Capitulo. 20♥️💙
—Koyo, deja a Kenya, por orden de Paul.
—El no debe meterse en esto.
—El solo no quiere ocultar un cadáver.
—Nadie se lo pidio.
—Anne-san...
—Agh bien parare, solo por que tu me lo dices, no por que Paul lo haga, además ¿Que castigo le pondrán?
—Ira a la misma universidad que yo, sin ningún privilegio, creo que por el momento es suficiente.
—Estan siendo muy leves con el.
—Cualquiera pensaría lo contrario.
—¿Crees que lo que Kenya hizo es una travesura de niño? —alzo una ceja, mientras se cruzaba de brazos— quien minimise ese tipo de aciones y actitudes, esta mal, el que no sean mas severos, esta mal.
—Concuerdo con eso, pero aun asi le tienen algo de cariño digo por algo no lo mandaron a servicio militar.
—Esa hubiera sido una gran idea, Mori-san es muy estricto y le hubiera hecho pasar un infierno.
—¿Podría ir por sus enfermedades?
—No, pero por algo tambien es medico, asi que si se moría o algo asi, el lo revive.
Ambos asintieron, estaban muy centrados en su platica importandole poco que Kenya les escuchara, después de unos minutos, Koyo le libero no sin antes darle una advertencia, de que si sucedía algo similar, ella misma se lo llevaría, a Francia, y pasaria lo que resta de su vida ahí, no para turistear, haría servicio comunitario, y viviría con lo indispensable, además de hacerle hacer mucho voluntariado.
Kenya asintió frenético y acabo huyendo, Koyo decidió que era buena idea pasear por toda la ciudad haciendo compras innecesarias, asi que para que nada malo pasara, Paul y Randou fueron con ella, Kyouka debía ir a su clase de violín, por su parte Chuya no queria salir por el momento ya que iria despues con Mori, Dazai se marcho puesto que debia volver a casa justamente a ver a Mori.
La casa se quedo semi sola, solo con los sirvientes de la casa, Kenya que estaba escondido en algún lugar y Chuya, que decidió prepararse un desayuno rápido para tomar una ducha, estaba preparando un pollo a la plancha, algo que solía comer muy a menudo con una ensalada, estaba demasiado concentrado que no escucho unos pasos acercandose.
—¿Qué pasa, hermanito? —preguntó Kenya, con un tono que Chuya sabía que era una provocación.
—Nada, solo preparando el desayuno —respondió Chuya, sin mirar a Kenya.
—Ah, sí, claro. Siempre tan ocupado, cuidando de tu aspecto —dijo Kenya, con un tono burlón.
—Chuya se detuvo y miró a Kenya, con una expresión de fastidio— ¿Qué quieres, Kenya?
—Kenya se encogió de hombros.— Nada, solo quería ver cómo te desenvuelves sin mí.
—Chuya suspiró y dejó el desayuno a un lado.— ¿por qué siempre tienes que ser tan problemático?
—Kenya se rió.— No lo sé, supongo que es solo mi naturaleza.
—¿Y no te importa cómo me afecta? —pregunta Chuya, con una voz llena de enojo.
—Kenya se burló— ¿Por qué debería importarme? Tú nunca has tenido que estar en cama enfermo toda tu vida, como yo. No sabes lo que es sentirse débil y dependiente de los demás.
—Chuya se enfureció— Eso no es excusa para tu comportamiento, Kenya.
—Kenya se encogió de hombros— No pienso cambiar. Y no puedes hacer nada para detenerme.
—Chuya se enfureció aún más— ¿Sabes qué, Kenya? Estoy harto de tus juegos y tus provocaciones. Siempre estás buscando atención y causando problemas. ¡Basta ya!
—Kenya se rió— Oh, Chuya, siempre tan serio y tan aburrido. No sabes cómo divertirte, solo es una pequeña broma.
—Chuya perdió la paciencia y arrojó la sartén que estaba usando al suelo— ¡Eso es suficiente, Kenya! ¡No puedo soportar tu comportamiento por más tiempo! y mucho menos que involucres a...
— Kenya se levantó de la silla, con una sonrisa burlona en su rostro— ¿A quien? ¡Ibas a decir un nombre?, de verdad te importa mucho, sabes que sería muy bueno quedarmelo, no creo que te importe y si asi fuera ¿Qué vas a hacer, Chuya? ¿Vas a golpearme? ¿Vas a castigarme?
—Chuya, con los puños cerrados, se acerco más hacia Kenya— Tienes suerte de que no te haya golpeado antes —le dijo, con una voz baja y peligrosa.
—Kenya, sin embargo, no se amedrentó— Adelante, Chuya —le dijo, con una sonrisa desafiante— Golpéame. Veremos quién es el débil aquí.
Chuya, enfurecido, levantó la mano y le dio un golpe a Kenya en la cara. Este cayó al suelo, con la mejilla roja e hinchada. Kenya se levantó de un salto y se lanzó contra Chuya, con los puños cerrados. "¡Te voy a matar!", le gritó. Chuya se rió y le devolvió el golpe, los dos hermanos comenzaron a pelearse. Se daban golpes y patadas, rodando por el suelo. La pelea continuó durante varios minutos, con ambos hermanos dando todo de sí. Pero finalmente, Chuya logró dominar a Kenya y lo inmovilizó en el suelo.
—¡Te dije que no te metieras conmigo! —le gritó.
—Kenya se quedó en el suelo, jadeando y con la cara ensangrentada.— ¡Te odio!, le gritó a Chuya.
Chuya inmovilizó a Kenya en el suelo, con una rodilla en su pecho y las manos sujetándole los brazos. Kenya trató de zafarse, pero Chuya era demasiado fuerte.
—¡Suéltame! —le gritó Kenya, con la cara roja de rabia.
—No hasta que te calmes
Kenya trató de escupirle en la cara, pero Chuya esquivó el escupitajo y le dio un golpe en la cara, esta seguro de que le dejara un ojo morado a este paso.
—¡Cálmate, Kenya! —Chuya se inclinó hacia adelante— Siempre tienes que provocarme, por qué no puedes dejar las cosas en paz.
—Kenya se rió.— Tú eres el que siempre está buscando pelea, —le dijo.— Tú eres el que no puede dejar las cosas en paz. —Kenya se quedó en el suelo, mirando a Chuya con una sonrisa burlona.— ¿Crees que me has ganado?
—No necesito ganarte —le dijo— Solo necesito que te calmes.
—Kenya se rió de nuevo —No te preocupes por mí —le dijo.— Me preocuparé por ti.
Y con eso, Kenya se lanzó hacia Chuya, con una velocidad y agilidad sorprendentes. Chuya no pudo reaccionar a tiempo y Kenya lo inmovilizó en el suelo, con las piernas alrededor de su cintura y las manos sujetándole los brazos.
—Chuya gruñó, intentando zafarse.— Maldito... —murmuró, tratando de dar vuelta a la situación.
—Kenya se rió de nuevo, apretando sus piernas alrededor de Chuya— No te vas a escapar tan fácilmente.
—Chuya se detuvo a luchar y miró a Kenya con una expresión de confusión y rabia— ¿Por qué te comportas así? —le preguntó— ¿Qué te he hecho para que me trates de esta manera?
Kenya se rió de nuevo, pero esta vez su risa sonó un poco forzada. Luego, su expresión cambió y miró a Chuya con una mirada de nostalgia y tristeza. Sus ojos parecían decir "recuerdas cuando todo era diferente entre nosotros?"
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