10: La final de Quidditch
Capítulo diez
La final de Quidditch
Todos estamos expectantes sin sacar los ojos de la pista, atentos al relato de Bagman.
—Y ahora —resuena la voz de Bagman—, ¡la selección nacional de Quidditch de Bulgaria! He aquí a... ¡Dimitrov!
El primer jugador pasa como una ráfaga en su escoba por delante de nuestras caras, salido de nadie sabe dónde, con una túnica roja oscura y su nombre en la espalda.
—¡Ivanova!
La siguiente jugadora pasa aún más rápido frente a nosotros y su larga cabellera negra ondula en una cola de caballo como una estela. Ella y Dimitrov se ubican en el centro de la pista.
—¡Zograf! ¡Levski! ¡Vulchanov! ¡Volkov! Yyyyyyyyyy... ¡KRUM!
Ron da un grito agudo y salta en el asiento.
—¡ES ÉL, HARRY, ES ÉL!
Me reiría de él si mi corazón no hubiese dado un salto también. Krum pasa a poco más de un metro de nosotros con una agilidad inigualable. Llego a ver sus gruesas cejas antes que su nariz algo ganchuda y no puedo más que volver a plantear la idea de que sea mi hermanastro perdido, Viktor Snape.
—Y ahora, ¡recibamos a la selección nacional de Quidditch de Irlanda! He aquí a... ¡Connolly! ¡Ryan! ¡Troy! ¡Mullet! ¡Moran! ¡Quigley! Yyyyyyyy... ¡LYNCH!
—Los buscadores son los más esperados —le digo a Cedric y me río.
Los siete jugadores (que no son más que siete borrones verdes), una vez que pasan por nuestras narices, se forman frente a los jugadores búlgaros. Los bramidos de los hinchas de Irlanda se hacen oír y los de Bulgaria responden con igual fervor, cada grupo moviendo las banderas en el aire y buscando protagonismo.
—Todos el equipo de Irlanda lleva Saetas de Fuego —dice Harry con los ojos clavados a los omniculares.
—Todos te pedirán ver la escoba cuando volvamos a clases —le digo.
—El juez del partido ya ha llegado desde Egipto —continúa Bagman—. Demos la bienvenida al aclamado presidente de la Asociación Internacional de Quidditch, ¡Hassan Mostafa!
Entra a pie un hombre calvo, con un enorme bigote y vestido con una túnica dorada, cargando una caja con las pelotas bajo un brazo y su escoba bajo el otro. Deja la caja en el suelo, monta a la escoba y abre la tapa con una patada. La Quaffle roja queda libre en el suelo, las dos Bludgers negras levantan vuelo y comienzan a rondar por la cancha, y la diminuta Snitch dorada da un pequeño resplandor antes de desaparecer de la vista con sus rápidas alas.
Mostafa toma la Quaffle, la lanza al aire y hace sonar el silbato.
—¡Y comieeeeeeeenza el partido! —dice Bagman.
Nunca vi a nadie volar tan rápido. Los jugadores son catorce manchitas de colores, que se mueven de un lado a otro, y si no fuera por el relato de Bagman, estaría perdida. Si desde nuestro lugar privilegiado apenas podemos seguir las pelotas, no quiero imaginarme lo que se ve desde las otras ubicaciones.
—Prueba ver con los omniculares —me dice Cedric y me indica la función para hacer aumento.
—Mucho mejor. Quigley también se ha sudado todo, ya no me siento tan sola.
Uno de los golpeadores búlgaros le pega con todas sus fuerzas a la Bludger y la dirige a la cabeza de Moran, quien la evita por milímetros (exactamente 4 milímetros, según me indican los omniculares) pero deja caer la Quaffle, que tenía en manos hacía ya algunos minutos. Dimitrov la recoge y hace pases con Levski e Ivanova hasta que Troy intercepta la pelota, se lanza con todas las fuerzas hacia los aros del oponente y...
—¡TROY ANOTA! —brama Bagman.
—¿Quéeee? —dice Harry completamente desconcertado y baja los omniculares—. Si Dimitrov acaba de recogerla...
—Harry —le dice Hermione mientras salta en su asiento para celebrar la marca de Troy—, estás mirando el partido en cámara lenta. A ese ritmo te perderás todas las jugadas importantes.
Troy da una vuelta de gloria por alrededor de la pista y los hinchas de Irlanda chillan y aplauden con furor. Los leprechauns vuelven a levantarse y a formar el trébol, mientras que las veelas se cruzan de brazos al otro lado de la cancha.
—Son buenísimos jugando —dice Cedric cuando Moran hace el segundo tanto a los tres minutos—. Es el mejor equipo que vi en mi vida, solo mira cómo se entienden. Ahora el capitán los dirige, mira, los golpeadores están atentos y lanzan la Bludger hacia donde él les dice.
Con la guía de Cedric puedo apreciar algunas jugadas que habría pasado por alto y de repente noto que incluso en el deporte que practico me falta aprender mucho.
—¡TROY ANOTA! ¡Treinta a cero a favor de Irlanda!
Mientras las banderas irlandesas ondean y se oyen cantos de festejo, Ivanova consigue la Quaffle. Los golpeadores búlgaros distraen al cazador que está más cerca de los aros e Ivanova esquiva al resto y marca el primer tanto de Bulgaria. Esta vez las banderas rojas se agitan y las veelas se levantan a bailar. Los muchachos se tapan los oídos y Hermione, Ginny y yo nos miramos como si fuésemos seres superiores. ¿Acaso así se siente ser un Malfoy?
Cuando acaban los festejos, el juego se torna violento y los golpeadores búlgaros comienzan a atacar a los cazadores irlandeses sin piedad, quienes a su vez vuelan tan bien que hacen que sea una persecución eterna. Por los omniculares veo las caras rojas y sudorosas, el cabello al viento y algunas venas hinchadas de los jugadores que me hacen sentir agotada de solo mirarlos. Tienen una resistencia increíble. Creo que tranquilamente podrían sobrevolar el continente en escoba.
—El juego se ha puesto bravo —dice Bagman—. ¿Pero qué es eso? ¡KRUM HA VISTO LA SNITCH!
En efecto, Krum frenó a medio camino y ahora se zambulle hacia abajo a toda velocidad. Lynch, el buscador irlandés, lo sigue y cae en picada para poder alcanzarlo. Parecen dos meteoritos, uno verde y uno rojo, que se estrellarán en cualquier momento contra la tierra.
—Ay, no... —Le doy la mano a Cedric y escondo mi rostro en su hombro para no ver cómo se matan. Se hace silencio en todo el estadio y solamente escucho la circulación en mis oídos. Luego se oyen vítores y el silbato de Mostafa suena para pedir tiempo fuera.
—Lynch se estrelló —me dice Cedric—, está rodeado de médicos.
—¿Y la Snitch?
—Krum hizo el amague de Wronski, no había visto nada.
—Vaya, eso fue arriesgado —digo, volviendo a mirar la cancha. Todo el equipo de Irlanda está alrededor de su buscador, mientras que Krum vuela arriba y abajo en busca de la Snitch para ganar tiempo—. El tipo es mejor de lo que creía. Y qué mente calculadora, no le teme a nada.
—Es la juventud —dice el señor Weasley—. A veces los jóvenes creen que pueden todo y que no tienen nada que perder... Pero debo que admitir que es uno de los jugadores más hábiles que vi en mi vida.
Lynch vuelve a subirse a la escoba y el partido se reanuda, mil veces más vertiginoso que antes: parece que todos juegan a matar, vuelan a máxima velocidad y los cazadores lanzan la Quaffle de una manera que parece que se dislocarán los brazos. Irlanda anota diez tantos más, mientras los golpeadores de ambos bandos pegan con sus bates en todas direcciones e inevitablemente ocurre el primer golpe sucio: Troy recibe un golpe fuerte en la cabeza.
—¡PENAL PARA IRLANDA! —dice Bagman al leer los gestos de Mostafa, que está rodeado por los pesados golpeadores búlgaros que le discuten la decisión. Los leprechauns se forman como una estrella gigante y se mueven de un lado a otro para celebrar; las veelas, ofendidas, se levantan y bailan más salvajes que antes pero igualmente encantadoras. El árbitro ha dejado de escuchar a los jugadores y está observando a las veelas como encantado y se acomoda el bigote, se peina la pelada y se endereza la túnica para acercarse a ellas, sin parar de hacer un retoque en su imagen con cada paso que da.
—¡Alguien despierte al árbitro! —dice Bagman. Uno de los médicos del partido le pega una patada a Mostafa en la pierna y lo saca del trance. Suena el silbato y el árbitro les hace gestos a las veelas—. Parece que intenta echar a las mascotas de Bulgaria, ¡esto no será fácil!
Los búlgaros van tras Mostafa y le siguen discutiendo y levantan los bates. Mostafa otorga otros dos penales a Irlanda y los leprechauns se forman en letras para decir "JA JA JA". Uno de los golpeadores se enoja y le pega con el bate a Mullet. Nuevo penal para los irlandeses, y los leprechauns ahora forman "JE JE JE".
—Esto está que hierve —dice George.
Las veelas, furiosas, bailan desenfrenadas y en lugar de ser las bellas jóvenes de antes, tienen alas rojas y picos de pájaro y lanzan bolas de fuego hacia la otra parte de la cancha.
—Qué diablos... —dice Ron.
—¿Ven que no hay que guiarse solo por la belleza exterior? —dice el señor Weasley, y le agradezco mentalmente. Ahora no me molestaría que la próxima vez que Cedric viera a Selene se acordara de esta cara de las veelas.
Los leprechauns ya van por "JI JI JI" y hay seis butacas incendiadas cuando Mostafa logra apaciguar todo y mandar a las veelas más lejos de los jugadores. Irlanda tiene sus penales y llega a 170 puntos, mientras que Bulgaria sigue con los diez que marcó Ivanova. La parte trasera de la escoba de Krum está en llamas por los proyectiles de las veelas, y cuando lo nota, trata de apagarlas y recibe de parte de Irlanda una Bludger en medio de la cara. Mostafa está tratando de que los leprechauns dejen de formar el "JO JO JO" y no ve lo que sucede, así que el partido no para mientras los médicos tratan de atender a Krum.
Estoy parada sobre mi butaca para ver mejor y con una mano sobre el corazón. Krum tiene el rostro lleno de sangre y trata de quitarse a los médicos de encima. Mientras, Lynch se lanza otra vez en picada. Parece que ha visto la Snitch. Krum lo nota y escapa de los médicos para ir tras él, que está por llegar al suelo, pero Krum acelera y acelera, descendiendo en un ángulo de noventa grados como si quisiera romperse la cabeza definitivamente contra el césped. Espero que no sea un amago de Wronski de parte de Lynch...
Krum va dejando una estela de sangre detrás de sí y no deja de apuntar al suelo. Entrecierro los ojos cuando parece que todo acabará. Finalmente, Lynch se estrella contra el césped y Krum endereza la escoba en el último momento y sostiene en alto la Snitch firmemente agarrada.
—¡INCREÍBLE! ¡INCREÍBLE!
Los médicos rodean a Lynch, suena el silbato y todos miramos confundidos hacia la pizarra de puntos.
BULGARIA: 160 IRLANDA: 170
Miro a Fudge y al ministro búlgaro y los dos parecen mirar el cartel con sorpresa. Todos hacemos matemáticas un rato largo y retrocedemos la jugada en los omniculares hasta que Fudge sonríe y levanta un brazo con felicidad. Los seguidores de Irlanda vitorean saltando en sus butacas, ahora que entendieron que ganaron, y agitan las banderas y se abrazan en grupo sin dejar de bailar. Los leprechauns hacen volar más monedas de oro y se juntan en una gran bola para pasar por todo el estadio en celebración.
—¡Qué sorpresa! ¡Irlanda gana, pero Krum coge la Snitch! —exclama Bagman—. ¡Seguro que nadie se esperaba esto!
—Estuvo magnífico —dice Hermione, mirando a Krum en la pista, con el rostro lleno de sangre y sin soltar la Snitch.
Las veelas regresan a sus puestos y bailan, otra vez hermosas, para celebrar a su jugador. Por encima de la música de las veelas se oye el himno de Irlanda, y cuatro funcionarios le traen a Fudge la copa brillante.
—Crrreo que hay jugado vueno —dice el ministro búlgaro—. Perro durrrro parrrtida.
—¿Usted habla inglés...? ¡¿Y todo este tiempo nos tuvo adivinando y hablando por gestos?! —se indigna Fudge.
—Vueno, que esto muy diverrrtida, sí. Un poca de diverrrrsión.
El equipo búlgaro sube a la tribuna VIP, como la llamó Draco, y podemos ver a los jugadores de cerca mientras le estrechan uno a uno la mano a Fudge. Krum es el último. Sobre tierra firme parece un poco desgarbado y torpe, como si hubiese nacido solo para volar en escoba. Sigue con el rostro lleno de sangre tan oscura como su túnica y saluda a Fudge con la mano libre, mientras que en la otra aferra todavía la Snitch.
Cedric me da un golpecito en el brazo y me doy cuenta de que me estoy mordiendo el labio.
—Lo siento, te advertí que tendría mi revancha —le digo.
Los búlgaros se hacen a un lado y suben los irlandeses a saludar a Fudge y a recibir la copa. Lynch todavía parece un poco noqueado y va en brazos de dos compañeros, pero todos se ven radiantes y salen sonrientes en las fotos para el periódico. Fred y George se escabullen entre las butacas para aparecer, aunque sea en parte, en las fotos y luego van a donde está Bagman.
—Qué resultado impresionante, puedo decir que es uno de los mejores mundiales que he visto... —Ve a los gemelos sonrientes, tendiendo las manos hacia él—. Ah... ¿cuánto les debo?
Echo una última mirada al equipo búlgaro y levanto los pulgares al equipo Irlandés, que no para de sonreír a las cámaras. Comienzo a bajar las escaleras detrás de Cedric y los Weasley y escucho que mi tía me llama y trata de agarrarme de la blusa, pero hay demasiada gente en medio y no pienso esforzarme en escuchar lo que me quiera decir si odia tanto a mis amigos.
—¡Leyla! —escucho que me llama por última vez antes de que salgamos de la tribuna VIP y nos mezclemos en el mar de gente que intenta salir del estadio, todos cantando, aplaudiendo y riendo, todos con algo para celebrar, ya que Irlanda tiene un equipo excelente y ganó la copa, pero Bulgaria tiene a Krum, que es insuperable.
—¿Qué querían? —me pregunta Cedric.
—Nada, seguro me iba a decir que tuviera cuidado y lavara mi ropa antes de que se infectara más de sangre impura.
Luego de pasar el bosque, me despido y les deseo buenas noches a él y a su padre, que ya debe estar en la carpa. Ginny, Hermione y yo vamos a nuestra carpa, nos ponemos los pijamas y tratamos de dormir a pesar de los festejos de los irlandeses que se escuchan por todos lados.
Cuando cierro los ojos, imagino a Cedric jugando partidos importantes y a mí recibiéndolo al final de cada partido en el podio de honor y yendo a fiestas con gente importante. Hasta me imagino siendo no-torpe y saliendo bien en las fotografías del Profeta, de Corazón de bruja, rechazando entrevistas todo el tiempo, y ya libre de tener que depender de privilegios de parte de los Malfoy para acceder al mundo. Solo Cedric y yo, suficientes el uno para el otro, viajando por el mundo por su carrera, lejos de mi familia y sobre todo lejos de Selene. Sigo imaginando hasta que me duermo lentamente acompañada por los cantos y brindis de los irlandeses, y por los ronquidos de Charlie o Ron que se escuchan desde la otra carpa.
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¡Espero que les haya gustado!
A partir del 1 de diciembre tengo muchos exámenes, así que es posible que no actualice hasta el 20/12. No entren en pánico.
¡Buen fin de semana! Ya se siente el clima navideño.
Saludos :)
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