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Era su ex compañero de la secundaria, TaeHyung.

— ¿TaeHyung? — preguntó JungKook para verificar.

El peli-gris asintió y caminó hacia él. JungKook pudo ver que a su ex compañero lo seguía un joven chico de cabello semi largo y castaño, de mejillas gorditas y piel pálida, con su cabeza gacha y manos unidas al frente. Básicamente igual a como estaba JiMin en ese momento.

—Wow, no te veía desde que nos graduamos. — dijo el más alto y JungKook pudo notar que el chico tenía el cuerpo un poco tenso.

—Sí... — respondió JungKook y jugó con sus dedos, nervioso. La presencia de alguien que más o menos lo conocía lo ponía nervioso dado que temía que notara su comportamiento hacia su esclavo. — ¿Qué haces aquí?

—Lo mismo que tú, supongo. — respondió el peli-gris y señaló la oficina de secretaría detrás de él. —Vengo a pedir información sobre la universidad.

—Claro, por supuesto. — dijo JungKook con una risa nerviosa y deseó patearse por hacer una pregunta tan estúpidamente obvia.

—Podemos ir juntos, si quieres...

—Eh, sí. Vamos. — respondió JungKook por cortesía. La verdad era que lo único que quería era tomar a JiMin y huir del lugar. Estaba terriblemente asustado de que TaeHyung notara algo extraño en ellos, a pesar de que nunca habían sido muy unidos.

Pero en realidad JungKook nunca había sido muy unido con nadie. En la primaria había tenido muchos amigos, pero tan pronto ingresó a la secundaria, todo cambió. Con la adolescencia había llegado también la consciencia de lo que era el mundo de los libres y los esclavos, y sentía repulsión por todos sus compañeros, dado que todos eran exactamente iguales a todo el mundo; crueles e inhumanos con sus esclavos.

Por esa razón JungKook se había graduado de la secundaria y había cortado cualquier mínima relación que pudo tener con algún compañero o compañera.

Aunque, ahora que lo recordaba, TaeHyung tampoco había sido de tener muchos amigos en la secundaria.

En silencio ambos se acercaron a la oficina y JungKook sintió sus hombros tensarse al estar en el marco de la puerta.

Si le decían algo similar allí a lo que le habían dicho en la anterior, de que los esclavos no podían ingresar, no perdería su tiempo y se iría de allí inmediatamente.

Para su suerte, los cuatro ingresaron a la oficina sin problema y la secretaria los invitó a sentarse en las dos sillas frente a su escritorio.

Los dos esclavos se arrodillaron uno al lado del otro junto a sus dueños y la secretaría inició con la pequeña charla informativa.

Una vez más, la universidad parecía prometedora y JungKook se alegró al ver los diferentes tipos de habitaciones que ofrecía el campus.

— ¿Entonces puedo tener una habitación solo para mí y para mi esclavo? — preguntó TaeHyung y JungKook lo miró curioso y luego miró a la secretaria.

—Por supuesto. Puedes tener una así o una compartida con otra persona y su esclavo. — respondió la chica con una sonrisa.

— ¿Y mi esclavo me debe acompañar a todas mis clases o debe quedarse en la habitación?

—Eso queda a criterio de los poseedores. — respondió la chica a JungKook y su mirada se tornó curiosa. — Veo que preocupan mucho por sus esclavos.

—Me gusta cuidar lo que es mío. — soltó JungKook con la quijada tensa y se arrepintió al instante al ver la manera en que lo miraron la secretaria y TaeHyung.

—Entendido. — dijo la chica cambiando su expresión a una neutral y tomó dos carpetas de una gaveta de su escritorio. —Si están interesados en ingresar, deben llenar estos formularios y enviarlos antes de la fecha límite. Ahí están también las solicitudes para las habitaciones.

Los dos chicos asintieron y tomaron las carpetas. Sin mucha palabra más, salieron de la oficina siendo seguidos por sus esclavos.

—Bueno, TaeHyung, fue un gusto- — empezó a decir JungKook pero al posar su mirada en JiMin, notó que el cuerpo del chico se estaba estremeciendo con sutileza y tenía las manos agarradas con fuerza, tanto que la piel de aquellas se estaba tornando blanca. —Dame un momento, necesito ir al baño.

Sin mirar atrás y sin importarle que TaeHyung o alguien más lo viera, JungKook colocó su mano sobre la espalda baja del ojiazul y lo guió hasta el final del pasillo, donde pudo ver el letrero de un baño.

Después de verificar que estaba vacío, JungKook cerró con llave la puerta del baño y tomó al menor en sus brazos.

—Bebé, ¿qué pas...?— empezó a preguntar pero JiMin lo interrumpió.

—Lo conozco. — dijo JiMin mirando a JungKook con los ojos brillantes. Por un momento JungKook temió que TaeHyung fuera el otro antiguo poseedor de su JiMin, pero las palabras del menor lo sorprendieron. —El esclavo, se llama YoonGi, era mi amigo.

— ¿Cómo—?— empezó a preguntar JungKook con los ojos abiertos como platos.

—Era el esclavo de la esposa de mi primer dueño. — contestó JiMin en un susurro y rodeó con sus brazos el torso de JungKook. —Era un esclavo doméstico mientras que a mí me usaban para el trabajo de mi primer dueño. Nos hicimos amigos porque en las noches nos dejaban en el mismo depósito.

— ¿Entonces debo mantenerme cerca de TaeHyung? — preguntó JungKook un poco reacio y JiMin asintió enérgicamente. —Pero pequeño, aún no podemos confiar en él...

—Lo sé, pero tal vez en algún momento logre conversar con mi amigo. — dijo JiMin con un puchero en los labios y JungKook rió suave al ver lo adorable que se veía.

— ¿No me cambiarás por YoonGi? — preguntó JungKook luciendo ahora él un puchero. No lo admitiría nunca, pero realmente temía que ese fuera el caso.

—Jamás cambiaría a mi JungKook. — respondió inmediatamente JiMin y apretó su agarre en el torso del mayor. —Solo quiero intentar recuperar a mi amigo.

—Bueno. — dijo JungKook y al ver sonreír al rubio, no se pudo contener y depositó un beso sobre sus labios. El oijiazul sonrió grande por la acción y se levantó de puntitas para dejar él un beso sobre los labios de JungKook. El ojinegro sonrió y tomó a JiMin de las mejillas para mirarlo directo a los ojos. — Pero tan pronto vea que TaeHyung no es de confiar, nos alejaremos.

—Entendido. — respondió JiMin y dio un par de saltitos emocionado haciendo reír a JungKook.

Un par de besos después, el par de chicos salieron del baño y se encontraron de nuevo con los otros dos.

Para sorpresa de JungKook, TaeHyung se encontraba cerca del rostro del castaño y parecía estarle susurrando al oído. JungKook miró a JiMin, pero el oijiazul claramente no pudo ver nada dado que tenía los ojos clavados al suelo. Volvió a mirar al otro par y aclaró su garganta para anunciar su llegada.

Con rapidez y nada de sutileza, TaeHyung se alejó del esclavo con un salto y sonrió nervioso.

— ¿Qué te parece si nos vemos mañana para ayudarnos a llenar estos? — preguntó JungKook y alzó la carpeta en su mano. Vio que TaeHyung dudó en contestar, pero luego de mirar a su esclavo, asintió con una pequeña sonrisa.

Después de intercambiar números, JungKook caminó hasta el auto seguido por JiMin.

Una vez que salieron del estacionamiento del campus universitario, JiMin volteó su cuerpo y miró a JungKook con emoción.

—Eres el mejor. — soltó JiMin sonriendo y JungKook lo miró un instante antes de volver a ver a la carretera. —Y te quiero mucho.

—Yo te quiero más. — respondió JungKook con una sonrisa grande adornando su rostro.

No sabía qué había hecho para merecer tener alguien como JiMin en su vida, a pesar de las circunstancias, pero sabía que lucharía para mantenerlo.

4/5

Una disculpa bebés, no estuve actualizando porque pasé por un mal momento, ahora ya está todo bien y estoy trabajando en ello.

Alimentence bien y duerman bonito ♡♡ en un rato subo el siguiente.

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