44: Selene se mete con la persona equivocada
Harry y yo estamos solos en el pasillo y como no estoy segura de si estamos reconciliados o no, prefiero mantener el dudoso silencio y esperar a que esta escena se borre de nuestras mentes durante el barullo del almuerzo. Cuando pasamos por una esquina que lleva a una escalera estrecha, veo algo que me hace clavar los pies al suelo. Parpadeo un par de veces y Harry me mira con intriga, ya unos metros más adelante.
—¿Estás bien?
—Sí, ve a comer. Te alcanzo luego —digo rápidamente, sin saber si quiero llorar por mi tía o explotar de furia por lo que acabo de ver. Harry se encoge de hombros y se marcha, y yo encaro hacia la maldita esquina donde está Cedric con una chica rubia al cuello. Que no es otra que Selene.
—¿QUÉ ESTÁS HACIENDO? —digo, soltando los bolsos y buscando mi varita en la túnica. No sé si le hablé a ella o a él.
Selene se separa de Cedric y me mira con los ojos entrecerrados, todavía atontada por estar tan cerca de Cedric. (Eso le pasaría a cualquiera). Como no encuentro la varita, desespero y pongo ambas manos frente a mí y pienso con todas mis fuerzas cómo quiero que mi hermana desaparezca. De inmediato cae sobre Selene una catarata de agua helada que la tira al suelo. Cedric da un salto y se aleja y yo junto los bolsos del suelo para que no se arruinen las perfectas notas de Hermione.
—¡Eres un demonio! ¡Loca! —grita Selene desde el suelo, con el cabello rubio pegado a la cara y la túnica chorreando agua por todos lados—. ¡LOCA!
—Ni se te ocurra volver a meterte conmigo —le digo. Tomo la mano de Cedric y me marcho dando zancadas y arrastrándolo detrás de mí, mientras Selene sigue quejándose en el suelo.
—Di lo que quieras, pero se lo tiene merecido —le digo a Cedric. Cuando estamos lo suficientemente lejos, freno de repente y lo miro a los ojos con furia—. ¿Me puedes decir qué hacías con ella? ¡Es mi hermana, por todos los cielos! ¡Justamente con Selene...!
Él está mirando mi cabello con los ojos muy abiertos. Tomo un mechón de mi pelo y veo que está rojo a la Weasley. Pero ahora no es momento de preocuparse por ello.
—¿Y bien?
—Lo siento... No fue mi culpa. ¿Me crees?
Hago una mueca y me cruzo de brazos.
—Fue ella la que me llevó hasta allá. No te vi en el Gran Salón y me preocupé, y le pregunté a tu amiga dónde podías estar. Vine aquí y estaba esperando a que aparecieras cuando Selene me empezó a hablar y luego... es tan difícil cuando una chica se te tira encima. Sobre todo Selene. Jamás lo hubiera pensado de ella, me tomó desprevenido. ¿Me perdonas?
Tiro los pobres bolsos al suelo, que ya no deben saber dónde es arriba y dónde abajo, y me abrazo a Cedric con todas mis fuerzas. Él también me abraza y me da un beso en la frente, y entonces me echo a llorar.
—Leyla... —me dice, e intento no llorar tan fuerte—. Gracias.
Me aferro más fuertemente a él y dejo que la opresión en mi pecho se vaya. No puedo dejar de llorar.
—Lo siento —digo cuando tomo una bocanada de aire—, estoy mojando tu túnica. Lo siento... estaba pensando en algo que me preocupa y luego verla a ella... La odio más que a ninguna de mis hermanas.
—Está bien —dice, manteniéndome contra él—. Mira, este sábado es el último partido de Quidditch antes de las vacaciones, Hufflepuff contra Ravenclaw. Quizás te gustaría asistir.
—Sí, gracias —digo, respirando con más normalidad—. Ojalá hagas que Selene muerda el polvo.
—No sé si yo podría, pero tus propias hermanas se podrían encargar de eso. Abby y Debby. Están mejorando mucho, y creo que les caes bien.
—Quizás se esforzarían extra por mí —digo—. Cedric, a ti no te importa mi familia, ¿verdad? No te importa que esté llena de familiares locos.
Cedric sonríe un poco. Para él hablo de Selene. Pero también me refiero a Bella, a Sirius, a Snape. Él niega con la cabeza.
—Tú eres tú, no ellos.
—Te adoro.
—¿Estoy perdonado?
Yo asiento con la cabeza.
—Te creo. Ese demonio es capaz de cualquier cosa. —Cedric carga con uno de los bolsos y yo con el otro, y vamos de la mano al Gran Salón—. Oye, ¿crees que podamos ir a Hogsmeade el 18?
Él niega con la cabeza.
—Mi papá me escribió ayer y me dijo que quiere que pase las vacaciones en casa. Cumple cuarenta años el 19 de diciembre y quiere hacer una gran fiesta y todo eso. Vivimos cerca de Ottery St. Catchpole, así que si yo me quedara en el castillo, él no podría venir hasta Hogsmeade el 18 para vernos y luego volver a casa. Y de todos modos pasaría el 19 sin mí...
Ottery St. Catchpole... Los Weasley viven cerca de ahí, también. Todo este tiempo, cuando pasaba las vacaciones en lo de Ron, también estaba cerca de Cedric. Si tengo suerte y este verano voy con ellos, podría ver a Cedric en las vacaciones también.
Claro, y vivir en la misma casa con Fred y George, se burla Francesca.
Bueno, no puedo pensar bien cuando me pasan tantas cosas a la vez.
—Lo siento —dice por millonésima vez—. Te invitaría a mi casa para la fiesta, pero, bueno... creo que primero debería hablar con él. Y, digamos, le gusta mucho hablar sobre todo lo que me concierne. A todo el mundo. No creo que estés cómoda en una fiesta en la que todo se trata de "la novia de mi muchacho".
Río un poco y aprieto su mano.
—Está bien —le digo—. Creo que encontraré algo para hacer en las vacaciones.
—Ahora tienes que comer algo, no quiero que te desmayes en la próxima clase.
—Es como si me conocieras desde siempre.
Llegamos a la puerta del Gran Salón, donde nos separamos. Adentro, todos están terminando de comer y, cuando los gemelos miran en mi dirección, ya estoy lo suficientemente lejos de él como para que puedan sospechar algo.
—Gracias —dice Hermione cuando le doy sus cosas y me pasa la fuente de comida casi vacía.
—Eso te pasa por llegar tarde —dice Ron, pero cuando lo miro se calla. Debo tener los ojos hinchados de tanto llorar. Pero al ver a Cedric en su mesa recuerdo el abrazo y me siento con fuerzas para seguir el día.
La clase de Cuidado de Criaturas Mágicas es terriblemente aburrida pero bastante terapéutica, y al final, después de observar a los gusarapos por dos horas, me siento como nueva. Lejos está Selene, lejos Azkaban.
Por ahora.
Sí, toco madera.
Mientras guardamos los materiales comienza a caer una fina lluvia helada que nos cala hasta los huesos y entramos corriendo al castillo. En el camino a la Torre de Gryffindor, me separo de los chicos y voy a donde están las lechuzas. Mi papá aparece un poco después y cierra la puerta.
—Me enteré que cierta señorita recibió un baldazo de agua cerca del salón de Defensa —es lo primero que dice, caminando con las manos juntas detrás de la espalda y la cabeza alta.
—No fue a propósito —digo—. Yo solamente quería que desapareciera.
Snape alza las cejas.
—Castígame todo lo que quieras, yo ya me encargué de su castigo —digo apoyándome contra la ventana de la lechucería y contemplo la lluvia cayendo sobre todo el terreno.
—¿Y qué es lo que hizo la señorita Blair para merecer eso?
—Meterse conmigo.
Snape asiente.
—Tendrás que hacer un ensayo sobre enfermedades pulmonares.
—¿Qué?
Snape asiente.
—Para la semana que viene. Y sin pedirle ayuda a Madam Pomfrey.
—Muy bien. ¿Puedo incluir una sección de maneras de causar la enfermedad? —pregunto con una sonrisa—. ¿Y de situaciones que justifican causarle eso a alguien?
—Lunes, sin falta.
—¿Y no estás orgulloso de toda el agua que saqué de la nada? —le pregunto, sentándome en uno de los pocos bancos que no están llenos de excremento de lechuza—. Eso me permitiría unas vacaciones, para que no esté tan adelantada y no abrume a mis compañeros en la clase de climagia.
—No hagas que crea que pierdo mi tiempo contigo.
—¡Pero si yo me adelanto! Deberías estar orgulloso de todo el tiempo que te ahorro.
—No es lo mismo hacer eso en una situación de emergencia que cuando lo haces con la mente tranquila. La idea de estas clases es que puedas manejar tus poderes, y claramente no estás en ese nivel todavía. Debes poder manipular los elementos cuando estés relajada y no perder el control cuando te enfades. Si realmente estuvieras lista, no habría caído toda esa agua sobre Selene, y ahora podrías demostrarme cómo puedes empujar las nubes lejos de aquí.
—Está bien, no estoy lista ni para limpiar los baños —le digo.
—Aún así, debo admitir que es impresionante que a tanta distancia del Lago Negro hayas podido invocar tanta agua —dice, y luego agrega en voz más baja—: cinco puntos para Gryffindor.
—¡Papá! —digo con la voz sofocada para que no se escuche demasiado de afuera.
—No tienes que agradecerme. Es un placer no tener que darle clases a ese dolor de cabeza por toda una semana.
Yo sabía que no podía ser la única que odia a Selene.
—Durante las vacaciones no te voy a dar clases. ¿Suspendemos hasta febrero?
—Por favor.
Saca un frasco lleno de agua y lo deja destapado en el suelo.
—Intenta atraer el agua —me dice. Pongo un pie adelante y extiendo un brazo y trato de recordar qué diablos hago cada vez que juego con el agua—. Dobla el meñique y el anular.
El agua sube a toda velocidad y llega a mi mano. Agrego la otra mano y la pongo en la misma posición y el doble agua llega a mis palmas.
—Sube las manos si no quieres terminar como tu hermana. Ahora devuelve el agua al recipiente.
Mis manos están cansadas y los dedos se aflojan antes de que llegue al frasco. Toda el agua se cae y nos mojamos los pies. Mi papá mueve su varita que absorbe toda el agua de mis zapatos y la devuelve al frasco. Con otro movimiento, la tapa se pone en su lugar.
—Casi... —digo, agitada.
—No estuvo mal —dice, guardando el frasco.
—Y no le viene mal una limpieza a este piso —sonrío.
—Ahora que me acuerdo, tengo el gusto de comunicarte que tu novio hizo un muy mal trabajo para mi clase.
Frunzo el ceño y me ato el cabello en una colita alta. Pero ese no es el tema que más me preocupa ahora.
—¿Odias a Lupin?
No contesta. Nos quedamos en silencio hasta que veo que está por anochecer, y no puedo estar fuera de la Sala Común tan tarde. Me despido de él y vuelvo a la Torre. En mi habitación, me saco las medias para comprobar que los pies estén secos. Creo que tengo una especie de fobia al resfrío.
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Bueno, las calabazas me ayudaron. Gracias a todos los que comentaron con calabazas. :D
¡Espero que les haya gustado! Selene se lo tenía merecido.
En otras noticias, parece que pronto anuncian los Wattys... estoy ansiosa. No creo que gane, y no me preocupa, ¡pero hay tantas historias que van a ser premiadas! Me encanta que ahora el concurso también sea oficial en español. ¿Alguno de ustedes también se postuló con su historia?
Tengan una hermosa semana y nos vemos el viernes. (¿O antes?)
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