Capítulo. 12 ♥️💙
Después de que Dazai le diera un paseo por toda la instalación con aquella ropa, fue dejado en su dormitorio donde estaba ya Gogol que al verlo vestido de esa manera soltó una risa, cabe resaltar que el pelo naranja echo de la habitación al castaño cerrando le la puerta en la cara.
—Ríete todo lo que quieras —dijo irritado.
—Es lo que hago.
Chuya rodó los ojos y fue a su armario para buscar algo con que cambiarse.
—Debo decir que las faldas te sientan bien, ¿por qué nunca las usas? —se acercó a él y levantó un poco la falda— Vaya no tienes nada abajo.
—Por esa razón no las uso —le dio un pequeño manotazo para que soltara la ropa— agh no tengo tiempo para esto, debo hacer mi maleta.
—Cierto té iras las dos semanas, espera ¿aceptaste?
—Aceptara o no igualmente me harían ir, es tan frustrante.
Gogol soltó una risa y se fue a su cama, Chuya comenzó a cambiarse de ropa, mientras miraba a un punto en específico.
—Ni pienses en quitártelo.
—¿Por qué no?
—Puede que no sea tan reciente, pero ¿qué pasa si se te infecta? Además, eso no indica que no se dé cuenta, la perforación se vería de todos modos puedes quitar el adorno pero no el agujero.
—Tienes razón.
—Solo debes enfrentarte a lo que dirán —se acomodó a la orilla de su cama— ven.
Chuya le miró unos momentos para después acercarse, Gogol le dejó sentarse enzima mientras le tomaba de la cintura y le sonría, ellos nunca habían pasado a más de unos besos y el sentarse en el regazo del otro, se cuidaban entre ellos y más al saber el pasado del otro, nunca se juzgaron.
—Mi querido Chuya, ¿desde cuándo te interesa lo que digan de ti? ¿Dónde está el chico patea botes de basura que asusta a las chicas por burlarse de lo que ellas no tienen? —le dio un leve apretón en su nariz que hizo el reír al otro— lo que tú decidas solo es para ti, si tú decides hacer algo para hacerte sentir bien está bien, y más si es estético, claro con sus debidas pro y contras, además de precaución nada en exceso, ni que este en contra de tu vida, de forma saludable, eres el chico más sensato que conozco quitando el hecho que te acuestas con personas, pero oye lo haces con protección.
—¿Algo más que agregar? —dijo entre risas.
—Mmm si encuentro algo más te aviso —recibió un leve golpe en su pecho haciéndole reír— a lo que quiero llegar es, que ellos lo entenderán.
—Eso espero —se recargó en su pecho— él se disculpó.
—Eso pude ver al observar que te trajo, ¿lo perdonaste?
—Si, pero aún sigo enojado con él, no puedo creer que a pesar de todo...
—Chuya, ¿consideras que él se arrepiente de verdad?
—Bueno, sabemos que ambos no han tenido una de las mejores educaciones, no corrección él no ha tenido de la mejor educación, Morí es muy... Exigente.
—Ya lo sé.
—Trata de comprenderle también, ambos necesitan más comunicación.
—¿Está mal aún amarle?
—Conociéndote le dijiste que ya no le amabas, puedo decirte que está mal amarle porque solo se te ha hecho mal, pero también está bien amarle, si tu corazón aún no puede olvidarlo esta bien en cierta parte porque eso quiere decir que eres capaz de amar solo aún no llega alguien que tome su lugar, pero tú eres consiente de que no está bien estar a su lado, y pones tu límite, eso es bueno.
—Solo me daño estando a su lado.
—Si, pero no se puede evitar, sus familias son amigas, se verán muy seguido, pero es muy maduro poner límites y decir no.
—Lo sé, tienes razón ya soy un adulto debo pensar antes de actuar.
—Yo nunca dije eso —ladeo la cabeza.
—¿Entonces no lo hago? —ladeo su cabeza confundido.
—Tampoco dije eso —sonrió divertido— ve a ducharte no solo te cambies de ropa, te ayudaré a hacer tu maleta, después de todo mañana de iras.
—Supongo —se alejó de él— Gracias.
—Oye desde que te conocí prometí cuidarte, y es lo que hago, somos amigos.
—Que se besan. —menciono entre risas.
—Es para reforzar la amistad.
Chuya negó levemente riendo y le lanzó una almohada a la cara al contrario, se dirigió a la ducha mientras Gogol preparaba la ropa, para cuando Chuya salió Gogol ya no estaba en la habitación había salido y al parecer no volvería en un buen rato, así que decido que era mejor descansar, hasta que vinieran a buscarlos al día siguiente.
Aunque fue demasiado bueno para ser verdad. A la mañana siguiente Chuya fue despertado por su teléfono, descubrió su cara y miró la pantalla de su teléfono era una llamada, eran las 6 de la mañana, gruñó molesto y contestó.
—¿Qué mierda quieres?
—Buenos días también a ti Chibi, baja de una buena vez, Randou ya llego.
—¿Qué mierda? Pero si aún es muy temprano. —observo como pudo la hora en su teléfono mientras rascaba su cabeza.
—No te quejes de que lleva una hora esperando aquí, y trate de hacerlo tardar porque me despertó muy temprano al parecer no pudo esperar hasta más tarde.
—Odio cuando es muy desesperado... Ya voy dame 5 minutos.
—Te doy tres —se escuchó un ruido— olvídalo te doy dos, ¡Randou-san aléjese de ahí!
Sin más la llamada se cortó, Chuya suspiro y se levantó tomando lo primero que encontró y se ató el cabello en una trenza desordenada, agarro su maleta y miró a la cama de su compañero quien dormía tranquilamente, al parecer había ido a una fiesta en uno de los dormitorios, negó y se dirigió a la salida, donde pudo ver a un castaño con un semblante irritado y desalineado si de por sí su cabello era un arbusto, sin peinar lo era más, su ropa estaba desacomodada y sin se veía un pequeño detalle rojo de irritación bajo sus ojos.
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