- Se abre el telón-

Último acto: Lluvia.

La Señora Oh gritaba desesperada mientras su marido la sostenía para que no se cayera. No dejaba de decir que todo era un error, que ella había tenido un hijo, no una hija, por lo que comenzó a llamar a LuHan a los gritos, pero despreciaba a la muchacha cuando esta se presentaba como portadora del nombre, pero a la vez reclamaba saber el verdadero, puesto que LuHan era nombre de hombre.

Más gritos emergieron de los hermanos tratando de tranquilizarla. El Señor Oh no decía nada, simplemente se limitaba a sostener a su esposa, como si sus vidas dependieran de ello, pero a la vez miraba a LuHan de arriba a abajo mil veces.

¿Cómo pudo dejarse engañar por su esposa? ¿Cómo había sido capaz de negarse a tener una hija? ¿Acaso algo de lo que ocurría en esos momentos tenía sentido? ¿Quién era él para quitarle la vida a un persona de esa manera?

Quiso pedir perdón, pero justo en ese momento un ruido cortó los gritos. Un ruido que se formaba cuando se golpeaba algo, sobre todo cuando ese algo era piel.

Una bofetada. La Señora le había levantado la mano a su recién descubierta hija, quien quedó paralizada, al igual que él y su hijo mayor.

- No quiero verte nunca jamás... — dijo en voz baja. — ¡Me iré y nunca más regresaré! — corrió escaleras arriba para tomar su mochila mientras SeHun se debatía entre seguirla o apaciguar a su madre.

En tan solo un par de minutos, JiMin bajó las escaleras y les dirigió una última mirada.

- ¡No te vayas! — le gritó su hermano, trató de ir hacia ella, pero su madre lo tomó firmemente del brazo.

- ¡Todos son mentirosos! ¡Los odios! — abrió la puerta y salió corriendo.

SeHun tiró de su brazo para liberarse, pero su madre le había enterrado las uñas.

- ¡Déjame ir, madre!— gritó entre lágrimas.

El chillido de una llantas retumbaron en los oídos de los Oh, escarapelando sus cuerpos por completo. Unos gritos se oyeron en la puerta de su casa, seguido de las sirenas de la policía.

Por fin, y gracias a la distracción de su madre, SeHun logró zafarse y salir corriendo. Con lo primero que se encontró fue un auto empotrado contra un árbol, ropas tiradas por la acera y la pista. Gente gritando y llorando. Lluvia y hojas por doquier. Finalmente visualizó un cuerpo tirado a mitad de la calle.

Se acercó lentamente, las lágrimas y la lluvia se fundían sobre su rostro. Los truenos se mezclaron con sus gritos cuando se arrodilló al lado de su hermana que estaba tirada y con un charco de sangre a su alrededor.

- LuHan... — sacudió el cuerpo de su hermana. — ¡LuHan, no me dejes!. — apoyó su oreja en el pecho de ella. — ¡LuHan, háblame!

Esperó entre gritos a que llegara la ambulancia, que supuso que sus vecinos ya habían llamado. De pronto sintió una ligera presión en la mano que sostenía la de su hermana.

- Hunnie... — susurró bajito.— Recuerdas...

- No hables, tranquila, tranquila. — le respondió SeHun entre lágrimas traicioneras.

- Esta tarde... dijiste... dijiste que me amabas. — su voz era ronca y áspera.— ¿Seguirás amándome mañana?

SeHun trató de aclarar su voz antes de responder. Ordenó sus ideas a la velocidad recordando sus palabras esa tarde. Frases como: "Te amaré siempre, LuHan, seas quien seas", "Yo te apoyaré", "Cuento contigo, hermano", "Siempre juntos". También recordó sus tardes de juegos, sus risas al hacer travesuras, los gritos de su madre cuando no estaba furiosa como ahora.

- Te amaré, LuHan, siempre lo hice y siempre lo haré. Eres mi bella hermanita. — besó su frente.

El agarre dejó de tener fuerza, una sonrisa se asomó en los labios bañados en sangre de la joven. Llantos desgarradores emergieron de la garganta del castaño que suplicaba que le devolvieran a su hermana a mitad de la calle.

- La gente se pone de pie y aplaude -

- Se cierra el telón -

FINAL DE LA OBRA

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Bueno, este es el primer final, pues sí, habrá otro, uno bien bonito y con una sorpresa, así que no desesperen xD

Gracias a los que leen, es mi primer HunHan y quise darle un toque diferente.

En fin, cambio y fuera,

Rivers22S✡