Todas las mañanas acostumbraban a ser muy aburridas. Después de todo, lo normal es una noche de diversión, coqueteos, algún que otro beso, roce de ropa, y un buen revolcón, para al día siguiente levantarse, tomar una ducha y dar marcha a esa rutina nuevamente, ya saben lo normal.

Chuya Nakahara tenía todo el combo de belleza perfecta. Su cuerpo era fino y delicado como el de una chica, con curvas suaves y una silueta elegante. Su rostro era un verdadero cuadro de belleza, con ojos grandes y expresivos, y una sonrisa que podía iluminar cualquier habitación. No importaba lo que usara, él se seguía viendo perfecto y deseable, ya que su estilo era único y su confianza en sí mismo era admirable.

Dazai Osamu, él estaba con chicas y chicos, aunque prefería a las chicas. Su rostro era lindo y bien definido, con unos rizos en su cabello que estaban siempre desordenados, dándole un aire de sensualidad y misterio. Su gran altura era muy útil al estar coqueteando, ya que podía mirar a las chicas a los ojos y hacerlas sentir especiales. Su encanto era irresistible, y su personalidad era magnetizante, haciendo que todos se sintieran atraídos hacia él.

Chuya y Dazai no suelen llevarse del todo bien, pero cuando se trata de ir a divertirse son la mejor combinación. Complementaban sus ideas, acciones y apuestas, eso los hacía ser llamados el Soukoku de Yokohama, parecían la pareja de famosos bien parecida.

A.u. Los personajes de Bungou Stray Dogs no me pertenecen, solo los tome para esta historia.Pertenecen a Kafka Asagiri y Sango Harukawa