11: Eureka

Capítulo once: Eureka

-¿Qué estás tomando? -pregunta Lavender detrás de mí, y yo casi escupo la poción de Snape.

-¿Es que nadie puede tener privacidad ya? Estoy bebiendo un poco de agua -digo mientras escondo la botella en mi túnica, pero no encuentro el bolsillo interno. Tengo que mantener mi mano allí para ocultar la petaca hasta que esta metida se vaya.

-Solo preguntaba -dice, encogiéndose de hombros-. ¿Tienes más sed? Podríamos ir al Gran Salón, en lugar de que tomes a escondidas en nuestro cuarto.

-No, gracias, me gusta tener mis rituales hidratantes secretos.

Frunce la boca, pero no dice nada más y se va. Rápidamente abro mi túnica para buscar el bolsillo interno y guardo la petaca.

-¿Eres stripper ahora o qué? ¿Por qué te quitas la ropa?

-Hermione, me diste un susto. ¿Cuándo entraste?

-Ya estaba aquí. -Está sobre la cama con un libro en la falda-. Luego me explicas a qué va todo esto.

-Supongo que tendré que hacerlo si quiero aprobar segundo año con tu ayuda -suspiro al cerrar la túnica.

Como solemos hacer los sábados, bajamos a desayunar bastante tarde, como a las diez de la mañana. Esto es algo común solamente entre los de Gryffindor, porque las mesas de las otras casas están más vacías.

-Hoy hay entrenamiento -anuncia Harry.

-Dile a Wood que quiero suscribirme a sus noticias, porque parece que nunca me llegan -digo antes de llevarme un enorme bocado de pan a la boca.

Hermione deja su libro de Historia de la Magia y nos mira con los ojos iluminados.

-Eso es -dice.

-¿Qué cosa? -digo aún masticando el pan.

-Es exactamente lo que necesitaba.

-Por favor, Hermione, no te hagas la misteriosa -dice Ron.

-A ti no te importa.

-¿Por qué no gritaste eureka? -le pregunto-. Una vez me dijiste que siempre soñaste con descubrir algo genial y gritar eureka a todo pulmón.

-Oh, Leyla, ¿recuerdas cuando te dije que estaba pensando algún tipo de club? ¿Y la otra vez, cuando mencioné todos los temas que desconocen los alumnos?

-No, no en realidad -admito-, debí haber estado distraída. Pero es lo común. Si le presto atención a eureka, luego no escucho el resto.

Espero una reprimenda de su parte por no atender, pero Hermione no pierde su emoción.

-¡Ya sé lo que debemos hacer! Oh, será genial, sólo déjame planearlo bien...

Saca un pergamino de la nada, como si eso fuera normal, y comienza a hacer notas con su pluma. Ron, Harry y yo nos miramos, y yo me encojo de hombros.

-Te vemos después de la práctica, supongo -le dice Harry a Ron después de buscar las escobas. La mía es una de las del colegio, y es bastante vieja. Espero que no ande peor que la que me prestaron ayer.

-Trataré de sacar a Hermione de su libro, ya verán. Y si no, iré solo -nos dice-. Buena suerte.

Pronto estamos los siete integrantes del equipo en la pista de Quidditch. Wood tiene a sus pies una enorme caja negra, parecida al armario de Borgin y Burkes, solo que esta es un poco menos escalofriante. Quizás era el efecto de todos los otros productos del local. Ese cráneo no me daba ningunas ganas de saltar de alegría.

-La primera práctica del año -dice Wood, aspirando el aire con deleite-. Debemos trabajar duro para ganar, pero somos el primer equipo en empezar a entrenar. No vamos nada mal.

-Obviamente, si es la primera semana de clases.

-Wood, en serio dime cuánto sale la subscripción a tus noticias, porque nunca me entero de nada -digo, pero él levanta una mano para callarme.

-Silencio. Ahora, traje las pelotas. -Señala la caja sobre la que está parada-. Harry ya no tendrá que fingir con una Snitch imaginaria. Eso sí, no debes perderla de vista, y hoy hay mucha neblina. Tal vez sirva como buen entrenamiento.

Dudo que Harry necesite entrenamiento; en primer año pudo atrapar la llave voladora que abría la puerta a la sala de ajedrez gigante cuando estábamos salvando la Piedra Filosofal. Apuesto a que ningún otro buscador ha hecho jamás algo tan deslumbrante.

Aunque Quirrell tuvo que hacerlo para llegar antes que él, ¿no lo crees?

Vocecita maldita, ¡sal! No necesito distracciones ahora... Además, Quirrell tenía el asesoramiento de Voldemort.

Mira, mira, ¡Wood sigue hablando! Préstale atención y no hagas como con Hermione, o te echarán del equipo.

Como Hermione... como Hermione... ¿y qué pasó con Hermione?

Ah, sí.

Eureka! -Me tapo la boca al instante y resisto la tentación de pegarme duro en la cabeza para matar a esa vocecita-. Quiero decir... -intento explicar, al a todos confundidos-. ¡Eureka, porque ya sé quién será el mejor esta temporada! Oliver Wood, sin duda. Nuestro mejor director técnico -digo, alzando los pulgares.

-Se llama capitán de equipo -dice Zorra Johnson.

Wood mira de una manera que deja en claro que no quiere oír ni una palabra más. Espero que la mirada la haya captado también mi voz interna, que se cree Pepe Grillo para hacerse pasar por mi conciencia.

-Fred y George, ya saben sobre las Bludgers -sigue Wood, luego de comprobar que me quedo en silencio-. Espero que sus bates estén en buenas condiciones.

-En pegggfectas condiciones, monsieur Wood. -Al parecer, los gemelos ya dejaron el papel de telenovela mexicana para ser ahora distinguidas damas francesas.

-Angelina...

¡Zorra!

-...Katie y Lila...

Me cruzo de brazos. ¿De veras que es tan complicado mi nombre? Y, sin embargo, jamás se han confundido el de Hermione.

-Perdón, Lily -se corrige.

-Se llama Leyla -dice Katie con una risita.

Yo no resisto hacer un comentario, después de estos segundos de estar callada.

-Debes aprenderte el nombre de tu cuñada antes de la boda, te aviso. -Sonrío al ver la cara de perplejidad de Wood.

-Bueno, dejemos de perder el tiempo -se impacienta Zorra.

Nos montamos sobre las escobas y cada uno se pone en su posición. Estamos estáticos, y Wood nos dice a cada uno que nos acomodemos de cierta manera.

-No, un poquito más para allí... ¡no tanto! Ahora a la derecha... Inclina la cabeza...

-Me siento modelo -dice George-. Aunque, debo admitir, no es este mi mejor ángulo.

-Ay, Georgina, no me hagas reír -canturrea Fred.

-Soy Georgette, ¿no sabes que soy fgggggancesa?

Los admiro. Yo no soy capaz de bromear a tantos metros sobre el suelo, aferrada solamente a una escoba bastante vieja. Para no mirar directamente hacia abajo, observo las gradas. Allí está Ron, con Hermione, que lleva aún su pesado libro a todos lados. Luego hay otra cabellera roja, Ginny, y un pequeño punto que debe ser Colin Creevey. Lo delata el flash de su cámara. Y vaya que insiste en sacarnos fotos.

-Oye, Harry, creo que en serio se formó el club de admiradores de Harry Potter -le digo cuando veo que está a pocos metros de mí, en su posición del equipo.

Wood también mira y no parece muy contento, pero no menciona el tema.

-Harry -dice, aún dando instrucciones-, te recomendaría encontrar un elástico para atar tus anteojos por la parte de atrás a tu cabeza, por si la velocidad...

Bla bla bla. Cuando Wood por fin está conforme con la posición, bajamos de nuevo al pasto y nos sentamos en las gradas para escuchar las tácticas de Wood. Estuvo todo el verano planeándolas. A mitad de la explicación se interrumpe.

-¿Ese chico es un espía de Slytherin?

-No.

-Soy Colin Creevey, señor -dice, nervioso y tembloroso por la emoción.

-¿Y por qué toma tantas fotografías? -le pregunta a Harry.

-Es... una especie de admirador -susurro.

-¡Su fan número uno! -exclama Colin.

-Oh... Bueno, está bien.

-Vamos, Colin -dice Ron-, deja que sigan discutiendo tácticas. No interrumpas más. -Se lo lleva arrastrándolo del brazo mientras el flash sigue cegándonos.

-Sí, por favor -dice Lauren Blue, que está en las gradas, pestañeando como si se le hubiera metido un elefante en el ojo-. Sigan con la práctica. Es fascinante verlos. -Más pestañeos. Wood parece estar en una pesadilla.

Zorra Johnson hace una demostración de vuelo y lanzamientos, y como veo que George la está mirando y mis estúpidos celos aparecen, pienso en cómo una brisa podría ayudarla a impulsarse... hacia abajo. Sorprendentemente, al instante su escoba se desvía en medio de un giro y cae en picada. Llega a frenar, pero pierde la Quaffle.

-¿Qué le sucedió? -pregunta Wood, que cada vez está más espantado por la práctica. De repente veo conveniente agacharme para atar mis cordones.

Detrás de mí oigo la risa tonta de Lauren. Zorra Johnson y Lauren eran mejores amigas el año pasado, pero parece que ahora George marcó una diferencia y una distancia entre las dos. Aún recuerdo cuando estaba en el baño y las oí hablando de mí, y cómo se contaban todo. Y ahora Lauren se burla de su caída...

Creo que Lauren ya no me cae tan mal. Podríamos hacer una alianza para separar a esos dos, que además no quedan bien juntos.

-Oh, Oliver -dice ella-, ¿no crees que Angelina ya está un poco vieja para ese puesto?

No puedo evitar una carcajada, pero por suerte no soy la única que ríe. Lo más ridículo de todo es la pose de Lauren. Parece como si se hubiera tragado una banana más grande que ella, y ahora está toda curvada hacia todos lados. No debe ser muy cómodo.

-Tú tienes la misma edad -dice Katie.

Zorra vuelve a hacer una vuelta volando por el campo de Quidditch, y esta vez no intervengo.

-¡Wood! -grita alguien detrás. Alguien que no pertenece al equipo.

Es Marcus Flint, el capitán de Slytherin, seguido por todo su equipo. La vena de la frente de Wood está peor que la del cuello del tío de Harry. He oído muchas veces sobre la leyenda de esa vena.

Esto está por ponerse bueno.

¡Hola! Espero que les haya gustado el capítulo. Si es así, no olviden votar y dejar su comentario.

Recuerden, las actualizaciones son semanales, casi siempre los viernes.

También haré las dedicatorias de ahora en más al mejor comentario del capítulo anterior. Es decir, al mejor comentarista en este capítulo le regalaré la dedicatoria del próximo. Y al primer comentario también lo mencionaré. :-)

Ganadores del capítulo 10

Primer comentario: @malfoyfeelings

Mejor comentario: @GaSui14

Saludos,

Madame Weasley.

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