18: Leyendas

Capítulo dieciocho: Leyendas

La primera materia del lunes es Herbología. Siempre estamos todos cansados y apenas murmuramos, porque jamás nos acostamos temprano los domingos, pero hoy todos hablan como cotorras. Muchos no se vieron durante el día de ayer, y hoy tienen que ponerse al día, y sospecho que el tema principal es nuestra aventura de Halloween con la gata petrificada. Tanto los de Hufflepuff como los de nuestra propia casa miran hacia nuestro sector, curiosamente más a Harry y a mí.

-¿Olvidé cambiarme y vine en pijama? -le pregunto a Harry, y él sacude la cabeza-. Entonces no entiendo qué nos ven.

Neville no quiere trabajar conmigo, y eso ya es algo muy extraño. La profesora Sprout no nos saca el ojo de encima; supongo que sospecha que sabotearemos las mandrágoras para impedir que la señora Norris vuelva a patrullar los corredores, persiguiéndome por todo el maldito castillo. No sabía que Sprout tenía tan bajo concepto de mí.

Justin Finch-Fletchley, que trabajó con nosotros desde la primera clase, ya no se nos acerca. Se fue lejos a compartir bandeja con Hannah Abbott, y evita nuestra mirada.

-Definitivamente debí haberme dejado algo del pijama puesto -digo.

Pero no solo los de Hufflepuff y Neville actúan extraño. Ginny está pálida, más de lo que estaba antes. Recuerdo que Ron dijo que le hicieron probar la medicina de Madam Pomfrey, que no le sirvió. Gripe no era, pero realmente algo le pasa a esta chica. Quizás se pasa demasiado tiempo encerrada con su diario y le falta ver la luz del sol.

-Es que le afecta la pérdida temporal de la señora Norris -explica Ron en la biblioteca mientras esperamos a Hermione, que está sacando cerca de veinte libros-. Yo ya le dije que estamos mejor así, pero parece que es una amante incondicional de los gatos.

-Pobre -digo-. Habría que asegurarle que volverá a la vida, pero entonces, ¿quién me consolará a mí? Prefiero creer que quedará petrificada y me dejará de perseguir.

-Hermione, ¿estás tratando de leerte toda la biblioteca antes de Navidad o qué?

Ella lo mira con cara de Madam Pince y vuelve a revolver los estantes. Luego vuelve con mufa.

-Se han llevado el último ejemplar de Historia de Hogwarts, y hay dos semanas de espera.

-¿Dos semanas? Pero si te pasas toda la vida quejándote de que nadie lee ese libro.

-Pero no en esta temporada.

-¿La temporada antes de las vacaciones? -digo-. ¿Con exámenes y malditos ensayos de Binns? No creo que nadie quiera leer en...

-Me refiero a estos días. Todos están haciendo lo mismo; quieren averiguar sobre la leyenda de la Cámara Secreta. ¿No han visto a Justin Finch-Fletchley por aquí buscando el libro también?

-No, porque Justin huye de mí -digo-. Debe estar escondido por ahí.

-Olvídense de él -dice Ron-, es un tonto. ¿No recuerdan cuando se puso a hablar de las maravillas de Lockhart?

Hermione se pone roja y se cruza de brazos. Puedo leer sus labios, articulando "en-vi-dia".

-¿Y qué es la Cámara Secreta? -pregunta Harry.

-No lo recuerdo. Hace bastante que no leo ese libro, y lo dejé en casa.

-Muy mal, Herms -digo.

-Es que no había más lugar en mi baúl con todos los libros de Gilderoy.

-Lockhart -digo-. Se llama Lockhart. Vamos, repite conmigo, Lo... Bueno, ya capté -digo al ver la cara de Hermione-. Ahora terminemos el ensayo de Binns.

-¿No nos dejas leer el tuyo, Hermione? -dice Ron.

-No. Han tenido diez días para acabarlo. Además, solamente les faltan como cinco centímetros de pergamino.

Ambos gruñimos y seguimos con nuestro trabajo, pero la campana suena y tenemos que ir a Historia de la Magia. Ron sigue insistiendo en el camino para que Hermione nos ayude, hasta que llegamos a la escena del crimen. La inscripción en sangre hecha en la pared sigue brillando, como si estuviera fresca aún, y sigue habiendo agua en el suelo.

-Quizás Myrtle pasó llorando por aquí para mantener el charco -digo.

-¿Fuiste tú la del charco?

-Por favor, Harry, ya sé ir al baño. Y si está lejos me aguanto.

-Me refiero al agua. Ya te vi manipulando el agua y el aire.

-Admito que es verdad, puedo alterar a veces los elementos... pero juro que esta vez no fui yo. En serio.

-¿Y vieron las arañas? -dice Ron, espantado-. Iban todas en fila hacia la ventana. Parecía que huían.

-Quizás Filch puso un veneno.

-¡Llegaremos tarde! -chilla Hermione.

Lo más interesante en las clases de Historia de la Magia es cuando Binns aparece en el aula, atravesando el pizarrón. Luego todo es mortalmente aburrido. Cuando comienza a recitar en voz monótona la clase de hoy, aprovecho a terminar el ensayo. Hermione se sienta a mi lado, y como se concentra tanto en la clase es fácil copiarme de su ensayo.

Pero de repente pasa algo insólito. Todos se despiertan y se despabilan al ver que Hermione tiene su mano en alto. Las clases de Binns son tan aburridas que ni siquiera ella participa más de una vez al año. Parece que ese día es hoy.

-¿Sí, señorita...? -dice Binns, también sorprendido por la participación.

-Granger. Profesor, quisiera que usted nos contara algo sobre la Cámara Secreta.

Todos murmuran, luego contienen la respiración, luego vuelven a murmurar. Varios miran hacia donde estoy yo y desvían la vista en cuanto se dan cuenta de que los veo. ¿Hoy también me dejé el pijama puesto?

No. Debe ser otra cosa. Quizás tengo a Barbas en mi cabeza.

Tampoco. Mmmmm...

-Disculpe, señorita Grant, pero yo me encargo de la Historia de la Magia. Sobre hechos, no mitos. Como decía, se reunieron en... -Se detiene de nuevo. -¿Sí, señorita Green?

-Es que... ¿no cree que las leyendas tienen hechos ocultos? Los mitos están siempre basados en algo real.

-Es discutible. Podría considerarlo, señorita Grawsome, pero esta leyenda en particular, la de la Cámara Secreta, es el disparate más grande que he oído en mi vida.

-¿Y en su muerte? -digo demasiado fuerte. Binns no puede estar más sorprendido. Todos comienzan a murmurar hasta que se forma un verdadero barullo en el aula-. Por favor, una vez que queremos que nos explique algo usted se niega. ¡Aproveche! ¿No sabe que es una oportunidad única?

"Pareces una promotora".

Shhhhhhhhhh. Tengo un momento de lucidez que no debe ser interrumpido.

Binns parece considerarlo.

-Bueno, veo que no me dejarán seguir con mi tema si no explico esto antes... Verán, la Cámara Secreta... Todos saben que Hogwarts fue fundado hace más o menos mil años...

"Él presenció el momento" dice mi voz.

Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.

-Leyla, estás soplando -murmura Hermione.

-Oh, lo siento.

-Lo fundaron los cuatro hechiceros más importantes de aquellos tiempos -sigue Binns-. Las cuatro casas del colegio llevan sus nombres: Godric Gryffindor, Helga Hufflepuff, Rowena Ravenclaw y Salazar Slytherin. Los cuatro construyeron este castillo para que los jóvenes magos recibieran formación en sus poderes, dándole protección al castillo para ocultarlo de los muggles, ya que en ese tiempo había persecución de brujas, como ya hemos hablado a principio de año. Todos estaban de acuerdo en qué educación dar, pero había problemas de selección. No todos querían la misma clase de estudiantes y cada uno tenía sus preferencias. Slytherin se separó de los demás por diferencias irreconciliables; él creía que la educación mágica debía ser nada más para una élite, para los de familias de magos, y no para los nacidos de muggles. Simplemente no los creía dignos de confianza por no ser parte de la ancestral comunidad mágica. Gryffindor y Slytherin tuvieron una seria discusión, y finalmente Slytherin abandonó el colegio.

Todos nos revolvemos incómodos en los asientos. Sabemos que algo importante está por pasar en el relato, se siente en el ambiente. Hermione se está comiendo las uñas. Harry se rasca la cicatriz. Seamus se saca un moco. Ron... Bueno, creo que se entiende.

-Esto nos lo cuentan fuentes confiables, pero estos hechos se ven rodeados por un aura misteriosa y confusa: el mito de la Cámara Secreta. La leyenda que cuenta que Slytherin construyó en el castillo una cámara oculta, totalmente desconocida para los otros tres fundadores. Según la leyenda (no olvidemos que es un invento), Slytherin selló la Cámara Secreta para que solamente su auténtico heredero la pudiera abrir. Solamente el heredero podía soltar los horrores que la cámara guardaba para librar al colegio de los nacidos de muggles. De todos los que no tienen derecho a aprender magia.

El silencio es doloroso y zumba en los oídos de todos. Nos miramos, y luego volvemos a mirar a Binns, esperando a que siga.

-Por supuesto, todos sabemos que es una gran patraña este invento de la Cámara Secreta. Muchísimos magos expertos han registrado todo el castillo en busca de esta cámara y nadie la ha encontrado. No existe. Es una fantasía para asustar a los inocentes.

Me imagino a Fred y George contándole esto a Ron para asustarlo antes de comenzar el primer curso, el año pasado. En realidad que suena a una buena historia para asustar a los chicos, pero no termino de creerle a este fantasma.

-Y, señor...

-¿Sí, señorita Gries?

-¿A qué se refiere exactamente con "los horrores que la cámara guardaba"?

-Bueno, para seguir con los mitos, se dice que hay una especie de criatura, un monstruo, que será dominado solamente por el heredero de Slytherin. Pero no existe, ni traten de preocuparse por ello.

-¿Solamente el heredero puede encontrar la cámara? -pregunta Seamus, que ya ha dejado de sacarse los mocos.

-Nadie más que él. Toda una sucesión de grandes directores estuvieron en Hogwarts, y ninguno la ha encontrado. ¿No dije ya que son puras patrañas?

Parvati tampoco se da por hecha con la explicación.

-¿Y si hay que usar magia negra para abrir la Cámara Secreta y por eso nadie ha podido?

-Que no usen magia negra, señorita Pattinson, no significa que no puedan usarla.

-Quizás hay que estar relacionado con Slytherin. Por eso Dumbledore no ha podido...

-Señor Flannagan, deje de decir tonterías. Ese cuartucho de Slytherin no existe, jamás existió, son puras tonterías. Volvamos a los hechos, por favor.

-¡Oh, no! -Me acomodo sobre mi pupitre para una nueva siesta (porque Hermione guardó su pergamino y no puedo copiarme), pero, a pesar de que cierro los ojos, solamente puedo ver pasadizos secretos y un viejo pelado y flaco vestido con una túnica verde. Salazar Slytherin, en mi imaginación. Y el heredero...

Durante tres días consecutivos, todo Gryffindor habla de lo mismo, entre nosotros y con otras casas. En el almuerzo no se toca otro tema que no sea la Cámara Secreta y el heredero de Slytherin.

-Pobre tu hermana, Leyla -dice Ron-, yo no aguantaría estar en Slytherin. Si el Sombrero me hubiera puesto ahí, hubiera preferido volver a casa. Ese loco de Salazar Slytherin es el que empezó a discriminar a los nacidos de muggle.

-¿Pero no les parece raro que Maddeline quedara en Slytherin? -dice Hermione. Harry está pálido en una esquina, sin hablarle a nadie.

-A todo el mundo le sorprendió.

-¿No les parece sospechoso?

-Mira, Hermione, creo que conozco a mi hermana. No, mentira, apenas sé algunas cosas sobre ella, pero estoy segura de que ella... ella no puede ser la heredera de Slytherin, ¿o sí? No tendría sentido.

"¿O sí?".

Maddeline sobresale. Fue a Slytherin contra todo pronóstico y tiene ideas que claramente no provienen de la casa Blair-Black. Pero no creo que sea la heredera de Slytherin, sobre todo si un requisito es estar conectado a ese viejo loco Salazar. Varias veces vi ya el árbol genealógico colgado en la pared de la casa de mi difunta abuelita, y no hay ningún Salazar Slytherin en él. Además, ¿acaso los Black no hubieran fanfarroneado en caso de haber tenido a Salazar en la familia? Incluso lo harían si no fuera cierto, pero jamás oí mencionar una sola palabra sobre él siendo parte de los Black. O los Blair.

Me siento al lado de Harry y pongo una mano en su hombro, haciéndolo sobresaltarse.

-Lo siento. Quería saber cómo estabas. -Él se encoge de hombros. -¿Qué sucede?

-Tengo... tengo miedo -admite-. Yo... El Sombrero Seleccionador insinuó que podría pertenecer a Slytherin. ¿Y si yo tengo algo que ver con él? ¿O con el heredero?

Me sorprende darme cuenta de que tengo las mismas inquietudes que él. Maddeline no es la única diferente en mi familia, yo tampoco soy una Blair convencional. Pero luego recuerdo al Sombrero a principios del año pasado, en la Selección: que yo no serviría en Slytherin. Pero claro, en realidad no sirvo para ninguna casa, ni para nada. Y mucho menos en ese momento. Al menos ahora hice un poco de honor a Gryffindor metiéndome en un par de embrollos de los que se consideran valientes, como enfrentarme dos veces a un troll, primero para salvar a una compañera, y luego para salvar la Piedra Filosofal y a todo el mundo mágico del regreso de Lord Voldemort. Sí, podríamos llamarlo valentía en lugar de estupidez, solo por hoy.

-Pero tú sabes que no le hiciste nada a la señora Norris. ¿O Filch te convenció?

-No, no -dice Harry-, sé que yo no lo hice. Es más, tú estuviste conmigo mientras eso pasó.

-Estar conmigo no te asegura exactamente estar haciendo cosas correctas.

Él ríe un poco, y me alivia saber que no está tan mal como parece.

-Pero estábamos con Hermione -dice.

-Ah, esas son palabras mayores. Vamos, Harry, no te preocupes.

Al fin logra sonreír, pero luego llega Colin Creevey.

-Hola, Harry. Hola, Leyla. Traje estas fotografías de la escena del crimen... Para el periódico, ya sabes.

-Cierto.

-Oye, Harry, a que no sabes lo que un compañero mío estuvo diciendo en Defensa. ¡Que tú eres el heredero de Slytherin!

-Colin, creo que alguien te está llamando -digo con los dientes apretados.

-¿Qué? Si yo no veo a nadie...

-¡Que te largues!

Nos vuelve a dejar solos, y Harry suspira. Hermione y Ron se acercan.

-Hemos oído. Harry, la gente llega a creer cualquier estupidez, no dejes que eso te afecte.

-Ni siquiera sabemos si existe la Cámara Secreta -dice Ron.

-No lo sé. Tengo mis dudas. Dumbledore no pudo curar a la gata, y eso me dice que lo que la atacó no fue exactamente... humano.

-El día está realmente hermoso, ¿no? -Estoy desesperada por cambiar de tema, y parece que los otros dos comprenden. Antes de la siguiente clase pasamos por la escena del crimen y volvemos a ver la sangre en la pared.

-Miren... aquí está todo chamuscado -dice Harry, señalando el suelo.

-Y hay un poco de agua aún.

-Y las arañas siguen yéndose -dice Ron, temblando de miedo y asco.

-Bueno, bueno -vuelvo a insistir en cambiar el tema-, ¿ven que aún queda agua? Alguien secó el gran charco, pero aún se ve el camino... Venía por aquí.

Nos lleva a la puerta del baño de chicas. Ron al principio se niega a entrar, pero Hermione insiste.

-Es el baño de Myrtle la Llorona, por favor. No hay nadie adentro.

-Y es posible que ella misma haya inundado todo llorando -digo.

-No sabía que los fantasmas podían llorar... ya sabes, lágrimas consistentes.

-Shhh. Déjame vivir en mis fantasías.

Los cuatro nos apoyamos contra la puerta del baño, abriéndola, y nos metemos sin hacer caso al letrero de "Fuera de servicio".

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¡Ganadores del capítulo 17!

Primer comentario: @Voldemaart

Mejor comentario: @AnotherGirlMost

Premio al entusiasmo!!!!!!!!!! : @CrisLimitedEdition, @Magic-is-real (mi animadora) y @Biirds

#HueloMejorQueLosCalzonesDeLaTiaTessi

Muchas gracias por el apoyo :) ¡Hasta el martes!

PD: Saludos especiales a Dala y a @FaustWagner :)

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