Libra, me contaste toda tu historia, me definiste tu ser.

Cuando el interminable torrente de palabras por fin cesó, después de tragarme mil veces mis palabras por fin hablé.

Te dije dos cosas, que eras una cobarde por no haberlo intentado, y que era una suerte para mi que lo fueras.

Jamás voy a olvidar la expresión de tu rostro, me miraste como si blasfemara, al parecer te ofendí, y luego, sonreíste.

- No es solo que ella sea mejor que yo - Dijiste - Es lo que él desea, lo que el quiere.

- ¿Y si te digo que yo te quiero a ti? - Le pregunté - ¿Y que sí te pido que te quedes, que me dejes tratarte? - Te dije, era arriesgado, pero tenía que gustarte, sino no hubieras venido, era yo, había esperanza ¿Verdad?

Después de unos minutos de tu atónita mirada, que parecieron una eternidad, por fin bajaste la mirada y un sonrojo te cubrió.

- Estoy aterrada Leo, y fuera de mi...pero...con Aries - Por Dios que odiaba cuando lo mencionaba - Digo...no quiero que el miedo... Me impida intentar.