Doce

Cassie.

Después de haber hablado con Jaxon me sentí más tranquila y al parecer él también, así que supongo que ya no me evitaría.

De cualquier forma el fin de semana apenas y nos vimos, estaba muy concentrado en el juego que estaba por venir y por mí estaba bien, porque aunque hayamos aclarado las cosas, sabía bien que todavía se ponía tenso cerca de mí, y claro que solo era culpa mía.

Tal vez eso de la cita con Oliver no esté tan mal después de todo, así Jaxon vería que no tendría problemas conmigo en el futuro y que tampoco le iba a estorbar en su vida diaria de tener sexo con chicas que quisiera llevar a menudo a casa.

Estaba de pie frente a mi armario decidiendo qué me llevaría, pero sonó mi teléfono distrayéndome. Solté un suspiro y me preparé mentalmente para responderle a mi madre.

—Hola mamá —saludé amable.

—Cassie Beaton Fox, ¿en dónde te has metido niña? —Sonaba molesta—. Hace días que no me marcas para saludar ni para saber cómo estoy yo o tu padre.

—En la escuela como siempre, ya lo sabes —respondí—. Además hoy hay un partido elimintorio importante para la escuela y todos hemos estado ocupados.

—¡A sí, ¿cómo está Derek? Deséale suerte de mi parte, ojalá y gane! —exclamó contenta y mi pecho se oprimió. Mi madre lo amaba como el hijo que nunca tuvo, cabe decir que era la única que había podido concebir y claramente no le había contado de nuestra ruptura; a mi padre nunca le había agradado, por suerte.

—No jugará, tuvo un... accidente y se está recuperando. —Bueno, Jaxon sí que lo había dejado fuera de jugada, todavía y se le notaba el moretón en el ojo cuando lo veía por el campus.

—¡Ay no! ¿Por qué no me dijiste para llamarle y ver cómo estaba? Quizá deba llamar a sus padres y...

—Mamá no hagas eso —le corté, irritada. Debía soltárselo tarde o temprano, ¿no?—. De hecho hay algo que debes saber.

—Suena a algo malo, ¿se pelearon o algo así?

—En realidad sí y terminamos —admití quitándome un peso de encima.

—¿¡Cómo así!? Cassie, debes reconciliarte con él, es de buena familia y es apuesto, además yo sé que te ama —me regañó y por dentro me indigné.

—No, está fuera de discusión. Así que mentalízate que no lo volverán a ver en las fiestas ni en vacaciones —afirmé omitiendo los detalles por los cuales lo mandé al diablo.

—Eso sonó a música para mí. —La voz de mi padre sonó en la misma línea y supe que había tomado el otro teléfono de la sala, sonreí sin querer.

—Hola papá —saludé alegre.

—¿Cómo estás cielo? ¿Cómo está Jaxon?

—¡Ah Jaxon! Fue por eso que pelearon ustedes dos, ¿no es así? Te dije que mientras tuvieras novio no estaba bien visto vivir en el mismo techo que otro hombre. ¿Te sedujo o algo y por eso no quieres volver con Derek? ¿O lo engañaste?

—Ya basta Emily. —Ese fue mi padre.

—Es imperdonable que Cassie lo haya dejado ir, estoy muy molesta. Me voy, después hablaré seriamente contigo señorita. —Y se escuchó un clic de una línea. Suspiré y reprimí unas lágrimas que querían salir, me dolía el hecho de que pensara que si rompíamos la infiel sería yo y no él, porque a los ojos de ella, Derek era perfecto; digo yo era su hija. Y cabe destacar que Jaxon nunca le había agrado.

—Ya que tu madre se fue al fin, cuéntame, en realidad qué pasó, ¿por qué rompieron? —preguntó seriamente.

Yo sorbí por mi nariz y me obligué a calmar las ganas que tenía de echarme a llorar de impotencia. —Nada, simplemente vimos que lo nuestro no iba para ningún lado —mentí, sabía que si le contaba la verdad, era capaz de venir solo para pegarle también.

No me creyó pero no dijo nada al respecto, —No le hagas caso a tu madre, sabes cómo es. Ella te ama Cassie.

—Ajá —murmuré sin ganas.

—Bueno, supongo que irás a un partido, ¿no? Saludame a Jaxon, espero que en vacaciones vengan los dos —declaró alegre y sonreí a pesar de lo mierda que me sentí hace unos minutos. Mi padre siempre había tenido un don para hacerme sentir mejor en cualquier situación y para consolarme cuando más lo necesitaba.

—Lo haré papá.

—Oh sí, te enviaré el dinero del mes mañana, ¿bien?

—Bien, no te preocupes —acepté.

—Cuídate, te quiero Cassie.

—Te quiero papá.

La llamada me había traído un sentimiento agridulce. Sabía que cuando mamá meditara mi rompimiento ya se le pasaría el disgusto.

Tomé varias bocanadas de aire y me puse a la tarea que estaba haciendo antes de la llamada telefónica.

Unos vaqueros y una blusa de manga larga por el frío que hacía en la noche.

Pero vas a una fiesta después y te vas a ver muy sosa.

Arrugué la nariz, ¿un vestido? Tenía un vestido floreado que llegaba a mi rodilla pero era veraniego, me congelaría y los demás estaban muy cortos. Al diablo, llevaría unos jeans mis botas de tacón y una blusa de manga larga pero con un buen escote, eso debería bastar.
Me hice un maquillaje sencillo y moldeé mi pelo corto con ondas discretas. Y estaba lista para salir.

Jaxon ya se encontraba allá y me reuniría con Giovanna en la entrada, como ya iba retrasada tuve que pedir un taxi.

Era alucinante como los estudiantes se aglomeraban para entrar y eso que ya debían estar varios en las gradas.

—¡Cassie, aquí! —El grito de mi amiga llamó mi atención y la localicé dando brinquitos y alzando los brazos para hacerse notar. Sonreí y fui hacia ella; noté que íbamos vestidas casi igual—. Pareces tortuga, corramos sino queremos que se lleven los mejores lugares.

Me permití ser jalada con ella hacia adentro. Mi celular sonó, Jaxon me había mandado un mensaje.

Les aparté dos lugares hasta en frente. No se tarden. (✓✓)
-Jax

Me detuve y miré a mi amiga, —Jax nos guardó lugares, ven —anuncié y frunció el ceño confundida pero me siguió.

—Hasta que hace algo bueno para variar. —Oí su murmullo y puse los ojos en blanco pero no dije nada.

Encontramos los lugares que me había indicado y tomamos asiento para esperar.

El partido no tardó en comenzar y crucé los dedos para que nuestro equipo venciera.

•••••

Aplaudimos y gritamos cuando Oliver logro anotar ese touchdown al último minuto y me alegré mucho por dentro, más que todo por Jaxon, sabía que esto era su sueño, era lo que amaba.

—Vamos a felicitarlos —solté poniéndome de pie y bajé los escalones de dos en dos. Me reí al ver cómo alzaban a Oliver en el aire y vislumbré a Jaxon. Iba a correr hacia él pero de repente una chica lo detuvo para besarlo, no, se lo estaba comiendo. La reconocí, era la rubia del otro día. Con razón...

Tragué saliva incómoda y mejor cambié de dirección hacia los demás con Giovanna detrás de mí.

—Ni en un partido puede reprimir su calentura —dijo, irritada. La ignoré y caminé hacia Oliver quien nos sonreía en saludo—. ¿Él es tu cita? Pero vaya vaya, que buen gusto tienes. Ve y bésalo en recompensa —dijo ella dándome un pequeño empujón.

¿Besarlo? No, sería demasiado, ¿verdad? Digo, ni siquiera nos conocíamos bien.

—¡Ey estás aquí, ¿lista para la fiesta? —saludó cuando llegamos.

—Claro, por cierto felicidades ese último pase estuvo increíble —alabé.

—Dijo Cassie que te daría una recompensa por darnos la victoria —se metió ella sonriéndonos pícara y yo solo la fulminé.

Oliver no pareció darse cuenta de eso último y me sonrió aún más, —¿En serio? ¿Qué es?

Tomé una bocanada de aire, me puse de puntitas y lo bese en la mejilla.

—Creo que nunca me había alegrado tanto por una victoria —comentó él riendo y sentí que enrojecí un poco de la vergüenza. Va, ¿qué más daba ya?

—¡Chicos, ¿ya se van a la fiesta?! —Llegó Jaxon con la rubia siguiéndolo por detrás, no recordaba su nombre siendo sincera.

—Sí, solo me doy una ducha rápida y listo. ¿Nos vamos juntos? —propuso Oliver y Jaxon asintió

Gio y yo acordamos esperarlos en el estacionamiento.

—Le gustas mucho —soltó ella de repente.

—¿A quién?

—Pues a al ojiazul guapo, ni modo que a Jaxon —dijo con obviedad. A Jaxon no le gusto así—. ¿Intentarás lo del sexo sin compromiso esta noche?

—No, he desistido de la idea, me lo llevaré con calma.

—¿Segura? Porque cuando bebes te conviertes en una loca —recordó.

—Tengo mucho autocontrol cuando quiero.

—Si tú lo dices... —soltó sin sonar nada convencida. Ella no sabía ni lo que decía, yo me conocía muy bien.

.
.
.

—¡Fondo, fondo, fondo! —aullaron a mi alrededor mientras me empinaba el sexto vaso de cerveza en la noche.
Cuando me lo terminé todos vitorearon alegres y yo solo me reí; dios hace cuanto no me divertía así.

Oliver me sonreía, en su mano sostenía otro vaso como el mío, pero él se encontraba más calmado, de hecho creo que me estaba cuidando.

Fui a la cocina por más pero entonces sí me sostuvo del brazo, —Oye oye, ¿no crees que te lo deberías de tomar con calma Cass? —preguntó y a pesar de estar un poco ebria noté la preocupación en su voz.

Me reí quitándole importancia, —Estoy bien, lo juro.

—¿Cuantos dedos tengo aquí? —dijo alzando su mano y conté: uno, tres, uno, cinco, ¿siete?

—Tienes dedos, sí.

—Pregunté que cuántos.

—No sé —admití antes de sonreírle pícara. Estaba cerca de mí ya que me estaba sosteniendo con sus brazos para evitar que tropezara y cayera, al parecer había descifrado que era algo torpe cuando bebía—. Pero sí sé que tienes unos ojos y unos labios muy lindos —añadí de forma seductora.

Oliver sonrió con eso y se acercó para susurrarme: —¿Qué tanto?

—Ven y averígualo —solté con una voz que hasta yo desconocía.

Lo jalé de la camisa y uní mis labios con los suyos, el sabor a alcohol se mezcló aún más cuando nuestras lenguas se encontraron, sentí sus manos presionar mi espalda baja y cuando quise sumergir mis manos en su cabello negro, se apartó.

Parpadeé varias veces para concentrarme y enfocarlo pero solo ví a Jaxon gritándole varias cosas que yo no comprendí. ¿Él lo apartó a propósito? ¿Con qué derecho?
Enojada fui y lo empujé en el pecho.

—¿Cassie qué te pasa?

—No, ¿qué te pasa a ti? ¿por qué te metes? —exclamé molesta, y gracias al enojo, la ebriedad estaba bajando un poco.

—Estás borracha, no quiero que se aprovechen de ti —se excusó.

—Yo no haría eso y lo sabes —se metió Oliver que claramente se veía enojado y extrañado al igual que yo.

—Será mejor que nos vayamos —soltó Jaxon y lo miré indignada.

—¡No me voy a ir, no eres mi padre!

Jax suavizó su expresión, —No quise decir eso, Cass...

—Está bien. Te prometo que esta semana saldremos de nuevo —me dijo Oliver con una sonrisa amable.

—¿Lo prometes?

—Por supuesto —afirmó y miró a Jaxon—. Hablaremos mañana —agregó con seriedad.

Con una última mirada a mi cita, me dejé guiar por mi amigo a través de la casa para salir a su auto. No dije nada y me subí para después cruzar los brazos y mirar por la ventanilla, seguía enfadada.
No hablamos ni cuando llegamos, ni si quiera cuando subimos juntos las escaleras del edificio a nuestro departamento.

Pero cuando me disponía a ir a mi habitación para encerrarme y dar un portazo dignamente, él me detuvo del brazo.

—¿Estás molesta? —preguntó y rodé los ojos.

—No, ¿qué te hace pensar eso Heils? —hablé sarcástica.

—Vale, ¿qué te molesta tanto?

—¿Que qué me molesta? ¿Por qué te metiste en un asunto que no te importa? Nos estábamos besando, ¿y qué? —repliqué—. Hay algo de alcohol en mi sistema sí, aún así lo besé porque quise y me lo hubiera follado de no ser por tu culpa —regañé y su rostro cambió a uno totalmente serio.

—No sé qué me pasó, perdón —se disculpó rascándose la nuca.

—¿Qué no estabas con esa rubia tirándote un polvo? —inquirí alzando una ceja.

—No.., bueno lo intenté, pero-

—Y a mí no me dejaste, deja de preocuparte tanto por mí —rebatí rodeando su cuerpo para meterme a mi habitación.

—Cassie yo... no quiero que salgas con Oliver —soltó de repente. Fruncí el ceño y me volví a él.

—¿Disculpa? ¿Estás celoso o algo así? —espeté incrédula—. Cuando estaba con Derek y cuando salí con los dos chicos después, no hubo problema, ¿por qué ahora sí? ¿Porque es tu amigo?

—Eso fue antes de que me pidieras un beso —recordó y me molesté todavía más.

—Dejamos el tema en el pasado, se supone que la que te lo pedí fui yo y tú te negaste porque somos amigos, ¿y ahora me sales con la mierda de que estás celoso?

—Es confuso —susurró y bufé.

—Pues perdóname Jaxon pero vete al carajo, yo puedo salir con quien quiera, así como tú —espeté yendo a mi habitación pero cuando estuve a punto de cerrar la puerta, su brazo me detuvo, me empujó hacia adentro y cerró detrás de él.

—Lo lamento Cassie, probablemente mañana me arrepienta mucho de esto, pero justo ahora solo puedo pensar en una cosa —habló y noté como su voz se hacía más ronca.

—¿Qué cosa? —pregunté casi casi sin aliento, porque el ambiente se sentía diferente.

No contestó y se abalanzó sobre mí, tomó mi cabeza enredando su mano en mi pelo y unió nuestros labios.

Mi cerebro tardó un momento para procesarlo, ¿Pero qué está pasando aquí?

¡Aprovecha!

Le hice caso a la voz interna de mi cabeza y se lo regresé con más ahínco que el primero que tuvimos.  Me sentía anestesiada, como que no era yo quien actuaba. Lo peor es que me estaba gustando la jodida situación tan irónica.

Me aparté un centímetro para susurrar: —¿Estás seguro de esto?

—La verdad no, ¿y tú?

—Justo ahora lo estoy, así que cállate y bésame —ordené y sonrió antes de hacerlo.

¿Sería capaz de tener sexo con mi mejor amigo?

Esa duda aún carcomía una parte de mi mente, pero cuando sus manos viajaron abajo de mi blusa y sus dedos acariciaron mi espalda con delicadeza, toda la duda se esfumó, con un solo toque.

Un solo toque bastó para enloquecerme y ahora estaba ansiosa.

A la mierda el arrepentimiento, esta era una de las mejores ideas que he tenido en la vida.

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