Capitulo 4.

Pov Percy:
todos creen que tengo 4 años,mmm si supiera que vengo del futuro donde todo acaba mal y que aparte leeran sobre eso,bueno dejando eso de lado estaba con hestia en la cocina.

Ella me dio unas galletas azules con chispas de chocolates y un vaso de leche,me gusta estar con ella,solo esperaba que ahora todo cambiara al ver que ya tienen encadenada a la perra de Chase.

Suspire y eso hizo que Hestia me mirara.

-¿Que te ocurre percy?-pregunto.

Yo solo la abracé,no podia decirle solamente "Hey soy tu esposo y estas leyendo todo sobre mi" eso seria estupido y creo que ya he hecho muchas estupideses.

-No es nada,solo tengo sueño-dije.

Ella me sonrio,más no le dijo nada.

Al acabar de comer,nos dirigimos a la sala del trono donde ya estaban todos los dioses.

Me fui a sentar en el sillon que compartia con Tia; Y hasta ahora me di cuenta que Thalia,Rachel y Bianca estaban sentadas al lado de mi sillon, en pequeños sillones individuales.

Al sentarme les sonrei y deje que Tia comenzara con la lectura.

-Capítulo 3: Feeling Good-leyo Tia.

-ahora de que se tratara este capitulo-dijo poseidón algo nervioso.

Clarisse junto a Hestia me enseñaron unos cuantos sitios más. Pero el que más me interesaba en estos momentos era el taller de los hijos de Hefestos, en donde aproveché la situación y le pedí a Charles si podía convertir el cuerno de Minotauro en una daga.

-Oh... eso es bueno- dijo Ares.

Artemisa lo miro con asco y solo pudo pensar "Hombres sin cerebro".

Obviamente le tuve que prometer que le pagaría por ello ya que no tenía dracmas en este momento.

y los únicos dólares que llevaba encima, si no mal recuerdo, tuve que dárselos al perdedor de Gabe.

Del cual me iba a encargar personalmente una vez que recupere a mi madre, después de todo, tengo que descargar mi furia con alguien.

-Eso furia, pelea, Sangre-dijo ares en alegoría.

Por último, regresamos a la playa, donde un sendero conducía de vuelta a las cabañas. Cambio de posición a Hestia, de mis hombros, a mi cintura, con sus brazos rodeando mi cuello y sus piernitas alrededor de mi abdomen.

Esta solo se sonrojo furiosamente ante la mención del cambio no podía creer lo que leia sobre ese semidios si la conocía y era especial aunque eso solo lo presentia

Tras unos minutos de silencio, decidí romperlo. Solo para continuar mi fachada de novato que recién llega.

-Así que los monstruos no pueden entrar aquí? - Tia meneó tiernamente la cabeza, despeinándose en consecuencia.

-No a menos que se los utilice intencionadamente para surtir los bosques o sean invocados por alguien de dentro- me respondió esta vez Clar.

-Por qué querría alguien invocar a un monstruo? - cuestioné, logrando una cara de incredulidad.

-Si para que querria traer un monstruo al campamento-dijo en broma grover recordando las tretas de los stoll

-Para combates de entrenamiento. Para hacer chistes prácticos, aunque eso ya no sucede tanto últimamente- contestó la semidiosa.

-Apuesto a que eran los hijos de Hermes y Apolo- repliqué con una sonrisa burlona.

-Y no lo dudes-dije en un susurro bajo.

-Lo importante es que los límites están sellados para mantener fuera a los mortales y los monstruos. Desde fuera, los mortales miran el valle y no ven nada raro, sólo una granja de fresas- me respondió suavemente Tia, solo para sonrojarse cuando se dio cuenta que nuestros rostros estaban demasiado cerca.

-Y también para sonrojarse solo por escucharlo según parece- dijo afrodita mirándola, esta por su parte solo miro al libro para seguir leyendo.

Bueno... y podría alguna vez salir de aquí para ir a la ciudad o no? - pregunté, recordando que anteriormente le había preguntado algo similar a Chase.

-Si quieres morir podrias hacerlo...es sencillo-dijo Dionisio quien hasta ahora estaba en silencio

Poseidon solo se aclaro la garganta haciendo saber que si algo le pasaba a su hijo en su campamento el lo pagaría muy pero MUY caro.

-Sería prácticamente una sentencia de muerte, pero podrías, con el permiso del señor D o de Quirón. Por supuesto, no dan ningún permiso hasta el final del verano a menos que...- dejó en suspenso Clarisse.

-A menos qué? - se perfectamente la respuesta a mi pregunta, pero con tal de mantener las apariencias...

-Que te asignen una misión. Pero eso casi nunca ocurre. La última vez...- el imbécil de Castellan hizo matar a sus compañeros por Ladón.

Los que sabian sobre esa misión se removieron en su lugar.

-Has estado en el Olimpo? - cambiando de tema rápidamente al descubrir su incomodidad.

-Algunos de los anuales hicimos una excursión durante el solsticio de invierno. Es entonces cuando los dioses celebran su gran consejo anual- explicaba diligentemente.

-Cómo llegaron hasta allí? - pregunté, acariciando suavemente la espalda de Tia, haciendo que se duerma con su cara hundida en mi cuello, logrando que haga un esbozo de una sonrisa.

-Hay pero que tierno- Dijo afrodita con ambas manos en su pecho arriba de su corazón

-En el tren de Long Island. Bajas en la estación Penn. Vas al edificio Empire State y tomas el ascensor especial hasta el piso seiscientos- dijo mientras me miraba, tratando de saber si lo había captado.

-Empire State. Ascensor. Piso seiscientos. Todo anotado- dije, como si estuviese haciendo el chequeo de una lista, sacando así una risita de Clar.

Esta solo se sonrojo ante eso y yo escondi una sonrisa.

Olí humo de barbacoa que llegaba desde el pabellón. Tia debió de escuchar los rugidos de mi estómago, pues se retorció en su posición, gimiendo en un susurro y diciendo algo parecido a que haga callar al monstruo. Tuve que morderme la lengua para no soltar una sonora carcajada anta su inocencia.

-Ohhh debe tener hambre- dijo Hestia

-Percy siempre tiene hambre-Dijeron Thalia y Grover al unisono puesto que conocían la glotonería de percy.

Yo solo pude hacer un puchero y todos se enternecieron por eso.

De vuelta en la cabaña de Hermes, pude apreciar el descontrol que había allí. Una gran cantidad de jóvenes compartían los mismos rasgos faciales. Eran la clase de chicos que los profesores señalarían como problemáticos. Eran los hijos de Hermes.

Afortunadamente, nadie me prestó demasiada atención mientras me dirigía a mi sitio en el suelo y me echaba cuidadosamente contra la pared para no despertar a mi tierna diosa del hogar.

Castellan se me acercó. Sonriéndome estúpidamente, mientras yo apreciaba la cicatriz en su cara. Ladón estaba perdiendo su toque si todo lo que le dejó fue una simple marca en la cara.

-Te he encontrado un saco de dormir. Y toma, te he robado algunas toallas del almacén del campamento- muy bien hecho niño, ahora si eres tan amable, dame el casco de Hades y el relámpago de Zeus mientras te corto lentamente el cuello.

Los dioses nombrados quedaron en shock ante tal declaración.

-Ahora entiendo, eso fue lo robado, imagino que en el final de este solticio si no me equivoco, y claro el próximo solticio comenzaría la guerra pero-Dijo Athenea como la diosa de sabiduría ya estaba descubriendo todo el tema pero aun le faltaba algo.

-Saben que si, algo le sucede a mi hijo por sus paranoias irritantes los ahogare en las profundidades del tártaro verdad?-dijo poseidon en tono tranquilo pero amenazante a sus queridos hermanos.

-Oh vamos tranquilo hermanito no creo que le valla a hacer algo al chico, me agrada-dijo Hades.

Gracias- contesté, forzando una sonrisa.

-De nada- infeliz, agradece a tu dueño que no te estoy apuñalando aquí mismo.

Esta siendo manipulado...dijo Hermes

Solo los débiles se dejar influenciar por otros... dijo ares

Yo, Grover, Nico,Rachel,Thalia y Bianca soltaron una sonora carcajada ante lo dicho por el dios de la guerra...

-Y que les parece tan gracioso a ustedes si se puede saber-pregunto Hermes viendo lo irritado que estaba su hermano.

-Ohh no es nada, tranquilo, solo recordamos algo sucedido...y espero que sea contado en el libro para que ustedes también puedan reírse- Dijo Thalia entre risas.

Se sentó a mi lado y se recostó contra la pared

-Ha sido duro tu primer día? - no que va, tan solo me desperté de volver en el tiempo para aguantarme las ganas de matar a unos cuantos traidores.

-Nada fuera de lo común-dijo Thalia en burla.

-No pertenezco a este lugar. Ni siquiera creo en los dioses- digo, haciéndole creer.

-Ya. Así empezamos todos. Y luego, cuando empiezas a creer en ellos, tampoco, es más fácil- dices eso solo porque hasta tu propia madre sabía que te ibas a convertir en la perra de Kronos.

Así que tu padre es Hermes? - le pregunté, intentando continuar con la línea temporal anterior.

-Sí, Hermes-

-El tipo de las zapatillas con alas- en serio Hermes, eres tan idiota de ponerle el nombre de tu madre a tus zapatos para que se activen?

-El chico antes me agradaba-dijo en tono de reproche y dolido por el comentario de este

-El tiene razón siempre eres un idiota-dijo artemisa-"me agrada un poco"- fue su pensamiento

-Ese. Los mensajeros. La medicina. Los viajantes, mercaderes, ladrones. Todos los que usan las carreteras. Por eso estás aquí, disfrutando de la hospitalidad de la cabaña once. Hermes no es quisquilloso a la hora de patrocinar- agradece que tu padre no está aquí para terminar lo que Ladón no pudo, bastardo engreído.

-Has visto a tu padre? - pregunté.

-Una vez- sí, y te robaste los símbolos de poder de dos dioses, idiota.

Luke levantó la cabeza y se obligó a sonreír. Cosa que no le costaba tanto, ya que toda su vida se la pasó fingiendo pena por los demás.

-No te preocupes, Percy. Los campistas suelen ser buena gente. Después de todo, somos familia lejana, no? Nos cuidamos unos a otros- y luego les apuñalas en la espalda, no?

Eso es de cobardes...dijo ares tranquilidad desde su trono ganándose un asentimiento de todos

-Venga, vamos, es la hora de la cena- me dijo, haciéndome recordar que hace tiempo que no como algo nutritivo.

-Pobrecito-susurro Hestia, y la fogata mostro unos pequeños atisbos de colores lúgubres.

Al momento de decirlo, el cuerno a lo lejos.

-Once, fórmense en fila! - vociferó el hijo de Hermes.

La cabina al completo, unos veinte, formamos en el espacio común. La fila iba por orden de antigüedad, así que tuve que ponerme último mientras cargaba cuidadosamente a Tia, que aún seguía durmiendo, en mi cintura.

-ohh... no sabia que durmieras tanto Hestia o es que esa posición te da mas sueño del normal -dijo de forma coqueta afrodita.

Esta no sabia que hacer, por lo tanto comenzó a leer.

En el pabellón, las antorchas ardían alrededor de las columnas de mármol. Una hoguera central refulgía en un brasero de bronce del tamaño de una bañera. Cada cabaña tenía su propia mesa, tuve que aguantarme las ganas de sentarme en la que me pertenecía por derecho de nacimiento. Pero hasta que padre me reconozca, tengo que aguantarme aquí, con la marioneta.

Poseidon solo se preocupaba por la situación de su hijo.

Vi a Grover sentado en la mesa 12 con el señor D, unos cuantos sátiros, Castor y Pollux. Quirón estaba de pie a un lado, la mesa de picnic era demasiado pequeña para un centauro.

Chase se hallaba en la mesa 6 con los demás hijos de blonda cabellera y ojos grises, de Atenea. La cual curiosamente tenía un hermoso pelo azabache que ninguno de sus hijos heredó.

Atenea solo se sonrojo por la mención de su cabello pero enseguida lo rechazo el cumplido.

Clar se sentaba detrás de mí en la mesa de Ares. Estaba riendo y eructando con todos sus amigos. Al menos hasta que me vio, en ese momento se sonrojó y ocultó su bella mirada de mí. De nuevo tuve que aguantarme las ganas de pararme e ir a abrazarla.

-Oh chico tu historia de amor si que es interesante-.dijo afrodita interesada en la lectura.

Al final, Quirón coceó el suelo de mármol blanco del pabellón y todo el mundo guardó silencio.

Levantó su copa y brindó:

-Por los dioses! - tan dramático como siempre pensé, ocultando una sonrisa.

Las ninfas del bosque se acercaron con bandejas de comida: uvas, manzanas, fresas, queso, pan fresco, y sí, barbacoa! Tenía el vaso vacío, pero Luke me dijo:

-Háblale. Pide lo que quieras beber... sin alcohol, por supuesto- no, en serio? No esperes a que vaya a abrazarte por decirme eso.

-Coca-Cola de cereza azul - dije y el vaso se llenó con la bebida pedida.

-¿Por que azul?-pregunto Hermes

-EL y su madre tienen un lijero fanatismo por la comida azul-respondio grover en tono casual.

-Ligero enserio? Percy esta loco por la comida azul-replico thalia que conocía el fanatismo por la comida azul de su amor platónico.

Brindé por mi madre. A la cual iré a buscar dentro de unos días, sabiendo que en estos momentos está platicando de lo más bien con Perséfone.

Brindé por mis esposas. A las cuales con el tiempo iré recuperándolas.

Y brindé por mis hijos.

-Aquí tienes, Percy- me dijo Castellan, tendiéndome una bandeja de jamón ahumado.

Llené mi plato y me disponía a comer cuando observé que todo el mundo se levantaba y llevaban sus platos al fuego en el centro del pabellón. Iban a hacer un sacrificio a los dioses. Lástima que ya no acepten sacrificios humanos, sería un tanto difícil meter a los traidores en tan pequeña hoguera.

-Siempre que sacrifiques a un hombre quemándolo, creo que artemisa lo aceptaría gustosa-dijo Bianca en burla.

-Ven- me indicó el rubio.

-Quemamos ofrendas para los dioses. Les gusta el olor- me murmuró al oído, lo cual fue bastante molesto.

-Estás de broma- dije con mi mejor cara de asombro.

Él tan solo se acercó al fuego, inclinó la cabeza y arrojó un gordo racimo de uvas negras.

-Hermes- dijo.

Yo era el siguiente.

Me incliné y eché una gruesa rodaja de jamón al fuego en honor a mi padre. Unas manzanas en recuerdo a Dite. Un poco de pan fresco para Arty. Queso para Atenea. Y finalmente un racimo de uvas para Tia, haciendo que se despierte inmediatamente, con una mirada confundida.

-No puedo creer eso-dijo afrodita en incredulidad y sonrojo.

Cuando todo el mundo regresó a sus asientos y hubo terminado su comida, Quirón volvió a cocear el suelo para llamar nuestra atención.

Dionisos se levantó con un gran suspiro. Lo que no me sorprende en verdad, tiene que mover su gran panza de donde está sentado.

-Sí, supongo que es mejor que los salude a todos, mocosos. Bueno, hola. Nuestro director de actividades, Quirón, dice que el próximo capturar la bandera es el viernes. De momento, los laureles están en poder de la cabaña cinco.

En la mesa de Ares se alzaron vítores amenazadores.

-Personalmente, no podría importarme menos, pero los felicito. También debería decirles que hoy ha llegado un nuevo campista. Peter Johnson- ja ja, muy gracioso gordo borracho.

-Ja... sabia que ese no era tu nombre nos has estado mintiendo todo este tiempo peter-dijo Nico sacando carcajadas de todos los amigos de percy y los dioses

Quirón se inclinó y le murmuró algo.

-Esto... Percy Jackson. Pues muy bien. Hurra y todo eso. Ahora pueden sentarse alrededor de vuestra tonta hoguera de campamento- bien...ahora sí que tuve que aguantarme las ganas de desollarlo vivo, esa hoguera estaba al cuidado de Tia por si no sabía.

Más tarde, por la noche, cuando las chispas de la hoguera ascendían hacia un cielo estrellado, la caracola volvió a sonar y todos regresamos en fila a las cabañas. No me di cuenta de lo cansado que estaba hasta que me derrumbé en el saco de dormir prestado.

Mis brazos se aferraron firmemente al pequeño cuerpo de Tia, que había vuelto a dormirse luego de que la obligase a comer un poco, lo cual, para mi diversión y su vergüenza, fue darle de comer en la boca. Lo que me valió luego unos golpes en la cabeza por haberle dado de comer de esa manera en frente de tanta gente. Solo por estar frente a los demás campistas.

-No te tiene que dar pena que tu esposo demuestre un poco de afecto hacia a ti-dijo afrodita en burla Hestia sola para sonrojarla.

Cuando al final cerré los ojos, me dormí al instante.

Ese fue mi segundo primer día en el Campamento Mestizo.

Los demás días iban a ser bastante ajetreados. Pero no me quejo, va a ser divertido a fin de cuenta.

Los siguientes días me acostumbré nuevamente a una rutina que casi parecía normal, si exceptuamos el hecho de que todo esto ya me lo sé. E incluso me arriesgo a decir que, yo, podría dar tranquilamente algunas clases.

Era una lástima que cada mañana recibía clases de griego clásico de Chase. Al menos los primeros dos días. Luego ni me molesté en aparecerme por ahí. Cuando vino furiosa a preguntarme por qué, lo único que le respondí fue que no necesitaba clases de ningún idioma, pues había aprendido a superar mi dislexia. Obviamente nunca le dije quién me enseñó, ni tampoco cuales eran las recompensas que recibía por parte de Tena por cada libro bien leído.

-Oh yo no puedo imaginarme esas recompensas-Dijo afrodita intentando parecer pensativa en medio de una sonrisa.

Atenea solo se sonrojaba furiosamente.

El resto del día probaba todas las actividades al aire libre, despistando a los demás campistas con la amplia gama de habilidades que tengo, haciendo que no puedan adivinar correctamente quien es mi padre divino.

Quirón intentó enseñarme tiro con arco, pero pronto descubrió que todas las flechas daban en el centro. Horas de enseñanza por parte de Thalia y Artemisa dieron sus frutos.

Thalia y Artemisa inflaron su pecho en orgullo.

Es raro ver a un hijo de poseidon que sea bueno con el arco...dijo Apolo.

Poseidon por su parte solo mostrara orgullo en su mirada.

Sabía que los campistas mayores y los consejeros me observaban, intentaban decidir quién era mi padre, pero no les estaba resultando fácil. Yo era fuerte como los hijos de Ares, tan bueno en el arco como los de Apolo. Tenía la habilidad con el metal de Hefestos. Lo único en que me permití fracasar fue las habilidades con las vides.

Los que conocían a percy sonrieron en aprobación pues conocían el dasagrado que le tenia el chico al dios del vino y viceversa.

Castellan me dijo que tal vez fuera hijo de Hermes, una especie de comodín para todos los oficios, maestro de ninguno. Lástima que él no sabía que ya era un maestro en cada habilidad que había para enseñar aquí.

-Arrogante como todos...supiro artemisa "pero tiene por que serlo, pensadolo mejor"- pensó para si misma.

Cenaba con los de la cabaña 11, echaba parte de mi comida al fuego y luego le daba de comer a Hestia solo por el placer de tenerla a mi lado y hacerla sonreír con mis comentarios sarcásticos.

El martes por la tarde, tres días después de mi segunda llegada al Campamento Mestizo, tuve mi segunda primera lección de combate con espada. Todos los de la cabaña 11 se reunieron en el enorme ruedo donde Castellan nos instruiría.

Decidí actuar como si fuese la primera vez con una espada. Quería que cuando el rubio intentase enseñarme, le daría una clase avanzada de cómo manejar realmente una espada.

-"Eso es bueno"-.penso para si misma atenea.

A pesar de que no podía usar a Susanoo, y que Anaklusmos aún estaba en posesión de Quirón, tuve que conformarme con una simple espada de bronce oxidada que estaba tirada en la armería.

Después empezamos a enfrentarnos en parejas. Castellan anunció que sería mi compañero, dado que era la primera vez. Je! Perfecto.

-Buena suerte. Luke es el mejor espadachín de los últimos trescientos años- me dijeron los hermanos Stoll. Si conociesen a Reyna o a Hylla no dirían lo mismo.

-A lo mejor afloja un poco conmigo- les dije sonriendo inocentemente.

Los gemelos tan solo bufaron.

-Vale, todo el mundo en círculo, arriba! Si a Percy no le importa, quiero hacerles una pequeña demostración- exclamó el hijo de Hermes.

Los chicos de Hermes se reunieron alrededor de mí. Se aguantaban las risitas. Se morían de impaciencia por ver cómo el traidor me usaba como saco de boxeo. Le dijo a todo el mundo que iba a hacerles una demostración de la técnica de desarme creada por el Perseo original.

-Esto es difícil. A mí me lo han hecho. No se rían de Percy. La mayoría de los guerreros trabajan años antes de dominar esta técnica- dijo el pseudo entrenador.

Hizo una demostración del movimiento a cámara lenta. Desde luego, la espada cayó de mi mano con bastante estrépito.

-Ahora en tiempo real. Atacamos y paramos hasta que uno le quite el arma al otro. Listo, Percy? - asentí lo más inocentemente posible.

Antes de que el poseído pudiese atacarme, mi hoja dio en la base de la de Luke y la giré, lanzando todo mi peso en una estocada hacia delante. Su espada repiqueteó en las piedras. La punta de mi espada estaba a tres dedos de su pecho indefenso.

Los demás campistas quedaron en silencio. Sonreí maniáticamente. Bajé la espada.

-Lo siento... Perdona- que diablos! Agradece que no clavé la espada entre tus ojos!

Por un momento Luke se quedó demasiado aturdido para hablar. Logrando que sonría nuevamente.

-Perdona? Por los dioses, Percy, por qué lo sientes? Vuelve a enseñarme eso! - con mucho gusto pequeño bocazas.

Una vez más, el proceso se repitió. Intentó atacarme. La palabra clave de todo esto fue "intentó", pues apenas estuvo a tres pasos delante de mí, hice caer su espada.

Tras una larga pausa, alguien del público preguntó:

-La suerte del principiante? - ya quisieras.

Castellan se secó el sudor de la frente. Me observó con un interés absolutamente renovado. Algo realmente perturbador. Me dan ganas de decirle que no bateo para ese equipo.

-Puede. Pero me gustaría saber qué es capaz de hacer Percy con una espada bien equilibrada...- matarte, tan simple y llano como eso.

Ohh pero que sincero... dijo Atrnea en fingida sorpresa

El viernes por la tarde estaba con Grover a orillas del lago. Estábamos sentados en el embarcadero, observando a las náyades tejer cestería subacuática, hasta que le pregunté cómo le había ido con el señor D.

La Sutilileza nunca fue lo tuyo....dijo grover

Se le puso la cara algo amarilla y dijo:

-Guay. Genial- el sarcasmo no es lo tuyo Grover.

-Así que tu carrera sigue en pie? - pregunté recordando la última vez.

Me miró algo nervioso.

-Te ha dicho Quirón que quiero una licencia de buscador? -

-Si, dijo que tenías grandes planes, ya sabes... y que necesitabas ganarte la reputación de terminar un encargo de guardián. La conseguiste? - le pregunté, aunque ya sabía que había caído en su depresión.

Grover solo bajo mirada al piso sabiendo lo mucho que percy le conocía

Grover miró hacia abajo, a las náyades.

-El señor D ha suspendido la valoración. Dice que no he fracasado ni logrado nada aún contigo, así que nuestros destinos siguen unidos. Si te dieran una misión y yo te acompañara para protegerte, y los dos regresáramos vivos, puede que considerara terminado mi trabajo- y lo harás mi querido chico cabra.

-Pues claro que te querría a mi lado! Imagínate las noticias en el Olimpo, chico cabra terror de los monstruos mitológicos! Primera plana como mínimo! - exclamé, intentando sacarlo de su pozo depresivo.

Alicaído, Grover observó el agua. Diablos, la próxima vez que vea a Apolo y Hermes, les diré que se lo lleven de fiesta toda una semana.

Con mucho gusto me lo llevare de fiesta....dijo Hermes alegre

Apolo solo refunfuño.

-Cestería... Tiene que ser estupendo tener una habilidad que sirva para algo- bueno...es un buen pasatiempo si me lo preguntas.

Intenté animarlo, asegurándole que poseía muchísimos talentos, pero eso sólo lo puso más triste.

Hablamos un rato de canoas y espadas, después debatimos los pros y contras de los distintos dioses. Al final, acabé preguntándole por las cabañas vacías. Para no perder el papel del chico nuevo en este mundo.

-La número ocho, la de plata, es de Artemisa. Juró mantenerse siempre doncella. Así pues, nada de niños. La cabaña es, ya sabes... honoraria. Si no tuviera una se enfadaría- no lo dudo, pero eso de mantenerse siempre doncella creo que puede llegar a ser discutible dentro de unos años, pensé sonriendo en mi mente.

Artemisa estaba sonrojada entre la vergüenza y la furia lo que la hacía lucir un poco extraña...mientras afrodita solo mostraba una sonrisa de alegoría por su sobrina...cada vez le interesaba mas el chico

Apolo estaba rojo de furia...que su hermanita estuviera con un hombre era inaceptable.

-Ya. Pero, y las otras tres, las del fondo? Son ésas los Tres Grandes? -

Grover se puso en tensión. Era un tema delicado.

-No. Una de ellas, la número dos, es de Hera, otra de las honorarias. Es la diosa del matrimonio, así que por supuesto no va por ahí teniendo romances con mortales. Esa es tarea de su marido. Cuando decimos los Tres Grandes nos referimos a los tres hermanos poderosos, los hijos de Cronos.

-Zeus, Poseidón y Hades- aunque Hestia cuando se enoja, puede dar bastante miedo. La última vez que la cabrearon, Zeus se escondió detrás de su esposa por una semana.

Oh vamos no puede ser tan mala...dijo Nico, lo que causo que los tres dioses hermanos se removieran inquietos en sus lugares recordando los días de furia de su hermana mayor

Te recomendaria que no vuelvas a decir eso...dijo hades, intranquilo en su sitio

nico paledecio ante la sonrisa maliciosa de la diosa del hogar

-Exacto. Veo que estás al día con tus estudios. Tras la gran batalla contra los titanes, le quitaron el mundo a su padre y se echaron a suertes a quién le tocaba cada cosa-

-A Zeus le tocó el cielo, a Poseidón el mar y a Hades el inframundo- hasta el día de hoy sigue quejándose este último.

Y tu que harías si tus hermanos te hubieran engañado eh...replico el dios de los muertos.

-Aja-

-Pero Hades no tiene cabaña- dame dos años más y arreglaré eso.

Enserio?...Pregunto Hades sorprendido..

Si señor hades ...percy consiguió que se hiciera una cabaña en tu honor y muchas cosas mas...Respondió Grover

Y como que otras cosas?...volvio a preguntar hades

No creo que pueda decirlas mi señor...respondio el sátiro

El fue el que nos salvo a mi hermana y a mi, padre...dijo nico...

Valla crei que estabas mudo aliento de muerte...dijo thalia con una sonrisa en su rostro

Como me dijistes cara de pino...dijo Nico en fingida molestia...ambos se miraron y luego estallaron en risas

Ven aca y dame un abrazo primo...Dijo thalia

Crei que no me reconocias...dijo Nico

Oye aveces no se ni como acerme a ti, y como te vi con tu hermana no quise interrumpirte...

Esto es extraño que hijos de Zeus y Hades se lleven bien es una cosa sumamente extraña... Dijo Hera en su trono pensativa

Gracias a percy mi señora...respondio Grover

El semidios comienza a parecerme interesante , sigue leyendo por favor...ordeno hera en tono tranquilo

-No, y tampoco trono en el Olimpo. Digamos que se dedica a sus cosas en el inframundo. Si tuviera una cabaña aquí...Bueno, no sería agradable. Dejémoslo así- oye! Nico puede ser algo emo, pero Bianca y Hazel son todo lo contrario al característico hijo de Hades.

Chico cabra eso fue ofensivo sabes- dijo nico finguiendo estar dolido por el comentario

Lo siento no te conocía aun... se disculpo este

Bianca se sonrojo un poco por la descripción que le dio el chico del libro

-Pero Zeus y Poseidón... Los dos tenían infinidad de hijos en los mitos. Por qué están vacías sus cabañas? -

Grover movió las pezuñas, incómodo.

-Hace unos sesenta años, tras la Segunda Guerra Mundial, los Tres Grandes se pusieron de acuerdo para no engendrar más héroes. Los niños eran demasiado poderosos. Influían bastante en el curso de los acontecimientos de la humanidad y causaban mucho derramamiento de sangre. La Segunda Guerra Mundial fue básicamente una lucha entre los hijos de Zeus y Poseidón, por un lado, y los de Hades por el otro. El lado ganador, Zeus y Poseidón, obligó a Hades a hacer un juramento con ellos: no más líos con mortales. Todos juraron sobre el río Styx.

-Y aquí están ustedes dos y el chico-...recalco atenea

My Lady, mi hermana y yo, nacimos antes de ese pacto solo estabamos encerredos en cierto lugar- aclaro Nico

Oh entonces quien guardo el tratado solo fue el tio hades?..- nico solo asintió. Eso si que me sorprende...

Hades solo inflo su pecho en orgullo
-yo si cumplo mis palabras no como ustedes.

Estos solo miraron hacia otro lado

Nico decidio continuar con la lectura antes de que las cosas se agravaran

El trueno bramó. Reina del drama.

Zeus apretó sus dientes, mientras sus hermanos solo se reian ante el comentario

-Ese es el juramento más serio que puede hacerse. Y los hermanos mantuvieron su palabra? - es lo mismo que preguntar si Kronos fue un buen padre...

Muy buena tu comparación...dijo Atenea

La expresión de Grover se enturbió. Sabía muy bien lo que venía.

-Hace diecisiete años, Zeus se cayó del tren. Había una estrella de televisión con un peinado de los ochenta... En fin, no se pudo resistir. Cuando nació su hija, una niña llamada Thalia... Bueno, el río Styx se toma en serio las promesas. Zeus se libró fácilmente porque es inmortal, pero condujo a su hija a un destino terrible- un lindo pino, al menos aún sigue vive y lo seguirá estando.

Cara de pino-le susurro nico a su prima en burla

-Pero eso no es justo! No fue culpa de la niña! - lo ves Zeus? Así se actúa.

Padre puedo darle unas clases si usted gusta...dijo Hermes ganándose una mirada de furia de su padre

Grover vaciló.

-Percy, los hijos de los Tres Grandes tienen mayores poderes que el resto de los mestizos. Tienen un aura muy poderosa, un aroma que atrae a los monstruos. Cuando Hades se enteró de lo de la niña, no le hizo ninguna gracia que Zeus hubiera roto el juramento. Hades liberó a los peores monstruos del Tártaro para torturar a Thalia. Se le asignó un sátiro como guardián cuando tenía doce años, pero no había nada que pudiera hacer. Intentó escoltarla hasta aquí con otro par de mestizos de los que se había hecho amiga. Casi lo consiguieron. Llegaron hasta la cima de la colina - Señaló al otro lado del valle, el pino junto al que yo había luchado con el Minotauro la primera vez.

-Los perseguían las tres Benévolas, junto a una horda de perros del infierno. Estaban a punto de echárseles encima cuando Thalia le dijo a su sátiro que llevara a los otros dos mestizos a lugar seguro mientras ella contenía a los monstruos. Estaba herida y cansada, y no quería vivir como un animal perseguido. El sátiro no quería dejarla, pero Thalia no cambió de idea, y él debía proteger a los otros. Así que se enfrentó a su última batalla sola, en la cumbre de la colina. Mientras moría, Zeus se compadeció de ella. La convirtió en aquel árbol. Su espíritu ayuda a proteger las lindes del valle. Por eso la colina se llama Mestiza-

Grover no me digas que aun entonces seguias culpándote...Esa fue mi decisión correcto-Dijo un poco molesta thalia a su amigo

-Para dejarlo en claro Grover. Tú eras el sátiro, Luke y Annabeth los dos mestizos. No? - le pregunté, soltando los nombres de los traidores lo menos venenoso posible, pues sé que Grover puede ver mis emociones, lástima que ahora tendrá que esforzarse al menos tres veces más.

Miré el pino en la distancia. Aun estando en esa forma, me parece muy hermosa, siempre cuidando de la gente que le importa a pesar de que ella nunca lo exprese. Esta vez no dejaré que nada te suceda. No a ti, ni a las demás. Aunque tenga que poner mi enfermedad al límite, las salvaré.

Ok y tu ayudando a todo el mundo sin importar las consecuencias no es asi-Dijo Thalia un poco molesta

-Grover, hay algún héroe que haya cumplido misiones en el inframundo? - yo, tres veces como mínimo.

3 veces?..-exclamo hades.

-Algunos. Orfeo, Hércules, Houdini- uno que no debía mirar atrás, un idiota al que le cortaré las pelotas con una cuchara oxidada, y un hijo de Hades y legado de Hermes, no es necesario más explicación.

-Y...han traído de vuelta a alguien de entre los muertos? - yo a mi madre, Nico a Hazel...

Todos miraron expectantes a al hijo de hades que no sabia que hacer siendo el centro de atención...

-No creo que se refiera al yo de este tiempo,quizás en un futuro lo tiene que hacer...asi que dejen de mirarme quieren-dijo Nico.

-No. Nunca. Orfeo casi lo consiguió... Percy, no estarás pensando seriamente en...? - entrar al inframundo y sacar a mi madre? Nop, nunca.

-No. Sólo me lo preguntaba- mentí descaradamente.

Con demasiado descaro diría yo-dijo grover

Grover me estudió con recelo, poco convencido de que hubiese abandonado la idea del inframundo.

Esa noche, después de la cena hubo más ajetreo que de costumbre. Por fin había llegado el momento de capturar la bandera. Hora de enseñarles que solo es cuestión de tiempo para que yo llegue y los borre de este plano. Cuando retiraron los platos, la caracola sonó y todos nos pusimos en pie.

Los campistas gritaron y vitorearon cuando Chase y dos de sus hermanos entraron en el pabellón portando un estandarte de seda. Medía unos tres metros de largo, era de un gris reluciente y tenía pintada una lechuza encima de un olivo. Por el lado contrario del pabellón, Clarisse y sus colegas entraron con otro estandarte, de tamaño idéntico pero rojo fuego, pintado con una lanza ensangrentada y una cabeza de jabalí.

Atenea solo estaba con el ceño fruncido.

Pintoresco si soy honesto. Viendo que ya tendré que agruparme con mis compañeros de equipo, dejo a Tia, que estaba comiendo conmigo, en la hoguera y deposito un beso en su nariz a modo de despedida. Solo para que las llamas de la fogata alcancen un color rojo carmín, imitando en este momento a su cara, haciendo que me sonría.

Y sorpresivamente lo mismo sucedió en la sala haciendo que afrodita soltara una carcajada por la actitud de su sobrina.

Me volví hacia Luke y le grité por encima del bullicio:

-Esas son las banderas? - preguntando de nuevo en mi modo novato.

-Si- vaya, ahora eres un sujeto de pocas palabras.

-Ares y Atenea dirigen siempre los equipos? - no desde que llegué aquí la última vez, y pienso repetir eso.

Ahora tiene sentido...dijo Nico recordando que al momento de que el arribara al campamento el equipo era liderado por la cabaña de poseidon

-No siempre, pero sí a menudo- perdedor, eres un maldito maratonista y pierdes llevando una simple bandera, no me sorprende porque Kronos te manejaba tan fácilmente.

Los demás solo mostraron sonrisas y caras de angustias

-Así que, si otra cabaña captura una, qué hacen? Repintan la bandera? - una pregunta bastante válida para alguien que llega acá por primera vez.

Sonrió. Dioses, como quisiera sacarte todos los dientes y hacértelos tragar, así luego te muerden el culo.

-Ya lo verás. Primero tenemos que conseguir una- idiota, sigue creyendo que estoy en el bando de ellos.

-Tendremos? De qué estás hablando? - le pregunté inocentemente, con mi mejor cara de cachorro perdido.

-Nos hemos aliado temporalmente con Atenea. Esta noche vamos por la bandera de Ares. Y tú vas a ayudarnos- dijo confiadamente.

-Y es ahí donde te equivocas. Yo ya estoy aliado con el equipo de Ares. Y no puedes decirme que pertenezco a la cabina once, porque aún soy indeterminado- dije sonriendo burlonamente mientras me retiraba, dejándolo con la boca abierta.

Se anunciaron los equipos. Atenea se había aliado con Apolo y Hermes, las dos cabañas más grandes; al parecer, a cambio de algunos privilegios: horarios en la ducha y en las tareas, las mejores horas para actividades.

Ares se había aliado con todos los demás: Dionisos, Deméter, Afrodita, Hefestos y por último, yo, el comodín del equipo.

Quirón coceó el mármol del suelo. Quizás después de que vuelva de mi misión le regale una bolsa con terrones de azúcar...o mejor mucho chocolate. Lo último que quiero es un centauro cabreado persiguiéndome.

-Héroes! Conocéis las reglas. El arroyo es la frontera. Vale todo el bosque. Se permiten todo tipo de artilugios mágicos. El estandarte debe estar claramente expuesto y no tener más de dos guardias. Los prisioneros pueden ser desarmados, pero no heridos ni amordazados. No se permite matar ni mutilar. Yo haré de árbitro y médico de urgencia. Ármense! - un minuto más, y gritaba que ciertos juegos el hambre comiencen.

Abrió los brazos y de repente las mesas se cubrieron de equipamiento: cascos, espadas de bronce, lanzas, escudos de piel de buey con protecciones de metal.

Esta vez mi escudo era del tamaño apropiado, con una enorme luna en el medio. Ultra ligero, parece que a alguna cazadora de Arty se le quedó aquí hace muchos años. Con él podría moverme con bastante facilidad, y mi velocidad no se vería afectada. Mi casco, como todos los del equipo de Ares, tenía un penacho rojo encima.

Atenea y sus aliados lo llevaban azul. Lo siento Tena, quizás la próxima juegue para tu equipo.

No creo que le preocupe mucho que su esposo se pruebe en guerra o sip-dijo Hermes en tono burlon

Esta solo desvio la mirada a otro lugar sin responder la pregunta.

-Equipo rojo, adelante! - gritó Clar.

Vitoreamos, agitamos nuestras armas y la seguimos por el camino hacia la parte norte del bosque. El equipo azul nos provocaba a gritos mientras se encaminaba hacia el sur.

-Eh! Clarisse! Bueno, y cuál es el plan? - le pregunté, acercándome lo suficiente para hacerla sonrojar.

-Es fácil. Quédate junto al arroyo y mantén a los rojos apartados. Déjame el resto a mí. Los cabezas de búho siempre tienen un plan para fastidiarnos la noche- dijo tratando de apartar la mirada, logrando que tenga que reprimir una risa ante su actitud sumisa.

-Vale. Me alegro de que me quisieras en tu equipo- digo honestamente en esta línea temporal.

Era una noche cálida y pegajosa. Los bosques estaban oscuros, las luciérnagas parpadeaban. Me había ubicado junto a un pequeño arroyo que borboteaba por encima de unas rocas, mientras ella y el resto del equipo se dispersaba entre los árboles.

Allí de pie, solo, con mi gran casco de plumas rojas y mi escudo de plata lunar, me sentí como en paz. La espada de bronce, aunque mal equilibrada, me serviría para las luchas de hoy.

En la lejanía se oyó la caracola. Escuché vítores y gritos en los bosques, entrechocar de espadas, chicos peleando. Un aliado emplumado de rojo pasó corriendo a mi lado como un ciervo, cruzó el arroyo y se internó en territorio enemigo. Niego con la cabeza, a veces no hay que ser tan apresurado en la elección de movimientos tácticos.

Entonces, en algún lugar cerca de donde me encontraba, oí un gruñido, tan solo era cuestión de tiempo para que el Hellhound que Castellan dejo entrar en el campamento me ataque.

-"Buenos sentidos"'-Penso en esta ocasión artemisa

Al otro lado del arroyo, de pronto la maleza explotó. Aparecieron cinco guerreros de casco azul gritando y aullando desde la oscuridad.

-Al agua con el novato! - gritó Rodríguez, mala, muy mala idea.

-Mala!...PESIMA IDEA-dijo grover

Blandía una espada mientras que sus compañeros sólo llevaban las lanzas de bronce típicas. Si esto fuese una lucha de verdad, habrían muerto hace rato.

-Ya lo creo-dijo ares

Cargaron a través del riachuelo. No había ayuda a la vista. Podía correr. O tratar de defenderme de ellos. Creo que eligieron un mal día para atacar al novato del campamento.

Conseguí evitar el lance del primer niño, golpeándolo rápidamente con el dorso de mi espada, noqueándolo. Me rodearon y Rodríguez me atacó con la espada. Mi escudo de plata lunar desvió completamente el ataque, haciendo que trastabille, lo cual aproveché y lo mandé a dormir con el mango de mi espada. Dos menos, tres para ir.

Podía sentir como mi boca empezaba a tener un sabor metálico, justo en el momento preciso que estoy peleando. A veces odio demasiado a mi enfermedad. Me relajo, esperando a que los otros tres vengan a atacar, evitando el mayor movimiento posible. No quiero empezar a escupir sangre, asustando a todos.

Okk...esa enfermedad me preocupa y mucho-dijo Hestia.

El azul número uno y el azul número dos se me arrojaron encima. Le estampé el escudo en la cara a uno y usé la espada para esquilar el penacho del otro. Ambos retrocedieron con rapidez. El feo número tres no parecía con demasiadas ganas de atacarme, pero estaban en superioridad numérica y no iban a dejar pasar esta oportunidad. En cuanto me embistieron, los noqueé de un solo espadazo a los tres. En serio creyeron que podían ganarme?

Entonces oí chillidos y gritos de alegría, y vi a Luke correr hacia la frontera enarbolando el estandarte de mi equipo. Los hermanos Stoll le cubrían la retirada y unos cuantos apolos se enfrentaban a las huestes de Hefestos. Los de Ares se levantaron y Clarisse murmuró una torva maldición.

Ares solo negó con la cabeza en decepción

-Una trampa! Era una trampa! - algo le debió pasar para que actué así.

Atenea solo estaba orgullosa de sus hijos por sus estrategias y un poco deseccionada del chico

Me devolví a recoger la lanza de uno del equipo azul, y procedí a respirar profundamente. Inhalo, exhalo, inhalo, exhalo. Me tomo mi tiempo, pues tan solo tengo un tiro.

No me puedo creer lo que va hacer-dijo Thalia sorprendida.

Mis compañeros trataron de atrapar a Luke, pero era demasiado tarde. Todo el mundo se estaba preparando para festejar, cuando de repente arrojé la lanza.

Todos quedaron en shock ante esa noticia

El viento pareció detenerse, los pájaros callaron, la respiración de todos se paró repentinamente. Lo único que se escuchó por un segundo, fue el silbido que la punta de la lanza hizo mientras iba volando, para atrapar a Castellan por el borde de su camiseta, arrojándolo al piso y dejándolo atrapado contra el tronco de un árbol. Dándole tiempo a que nuestros corredores pasen la meta.

I-n-c-r-e-i-b-l-e.....dijo Tia mostrando el mismo estado que todos en la sala la estupefacción y el asombro.

Nuestro equipo estalló en vítores. El estandarte azul brilló y se volvió verde. La lechuza y el olivo se convirtieron en una cornucopia, una hoz y un maíz. De alguna manera, Katie se había hecho de la bandera del equipo azul y logrado cruzar la meta.

Quirón salió a medio galope del bosque e hizo sonar la caracola.

El juego había terminado. Habíamos ganado.

Estaba a punto de unirme a la celebración cuando escuché un chapoteo, justo a mi lado en el arroyo, a la cual ataqué rápidamente con el borde de mi escudo.

"Sus sentidos son exelentes"- pensó artemisa nuevamente.

Solo para descubrir que había noqueado a Chase, quien se acercaba sigilosamente por mi espalda con su maldita gorra ayudándola. Para que aprenda su lección, decidí apropiarme de su gorra, y luego decidiré cuando devolvérsela, si es que algún día lo hago.

-Botin de guerra-Dijo ares con una sonrisa el mocoso le estaba comenzando a agradar.

Antes de que pudiera unirme a mis compañeros para festejar, volví a oír el gruñido canino de antes, pero esta vez mucho más cerca. Un gruñido que pareció abrir en dos el bosque.

Los vítores de los campistas cesaron al instante. Quirón gritó algo en griego clásico pidiendo su arco. Me gustaría decirle que no será necesario.

En las rocas situadas detrás de mí había un Hellhound. Podía sentir que me miraba fijamente.

Nadie se movió, y Clarisse gritó:

-Percy, corre! - a lo cual respondí con una sonrisa tranquilizante.

"Demasiado confiado" Pensó Atenea.

Intentó interponerse entre el bicho y yo, pero el perro era muy rápido. Le saltó por encima y se abalanzó sobre mí. Solo para caer muerto a mis espaldas. Nadie había sido capaz de ver fácilmente cuando clave mi espada en medio de la cabeza del perro del infierno.

"-Ohh...ok buenos reflejos"- pensaron atenea y artemisa y ambas fueron a colocarle otro punto en el lado positivo

Quirón trotó hasta nosotros, con un arco en la mano y el rostro sombrío. Mirándome detenidamente.

-Di immortales! Eso era un perro del infierno de los Campos de Castigo. No están... se supone que no...- gritó Clar, realmente preocupada por mí.

-Alguien lo ha invocado. Alguien del campamento- dijo Quirón, a lo que me tuve que aguantar de hacer un comentario sarcástico.

Castellan se acercó, lo habían liberado de la lanza que le arrojé momentos atrás.

-Percy tiene la culpa de todo! Percy lo ha invocado! - vociferó un campista indeterminado de la cabina de Hermes

-Cállate, niño- le espetó Quirón.

Observamos el cadáver del perro del infierno derretirse en una sombra, fundirse con el suelo hasta desaparecer.

-Estás herido? - me dijo Clarisse.

-Estoy bien Clar, no estoy herido- respondí, llamándola inconscientemente por el apodo que le daba cuando estábamos juntos.

-No, no lo estás - replicó mientras me chequeaba fervientemente.

Estaba demasiado cansado para discutir. El dolor, aunque sea imperceptible, seguía allí. La sensación de hierro en mi boca estaba presente aún. Regresé al arroyo, y todo el campamento se congregó en torno a mí. Al instante me sentí mejor y las heridas internas de mi pecho empezaron a curarse temporalmente, ya que era cuestión de tiempo para que se abran de nuevo.

"Nisiquiera el agua puede curar a mi hijo...que clase de enfermedad es esa" penso y suspiro poseidon preocupado por la salud de su hijo.

Algunos campistas se quedaron boquiabiertos. Parece que padre me había reclamado en este momento, siempre tan oportuno.

-Por supuesto-dijo poseidon tratando cambiar su animo.

-Percy- dijo Clarisse, señalando por encima de mi cabeza.

Alcé la mirada, actuando de manera asombrada para continuar mi acto, la señal empezaba a desvanecerse, pero aún se distinguía el holograma de luz verde, girando y brillando. Una lanza de tres puntas: un tridente.

-Tu padre. Esto no es nada bueno- murmuró Clar.

-Claro que lo es, un hijo mio, es MI HIJO-se jacto poseidon un poco recuperado

-Ya está determinado - anunció Quirón, pero tampoco era para tanto, tan solo debería ir a buscar el rayo de Zeus y otras misiones recopiladas en cinco años, y listo, todos felices.

-Ya quiero ver esas misiones, o leerlas en este caso o escucharlas,-dijo afrodita

Todos empezaron a arrodillarse, incluso los campistas de la cabaña de Atenea, aunque no parecían nada contentos.

-Poseidón? - pregunté perplejo, ya a esta altura exijo que me den un premio a la academia.

-Poseidón. Sacudidor de tierras, portador de tormentas, padre de los caballos- repuso Quirón.

-Salve, Perseo Jackson, hijo del dios del mar- bien, un paso menos para salvar a mis esposas y un paso menos para matar a los traidores.

Esto realmente se va a poner bueno. Como leí una vez en la biblioteca de Tena. Que los juegos comiencen!

-Fin del capitulo,quien quiere leer-pregunto tia.

Nico se levanto y fijo.

-Yo,quiero leer-















Nota de autora:

Sorry por algun error y lamento la tardanza.

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