43: Último obstáculo

Capítulo cuarenta y tres: Último obstáculo

Poco antes de que el tobogán termine, Ron cae detrás y me golpea al no poder frenar. Con semejante impulso, ambos volamos y caemos sobre el suelo. Recordé poner bien las manos al caer, pero Ron no y aplastó mi pierna.

-Auch.

-Sí, auch.

-Por aquí -dice Harry-. ¿Están bien?

-No nos hagas preguntas difíciles, Harry. ¿Dónde está Lockhart?

Harry y yo prendemos las varitas con Lumos, y se escuchan las manos de Ron tanteando sus bolsillos.

-¡Maldición! Perdí la de Lockhart -dice-, y la mía... Oh, ¡oooooooh! -dice, hablando por todos.

La débil luz de nuestras varitas nos deja ver una enorme piel con escamas a poca distancia de nuestros pies; parece una serpiente de treinta metros de largo y unos cuantos de ancho. Es enorme. Es peor que el dinosaurio marrón de Lockhart, y ése tapó uno de los inodoros. ¿Cómo pasa esta cosa por las tuberías?

-No miremos, no miremos -susurro-. No quiero morir...

-Es tan sólo la piel -dice Harry-. Pero no debemos estar muy lejos...

Todos tragamos con pesadez y damos un paso hacia delante.

-Quietos -dice Lockhart detrás de nosotros. Ahora trastabillamos y damos la vuelta.

-¡Eh, devuelva eso!

Lockhart nos apunta con la varita de Ron, que aún tiene la cinta pegada alrededor, y murmura el hechizo. Pero antes de que pueda cerrar los ojos, una luz verde sale por el extremo incorrecto de la varita y Lockhart sale despedido hacia atrás y se golpea contra la piedra de la pared. El estruendo es tal que miramos hacia arriba a tiempo para ver cómo las piedras se desprenden y caen en avalancha. Cada uno corre hacia un lado distinto, desesperados, y finalmente se crea una barrera de piedra peor que el muro de Berlín.

Miro a Ron, a Lockhart desmayado, pero no veo a...

-¿Harry? ¿Harry estás bien?

-¿Puedes oírnos?

-¡Aquí estoy! -Su voz sale apagada por las piedras entre medio-. ¿Están los dos bien?

-Sí. Nos quedamos con el idiota.

-¿No hay una manera de que pasen?

Siento chispas y vibraciones en mis oídos, pero trato de ignorarlas. No necesito un cortocircuito ahora; por lo poco que me ha contado Hermione, eso pasa con la electricidad de los muggles. No es lindo.

Ron y yo tiramos de las piedras, empujamos la pared, pateamos y hacemos todo lo que se nos ocurre para derribar la barrera, pero nada sirve.

-No podemos. Tendrás que seguir sin nosotros -dice Ron.

La frustración es tal que pierdo totalmente el control de la energía que siento en las manos, y las yemas de mis dedos empiezan a arder. Una corriente de viento se levanta del piso, pasa como flecha a nuestro lado y choca en la pared, solamente para volver atrás y repetir el proceso. Trato de canalizar los vientos a diferentes puntos del muro de piedras, y veo que alguna se mueve un poco bajo la presión.

Miro a Ron de costado y él lee mi expresión: no puedo hablar.

-Harry -dice él-, Leyla está haciendo cosas raras con las manos. Parece que puede funcionar, pero falta mucho para comprobarlo. -Me mira-. ¿Le digo que se vaya?

Vuelvo a hacer una mueca antes de regresar a mi trabajo.

-Oh, ya entiendo, nada de hablar. ¡Harry, por favor, sigue! Nosotros te alcanzaremos en cuanto podamos. -Mira de reojo a Lockhart-. Este idiota podría servirnos para empujar si no fuera tan... idiota. Maldición. Harry, ¿sigues ahí? Ve. No dejemos pasar más tiempo, antes de que sea... tarde.

Ginny. Pasaron tantas cosas desde que nos enteramos que se la llevaron hasta ahora, que esa información había quedado atrapada detrás de la adrenalina del momento, en segundo plano, esperando para saltar y desmoronarme. Ahora estoy volviendo a la verdadera gravedad de la situación. Siento que mis dedos se doblan, mis manos se cierran en puños y el viento cesa. Caigo al suelo de rodillas, y Ron viene a verme.

-Lo... lo siento tanto. -Mi voz se quiebra. Me muerdo el labio para no llorar, trato de mirar hacia otro lado, pero el rostro pálido de Ron no me deja apartar la vista-. Soy un fracaso. Tu hermana, Ginny... Oh, lo siento...

-No... no te preocupes.

Ron sacude la cabeza un par de veces. No está seguro de si sentarse o no, así que trato de controlarme para que vea que soy fuerte. Ocupa el lugar a mi lado y pasa su mano por mi espalda. Doy un salto en el lugar y vuelvo al suelo.

-Parecía una descarga eléctrica -digo. Hago un masaje en mi espalda, y siento la tela de la túnica demasiado caliente.

Por el rabillo del ojo miro a Ron. Quiero decirle que todo estará bien, que Harry sabe lo que hace, que no terminaremos todos muertos. Pero no puedo mentir así.

-Lo que hiciste... Gracias por intentarlo, Leyla, ¿pero cómo lo logras?

Mira mis manos con curiosidad.

-No lo sé. En realidad, sí, me han explicado, pero ya sabes que me cuesta procesar la información que me dan, sobre todo con algo así... -Con un suspiro me dejo caer y me recuesto en el piso de piedra-. A ver cómo lo puedo explicar... Es algo genético. Mi madre podía hacerlo hasta que me tuvo a mí. Parece que la gente suele estar asustada de los que son como yo, porque no entienden cómo funciona este... don, si quieres llamarlo así. Dumbledore me quiere convencer de que es algo bueno. Y quizás lo sea, pero me cuesta tanto controlarlo...

Los ojos de Ron brillan con curiosidad. Quizás sea mejor hablarle para que se olvide de lo que sucede al otro lado de la pared, de Harry en peligro, buscando a la pequeña Ginny. Tal vez él pueda olvidarlo por unos momentos, pero me pesará en el corazón cada segundo que lo distraiga.

Lockhart sigue tendido en el suelo sin mover uno de sus pelos llenos de gel mágico. El silencio aquí dentro es tal que mi voz es lo único que se oye. Es raro ser el centro de atención sin pedirlo a gritos, sin hacer extravagancias.

-Se llama climagia -sigo explicando- y se transmite por la rama femenina de la familia. El Innombrable, hace muchos años, buscaba climagas, y mi madre estaba tan aterrada que no me dejó salir de la casa por años. Me ocultaba.

Ron parece preocupado.

-¿Entonces por eso te llevas tan mal con ella?

-Creo que quería alejarse de mí por si me robaban, o algo así. Me mandaba a casa de mi abuela Druella bastante seguido, aunque no se llevaran bien, y ahí pasaba tiempo con mis tías. Mis hermanas...

La voz se me quiebra cuando siento algo volando sobre nuestras cabezas. Miramos hacia arriba y reconocemos la silueta de un fénix. Es Fawkes, el prometido de Dumbledore.

-No lo puedo creer -digo con un hilo de voz.

-Algo de Dumbledore queda en el castillo. Mira, lleva algo en su pico. Una bolsa.

-¿No es el Sombrero Seleccionador?

Esto es extraño, más que bizarro, pero aquel ave roja nos da esperanza. Pero pronto vemos que no puede seguir adelante, que nos está mirando.

-Tiene que pasar, y nosotros tenemos que ayudarlo. ¡Vamos, Ron, vamos!

Es como si tuviera un propio Fawkes dentro de mí, que acaba de renacer, cuando hasta recién se estaba muriendo. Lo siento crecer. Fortalecerse. Sé que el fénix de Dumbledore no hubiera acudido si estuviera todo perdido. Todavía hay algo por lo que podemos luchar.

La opresión en mi pecho se libera, como una piedra que se disuelve y baja por mis venas hasta llegar a mis manos. Siento fuerza de nuevo. Ron me mira, aún triste, pero me levanto de un salto y sacudo mis brazos para despertarlos.

-No dejaremos esta batalla sin pelear, Ron. Ginny y Harry nos necesitan.

Ron asiente y se traga los nervios. Pone su mano en mi espalda para darme apoyo. Ambos miramos a Fawkes, y luego a la pared de piedra. Estamos listos.

La esperanza es lo último que se pierde, dicen, y lo que te lleva adelante. Es enorme la verdad en esas palabras.

Ron me dio el apoyo necesario para romper gran parte de la pared. Es increíble cómo me ayudó a canalizar mis poderes descontrolados y salvajes, cómo me acompañó y me guió para derribar las piedras. Acabamos de romper lo suficiente para formar un gran espacio en la parte superior.

-Te ayudaré a pasar -dice Ron-. Haz lo que creas conveniente, y dile a Harry que estoy en camino.

-¿Qué?

-Es muy alta la pared, pero si te subo a mis hombros pasarás, créeme.

-Creo que tú te mereces ir.

-Yo no sería capaz de hacer nada, Leyla. Pero tú tienes tu don. Creo que con eso podrías ayudar a Harry.

En sus ojos veo el dolor por perder a Ginny. Sé que él ya lo siente, aunque no haya sucedido. El miedo. Dumbledore habla tanto de él...

-Está bien. Tú quédate con Lockhart o busca una manera de salir por ese tubo y buscar ayuda, ¿sí?

Ron asiente y me deja subir a sus hombros, pero ni así llego a lo más alto de la pared. No llego a ver al otro lado, y me mataré al bajar.

Y entonces siento unas garras en mi túnica, y me elevo. Fawkes. Sabía que las aves fénix podían llevar peso, ¿pero tanto como una persona?

Ahora en el aire, el descenso es fácil. Pronto estoy con los pies en el suelo y subo la vista para sonreír a Fawkes, pero no lo veo por ningún lado.

Ya me volví loca.

-Ron, tú sigues ahí, ¿verdad?

-¿Por qué? -dice al otro lado-. ¿Qué sucedió?

-El fénix... Nada. Tú... sé fuerte. Y... y si pasara algo... dile a George que tengo su suéter. Y que se lo devolvería.

Me imagino la expresión confusa de Ron, las preguntas, las acusaciones...

-Claro. Suerte, Leyla -es lo único que dice.

Yo asiento con la cabeza aunque nadie me vea. Le doy la espalda a la pared y comienzo a marchar siguiendo el camino lo más rápido que puedo.

Espero que Lockhart se quede desmayado por mucho tiempo más. Sería solamente un estorbo, y terminaríamos cargándolo en nuestros brazos. Es un milagro que yo misma no me haya desmayado, con todo el esfuerzo que me llevó tirar la pared abajo. Mis piernas ya me están cobrando en energía, no me sostendrán por mucho tiempo más.

-Harry está bien -murmuro-, Ginny está bien, Ron estará bien...

Escucho el llamado del fénix por lo alto, y veo un momento las plumas rojas de Fawkes, pero pronto desaparecen. Al bajar la vista nuevamente, veo claramente el sendero que debo seguir. Corro aunque las piernas no aguanten más, y llego a una puerta abierta en la pared. Paso por ella y no puedo creer lo que veo dentro.



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Menciones de honor del capítulo 42:

Mejor comentario: @TheDuckQueen

Primer comentario: @wompi2



Hoy no tuve internet y recién ahora les puedo subir el capítulo. Espero que les guste :)

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