👑🌹 Capítulo 12
Una sucesión de imágenes pasando a gran velocidad en la pantalla del portátil de Marshall, aparece ante nuestros ojos, mostrándonos el vídeo que Dorian grabó el día del crimen. Mi jefe y yo observamos con mucha atención el aparato, viendo una imagen borrosa de Charlie hablando alegremente con el anciano.
—Se desenfoca y enfoca cuando le da la real gana —comenta la voz del anciano al ver esta acción reproducida en su cámara de vídeo, haciendo que el rostro de Charlie no se vea para nada nítido en unos cuantos segundos.
—Ya lo veo, la lente del objetivo no se está quieta —interviene el padre de Axel señalando con su dedo hacia nosotros, hacia el cristal de la cámara—. Le has dado un buen golpe.
—¿Crees que pueda tener arreglo? —inquiere Dorian, moviendo un poco la cámara, ya que la imagen que nos muestra se tambalea levemente.
—¡Charlie, hoy te toca fregar a ti!
Una voz femenina hace acto de presencia en el lugar, haciendo que el nombrado gire su cabeza hacia atrás un poco; esa es Margott.
—¡A la orden! —grita él de vuelta, entre risas, para después volver la vista a su vecino—. Sí tiene arreglo, pero te va a costar mucho dinero —le hace saber asintiendo con la cabeza, al mismo tiempo que la lente decide enfocar su cara por pocos segundos—. Conozco a alguien que puede arreglártelo por un buen precio. Si me la dejas, en un par de días la tendrás como nueva.
—Pues no se hable más. —Ríe el anciano acercándole la cámara a Charlie.
Las manos del padre de los hermanos Williams se elevan hacia la máquina, pero un estruendo proveniente del salón que se encuentra a su espalda, le impide continuar con la acción. Él se da la vuelta de inmediato, para observar lo que pasa.
—Dorian, escóndete —le ordena este.
En ese momento la cámara vuelve a desenfocarse, a la vez que esta se mueve y hace un ruido al chocar contra algo, que supongo que es el alféizar de la ventana; aquí es donde Dorian ha debido de obedecer a su vecino. Ahora la imagen se centra en la silueta borrosa de Charlie corriendo hacia el salón, dejando la puerta de la cocina abierta, lo que nos permite a nosotros ver parte de la situación.
La lente vuelve a enfocarse, mostrándonos a los tres hombres que murieron aquel día, apuntando con sus respectivas armas al padre de Axel y a Margott, quien corre a coger a Phillip entre sus brazos para protegerlo.
—Devuélvenos lo que nos has robado —espeta uno de ellos, con voz amenazante.
Los arañazos y las roturas del cristal del objetivo, no ayudan para nada a ver con claridad los rostros de los presentes debido a su lejanía, pero ninguno de ellos nos interesa a Marshall y a mí, solo esperamos impacientes a que la asesina haga acto de presencia.
—Bajad las armas y vayamos a otro lugar a hablar de esto. —Intenta tranquilizarle el padre de Axel, con voz calmada.
Charlie es tirado al suelo a causa de un puñetazo en su cara de parte de uno de los tres hombres, en cuanto esas palabras salen de su boca. Los llantos de Phillip resuenan por todo el lugar, mezclándose con las voces y gritos de todos los presentes. En apenas un minuto, el padre de los hermanos dirige su mirada hacia la izquierda, donde supongo que se encuentra su hijo ya observando lo que pasa.
—¿Dónde está la asesina? —me pregunta Marshall sin apartar la vista de la pantalla de su portátil, completamente atento a lo que sucede.
—Tal vez está en un punto ciego de la cámara —opino—. Escondida tras la pared de la cocina.
Apoyo una de mis manos en el escritorio de mi jefe y la otra sobre el respaldo de su asiento, en el que él se encuentra sentado, para acercarme un poco a la pantalla.
—Debería de aparecer dentro de poco —agrego.
Margott y Phillip desparecen del plano, tras caminar marcha atrás hacia la izquierda. En apenas unos instantes un disparo hace acto de presencia, colisionando contra la rodilla del hombre que amenaza con el arma a Charlie, lo que provoca que este suelte la pistola.
—Ese ha sido Axel —le digo al señor Meadows.
La pistola que ha utilizado Axel, se desliza por el suelo hasta llegar a las manos de Charlie, lo que aprovecha para abatir a dos de los hombres que hay presentes en el lugar. El tercer hombre que aún queda en pie, apunta con su pistola hacia la izquierda, hacia el suelo, lugar en el que supongo que se encuentran Margott y Phillip abrazados el uno al otro, como Axel me contó. Al momento, la bala es expulsada de la boca del arma, dando lugar a un grito ensordecedor.
—Ahí es donde dispararon a Lipy —comento para poner a ni jefe en situación.
Cuando una mujer joven y morena aparece en escena amenazando a Charlie con su pistola, Marshall y yo nos echamos una rápida mirada, para luego acercar nuestros rostros de inmediato al portátil.
—¿Es esa? —inquiere él.
—Sí —afirmo en un hilo de voz apenas audible.
La cámara vuelve a desenfocarse, haciendo que la imagen se vuelva a ver demasiado borrosa como para poder distinguir algo. Esto llega a frustrarme tanto, que no puedo evitar morderme los labios como un acto de nerviosismo descontrolado.
—Mierda —espeta Marshall—. Enfócate, joder.
Sus manos se dirigen a la pantalla, para después darle un suave meneo, como si eso sirviera para volver la imagen nítida; de todas formas, aunque se enfoque, los arañazos del cristal no permiten ver mucho. Un chico aparece de golpe ante la cámara, haciendo que la mujer dirija la pistola hacia él.
—¿Ese chico es Axel? —indaga mi jefe.
—Sí.
La imagen se vuelve a enfocar, mostrándonos como la asesina aprieta el gatillo contra Axel, quien esquiva la bala corriendo al otro lado de su padre. Este desaparece de nuestra vista, ya que se ha metido detrás de la pared derecha de la cocina. La mujer vuelve a apretar el gatillo hacia la dirección de Williams, cosa que aprovecha Charlie para abatir al hombre que amenaza con volver a disparar a su hijo menor. En cuanto la asesina se da cuenta de esto, camina hacia la izquierda, donde se encuentra Margott y Phillip.
—¡Ni te atrevas! —grita Charlie alzando el arma contra ella.
Ella apunta con su pistola hacia el suelo y aprieta el gatillo. En ese instante, los llantos de Phillip se vuelven a hacer presentes; ha matado a Margott.
—¡Mamá! —La voz de un Axel adolescente entra en nuestros oídos, encogiéndome el pecho.
La responsable de la muerte de la madre de Axel, sale de escena corriendo hacia la entrada de casa, desapareciendo así de nuestra vista. Axel vuelve a aparecer en escena, caminando con pasos rápidos hacia el lugar en el que se encuentran su madre y su hermano. Aquí vuelve a desaparecer del plano al entrar en un punto ciego de la cámara, la única persona que se ve es a Charlie, quien se levanta del suelo con lentitud.
—Phillip, ven conmigo —le dice Williams a su hermano pequeño.
—¡Quiero a mamá! —chilla el pequeño de vuelta, entre llantos.
Sin poder soportar esto más, Marshall cierra el portátil y deja caer unas cuantas lágrimas por sus mejillas. Al igual que los de él, mis ojos comienzan a escocer debido al agüilla salada que lucha por salir.
—¿Quién coño era? —cuestiona con la voz quebrada y dirige su mirada a la mía.
Sus escleróticas están enrojecidas, lo que hace que se me forme un nudo en la garganta; nunca le había visto así.
—No lo sé. —Niego con la cabeza—. La calidad del vídeo deja mucho que desear.
El señor Meadows se limpia el agua salada procedente de sus lagrimales con las mangas de su camisa. Poso mis manos sobre sus hombros, apretándolos un poco para darle mi apoyo.
—Le debo una gran disculpa a ese chico —confiesa en un hilo de voz apenas audible—. Kelsey, esconde esta prueba en un lugar seguro. Si la asesina se encuentra en esta comisaría, hará lo que sea para deshacerse de ella —ordena con seriedad—. Voy a ver si puedo hacer que el juicio del chico sea lo antes posible.
—De acuerdo. —Asiento con la cabeza—. Pero señor Meadows, Dorian irá a la cárcel. ¿No hay alguna forma de evitar eso?
—No creo, Kelsey —dice con pesar—. Él tendrá que ir a declarar de todas formas, no se librará.
Suelto un suspiro de frustración ante sus palabras; he de admitir que tenía la esperanza de que el anciano se librase de esta.
🐈
Me adentro en mi piso, con la cámara de vídeo entre mis brazos; ahora mismo, el lugar más seguro para esta prueba es mi casa. Tras cerrar la puerta a mi espalda, echo un vistazo a mi alrededor, en busca de Phillip y mi madre.
—¡Ya he llegado! —grito con la esperanza de que alguien me conteste, pero ni un solo ruido se escucha por el lugar.
Me dirijo hacia el salón con pasos lentos y el ceño fruncido, pensando en donde han podido ir a parar mi madre y el renacuajo, pero no me llego a hacer una idea hasta que encuentro una nota escrita a mano encima de la mesita de centro. Al acercarme a ella, cojo el papel entre mis manos, y leo lo que pone:
"Phillip y yo hemos salido a pasear a Sparkie por el parque un rato. Ya hemos comido, tienes una lasaña en la nevera para que la calientes y te la comas.
Te quiere: mamá."
Una amplia sonrisa se hace presente en mis labios al recordar aquellos tiempos en los que aún vivía con mis padres. Meneo la cabeza levemente para apartar esos pensamientos de mi mente y luego me dirijo a mi habitación, en la cual se encuentran la pareja de gatos tumbados panza arriba sobre el colchón, durmiendo tan tranquilos. Qué envidia.
Con cuidado de no hacer ruido y despertarlos, me arrodillo en el suelo y meto la cámara de vídeo debajo de la cama, escondiéndola entre varias cajas de cartón con pertenecías mías que no puedo guardar en ningún otro sitio. Una vez hecho esto, me levanto y me quito el abrigo de encima, prenda que luego dejo sobre un lado del colchón.
Me quedo durante unos breves instantes observando a los dos gatos que ni siquiera perciben mi presencia, pero unos fuertes golpes provenientes de la puerta de mi piso, hacen que salga de mi embobamiento y me dirija hacia allí con pasos lentos; que pronto han llegado Cristty y Phillip de pasear al perro.
Cuando llego a la entrada, agarro el picaporte de la puerta y la abro en el acto, dejándome ver esos ojos marrones oscuros fijos en mí bajo un ceño fruncido que muestra molestia.
—Axel... —pronuncio su nombre, perpleja por su presencia aquí.
—¿Es qué no te cansas? —inquiere él, apretando su mandíbula.
Antes de que pueda decir algo al respecto, sus manos me dan un pequeño golpe en mis hombros, haciendo que yo suelte el picaporte y camine unos cuantos pasos hacia atrás. Esto lo aprovecha él para entrar en mi casa, con los puños apretados a ambos lados de su torso. A cada paso que él da hacia mí, yo lo doy hacia atrás, hasta que una pared me impide continuar.
—¿No puedes dejarme en paz de una vez por todas? —escupe acercándose unos cuantos pasos más a mí, hasta que solo nos separan pocos centímetros—. Dorian va a ir a la cárcel por tu culpa.
—Yo solo estoy intentado ayudarte —me defiendo—. Además de que él hace esto por su propia voluntad.
—Nunca he pedido tu ayuda. No haces más que joderme la vida.
—¿Ayudarte a recuperar la custodia de tu hermano y limpiar tu nombre es joderte la vida? —cuestiono y le aparto de mí con un empujón de mis manos en su pecho, al mismo tiempo que mi entrecejo se frunce con molestia.
—Si hemos llegado a este punto ha sido por tu culpa —me acusa con el dedo—. Si tú no te hubieses metido, nada de esto habría pasado.
—Si me dejases explicarte las cosas...
—¡No! —grita, provocando que apriete mis párpados—. No quiero que me expliques nada, solo quiero que dejes de apartar a las personas que quiero de mi lado. Me quitas a mi padre, luego a mi hermano y ahora a Dorian. Aquí la única que sobra en mi vida eres tú, no ellos. Tú eres la que debería estar en el lugar de Charlie, joder.
Con las lágrimas rodando por mis mejillas y la mandíbula totalmente tensa, paso al lado de Williams echa una furia, haciendo que me siga con la mirada. Al llegar a la entrada, sujeto la puerta abierta de mi piso para dejarle claro que ya no es bienvenido aquí, que quiero que se marche. Esto le deja totalmente sorprendido, incluso puedo ver como el arrepentimiento se apodera del brillo de sus ojos, pero se ha pasado y ahora soy yo la que no quiere que él esté aquí. No quiero estar cerca de él en este momento, sé que todo lo que diga o haga ahora, hará que me arrepienta más tarde de ello. Como del puñetazo que quiero propinarle, por ejemplo.
—Yo habré sido una grandísima imbécil por lo que te he hecho, pero tú te estás comportando como un completo gilipollas, Axel. —Señalo el pasillo fuera de mi hogar—. Ahora vete a tu puñetera casa, no quiero verte.
Espero a que él me obedezca, sin embargo, solo se queda ahí quieto y mirándome sin la mínima intención de marcharse. Noto como su pecho se hincha por la profunda bocanada de aire que ha tomado y como traga saliva. Veo que quiere decir algo al respecto, pero las palabras no le salen.
—¡Qué te vayas!
Sigue sin hacerme caso. Gruño con frustración, sintiendo el escozor de mis lágrimas palpitarme en los ojos. Al ver que no piensa colaborar, me doy por vencida y camino hacia el cuarto de baño para no tener que verle la cara en el tiempo que decida quedarse aquí sin inmutarse siquiera un poco. En el momento en el que llego, cierro la puerta con una fuerza que no sabía que tenía hasta ahora, lo que hace que el espejo que hay colgado sobre el lavabo, se caiga de la pared y se haga añicos al colisionar contra este y el suelo. ¡Genial!
Con las lágrimas cayendo sin parar por mi rostro, me acuclillo en el suelo y comienzo a recoger los pequeños trozos de cristal para tirarlos a la basura. Sé de sobra que la he cagado y que, en cierto modo, me merezco el odio que tiene hacia a mí. Pero estoy intentado arreglarlo como puedo y él no me está ayudando para nada en absoluto.
Estoy tan absorta en mis pensamientos cargados de ira, que no me percato de que alguien ha entrado al baño hasta que noto el tacto de una mano sobre mi hombro. Me sobresalto y dirijo la mirada hacia la persona que está haciendo contacto físico conmigo. Axel fija sus ojos en mí en cuanto estos se cruzan con los míos.
—Vete a casa —insisto y regreso la vista a los cristales.
Al agarrar un trozo más grande y afilado que el resto, me lo clavo sin querer en la palma de la mano, haciéndome una pequeña herida en ella de la que sale un hilillo de sangre. Perfecto, si es que hoy no es mi día, desde luego.
Williams apoya su mano libre en mi otro hombro, para luego empujarme con suavidad hacia la derecha, sentándome en el suelo. Esto lo aprovecha para arrodillarse en el sitio en el que yo estaba antes y comenzar a recoger los cristales y a tirarlos a la papelera que tiene al lado. Le observo con una molestia que no cabe en mí.
—Que Dorian vaya a la cárcel es culpa mía, no tuya —comenta en un susurro sin dejar de hacer lo que está haciendo—. Yo le convencí para que mintiera sobre lo sucedido.
Las lágrimas cesan al mismo tiempo que mis ojos se abren un poco más, sorprendidos por sus palabras.
—Siento lo que te he dicho, me he pasado —se disculpa sin apartar la vista de los cristales—. Cuando me enfado no mido lo que digo, ni siquiera lo pienso. Me vuelvo un idiota incorregible. Si te pasase algo, no me lo perdonaría nunca. Lo siento.
Yo no digo nada al respecto, solo le observo hasta que termina de recoger el estropicio que he causado. Después de tirarlo todo a la basura, se pone a buscar algo entre los cajones del mueble del lavabo, hasta que da con un neceser del que luego saca un paquete de tiritas. Tras coger una de ellas de la caja, se acuclilla enfrente de mí. Este toma la mano en la que me he cortado y pega en la herida la tirita. Al hacer esto, sus dedos acarician la palma de mi mano con suavidad sin dejar de mirarla.
—¿Mi hermano podrá estar conmigo si seguimos con esto adelante? —Sus iris se clavan en los míos.
Asiento en respuesta afirmativa. Axel suelta mis manos para llevarse una de las suyas al lado izquierdo de su cuello, en el que se encuentra la corona con el tatuaje de la rosa roja que se hizo por mí. Las yemas de sus dedos lo acarician sin apartar la vista de mi rostro.
—No me arrepiento de habérmelo hecho —confiesa mostrándome el tatuaje y mi corazón pega un vuelco al escucharle decir eso—. Pero sigo estando enfadado contigo.
Acto seguido, se incorpora y sale del cuarto de baño con lentitud, sin nada más que añadir. Su voz resuena en mi cabeza en forma de eco hasta que esta se desvanece por completo al escuchar la puerta de casa cerrarse.
Imagen en multimedia hecha por TatianaS_Happy y heyyouyouidontlike 💚
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