12
Aunque no dormí muy bien, me volví a levantar temprano para poder ir al bosque sin contratiempos.
Cuando salí de mi casa, la ligera niebla del amanecer aún no se dispersaba, así que sentía bastante frío en mis piernas, y me apresuré a caminar para no sentirlo tan intenso.
Avancé rápido en dirección al bosque, mirando cómo la luz del sol iba en aumento, al igual que las personas despiertas y abriendo las puertas y ventanas de sus casas, y saliendo de las mismas.
Pero no había recorrido más de dos calles cuando reconocí una figura alta que caminaba hacia donde yo estaba, y me hizo dudar si continuar mi camino. En lo que me decidía, esa persona también me vió y me reconoció: —¡Li Hao!
Traté de sonreír mientras respondía: —Buenos días, shifu.
Yue Shun aceleró sus pasos hasta quedar frente a mí y puso su mano en mi hombro para darme palmaditas. Se veía muy cansado, hasta tenía ojeras, pero aun así sonrió y dijo: —Disculpa que ayer no me aparecí, estuve ocupado tratando de hacerle a la diplomacia con la gente.
—¿Estás bien? Parece que no dormiste nada —pregunté, un poco preocupado.
—Ah... Justo cuando me iba a ir a mi casa, aparecieron más zorros y hubo que cazarlos, pero varios se escaparon. Lo bueno es que pude capturar dos huli jings pequeños, así que los chicos que quieren el entrenamiento tendrán otra oportunidad para demostrar sus habilidades —contestó.
Me pregunté si entonces los huli jings no sabían de mi trato con su líder, o ¿Li Zhi Xiang no consideraría que nuestro trato incluía dejar de atacar a la ciudad?
Yue Shun bostezó, ajeno a mis pensamientos, y dijo: —Dormiré un poco y luego iré a ver a los huli jings. Y por cierto, ¿a dónde vas?
Me quedé tan quieto como una piedra. No estaba seguro de si también debía contarle a él que estaría yendo al bosque todas las veces que fuera posible, pero no se me ocurrió nada con qué mentir al respecto. Por suerte, Yue Shun hizo una suposición: —¿Vas a buscar a Ji Lin?
—...No...
Me di cuenta de que debí haber dicho que sí, pero al menos su propia reacción lo distrajo: —¡Gracias a DianXia¹! Ella y tú no hacen buena pareja.
Me sentí tan ofendido como confundido, pues no estaba seguro de si lo decía por ella o por mí. Aunque era más lógico que fuera por mí y mis escasas cualidades opacadas por mis grandes defectos, mi maestro se había quedado muy enojado con Ji Lin por haber matado a Bai Lan Hua cuando él claramente dijo que sólo tenían que demostrar si podían mantenerla a raya. Así que su alivio podría ser por cualquiera de las dos razones, o por las dos al mismo tiempo.
Forcé una sonrisa, a lo que Yue Shun se rió y dijo: —Tú tranquilo, todavía quedan miles de personas en el mundo, encontrarás a tu verdadero amor tarde o temprano. Aquí entre nos, tu papá no le sabe a lo de arreglar matrimonios.
No me hizo sentir mejor, pero no me quejé, tratando de evitar que recordara su pregunta inicial.
Yue Shun bostezó de nuevo y dijo: —Como sea, después me cuentas qué hiciste. Voy a casa o terminaré dormido en la calle como loquito del centro. Suerte.
—Sí... Descansa shifu —contesté, mirándolo alejarse.
Aceleré mis pasos para tratar de evitar otra interrupción, pero también un poco preocupado por lo que mi maestro había mencionado sobre los huli jings. ¿Tal vez en realidad Li Zhi Xiang se había aislado para recuperarse de su herida y por eso no había hablado con los demás zorros? ¿O sería que le daba igual lo que hicieran en la ciudad?
Logré adentrarme en el bosque, sin que nadie más se apareciera en mi camino. Atravesé sin muchas dificultades el territorio y llegué al claro cerca de la orilla del lago. Bai Lan Hua estaba en la entrada de la madriguera, flotando a ras del suelo, como si estuviera durmiendo... ¿los fantasmas podrían dormir?
Li Zhi Xiang también dormía, pero estaba enrollado en sus colas y apenas lo podía distinguir en la oscuridad de la pequeña cueva. Quizá yo había llegado muy temprano, así que me acerqué con cuidado y me acosté cerca de ellos, aprovechando para descansar también.
Los rayos de sol se filtraban entre las hojas, formando un caleidoscopio de colores. El aroma de la tierra húmeda y de la vegetación era sorprendentemente fresco, y el sonido del viento susurrando entre las hojas de los árboles era una melodía suave que me arrullaba. Cerré los ojos y escuché el canto de los pájaros, el murmullo del leve oleaje del lago, que llegaba incluso a la distancia, y el tenue crujido de las ramas bajo el peso de las hojas que caían de vez en cuando. Alguien más capaz se hubiera animado a hacer algún poema al respecto de todas esas pequeñas maravillas, pero yo simplemente me relajé tanto que también me dormí.
Cuando desperté, ya era cerca del mediodía y Li Zhi Xiang, parado justo a mi lado, me estaba mirando fijamente, así que me sobresalté. Su mirada era un poco inquietante, tal vez porque casi no se veía lo blanco en sus ojos, pero él mismo se dio cuenta de que mi expresión no era precisamente tranquila. De un momento a otro, modificó sus ojos, haciéndolos más parecidos a su forma humana.
Eso era bastante perturbador también, pero como estaba haciendo su esfuerzo por no asustarme no dije nada.
Bai Lan Hua también se había despertado, (suponiendo que dormía), y flotó entre nosotros dos, riéndose después de ver el cambio que hizo el Zorro Negro. —Sikosn, ¿ba'ax ka yekanaj? ¿Ba'axtol ka puuktek sa?
—É k'áajti' —respondió él, y giró su cabeza para el lado contrario a ella, como enfadado.
No pude evitar reírme, aunque no había entendido lo que decían. Pero su actuar era tan entendible que ni era necesario saber su idioma para entender que ella estaba molestándolo y él le seguía la corriente. Eso me generó curiosidad por saber qué relación tenían, así que se los pregunté.
Ambos me miraron por un momento como si estuviera preguntando algo muy obvio, y después Li Zhi Xiang fue quien respondió: —Somos hermanos de sangre.
—Pero si tienen apellidos diferentes... —objeté.
—A diferencia de ustedes, nuestra costumbre es que los machos tengamos el apellido de nuestro padre y las hembras, el de nuestra madre —explicó él, dándose la vuelta para caminar hacia el otro lado del claro.
Me levanté y caminé detrás suyo: —Eso es genial, Li-ge, creo que le gustaría a Lian-jie. ¿Qué...
No pude terminar la pregunta, Li Zhi Xiang me miró enojado: —Prometiste que sería secreto todo lo que te revelemos sobre nosotros. ¿Tu conciencia fue comida por los perros?
Realmente no había cumplido por completo con eso, así que tenía razón en reclamarme, pero no había sido mucho lo que dije, así que traté de defenderme: —No revelé nada, sólo pensé en voz alta algo que podría contarle, si no fuera secreto. —Levanté mi mano y apunté a mi sien con tres dedos —Sigue siendo secreto todo lo que aprenda de ustedes. Lo juro.
Li-ge todavía me miraba con desconfianza, y mejor se puso a cazar un animalito que corrió por la hierba. Pocos segundos después, el infortunado ratón estaba entre sus dientes. Me di media vuelta para evitar otro incidente como el del pescado, aunque esta vez yo también empezaba a sentir hambre. Pero Bai Lan Hua se acercó a acompañarme.
Esta vez, parecía un poco más grande que el día anterior, y en ciertos momentos sus llamas parecían tomar la forma de una pequeña carita, que me recordó a cómo era cuando estaba viva... Y también recordé cómo murió, pero apenas caí en cuenta que no sólo fue frente a mis ojos, Li-ge también estuvo allí.
Me sentí tan tonto por no haber entendido antes a Li-ge. No era solamente desconfiado y arisco porque no me conocía o porque yo era un humano. Él había intentado rescatar a su hermanita y no pudo lograrlo; yo había complicado su escape y lo había quemado, y ahora estaba ahí importunándolo en medio de su proceso de duelo. Claro que Bai Lan Hua seguía allí, pero era un fuego fantasma, podría evolucionar a un fantasma más poderoso si cultivaba su energía, pero era más probable que en algún momento se agotara y desapareciera.
La rodeé con mis manos, intentando consolarme a mí mismo al sentir el frío de sus llamas, meciéndola suavemente como un bebé. No pude evitar llorar, aunque traté de ser discreto y no hacer ruido para no molestar a Li-ge, aunque no sirvió de nada, ya que él se acercó y me miró.
—Lo siento, Li-ge, soy tan descuidado —balbuceé.
El Zorro Negro no me respondió nada, y se alejó unos pasos a mis espaldas. Creí que iba a irse a cazar otra presa o algo así, pero un par de segundos después, unos brazos me abrazaron desde atrás. Con una mano me limpié las lágrimas para poder ver quién era.
Li Zhi Xiang se había transformado en la misma apariencia que cuando lo ví por primera vez, afuera de mi casa. De cerca era mucho más impresionante, y su herida era más notoria, pero al contrario de su forma real, su mirada era mucho más profunda y agradable, de manera que me perdí en sus ojos por un momento.
¹ TaiZi DianXia (太子 殿下) (Su alteza, príncipe heredero) era el título original de Xie Lian, así que aunque en esta historia su título más frecuente como dios es Huā Guān Wǔ Shén, a veces alguien lo mencionará como TaiZi DianXia o simplemente DianXia.
Una observación pequeña: Los apellidos son la primera parte del nombre, así que en el caso de Li Zhi Xiang y Bai Lan Hua los apellidos son Li (李) y Bai (白).
Li Zhi Xiang puede tomar muchas formas, pero la original es la de zorro y la transformación por default es la primera que vió Li Hao.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top