VIII
POV Mateo
Dicen que para los adultos es difícil mantener tranquilidad, bueno tienen razón.
Luego que la parejita se fuera, pase cuidándome la espalda de Allegra, ella asechando mis pasos y Scarlet volvió a su faceta yo soy dueña de todo. La paz y la tranquilidad se fueron y ni pude despedirme.
Claro que el golpe en mi pómulo se hizo visible y las chicas pensaron que fue cuando nos caímos con Scarlet, así que no tuve que inventar nada.
Y así paso ese fin de semana, todo ya había vuelto a la normalidad a excepción de una cosa; la radiante sonrisa de Scarlet se había paseado libremente por mis pensamientos llegando a distraerme en algunos casos.
Es tan estresante, su bipolaridad parece no tener límites. Toda la semana actuó de esa forma peculiarmente molesta que le caracteriza. Ella parece tener dos rostros, pues el fin de semana parecía tan tranquila, pero en la jornada laboral se mostró agresiva.
Creo que me caería bien si fuera así de agresiva, hasta podríamos ser amig... Un momento ¿Yo pensando ser amigo de esa? ¡No! Tanto estrés debe tenerme pensando boberías.
Cuando inicio nuevamente la semana laboral, sentí que liberaba una carga de mis hombros. Mis pensamientos fueron centrados y le eche ganas a todas las cosas que hacía a pesar de no ser lo que me apasiona y tener a una Scarlet y sus gruñidos de persiguiéndome.
Esa semana se fue en un abrir y cerrar de ojos, cada vez me acostumbraba más a lo que hacía, pues siempre eran las mismas cosas ridículas y ese ya era un problema.
Siempre fui fiel creyente que siempre debes hacer cosas distintas cada vez, no eres grabadora para repetir y repetir.
Eres un ser humano que está destinado a encontrar algo bueno, siempre y cuando lo busques.
Así que debo salir de eso pronto o me asfixiare, no tengo idea de cómo lo hare, pero necesito hacerlo.
—Creo que le estas dando con demasiado fuerza, puedes dislocarte el brazo—Comenta Austin.
Él es uno de los empleados del viñedo. Tiene alrededor de treinta años y lleva aquí desde los veinte. Desde que llegue ha sido uno de los que me ha ayudado a mantenerme tranquilo, me ayuda a hacer este trabajo menos tenso. Nos llevamos bastante bien.
—Si bueno, con algo tengo que desquitar mi rabia—miro la leña. Creo que ya es suficiente.
Dejo el hacha a un lado y suspiro. Debo llevar como una hora haciendo esto, no es algo que me asignaron pero como dije antes, debía desquitar todo ese estrés que me produce la investigación, Scarlet y sus caprichos, Richard y sus acusantes miradas molestas y Bruce que cada día me pregunta por Scarlet si esta buena o cosas por el estilo. Lo de siempre.
— ¿Y qué te pone así? —pregunta.
Observo la tierra. Nadie puede saber que estoy aquí por una investigación que Benjamín me ha encomendado, tampoco le puedo comentar de mi vida personal. Tendré que mentir. Seré un chico malo.
—Espero hacer la cantidad suficiente para poder ayudar a mis padres con sus deudas, si no lo hago podrían perder la casa y eso me frustra—Espero se lo crea, no se me ocurre nada más.
—Ya veo—No me creyó ¿Tan mal actor soy? Doy pena. Debo pensar bien lo que diré, debo convencerle.
Se sienta en un tronco y me invita a sentarme a su lado.
Así lo hago.
—Este trabajo fue como mana caído del cielo para mi familia, pero me preocupa el aumento de los intereses, es estresante —Comento como si realmente esto fuese un fastidio. Puede que no me crea, pero no debo salirme de mi papel.
Mi familia no tiene problemas con el banco desde que mi padre logro equilibrar la contabilidad general.
—E imagino que es más estresante tener que trabajar para Scarlet que te pone tareas un tanto... extrañas.
¿Me cree? ¡Me cree! Creo que iré a Hollywood y seré el próximo Johnny Deep de nuestra generación.
Asiento.
—Te admiro, Mateo. Parece como si nuestra jefa se empeñara en molestarte, no es común en ella. Ya verás que podrás solucionar todo.
Austin tiene una característica, el hecho de ser un aldeano no le impidió mantener un buen vocabulario, ser educado y un buen desarrollo de sus conocimientos. Es muy inteligente y saca a su familia adelante siempre, es un buen hombre.
Es extraño hablar este tipo de cosas con alguien que no es Bruce a pesar que en parte le mentí.
Levanto mi vista cuando veo una silueta acercarse a mí, Allegra.
— ¡Adivina, Mateo! hoy habrá un almuerzo especial para todos los empleados ya que es fin de mes ¡Hoy será de los mejores festines! Ya revise el menú y solo hay ¡Manjares! —Parloteo.
Frunzo mi nariz una vez que está cerca.
A mis fosas nasales llega un olor fuerte y agradable. De ella se desprende una fragancia... ¿Masculina? ¿De dónde rayos Allegra saco perfume así? No es mío y no creo que Scarlet use esas fragancias; ella prefiere la miel y las almendras; no loción de hombre. Y desde luego Richard y Ulises no utilizan eso.
— ¡Qué bien! Muero de hambre ¿Vienes Mateo? —Me ofrece Austin.
Asiento sin apartar la mirada de Allegra. Ella mira a otro lado incomoda, bien. Que aparte la vista, más adelante veré como le saco la verdad.
Para oler así solo hay dos maneras; uno, utilizar perfume de hombre y dos, estar bien abrazada por un hombre durante un buen tiempo. Espero sea la primera opción, sino le vendrá una manada de problemas.
Por los momentos solo iré a disfrutar del almuerzo. Luego terminaré el trabajo que había dejado de lado por distraerme cortando madera.
En lo que caminamos escucho ruidos a los alrededores. No puede ser, díganme que es una broma.
Seguimos caminando y los escucho de nuevo. Busco disimuladamente a los alrededores y detengo mi vista donde vislumbro una cabellera negra esconderse rápidamente. Ya no hay duda alguna, está aquí.
—Chicos, si quieren adelántense, debo ir a la cabaña.
Asienten sin preguntar mucho y siguen con su charla caminando.
Una vez se han alejado, me encamino al último lugar de donde escuche ruido. Me acerco al arbusto.
—Scarlet ¿Qué haces allí?
Ella se levanta rápidamente y no puedo evitar reír cuando la miro. Le quedaron atoradas ramas y hojas en el cabello que le quedo todo desordenado.
—Creo que te crecerá un árbol allí—digo quitándole las ramas del cabello.
Ella aparta mi mano y empieza a hacerlo sola mientras sale avergozada.
— ¿Por qué me espías Scarlet? Sé que soy irresistible, pero no te pases.
— ¿Qué? Tú no te pases, yo no te espió—dice rápidamente, busca una excusa—solo... revisaba ese arbusto.
—Aja, ahora te dedicaras a cosechar arbustos, eh campesina—comento sarcástico—No me vengas con mentiras, ya es la segunda vez durante la semana que te descubro, sin contar la cantidad de veces que te he escuchado e incluso sin contar las veces de las semanas anteriores, no puedes negarlo—meto las manos en mis bolsillos.
— ¿Quieres que te diga? Bien, mi labor como gerente del lugar es supervisar a los empleados y si estos no trabajan desde luego lo verán en sus cheques a fin de mes.
Eso no me lo creo. No soy ningún tonto.
— ¿Y para ti espiar es supervisar?
— ¡Claro que no!—me miro indignada—mira llámalo como quieras, soy yo la encargada, no tú, no el insignificante alcornoque, no puedes venir a decirme que hacer y cómo hacerlo. Yo hago lo que se me ronque la gana.
¿De casualidad habrá madurez en Scarlet?
— ¡Pues bien! Haz lo que quieras, si deseas tirarte de un puente pues hazlo—le sugerí—es más te ayudaría con gusto.
Puso los ojos en blanco y su expresión cambio cuando pareció recordar algo.
—Tú debes trabajar, hace una hora y quince minutos aproximadamente dejaste tu trabajo tirado.
Le miro sorprendido por su repentino cambio de tema.
—Lo haré, solo iré a almorzar...
—No, eso puede esperar. No dejes el trabajo a última hora y créeme que el hecho que Benjamín te haya enviado no evita que te despida.
—Eso es injusto Scarlet, tengo el derecho de alimentarme—me queje y en ese momento mi estómago rugió.
—Claro que sí pero antes del derecho está el deber y recuerda que aquí yo soy tu jefa—gruño.
Con eso se dio la vuelta en dirección a la cabaña, casi dejándome con la palabra en la boca.
— ¡Eres una infantil! ¡Espero un día te atropelle un tren!—bueno, dije casi.
—Eres un ser miserablemente inútil Mateo, ni siquiera puedes pensar en un buen insulto, aun no comprendo cómo tienes ese puesto de trabajo, cuando eres un ignorante.
—No soy nada de eso—gruñí. No quiero insultarla, no caeré en su juego. Si hay un loco que no hayan dos.
Ella volteo y alzo una de sus negras cejas. Pero le tomo poca importancia porque se marchó rápidamente.
Tendré que hacer mi trabajo ahora si no quiero topármela después.
*****
— ¿Entonces te obligo a terminar tu trabajo y comiste más tarde?—Bruce aún seguía en pijama y me sorprende que hoy no hubiese ido a trabajar. Suertudo.
Estábamos en una video-llamada desde la computadora.
—Así es, dos horas más tarde y con lo horrible que es aguantar hambre —suspire—No sé cómo rayos la estoy aguantando, es una pequeña fiera rabiosa. Mi investigación aún sigue congelada, he conocido a casi todo mundo, pero no lose, no logro dar con nada, esto es más difícil de lo que pensé.
—Oye... ¿Recuerdas el librito aquel del que me comentaste? El de la chica pelirroja
Y allí recordé. El diario, sí, allí podría encontrar respuestas.
Con eso podre saber un poco acerca del mundo de Allegra y así poder encontrar algo con lo que llegar a Scarlet, conseguir su ayuda y que deje de amargar mi vida para solucionar esto de una buena vez por todas.
—Claro, no lo he leído aun, no sé cómo lo olvide.
—Tenías una buena distracción—Bruce movió sus cejas pícaramente.
Ignore su comentario y fui en busca del diario. Levante la tabla y allí estaba; aun polvoriento pero intacto. En el momento que lo tome, sentí nuevamente ese peso de los posibles problemas que estarían escritos en él. Espero estar listo para leer esto.
Me acerque a la computadora y se lo mostré a Bruce—este es—murmure.
— ¡Vaya! Se ve muy espeluznante, como también se ve tentador para leer.
Lo abrí y me sorprendí al ver unas cuantas hojas maltratadas o en ocasiones parecía escritura apretada. Claro, eso no impedía que fuera legible.
Comencé a leer, lo suficientemente alto para que Bruce me escuchara y lo suficientemente bajo para que nadie que quisiera estar de cotilla lo oyese.
—01 de enero del 2000
Nunca he hecho esto, pero de seguro soy mala redactando. Después de todo soy mala para todo ¿Porque esta actividad sería la excepción? Pero lo hago porque mi mami dice, que esto me ayudara a expulsar esas energías malas. No comprendo su punto, pero si a ella le parece que es bueno que lo haga, lo haré.
Hoy es año nuevo y se supone que debería estar tranquila, pero no lo estoy. Lleva buen tiempo sin aparecerse por aquí, pero tengo miedo, siento que de la nada vendrá y me golpeara, me dirá que estoy haciendo todo mal, que soy un estorbo en su vida y que desearía desecharme como la basura que soy. Tengo miedo que lo haga.
Quiero escapar de este viñedo. Esta es mi prisión.
Antes no entendía porque siempre fallaba, ahora lo entiendo soy una inútil que no puede hacer nada. Soy tan tonta que me costó entender eso, no sé si en la escuela pueden ayudar a gente retrasada como yo.
Y a veces me pregunto realmente porque voy si lo bruta no se me quitara, siempre seguiré siendo un fenómeno, un ser inservible, es más ni se por qué hago esto.
Allí termina el primer día.
Estoy sin palabras. Levanto la vista y Bruce esta igual que yo. Esto no puede ser posible... una niña no debe pensar eso. Una niña debe saber que es una princesa, debe creer en sí misma, no sentirse así, una niña no debe ser tratada así.
Mi corazón latía a un ritmo acelerado. Con cada línea que leí, sentí que me atravesaban y la rabia llegaba a mí sin tocar la puerta.
Me sorprendo a mí mismo sintiendo un escozor en los ojos. Siento ganas de llorar de dolor y rabia. Con estas palabras que se escribieron con la viva emoción de tristeza, dolor; tanto que me la transmite a mí. ¿Quién se atreve a influir para que una niña piense así de sí misma?
—Juro que la persona infeliz que hizo eso lo pagara y mucho.
No dije nada, estaba de acuerdo con él. La niña que escribe aquí no parece la misma Allegra que miro todos los días.
Y así pase la mayoría de la noche con Bruce, leyendo algunos días de sufrimiento de la pequeña pelirroja. Algunas notas teníamos que leerla dos veces por su intensidad de emoción marcada en cada palabra.
Ojee y tome una al azar
— Mira esta:
28 de enero 2000
Aquí estoy de regreso, con mi alma hecha pedazos, como realmente soy. No puedo creer que mi madre tuviese razón, con esto me desahogo. Aunque eso no disminuye mi dolor, me da paz.
Hoy tengo tanto dolor interno como físico. Ese monstruo me ha golpeado de nuevo, me herí la cabeza y duele mucho. Mi niñero no me ayudo, solo me vio como la escoria que soy y me empujo contra la pared.
Me dio rabia cuando llego gritando que por mi culpa perdía dinero y empezó a golpearme. Me daba puñetazos y apartaba mis manos como si yo pudiera defenderme, con ese dolor... nunca podría.
Le pedí que parara, pero no lo hizo, nunca lo hace; no hasta que se sacia. Soy su saco de boxeo humano. Creo que no le importa que muera ¿Y a quien le importaría? Tengo claro lo que soy, una basura, no sé porque insiste en recordármelo tanto.
Todo fue golpes, dolor y más golpes. Pero nada de eso se comparó al dolor de cabeza que sufrí cuando me golpeo con una plancha, no pude más y caí.
Cuando desperté ya era de noche y estaba encerrada en este cuarto. Mi cuarto de tortura, pero es el único lugar donde no le veo, donde puedo esconderme de los demás. Donde puedo llorar.
Mi cabeza estaba herida, tuve que curarme yo sola. Soporte ese dolor, llore demasiado. No sé cuándo secare mis lágrimas, me sorprende aun poder llorar y poder sentir. Pero quisiera ya no poder sentir, para no ser atormentada en este dolor.
¿Por qué yo? Preferiría ser pobre a tener que sufrir esto.
Mi trajecito azul, este que tiene esa flor rara pero bonita, este traje que mi madre me regalo quedo manchado con mi propia sangre. Me dolió cuando tuve que botarlo porque esa horrible mancha no salía y me recordaba aún más mi sufrimiento.
Ahora me pregunto ¿Cómo es que he aguantado tanto? Cualquier persona normal ya habría muerto ¿Porque no puedo? Ha sencillo, no soy una persona normal, estoy tan mal que ni eso puedo hacer; no puedo morir como cualquier ser humano lo haría. Si muriera me ahorraría tanto dolor, si pudiera defenderme todo sería DISTINTO.
Hoy ha sido otro día de tortura. Lo único que cambio es la fuerza de los golpes...
No pude más. Cerré el diario, lo guarde en el cajón del escritorio apretando mi mandíbula aguantando las lágrimas. Esto es terrible, una abominación. Estoy en shock, la única persona basura es aquella persona que le hizo pensar así a la pequeña, pero lo lamentara.
—Mateo—La voz entrecortada de Bruce me hizo levantar la mirada—No sé si esa persona tendrá que ver con los robos, pero aunque no tenga que ver, pagara caro todo lo que ha hecho. Me encargare que así sea.
—Estoy seguro que el monstruo descrito aquí, es el culpable del robo
—No hay pruebas de ello.
— ¿Quién más podría ser?
—Podría ser el viejo aquel del que me contaste—Añadió Bruce pensativo.
—No lo sé, no parece alguien que ande golpeando—Recordé cuando Richard me golpeo, él le freno.
—O es que eres ciego Mateo, la chica no escribió el nombre de su agresor o agresora. Todos pueden ser los culpables, recuerda pensar con la cabeza fría, no te guíes por las apariencias.
—Lo sé, lo sé—Paso mis manos por mi rostro— Ella nos ha puesto un acertijo prácticamente, está complicado descifrar esto cuando todo mundo es así de cerrado. Por los momentos solo podemos decir que es alguien con problemas de conducta y malo para hacer negocios.
—Oye... podríamos solicitar ayuda con algún comisario o policía, no sé cómo se dice, pero alguien que nos pueda brindar expedientes de los empleados y de los que odien a mi papá y su compañía.
—Tu padre ha dicho que nadie puede saber de la investigación...
—Pero Mateo, si sigues así pasara demasiado tiempo y no encontrarás nada, necesitas obtener más información este método es demasiado lento. Yo tengo contactos, me encargare que él no se enteré.
Bruce es muy inteligente cuando se lo propone y tiene razón, estoy trabajando demasiado lento, necesito ayuda. Lo único es que hay un pero...
—Bueno tienes razón—Extendió su sonrisa— pero...
— ¿Pero?—Pregunto confundido
—La ayuda que necesito antes de ir y solicitar información a la policía, es la de cierta morena que es un dolor de cabeza. Nadie mejor que ella conoce este viñedo y a los demás.
—Oh eso—Se relajó—Si quieres voy para allá y le convenzo con mis métodos, no hay chica que sea inmune a mis encantos—dice besando sus brazos.
Pongo mis ojos en blanco. Llego el ego de Bruce ¡Bienvenido!
Scarlet es egocéntrica, pero Bruce la saca a patadas. Sea como sea, eso ha sacado un poco la tensión y ahora, me siento más tranquilo.
—Mira Nemo —Lo moleste con el apodo que le puse de niño, por su cabello— ¿Por qué crees que ella se fijaría en ti, si no se ha fijado en el dios griego que tiene aquí?
Si bueno algo de su ego, se me tenía que pegar al pasar tanto tiempo con él.
—Porque eres un dios griego decrepito, anciano—se burló.
—Bruce, solo soy dos meses mayos que tú. Eres un exagerado—me cruzo de brazos.
—Dos meses son dos meses, Mateo.
Me disponía a responder cuando, alguien toca la puerta.
—Mateo, deja ya de hablar con tu mujer que veremos películas—habla Scarlet desde el otro lado de la puerta.
¿Mi mujer? No soy gay y aunque lo fuera Bruce no sería mi tipo. Nunca me han gustado las pelirrojas.
— ¿Y esa quién es?—Pregunta Bruce sonriendo.
— ¡La fiera cascarrabias!—alce un poco la voz para que ella me escuchara.
— ¡Oye te estoy escuchando!—me grito en el oído provocando que callera de mi silla.
La veo desde el suelo aturdido y veo la puerta abierta ¿Cuando entro?
— ¿Cómo...? ¿Cómo... has entrado?
— ¿Caminando? —contesta divertida. Miro detrás de ella y allí está la pequeña Allegra con una enorme sonrisa.
—Anda Mateo, acepta será divertido—dice Allegra emocionada.
—Sí, mi hermana tiene razón, deberías aprovechar que estoy siendo caritativa contigo, muggle.
Bueno al parecer aquí hay televisión, una televisión de la que no me había dado cuenta.
Ver películas suena como buen plan después de todo, necesito relajarme.
— Bien, iré con ustedes...
— ¡Mateo! ¿Te iras y no nos presentaras? —Me regaña Bruce.
Ay no. No recordaba que él estaba en mi computadora. Scarlet lo mira y él le sonríe coqueto.
— ¿Cómo es que adivinas? No los presentare, adiós Bruce—gruño cerrando la llamada.
Mendigo mujeriego. Solo espero nunca se conozcan, en serio.
—Tu marido es un irrespetuoso—gruñe Scarlet.
—Si sé que a veces lo es, pero no es mi marido.
— ¿Seguro?—molesta Scarlet sonriendo.
— ¿Qué comiste hoy que andas de bromista?
—Es fin de mes, Scarlet anda relajada el fin de mes—dice Allegra.
—Ahora todo tiene sentido, ha dejado de ser esa gruñona molesta.
— ¿Seguirán comentando de mi comportamiento o bajaran a ver la película?
Allegra y yo nos miramos para responder al unísono—las dos cosas.
Scarlet pone os ojos en blanco, pero no dice nada y solo sale.
Bien allá vamos. Espero no morir esta noche.
=========
¡Aloha! Aun no termina el día así que he cumplido a tiempo.
Espero les haya gustado, a pesar de haber sido algo sentimental.
¿Se lo esperaban? Bueno la historia ya está tomando su rumbo, aun hay secretos por descubrir. Dejen su voto y comentario. Si les gusta la historia recomiendenla a sus padres, hermanos, a la vecina, al chucho de la vecina, etc. xD
Saludos, les escribe Tamie.
Cambio y fuera.
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