Capítulo. 11 ♥️💙
Las horas pasaron el castaño buscaba al oji-azul por todos lados, aunque era día de descanso había mucha gente en la universidad, por ello le costó al castaño saber dónde estaba Chuya, conocía bien donde podría estar, pero no importaba a dónde fuera él no se encontraba ahí.
Debía admitir que estaba un poco preocupado, era su culpa que él se comportará así, si era sincero cosa que pocas veces pasaba, sabía muy bien por qué no correspondía a los sentimientos del más bajo, por precaución y por qué nunca se había interesado en el de esa forma, hasta hace poco solo le tomó interés de manera íntima, además de un conflicto qué debía arreglar.
Su cabeza era un laberinto, hace poco se enteró de que Atsushi tenía pareja y si, era Akutagawa, le dolió, pero no le importo mucho, el gran problema fue que cuando quiso retomar su vida de libertinaje, no pudo, ¿la razón? su cabeza solamente estaba Chuya, no supo en qué momento pero eso sucedió.
Por esa razón había dejado de acostarse con personas, aunque únicamente fue un corto tiempo solamente la semana en que se mudó con su medio hermano, y ya no aguantaba la frustración, y a causa de ello su mal humor aumentó.
Dazai estaba desesperado, no encontraba a Chuya y su mente seguía torturándole por todo lo que sucedía, fue hasta que por un momento su mente se aclaró que supo dónde puede estar Chuya, regresó sus pasos hasta una de las áreas de capacitación que nadie iba, justamente ahí escucho ruidos, que conocía a la perfección.
Se recargó contra la puerta sin ver el interior, aunque sabía lo que pasaba dentro, contó hasta 20 y le dio un golpe muy fuerte a la puerta para asustar a los que estaban dentro, se hizo a un lado y pudo ver como alguien salía corriendo como alma que lleva el diablo, rodó los ojos y entró al aula cerrando la puerta con seguro.
Al mirar a las mesas pudo ver a Chuya hecho un desorden, sus labios rojos e hinchados, además de que tenía mordidas, tenía su camisa puesta, pero no es como si ocultara mucho las mordidas en su cuello. Chuya miraba el techo perdido tenía sus piernas un poco abiertas, Dazai pudo ver algo ahí, cerró sus ojos y decidió hablar.
—Deberías ser más discreto.
—No sé dé que hablas.
—Gritas mucho.
—Eso les gusta a ellos, no es mi problema, ellos me lo piden y yo cumplo, al menos así aceleran el proceso —sonrió altanerame mientras le miraba.
—Deberías dejarlo.
—Y de nuevo ahí está el tema.
—Lo digo por tú bien, te dejan hecho un desastre —abrió sus ojos y le miró cruzando sus brazos—
—Y eso es lo emocionante, ¿a quién no le gusta ver a su compañero de sexo sumergido en el placer mientras lo hacen? Además, tú haces lo mismo con los que te acuestas.
—Es diferente.
—Siempre la misma palabra —rodó los ojos— ¿a qué viniste? Nos has interrumpido en la mejor parte.
—Vine a disculparme.
Chuya le miró incrédulo y lo escaneo de arriba abajo.
—¿Quién eres y qué le hiciste a Dazai?
—Habló en serio, te sobre-protejo demasiado y eso está mal, eres libre de hacer lo que quieras, solo me preocupo por que eres mi amigo...
—Ni siquiera sabía que teníamos ese tipo de relación.
—No me hagas arrepentirme de lo que digo.
—Aja como sea, bien, te disculpo, pero aun así estoy enojado contigo —miro su ropa— esto es un desperdicio y todavía no había... Es de lo peor...
—Chuya, ¿estás seguro de que no tienes un problema?
—Te dije que no.
—¿Cómo lo sabes?
—¿Conoces a Yosano y a Katai, verdad? Bien ellos estudian medicina, Yosano me hace un chequeo mensual para saber si no tengo un problema sexual, ella dice que no, Katai me llevo a una clínica especializada para eso, no tengo nada, es más un problema psicológico o algo así.
—¿Psicológico?
—Trato de llenar un vacío.
—Es el que yo ocasione.
—Lamento decepcionarte querido —sonrió con arrogancia— pero no es por ti, al menos no todo, tuve parejas en secreto, más de uno me ofendió y dijo cosas desagradables, un rechazo no es el fin de mi vida.
—¿Aún sientes amor por mí?
—Mmm si hablamos en porcentaje, sería un 10% actualmente.
—¿Entonces por qué lloraste esa vez?
—Estás muy preguntón, bien por qué como dije mis problemas psicológicos no son totalmente por ti, pero tienen que ver, y si tu siguiente pregunta es ¿por qué no he pedido ayuda? Bueno lo hice, pero fue una mierda, solo me hizo sentir peor, poco a poco me fui ayudando yo mismo, ahora puedo tener sexo cuando yo quiera y cuando tengo ansiedad, antes solo lo hacía por escapar de mis problemas, puedo asegurar que tú ni lo notaste.
El castaño no podía negar eso, tenía razón ni siquiera sabía eso, estaba más ocupado con sus propios asuntos y distracción de la realidad que otra cosa, su deber era cuidar al chico que tenía en frente y no lo hizo, se acercó a paso lento a él y le tomó de mentón extrañándole al contrario.
—No podrás ocultar estas mordidas.
—Si bueno, no es como que me importe mucho, Randou se tiene que enterar en algún momento. Le dará algo pero no importa.
—No hablaba de él.
—¿Paul? Agh Él es quien estará más contento con el resultado, da igual —apartó la mano del contrario— Busca algo de ropa para mí, mis pantalones se arruinaron y todavía debo encargarme de algo.
—Podría ayudarte —dijo mientras acariciaba la cadera desnuda del peli naranjo.
—No gracias —lo pellizco— anda ve.
—Bien, bien.
Sin más salió del salón buscando algo para el de menor estatura, para cuando volvió, este se encontraba en su teléfono, aún tenía la camisa puesta, ni loco se quedaría desnudo en el salón, se acercó y le entrego la ropa sonriendo. Cuando el otro la tomó y la reviso alzó una ceja.
—No jodas...
—Fue lo único que pude conseguir.
—Casi estoy seguro de que abriste el casillero de una chica y tomaste esto.
—¿Lo vas a usar si o no?
—Si.
Comenzó a cambiarse la camisa no sin antes hacer que Dazai sé dé la vuelta, cosa que hizo a regañadientes, minutos después estaba listo.
—¿Puedes caminar?
—No, por primera vez en mi jodida vida no puedo.
—Bien te cargaré, tu toma tu ropa —cuando todo estuvo listo lo tomo en brazos— Linda falda.
—Agh cállate.
El castaño soltó una risa y camino a la salida, lo llevaría a su dormitorio para que se pusiera su ropa, aunque iba a disfrutar la vergüenza de su cara al pasear por todos lados, vestida así.
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