7
No me dí cuenta de que me había dormido de nuevo mientras estaba en los brazos de mi mamá, pero desperté temprano en la mañana. Estaba en mi cuarto; Yun Zhan debió llevarme a mi cama, como solía hacer cuando era pequeño y me quedaba dormido con mi mamá o jugando en el patio.
El sol pegaba suavemente en la pared de papel y bambú, de manera que la luz del alba no lastimaba a la vista.
Me incorporé, ya que no tenía más sueño, y traté de escuchar si alguien más ya estaba despierto. Al no notar voces ni el sonido de las pisadas, me sentí un poco más tranquilo, y me levanté para vestirme y acomodar un poco mi cabello. Sin embargo, con una precisión diabólica, Yun Zhan abrió la puerta de mi habitación justo cuando terminé de arreglarme, llevando una bandeja con el desayuno.
No era raro que lo hiciera, ya era una costumbre de toda la vida, y normalmente, desde que aprendí a vestirme y comer por mí mismo, ella me llevaba a mi cuarto los primeros alimentos, pero aun así, su manera sigilosa y calmada de aparecer justo cuando yo terminaba de alistarme, me hacía respirar un golpe de aire frío¹. Por supuesto, ella no se detenía ante eso, y simplemente terminaba su tarea poniendo los platos sobre la mesa, saludándome con elegancia, y si había alguna novedad, la comunicaba en una o dos frases escuetas antes de irse.
Realmente, esta mañana no me sentía con ganas de escuchar nada, pero Yun Zhan lo dijo: —Joven amo, su padre y su shizun quieren hablar con usted en cuanto termine el desayuno.
Me esforcé, pero no pude evitar suspirar. No estaba seguro de en qué dirección irían, pero de cualquier forma yo terminaría regañado, lo que no me hacía sentir nada de alivio sobre mi conciencia. Había desobedecido, deshonrado, herido y causado un incendio. ¿Aún podía caer más bajo? Preferiría no averiguarlo.
Yun Zhan me dejó comer a solas, ya que había terminado su misión diaria, desapareciendo por la puerta con la gracilidad de un espectro, y traté de concentrarme en los sabores para no sobrepensar demasiado antes de enfrentarme a Wang Ya Kuang y Yue Shun.
Para mi desgracia, al final llegó la hora de verlos, y me encaminé hacia la sala principal. Traté de mantener en mi mente la imagen de Huā Guān Wǔ Shén para físicamente imitar la expresión amable y flemática que solía aparecer en todas sus representaciones, intentando así amortiguar los ánimos que muy seguramente habría contra mí por parte de los mayores.
Quizá el error fue que, como en mi mente sólo veía a Huā Guān Wǔ Shén, Xuè Yǔ Tàn Huā no me prestó buena suerte.
Al llegar a la sala, lo primero que noté fue que también mi mamá estaba allí. Ella y mi papá se encontraban sentados en el diván frente a la puerta del patio principal. Él, con la expresión propia de quien llama al viento y convoca la lluvia². Ella, sin saber si reír o llorar. Y de pie a un lado de ellos, Yue Shun me miraba fijamente con una expresión que hasta cierto punto parecía reflejar tanta curiosidad como diversión.
Aunque de primer momento me sentí intimidado por eso, después de acercarme un poco más, y tras saludar a los tres mayores de la forma más respetuosa posible, noté que lo que mi maestro no podía dejar de ver era mi brazo. El que había quedado con la manga rasgada la noche anterior. Estuve tentado de mirar si me había quedado algo extraño en él, pero Dà ShèngJūn se aclaró la garganta y habló antes de que pudiera moverme.
—Li Hao, entiendo que estos días no han sido precisamente buenos. También que ha sido un poco mi culpa por tenerte aquí encerrado, así que no comprendes casi nada del mundo fuera de nuestra casa. Pero ya eso no se puede cambiar, así que debemos enfocarnos en el presente y el futuro.
Evidentemente, eso me puso más nervioso, pero traté de no demostrarlo.
Él continuó: —Primero que nada, debes disculparte con las personas afectadas por el incendio que causaste. Ya fueron indemnizadas, pero no es excusa para que no asumas tu responsabilidad en el asunto.
Me sentí avergonzado, pero asentí con la cabeza.
Mi padre siguió hablando: —Una vez que te disculpes, te deberás quedar de nuevo en casa. Volverás a la rutina de siempre, hasta que yo regrese.
La última parte me descolocó un poco. —¿A dónde irás, papá?
—Yue Shun y yo discutimos largamente, y llegamos a la conclusión de que no podemos seguir manejando el problema de los huli jings como hasta ahora. Así que saldré de viaje para encontrar una solución y terminar con esto de una vez —respondió.
Mi corazón trastabilló con la noticia. Ahora que los había visto en realidad, no estaba seguro de qué pensar sobre los huli jings en general, pero sentía que acabar con ellos era incorrecto.
—Y respecto a tu compromiso con Ji Lin, se ha cancelado —finalizó Wang Ya Kuang.
Eso sí me hizo caer de rodillas. Mi mamá intentó ayudarme, olvidando que ella misma no podía caminar, así que mi papá la sostuvo antes de que cayera y se levantó para ponerme de pie, mientras explicaba: —Esto es tanto un castigo para ti como para ella y su padre, ya que sin ti, Ji Lin será agua derramada³.
Procuré no volver a caer, y me mantuve callado. En mi mente, pensé que ahora más que nunca debía demostrar mi valor, y de ser posible, recuperar el compromiso entre Ji Lin y yo.
Mi papá caminó de nuevo hacia el diván y dijo: —Eso es todo. Partiré en unos minutos más. Yue Shun te llevará a hablar con los afectados por el incendio. Cuando regrese, veremos qué camino tomar sobre tu futuro —. Tomó la mano de su esposa para dejar un beso en ella, y después de saludar a mi maestro con un ligero movimiento de cabeza, dejó la habitación.
Respiré profundo, intentando mantener la compostura, pero fue más difícil cuando mi mirada se cruzó con la de mi mamá. Me acerqué rápidamente y me arrodillé frente a ella, murmurando miles de disculpas. Wu Yan Yu acarició mi cabeza, sin hablarme con palabras pero expresándome su cariño y consuelo durante un largo rato.
Aunque no lo noté, Yue Shun nos dejó pasar el momento a solas y cuando regresó después de lo que tarda una varita de incienso en quemarse⁴, habíase cambiado de ropa, de manera que lucía mucho más elegante que de costumbre.
Mi mamá sonrió ligeramente, más con amargura que otra cosa. Dejó un beso en mi cabeza y me indicó que fuera hacia él, mientras decía: —Es mejor que se den prisa, o regresarán de noche.
Asentí y caminé hacia mi maestro. Le pregunté si debería cambiar mi ropa para no desentonar con él, pero agitó su mano, quitando importancia a eso: —No es relevante tu apariencia por ahora, podrías ir con el hanfu rasgado de ayer y no importaría. Y yo sólo me vestí así porque si lo hiciera mientras tu papá está aquí, lo opacaría, así que debo aprovechar.
No estoy seguro de si esa era su intención, pero me hizo reír, y tras despedirnos de mi mamá, salimos de la casa.
De nuevo, el peso de las miradas estuvo por todo el camino sobre mí, aunque esta vez, Yue Shun fue quien acaparó la mayor parte de los comentarios. Sobre todo por el lado femenino, alcancé a distinguir que murmuraban sobre lo apuesto que lucía, aunque luego me veían a mí y hacían muecas de desagrado. Pero al menos no hablaban. Quizá ese había sido el verdadero objetivo de mi maestro al arreglarse, así que me sentí muy agradecido por eso.
Al llegar al lugar del incendio, ví que realmente no había sido tan grande como supuse, pero no por ello los daños eran menos graves.
Yue Shun me llevó a las casas de los afectados y me disculpé con cada uno, de forma patética las primeras veces, y después ya de una manera más apropiada; por suerte, todos se mostraron dispuestos a perdonarme, aunque no creo que todos confiaran en que no se repetiría.
Al terminar esta tarea, mi maestro y yo estábamos dispuestos a volver a casa, pero entonces, algunos chicos, de los que el día anterior habían asistido para intentar entrar a aprender a cazar huli jings, se acercaron para preguntarle qué sucedería con el entrenamiento de caza.
Y aunque a mí también me interesaba saberlo, eso me hizo recordar al Zorro Negro. ¿Estaría herido de gravedad? Él era la primera víctima en el incendio que había provocado, así que lo correcto sería también disculparme con él, ¿cierto?
Yue Shun estaba muy ocupado con los muchachos, y el bosque estaba tan cerca... No lo dudé, y me adentré para buscar al Zorro Negro.
¹ Expresión para decir sobresaltarse, quedar aturdido por una sorpresa.
² El que tiene la máxima autoridad.
³ Es una frase bastante machista sobre las hijas, ya que como ellas no darían continuidad al apellido y a la economía de su propia familia, sino que serían consideradas como de la familia de su esposo, eran "como agua derramada". Aquí cambié un poquito el sentido de la frase, ya que Li Hao es el hijo del ChengZhu y a la familia de Ji Lin le habría convenido su matrimonio porque indirectamente subirían de estatus.
⁴ Más o menos media hora.
Y ahora, un meme:
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