hacía de nuevo.

Poco a poco, mejoraremos poco a poco.

***

A la mañana siguiente, desperté sola en la cama, miré la hora, nueve treinta, Alexander debió apagar mi alarma, debe haber movimiento en la primera planta, comienzo a comprender su modo de actuar.

Con toda la calma del mundo me puse mi ropa deportiva, un short ajustado y un top, no sé a qué hora saldré con Delano y prefiero estar lista si me atrapa con un entrenamiento sorpresa, le dije que necesito que sea más duro conmigo, necesito prepararme más rápido para poder ayudar a Sasha.

Ya vestida, aseada y con el cabello tomado, dejé le cuarto y recorrí el pasillo con lentitud, bajando las escaleras, sintiendo el olor metálico de la sangre en el aire, y efectivamente había cuerpos repartidos por aquí y por allá.

Esta vez evité los charcos, evité respirar y caminé directo a la cocina para comer algo antes de ir en busca de Delano, para mi mala suerte, había tres sujetos de la Bratva ahí, preparándose el desayuno en el mueble junto al refrigerador, dónde necesitaba ir.

— Vaya, la pequeña zorra decidió mostrar su cara ¿Te crees de la realeza? ¿Digna de comer y dormir en una cómoda cama sin retribuirle de ninguna manera al Boss?

— Sí lo hace, le abre las piernas al jefe, recuerda.

Le respondió el otro, volteando para mirarme con su sándwich sobre un plato.

— ¿Dónde estuviste estos días, pequeña zorra?

Preguntó el tercero.

Me acerqué a ellos fingiendo indiferencia, robándole el sándwich al sujeto del medio.

— Cogiéndome a tu padre — guiñándole un ojo— Nada que destacar, una mierda, igual que su hijo.

Le di una mordida al sándwich sonriéndole antes de dar media vuelta y dejar la cocina.

— Malditos idiotas ¿Qué les importa dónde estuve?

Regresando por el pasillo, doblando a la izquierda, evité los cuerpos y me dispuse a ir al despacho de Alexander, quizá encuentre a Delano ahí con él.

Antes de abrir, toqué tres veces, no quería encontrarme con algo desagradable, pero su voz me dio el pase de entrada, supongo que ya todo está bien.

Abrí la puerta desvaneciéndose mi sonrisa de forma inmediata, viéndolo lucir su camisa blanca repleta de sangre, las manos manchadas, rascándose el cabello con el cañón de su arma, paseándose de un lugar a otro como león enjaulado.

— Mierda, Lena — observándome asustado— Se supone que dormirías un poco más por el cambio de horario.

— ¿Esclava nueva, Boss?

Una voz desconocida.

Reparé en la persona atada en una silla frente a él, sus manos ensangrentadas bien sujetas en los brazos de la silla, no tiene uñas, el alicate con el que parecieron retirárselas descansa sobre el escritorio acompañado de un par de dientes, Sasha lo estaba torturando.

— Sí, su esclava, su perra, su zorra, como quieras llamarlo — dije, mirando al sujeto directo a los ojos. Que no te intimide, Lena— Vine buscando a Delano ¿Lo has visto?

Preguntando al Boss.

Alexander me miró confundido, observándome en caso de que algo estuviese mal.

— Delano... está un poco ocupado ahora ¿Necesitas algo?

— Tengo hora con el estilista, dijo que me acompañaría, pero si está ocupado, tomaré un auto, un par de escoltas y me iré por mi cuenta, llevaré el móvil ¿Sándwich?

Estirándolo hacia él.

Caminó hasta mí, acercó su boca y le dio un mordisco, aun mirándome con desconfianza, preocupado.

— ¿Todo bien?

Hablando con la boca llena.

— Ya le estoy tomando el ritmo — dándole un mordisco yo ahora— Nos vemos más tarde, feliz tortura.

Dando media vuelta dispuesta a cambiarme de ropa para salir, fue su mano ensangrentada lo que me detuvo, soltándome en cuanto notó que manchó mi brazo.

— ¿Sí?

Volteando a mirarlo.

— Toma esto, diviértete.

Entregándome su tarjeta negra intentando dármela de la forma más limpia posible.

— Yo tengo dinero.

Protesté.

— Pero quiero que uses el mío, ahora vete, tengo que terminar de sacarle información antes de que se desangre.

Extendí mi sándwich hacia él para que le diera una última mordida antes de tomar la tarjeta y dar media vuelta, cerrando el despacho a mis espaldas, recorriendo el pasillo de regreso a mi cuarto, me limpie, limpie la tarjeta, me puse unos pantalones de cargo negro, un top y unas zapatillas, un polo encima y dejé atrás la casa, montada en el auto para ir a mi cita con el estilista.

Parece un día ajetreado para la Bratva ¿Será día de sexo? ¿Delano siquiera llegará a nuestra cita?




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BUENAS BUENAS HIJAS DE SATÁN

SIGO BUSCANDO UN MODELO DIGNO DE DELANO JAJAJJAJAJA SI ENCUENTRAN A ALGUIEN QUE TENGA LA VIBRA, YA SABEN, MENSAJITO MENSAJITO

BELLEZAAAS, COMENZÓ EL CAPITULO CON PAPI ALEXANDER SECUESTRANDO A DELANO PARA LLEVARLO A SU DESPACHO, DESAHOGANDOSE

ALEXANDER TIENE MIEDO DE NO DAR LA TALLA EN SU NOCHE DE DESFLORA A LA PEQUEÑA LENA 

OLVIDÓ COMO ES TENER SEXO, NO SABE SI VA A FUNCIONAR Y TIENE MIEDO DE NO CUMPLIR LAS ESPECTATIVAS DE LENA

DELANO INTENTA ACONSEJARLO LO MEJOR QUE PUEDE, HABLANDOLE SOBRE SEXO PARA QUE RECUERDE CÓMO ES... 

LAMENTABLEMENTE SASHA NO LO SOPORTA Y TERMINA VOMITANDO, POBRE

DELANO SE HACE EL BUEN SAMARITANO Y LE REGALA PRESERVATIVOS... PINCHADOS

SI ALEXANDER Y LENA LLEGAN A OCUPAR ESOS, LAS DESGRACIAS PODRÍAN LLEGAR 

Y JODER CON DELANO, PIERDE UN POQUITO LA CABEZA CUANDO SE TRATA DE LENA Y YO YA NO SÉ QUÉ PENSAR

ESTABA EMBELESADO CON EL ANGEL HECHIZA HOMBRES QUE BAILABA DENTRO DE LA JAULA

CUIDADO, CUIDADITO DELANO

JELENA PARECE COMENZAR A ACOSTUMBRARSE A SU NUEVO ESTILO DE VIDA, NO SE DOBLEGA ANTE LOS INSULTOS DE LA BRATVA Y MANTIENE LA COMPOSTURA CON LA SANGRE

ALEXANDER ESTABA SORPRENDIDO

PERO LA PREGUNTA DEL MILLÓN...

SERÁ NOCHE DE SEXO? 

ESO LO SABREMOS EL PROXIMO CAPITULO

BESITOS EN LAS NALGAS, BESTIES, SE LES QUIERE

GRACIAS POR TODOS SUS COMENTARIOS Y ESTRELLITAS, NO PENSÉ QUE FUERA A SURGIR TAN RAPIDO LA HISTORIA, SON LO MEJOR DE LA VIDA

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