Penumbra

No veía nada, la poca e inexistente luz que se asomaba por la grieta de la ventana había desaparecido hace tiempo, perdió la noción del tiempo, no sabia donde estaba. A diferencia de todos los que habían estado allí el si sabia porque estaba allí, era un omega peculiar igual que su hermana, igual que Tsunayoshi, ellos poseían llamas puras en su máxima extensión, eso era malo y bueno para ellos.

Malo ya que siempre eran el objeto de experimentos de esos malditos mafiosos, bueno ya que su cuerpo se recuperaba mas rápido que un omega normal, no eran malditas muñecas de porcelana que debían cuidarse o las que se podían romper con el soplar del viento, no, ellos eran mas fuertes de lo que parecían, mucho mas letales que cualquier veneno, si bajaban la guardia perdían la cabeza o alguna extremidad, por esa razón estaban estaban encadenados de manos y pies.

Habían estudiado y analizado el lugar para posibles rutas de escape, tenían ocho en total, solo debían derribar al guardia de la puerta y listo, pero aun no era el momento para ello, sabia que su cielo vendría por ellos, solo debían esperar un poco y así lo harían. Sabían que el cielo era fuerte, debajo de esa máscara de dulzura e inocencia se ocultaba una fiera capaz de eliminar a todo a su paso si lo consideraba una amenaza para ellos o para el, este siempre anteponía el bienestar de todos antes que el suyo y eso a veces los preocupaba.

Seguirían esperando al cielo, lo harían hasta el final, sabían que este iba a llegar muy pronto, estaba a salvo y eso los relajaba, este había salido del infierno mismo, ahora ellos lo esperarían a el.

— Kufufufu esto arderá es seguro — susurro mientras acariciaba el cabello de su hermana

— ¡Hey! — grito un alfa mierda golpeaba la puerta — ¡callate maldito omega! — dijo molesto

— Oya tu seras el primero en arder federico — comento mientras sonreía abrazando a la omega

(...)

Habían pasado un par de días en los cuales besta no se alejaba del castaño al igual que Fran que se le pegaba como una garrapata, el peliverde le había regalado un teléfono a tsuna quien no lo soltaba en ningún momento e incluso hablaba con alguien — según Fran quien lo había escuchado hace unos días — al parecer este tenía gran confianza a esa persona.

Reborn había intentado de la manera mas amable — cosa que sorprendió a todos mas — de que el omega le dijera quien era, pero este se negaba diciendo que lo diría a su debido tiempo. Desde que tsuna había conocido un pequeño fragmento de su memoria había vuelto, solo por unos instantes pudo ver una serie de números, que creía que que era del teléfono de alguien, con curiosidad le pidió a Fran poder usar su teléfono pero este le compro uno propio, no quiso replicar y marco el numero.

Al escuchar la voz del otro lado se congelo, la reconocía, no sabia de donde pero conocía esa voz, solo basto que el dijera — Hola — para que del otro lado la persona dijera su nombre mientras su voz se entre cortaba, tal vez de la emoción — fue su pensamiento — hablaron por horas mientras el estaba en el jardín, hasta que llegaron al punto importante ellos, ideaban un plan para poder rescatarlos a ambos de ese infierno.

No le gustaba ocultarle cosas al alfa de patillas, le era doloroso tan siquiera evitar la mirada de este, sabia que si lo veía a los ojos este podría saber lo que planeaba. Caminaba por los pasillos Fran estaba con Varia en alguna misión, besta había sido arrastrada por Xanxus hacia la misión, y el ahora iba a la cocina por un vaso de agua, se detuvo de golpe al ver que el alfa estaba frente a el, corrió hacia el otro lado pero el alfa fue mas rápido y lo abrazo de la cintura y lo acorralo contra le pared dejándolo sin escapatoria alguna.

— ¿dime que pasa? — pregunto el alfa mientras lo abrazaba y ocultaba su rostro en el cuello del omega

— No pasa nada — contesto nervioso por la cercanía del alfa

— No me mientas — pidió dándole una pequeña mordida en el cuello

— Es.... Algo, no se como explicarlo — dijo nervioso mientras el alfa lo dejaba de abrazar y tsuna movía sus manos nervioso — Pues bien.. — hablo suspirando mientras Reborn tomaba su mano y empezaban a caminar por el pasillo

(...)

Corrían por el bosque mientras tomaba su mano, escuchaba los pasos y las ramas quebrarse, se estaban acercando a ellos estaba cansado, sintió como lo cargaban en la espalda, no quería ver atrás tenía miedo, se detuvieron frente a un tronco de un árbol caído donde lo oculto.

— Escuchame bien tsuna, si no regreso quiero que corras lo mas rápido que puedas ¿bien? Si llegas a escapara quiero que llames a este numero xxxxxxxx

Esa fue la ultima vez que escucho su voz, la ultima vez que vio esos ojos color violeta, la calidez de sus manos, ya no volvió a ver a su hermano mayor.

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