15
Después de darle el almuerzo, JungKook llevó a JiMin al baño para que se duchara y cuando le avisó que estaba listo, JungKook entró para aplicarle más medicamento en los cardenales de su espalda y piernas.
Sonrió complacido al ver que estaban sanando muy rápido y que JiMin ahora se movía con mucha más agilidad, dado que su cuerpo estaba dejando de doler.
Después de aplicarle la pomada, JiMin se vistió con la ropa color café que le habían puesto en el C.A.E y ahora se encontraba en medio de la habitación con las manos de su dueño en las suyas, ambos de pie uno frente al otro.
— ¿Estás listo? — Preguntó JungKook en un susurro y JiMin sonrió al ver los nervios de su poseedor.
—Sí, Señor. Pero usted no parece estar listo. — Respondió JiMin con una risita y JungKook sonrió por la ternura, era la primera vez que lo escuchaba reír y ya se había convertido en su sonido favorito. — Yo estoy tranquilo porque sé que usted estará ahí conmigo. Y si usted está conmigo, entonces todo está bien.
A pesar de que a JungKook no le gustaba que le hablara de manera tan formal, sintió que se derretía, una vez más, al escuchar las adorables palabras del menor.
—Eres adorable. — Dijo JungKook y sonrió al ver el sonrojo que provocó en JiMin. — Pero tienes razón, no pueden quitarte de mi lado, todo saldrá bien.
El viaje en el auto fue silencioso y un poco tenso.
JungKook iba en el asiento de copiloto y cada tanto miraba a su madre tras el volante. Cada vez que hacía esto, su madre le sonreía para darle el confort que el ojinegro necesitaba.
Más rápido de lo deseado, el auto se detuvo frente al gran edificio del Centro y JungKook tomó un profundo respiro. Sin mirar a su madre, soltó su cinturón y abrió la puerta. Caminó hasta la puerta de atrás y la abrió. Metió medio cuerpo para soltar el cinturón del menor y JiMin salió del auto, su cabeza gacha y sus manos unidas detrás de su espalda.
JungKook sintió ganas de vomitar al verlo en aquella posición de sumisión.
—Todo saldrá bien, JungKook. — Murmuró JiMin y JungKook se relajó un poco al escucharlo decir su nombre.
JungKook asintió pequeño y le dio un suave apretón en el brazo al menor.
—Los esperaré aquí. — JungKook escuchó a su madre decir y la miró, relajándose aún más al verla sonreírle.
El ojinegro asintió una vez más y caminó hacia las puertas de C.A.E con JiMin caminando detrás suyo.
Al entrar al edificio, vio de nuevo a la mujer sentada en el escritorio tecleando sin parar en el teclado de su computador. Al lado del escritorio estaba el hombre que había sido su guía leyendo unos papeles que estaban dentro de un folder.
Armándose de valor, JungKook caminó hacia ellos y aclaró su garganta para llamar la atención de ambos.
—Vaya, ¿qué tenemos aquí? — Dijo el hombre con una sonrisa de superioridad en su rostro. — ¿Tan rápido te vienen a devolver?
— ¿En qué le puedo ayudar? — Preguntó la mujer ignorando el comentario de su compañero y miró a JungKook.
—Llamaron esta mañana diciendo que debía venir a responder unas preguntas. — Dijo JungKook entre dientes, sus ojos sellados en el hombre que aún no dejaba de mirar a JiMin.
—Claro joven, pase por la puerta de la der... — Empezó a responder la mujer pero el guía la interrumpió.
—Sabía que no ibas a tardar en volver. — Dijo el hombre y JungKook sintió su sangre hervir al ver que el asqueroso tipo veía de pies a cabeza a su pequeño. Cuando el hombre acercó su mano al ojiazul, JungKook sintió como su cuerpo se estremeció de furia.
Con su mano, le dio un fuerte manotazo a la del hombre antes de que pudiera poner un dedo sobre el rubio. El fuerte golpe resonó en todo el aburrido y frío lugar y el hombre miró perplejo a JungKook.
—No lo toque. — Dijo JungKook con una voz baja y grave. Sus ojos habían oscurecido con el enojo y las dagas que enviaba con su mirada al tipo, provocaron que este retrocediera un par de pasos con las manos alzadas.
—No hay necesidad de ponerse violentos, joven. — Dijo el hombre mirando a JungKook. — Es solo algo, solo un paquete más entre el montón.
'¡NO ES UN PAQUETE! ¡NO ES NI "SOLO" NI "ALGO"! ¡ES UN MARAVILLOSO CHICO, IMBÉCIL!' pensó JungKook y cerró sus manos en puños.
—No me gusta que toquen lo que es mío. — Respondió JungKook después de unos instantes de silencio cargados de tensión. Por más que hubiera deseado decir lo que pasaba por su mente, sabía que podría en inmediato peligro a JiMin.
—Joven. — llamó la mujer con los ojos muy abiertos; estaba asustada al ver como el chico, que aparentaba ser inofensivo, había enfurecido tanto que hasta se veía más grande y fuerte. — P-Por la puerta de la derecha...
JungKook no quitó su mirada del hombre hasta que se volteó del todo y caminó hacia donde le había señalado la mujer.
En el pasillo, vio un letrero anunciando que había un baño en la siguiente puerta, así que al verificar que no había nadie a la vista, caminó apresurado hacia la puerta del baño y la abrió.
Sin tener que esperar a que JungKook le diera la orden, JiMin entró por la puerta abierta y Kook entró detrás de él.
Tras ponerle seguro a la puerta, se volteó y de un jalón pegó el cuerpo de JiMin al suyo.
Con un posesivo agarre, rodeó su brazo por la cadera del menor y posó su otra mano sobre la cabeza del rubio, pegando la cara de JiMin a su cuello. Sabía que lo estaba apretujando más fuerte de lo que debía, pero se sentía tan abrumado que no se podía controlar. Y el sentir el temblor del cuerpo de JiMin no ayudaba; no se podía imaginar cómo se podría estar sintiendo el menor.
Al sentir los delicados brazos de JiMin rodearlo por la espalda, su cuerpo fue abandonando los temores y su respiración agitada empezó a recuperar un ritmo normal.
Cuando al fin se sintió más tranquilo, y sintió que el menor estaba más relajado, aflojó el agarre en JiMin y lo miró a los ojos.
—Eres perfecto. — Dijo JungKook con convicción en su voz y los ojos de JiMin brillaron. — No eres algo, eres alguien y eres perfecto. ¿Sí?
Con suavidad, JiMij asintió con su cabeza y JungKook plantó un beso en su frente para luego abrir la puerta de nuevo y salir por el pasillo.
5/10
Ya vamos a la mitad del maratón TnT ♡♡
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