22

JungKook estaba acostado boca arriba sobre su cama con su cara cubierta por su almohada. No sabía cuánto rato llevaba en aquella posición, pero tampoco le importaba.

Por su cabeza no dejaban de girar las palabras que le dijo su madre.

Había evitado pensar en aquel tema desde que había entrado JiMin a su vida, pero sabía que no lo podría evitar por mucho tiempo más.

Un movimiento en su cama lo sacó de sus pensamientos y luego sintió como quitaron la almohada de su cara.

Al abrir sus ojos, se encontró con el rostro de JiMin sobre el suyo.

JungKook no pudo evitar sonreír ante tan bonita vista y su sonrisa se ensanchó al ver una pequeña sonrisa asomarse por los labios del menor.

— ¿Todavía te duele la cabeza? — preguntó JiMin cuando JungKook se acomodó hasta quedar sentado. — La Dama me dijo así que...

JungKook miró las manos del menor y sintió un calor instalarse en su pecho al ver un par de pastillas en una mano y un vasito con agua en la otra.

—Un poco, gracias pequeño. — respondió JungKook sonriendo y extendió sus manos para tomar entre las suyas la medicina.

—Con mucho gusto. — dijo JiMin ahora sonriendo grande al ver que pudo ayudar a su JungKook una vez más.

Cuando se terminó el agua del vaso, JungKook colocó el vaso al lado de la cama y luego miró a JiMin mientras abría sus brazos.

—Un abrazo me va a ayudar más que las pastillas. — dijo JungKook y rió al ver como JiMin rodó sus ojos por lo cursi que había sido.

Aun así, el menor se acurrucó a su costado y colocó un brazo sobre el abdomen de JungKook.

— ¿Podemos hablar de lo que sucedió hace un rato? — murmuró JungKook y con su mano acarició el costado del chico, sonriendo porque las costillas del ojiazul ya no eran tan prominentes como antes.

—Me da miedo... — murmuró JiMin después de un corto silencio y apretó su agarre del torso de JungKook.

— ¿Qué te da miedo? — preguntó JungKook preocupado y plantó un beso en el cabello rubio y alborotado de JiMin.

Al sentir el beso, JiMin alzó su rostro y miró directo a los ojos a su dueño.

— ¿Por qué quieres que yo sea libre? — preguntó en un susurro y JungKook lo miró confundido.

— ¿A qué te refieres?

— ¿Quieres que yo sea libre para d-dejarme ir? — susurró JiMin con los ojos brillantes y su voz se quebró en las últimas palabras.

JungKook abrió sus ojos como platos al comprender el porqué de la extraña actitud del menor y sintió ganas de patearse por no haberse dado cuenta por sí mismo.

— ¿De dónde sacas que yo querría dejar ir a lo mejor que me ha pasado en la vida? — respondió JungKook sin tapujos y observó como un sonrojo subió por el cuello del ojiazul.

—Es que...

—Te prometí una vez que nunca te dejaría ir, pequeño, y no planeo dejar ir esa promesa. — dijo JungKook y colocó su mano sobre la mejilla del ojiazul en una caricia. — No te imaginas lo importante que eres para mí. Si quiero tu libertad es para que seas feliz y puedas tener una vida buena.

—Pero ya soy feliz y tengo una vida buena. — respondió JiMin en un murmullo, de pronto se sentía tímido y no entendía qué era el cosquilleo que estaba empezando a sentir en su estómago y en su pecho. — No necesito ser libre, solo necesito un JungKook.

— ¿Un JungKook? O sea que con cualquiera serías feliz. — bromeó JungKook y formó un puchero con sus labios.

—N-No. — tartamudeó JiMin como respuesta mientras miraba por un instante el labio de su poseedor. No entendía qué estaba sucediendo con su cuerpo ni lo que estaba sintiendo. —Yo solo quiero a un JungKook, al m-mío.

—Más te vale. — respondió JungKook con una sonrisa y JiMin sonrió de inmediato al verlo. — Pero en serio, jamás querría alejarte de mi lado. Si te vas sería porque tú mismo lo decides, pero yo jamás querré tenerte lejos.

—Yo tampoco. — respondió JiMin en un suspiro y sintió como su corazón se paralizó al ver a JungKook acercarse aún más a su rostro y un escalofrío recorrió toda su espalda al sentir el pequeño beso que dejó en la punta de su nariz.

El contacto de aquellos labios con su rostro lanzó un cosquilleo de su nariz hasta la punta de sus dedos de los pies.

Nunca había sentido eso con los besos de su JungKook y no entendía qué significaba, pero debía admitir que le encantaba como se sentía aquel calor en su pecho y no quería que se detuviera nunca.

La mañana siguiente, JiMin despertó con un brazo rodeando con fuerza su cadera y sintió como un sonrojo subió hasta su coronilla.

No era la primera vez que despertaba abrazado de su dueño, pero sí era la primera vez que el peso de aquel brazo sobre su delgado abdomen le provocaba sentir miles de palomillas revoloteando en su interior.

Una parte de su cuerpo deseaba pegar más su espalda al pecho de su poseedor y acurrucarse en aquel acogedor calor, pero la otra parte de su cuerpo le pedía que se levantara para asearse y ponerse algunas de las prendas nuevas para que JungKook lo viera diferente... lo viera bonito.

Nunca en su vida le había dado importancia a esa porque nunca había tenido sentido, pero ahora le importaba que JungKook lo viera bonito.

No sabía qué significaba, pero sabía que eso era lo que quería.

Con delicadeza, JiMin zafó aquel brazo de su cadera y se levantó con lentitud para no despertar al mayor. El ojinegro solo se removió un poco y se volteó dormido, dándole la espalda al menor.

Silencioso, JiMin caminó hasta el armario y sacó una camisa sencilla roja y unos pantalones negros de mezclilla. Caminó hasta el baño y se dio una ducha rápida para que el sonido no despertara a JungKook.

Con cuidado se colocó las prendas y se removió en ellas, no acostumbrado a usar ropa a la medida y nueva. Siempre sus prendas eran grandes y viejas.

Se miró al espejo y observó con lentitud sus facciones. Sus mejillas no estaban tan hundidas como antes y sus ojeras moradas habían desaparecido casi en su totalidad. Sus ojos estaban azules y brillantes. Su piel blanca brillaba y se veía sano.

Una sonrisa se ensanchó en sus labios al pensar en lo último y con un suspiro, salió en silencio del baño y de la habitación.

Un pequeño cosquilleo en la mejilla fue lo que fue despertando poco a poco a JungKook y al abrir despacio sus ojos, vio a JiMin con su rostro cerca del suyo, los dedos del menor acariciando ligeramente su mejilla, provocando aquel cosquilleo.

El ojiazul estaba arrodillado en el piso al lado de la cama y JungKook estaba acostado con el rostro cerca del borde de la cama.

Una sonrisa se escapó y brilló en sus labios al ver a JiMin y el ojiazul le respondió la sonrisa con un sonrojo asomado en sus mejillas.

—Buenos días, pequeño. — murmuró JungKook y cerró sus ojos, deleitándose en las caricias que el joven esclavo aún mantenía sobre su mejilla. — ¿Qué haces levantado ya?

—Buenos días, Señor. — respondió el ojiazul y separó su mano del rostro del mayor, provocando que este abriera los ojos justo para verlo levantándose con una bandeja de manera en las manos. — Le quería traer el desayuno a la cama.

La sonrisa de JungKook se ensanchó y se movió hasta quedar sentado en la cama, las cobijas aun cubriendo sus piernas.

— ¿Me acompañarás? — preguntó JungKook palmeando el lado vacío de su cama y el ojiazul se sonrojó una vez más.

—M-Me tomé la libertad de preparar un poco para mí y poder acompañarte... —murmuró JiMin con la mirada clavada en la bandeja.

—No podría pedir mejor compañía. — susurró JungKook y el ojiazul lo miró, sintiendo un cosquilleo en su abdomen al verlo sonriendo.

Con cuidado, el joven esclavo se sentó en su lado de la cama y colocó la bandeja frente a ambos.

Antes de que JungKook alzara un dedo, JiMin tomó la taza de café que estaba en la bandeja y se la dio al mayor para luego pasarle el plato con panqueques. Tomó luego el vaso con jugo y el pequeño pastelito que estaba en plato y lo puso sobre sus piernas dobladas.

—Gracias, Minnie. — dijo JungKook antes de tomar un trozo de panqueque e introducirlo en su boca. Un leve gemido escapó de su garganta al saborear aquello. —Dios, esto está increíblemente delicioso. De verdad gracias, bebé.

Al escuchar lo último, JiMin se atragantó con el pastelito y empezó a toser. JungKook lo miró alarmado y empezó a dar golpecitos en la espalda del menor hasta que volvió a respirar con normalidad.

— ¿Qué fue eso? ¿Estás bien? — preguntó JungKook con preocupación mientras pasaba su mano por la espalda de JiMin dejando caricias.

—S-Sí S-Señor. — tartamudeó JiMin y su cara se adornó con un rojo intenso.

JungKook lo miró un par de segundos y luego frunció su ceño.

— ¿Por qué estás tan tímido? — preguntó y JiMin clavó su mirada en sus manos.

—Me llamaste 'bebé' — respondió JiMin en un bajo susurro y JungKook abrió sus ojos como platos.

Ahora era su rostro el que estaba rojo como un tomate. No se había dado cuenta de que lo había hecho.

Aclaró su garganta y tragó saliva, pensando bien en qué decir.

— ¿Te molestó o te incom-

—¡¡No!! — exclamó JiMin alzando el rostro, interrumpiendo a JungKook y mirándolo con los ojos abiertos como platos. — ¡No me incomodó, JungKook, ni me molestó!

JungKook lo miró un instante y dejó que sus labios se formaran en una pequeña sonrisa.

—Entonces... ¿te gustó? — preguntó JungKook mirándolo directo a los ojos y sintió ganas de saltar de felicidad al ver al ojiazul asentir despacio con un sonrojo evidente en su cuello y rostro. — Me alegra saberlo, bebé

Este es el cap más largo hasta ahora jwhsksb espero les guste y me amen tanto como yo lo hago con ustedes uwu ♡ otra vez mini maratón

1/5

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