Dejaste tu bolso en mi casa Libra, sé que fue un accidente, pero una parte de mi desea que no sea una equivocación.

Esperé el momento oportuno Libra, te llamé, tu voz sonaba ronca, sentí un nudo en el estómago, me ponías nervioso.

Jamás lo había estado, te dije que te daría tu celular si me veías esa noche, guardaste silencio, los nervios aumentaron, mi ego afloró para salavarme.

- Vamos, sé que quieres - Dije con seguridad, aunque mi mente me llamara idiota.

- ¿Qué te hace pensar que quiero verte? - Me respondiste sin atisbo de altanería o timidez.

- Todas quien hacerlo - Te respondí como idiota, era verdad, pero no tenía por que decirlo, no a ti.

- No soy como las otras - Dijiste sin poder disimular tu marcado acento alemán.

- Eso es lo que me gusta de ti - Dije con sinceridad, y justo cuando iba a gritarme a mi mismo por lo idiota que fui...accediste a venir.

Oh Libra, el nudo desapareció y una sonrisa boba la sustituyó.