Capitulo 19.

Pov omniscinte:

Todos se sentaron para escuchar la lectura,hercules y orion sonreian con arrigancial al suponer que ese libro hablaba de sus acciones heroicas, pobres idiotas.

-Capítulo 9: Sympathy for the Devil-  leyo Bianca.

Imagínate el concierto más multitudinario que hayas visto jamás, un campo de fútbol lleno con un millón de fans. Bueno, no…imagínate mejor una de esas fotos de los campos de concentración de Auschwitz, el cual está completamente repleto de gente. Sin luces ni sonidos, tan solo a oscuras, como si una sombra perpetua estuviese en reposo sobre ellos. Esperando pacientemente que algo ocurra.

-Geniales descripciones sobrino-dijo Hades.

Hazel solo esperaba que no sea el lugar que estaba pensando y lamentablemente conocia.

Lo único que desentonaban en los Campos de Asfódelos eran, algunos álamos negros, alguna que otra roca desperdigada por ahí, nosotros, y en un rincón alejado de este lugar mi pequeña belleza de piel color cacao.

Ella se sonrojo mientras percy con el libro sonreia socorronamente al verla avergonzada.

Realmente tuve que contenerme las ganas de separarme momentáneamente de nuestra misión e ir a abrazar a Hazel, quien estaba mirando desconsoladamente a todos lados, buscando a su madre, o algún rastro de vida en este obscuro lugar.

Hazel suspiro con tristeza y queria que el la abrazara en ese momento.

En lo que podría catalogar como un acto bastante estúpido en la escala oficial que había creado Arty y Thals, decidí mandarle un regalo a mi amor sureño. Una rosa hecha de hielo que nunca se derretirá a menos que yo lo desee, con una mariposa asentada sobre ella.

Las chicas jackson suspiraron y agradecieron haber encontrado a tan buen hombre para que sea su esposo.

Era algo que le había dado como regalo de aniversario en la línea anterior, y hasta el día de hoy recuerdo su cara de felicidad al desenvolver la caja de cristal en donde lo había puesto.

-Oh un recuerdo-dijo hades animado.

Percy solo sonrio al ver a tio H asi.

-Hazel, amor, cierra los ojos por favor- le digo mientras me acerco lentamente a ella ocultando algo detrás de mi espalda.

-Qué? Por qué? Acaso traes algo detrás de ti? – curiosa, siempre fuiste así querida, nunca cambies.

Se sonrojo al ver que la conoce bien.

-Quizás sí, quizás no. Solo lo sabrás si cierras tus ojos para mí- la veo hacer un puchero en señal de fastidio por mi pedido, lo que me hace reír un poco, pero una vez que hizo lo que le pedí, tomé sus manos y deposité mi regalo para ella.

-Esto es para mí? –

-Si mi amor, feliz aniversario. Espero que te guste- le digo, mientras la veo sacar el papel de regalo y apreciar la mini escultura de hielo que le había hecho.

-Ooh debe ser hermosa-dijo Thalia y piper estuvo deacuerdo.

-Es hermoso Percy, muchas gracias! – de nada querida.

Percy sonrio con nostalgia.

Mientras continuamos nuestro camino, con un movimiento suave hago aparecer una flor y una mariposa volando a su alrededor de hielo delante de Hazel.

Ella sonrie emocionada por ver lo que el hizo,al fin alguien la queria.

Trato de no mirar su reacción, porque sé que, si lo hago, me devolveré y la abrazaré para nunca dejarla ir de mi lado.

-imbecil-me dice.

Yo solo sonrio.

En silencio tomo la capucha de mi campera y oculto mi cabeza, no quiero que Clar y Grover vean la mirada que reflejan en este momento mis ojos.

Estos lo miraron con mala cara por ocultarcelo.

Tras unos kilómetros caminando, lo cual ya estaba empezando a fastidiar a Clar y se había puesto a afilar su lanza para pinchar al primero que intente cabrearla, empezamos a oír un chirrido familiar en la distancia. En el horizonte se cernía un reluciente palacio de obsidiana negra. Por encima de las murallas merodeaban las tres Furias estaban esperándonos para darnos una cálida bienvenida.

-Supongo que es un poco tarde para dar media vuelta- comentó Grover, esperanzado y temeroso como la primera vez.

Este se sonrojo y lo miro mal.

-Eres un mal amigo-dijo.

-Por dios tu me amas grover y siempre eres asi-dijo percy.

El satiro lo miro y dijo

-te odio aveces,pero no puedo enojarme contigo-dijo.

-No va a pasarnos nada. Recuerda que tuvimos un trato en donde inclusive juré por el Río Styx- en serio Grover, debes dejar de estar siempre tan tensionado, o te saldrá una úlcera que ni Apolo podrá curar.

-Lamento si me importa mi vida-replico la cabra quejosa.

-Venga, Grover. Percy ya nos dijo que no pasará nada. Tenle un poco de fe- Clarisse lo agarró del brazo.

Pasamos cerca de la fosa en donde la primera vez Kronos intentó arrastrar a Grover por estar usando las zapatillas malditas de Castellan.

-¡¡¡QUE!!!-grito la cabra quejosa asustado.

-Callate ya y deja leer-grito bianca.

Este se callo.

En esta ocasión, el haberlas congelado fue suficiente para anular la magia que había en ellas. Era una pena deshacerme de unas hermosas zapatillas voladoras en esta línea temporal.

-que pena si como no-dijo ka cabra en un susurro pero que aun fue auditible.

Envueltas en sombras, las Furias sobrevolaban en círculo las almenas. Las murallas externas de la fortaleza relucían negras, y las puertas de bronce de dos pisos de altura estaban abiertas de par en par. Una vista que solo cuando trataba de ser educado veía a la hora de visitar a Nico. Por lo general, me aparecía directamente en el salón principal.

-me debes caer muy bien caer para dejarte hacer eso-dijo el tio H.

Yo solo le sonrei.

Cuando estuve más cerca, aprecié que los grabados de dichas puertas reproducían escenas de muerte. Desde la antigüedad hasta los tiempos modernos, agregando pequeños detalles ante cada catástrofe que ocurre con el paso de las horas. Un bello y mortal recordatorio de la estupidez de la humanidad. Un vano intento de dilucidar quien es el bueno y quien es el malo de la historia.

Entramos fugazmente en el jardín de Perséfone. El cual debido a la mala disposición de la tierra en la que se halla, la flora es bastante irregular en el sentido de lo que normalmente deberían de ser. Quizás pueda decirle a tío Hades que si le pide un poco de ayuda a mi padre para que distribuya un poco de agua purificada y a tía Deméter que cure unas parcelas de tierra, le podría dar un hermoso regalo de aniversario a Perséfone para que haga crecer todas las plantas que ella quiera. Al fin y al cabo, ambos merecen un poco de felicidad mutua, las perpetuas discusiones que tienen con Deméter los estresa en demasía.

Eso alegro al dios del inframundo que en su alegria abrazo a su sobrino y se prometio que no lo dejaria morir.

Subimos por la escalinata de palacio, entre columnas negras y a través de un pórtico de mármol negro, hasta la casa de Hades. El zaguán tenía el suelo de bronce pulido, que parecía hervir a la luz reflejada de las antorchas. No había techo, sólo el de la caverna, muy por encima. Un lugar bastante triste para mí, un lugar sin poder ver la luna y las estrellas. Un lugar en donde la compañía de los astros hace que no me ahogue en mis penas.

-Joder eres mejor que apolo haciendo poemas-dijo hermes.

Apolo se enojo y miro mal a percy.

Cada puerta estaba guardada por un esqueleto con indumentaria militar. Algunos llevaban armaduras griegas; otros, casacas rojas británicas; otros, camuflaje de marines. Cargaban lanzas, mosquetones o M-16. Ninguno nos molestó, pero sus cuencas vacías nos siguieron mientras recorrimos el zaguán hasta las enormes puertas que había en el otro extremo. Siempre fue un tanto asombroso ver cómo eran las fuerzas militares con el paso del tiempo. Tena hubiese estado encantada de ver esto, es como un mini museo.

-Tio me demas verlo un dia-dijo como niña con juguete nuevo.

Dos esqueletos con uniforme de marine custodiaban las puertas. Nos sonrieron. Tenían lanzagranadas automáticos cruzados sobre el pecho. Pude notar que el nerviosismo de Grover empeoraba a cada momento, mientras que Clar miraba atentamente a todos lados tratando de memorizar cada detalle de las vestimentas que usaban los esqueletos.

-Esta emocionada no todo el tiempo un hijo de la guerra mira todas esas armas-dijo percy.

-Sabes, apuesto lo que sea a que Hades no tiene problemas con los vendedores puerta a puerta- comentó en un intento de romper el hielo Grover.

-Claro que no y no sirves para alivianar el ambiente chico-dijo este.

La mochila me pesaba una tonelada. A pesar del uso de magia que le había aplicado, el maldito rayo era pesado en mi estado físico actual. Juro que le patearé las pelotas a Ares por dejarse manipular y le tomaré una fotografía para enviársela a Dite.

Esta chillo de la alegria de ver a su ex amante siendo golpeado por su esposo.

Un viento cálido recorrió el pasillo y las puertas se abrieron de par en par. Los guardias se hicieron a un lado.

-Hay que admitir que cuando alguien quiere lucirse, lo hace con estilo- les digo a mis compañeros.

-Crees que es seguro entrar ahí Percy? Siempre nos han dicho que Hades no es alguien en quien se deba confiar- ok Clar, puede que tío Hades sea un ser manipulador e inescrupuloso, pero tiene palabra y la cumple.

-Me deberia ofender sobrino-dijo Hades viendo a percy.

-No tio tonalo como un cumplido-dijo.

-Si Clar, no hay que preocuparse, recuerda que él también es una víctima acá- en todos los sentidos posibles. Aguantar a Deméter, pasar medio año sin su esposa, ser estafado por sus hermanos, ser comido por su padre, que algunos de sus hijos sean un tanto díscolos, que sus amores mortales sean asesinadas por cierta reina del drama…

-Que no ha dramas-dijo la dramatica de Zeus.

-SI HACES-dijo/grito Hades.

Todos se rieron.

La sala era igual a como recordaba, salvo que en esta ocasión faltaba el trono de Nico, quien prácticamente vivía aquí. Era el tercer dios que conocía de nuevo en esta línea temporal, pero el primero que me caía bien.

-Ven yo si le caigo bien al chico en sus caras imbeciles-le dijo a dionisio y ares.

Sentado en su trono estaba ahí mi tío. Hace mucho tiempo que no lo veía. Aún recuerdo como si fuese ayer cuando me persiguió por todo el campo de Asfódelos a la hora de enterarse que Hazel gustaba de mí y empezamos a salir juntos.

-No le haran eso entendieron-dijeron hazel y Bianca.

Este asintio.

Decir que Nico opinaba igual que él sería el eufemismo del milenio. Los malditos psicópatas me pincharon suficientes veces con sus espadas de acero Stigia que pensé que me moriría ahí mismo. Fue un milagro que Perséfone y Will aparecieron para detenerlos o me hubiesen convertido en un colador.

-Hey a will no lo metas tramposo-diji nico haciendo un puchero.

Percy solo se rio de el.

-Gusto en conocerlo Lord Hades, espero que no sea de mucha molestia nuestra momentánea presencia en el inframundo- bien, al menos esta vez comencé con el pie derecho. No quiero que por el solo hecho de ser un niño que no debía haber nacido me empiece a odiar.

-Al fin usas el cerebro y haces algo coherente-dijo Thalia.

-Hey-dijo ofendido.

-Eres valiente para venir aquí, hijo de Poseidón. Después de lo que me has hecho, muy valiente, a decir verdad. O puede que seas sólo muy insensato- repitió lo mismo que la vez anterior, pero esta vez su significado era distinto.

Pude ver que Grover y Clar presentaban los mismos aspectos que yo tuve la primera vez que conocí a Hades, es decir, un entumecimiento en las articulaciones, generando la tentación de tumbarse en el suelo y dormir eternamente.

-Que irrespetuosos-dijo hades.

-Por lo que he leído sobre las características de mi padre, creo que soy un poco de ambas. Aunque agradezco que tengo la sabiduría de mi madre. Si no estaría hasta el cuello de problemas- digo tranquilamente, solo para recibir una pequeñísima mueca que simulaba ser una sonrisa.

La única vez que lo vi reírse a todo pulmón, fue cuando Zeus estaba persiguiendo por todo el Olimpo a Zoe y Ethan por haberle robado su precioso rayo. Creo que a Deméter casi le dio un infarto ese día.

Todos se rieron por imaginarse al señor drama queen haciendo eso.

-Creo que realmente eso es una bendición. No quiero ni pensar si hubieses sido como ese idiota de Orión- no gruñas Perseo, no gruñas. Sabemos que quieres destripar al tarado por lastimar a Arty.

-Hey que soy un genial ejemplo y ella solo es una diosesilla sin impirtancia-dijo el imbecil.

-Ni que lo diga tío. Ahora antes de retirarnos a la superficie, sabe que traigo el rayo en la mochila verdad? – okey, creo que soltarlo de repente no fue la mejor idea. Grover se ha puesto azul y a Clar se le están por salir los ojos de la órbita.

-No seas imprudente-dijo Tia.

-QUÉ! – un grito unísono me dejó sordo por unos segundos mientras Clarisse me agarró por mi campera y empezó a zamarrearme de un lado a otro.

-Pobre percy-dijo Hades sonriendo.

-Es-es-espera Clar, no pu-pu-puedo hablar a-a-así – digo entre los vaivenes, puedo ver como mi tío tiene una mirada de diversión en sus ojos. Bastardo sádico.

-Hey que debio de ser divertido-dijo hades.

-Explícate en este mismo instante Perseo Jackson! – bien…creo que la cabree lo suficiente como para obligarme a hacer gárgaras con el río Leteo.

-pobre esposo mio-dijo Clar

-Abre la mochila que traigo en la mano y mira lo que hay dentro- espero que dirija la furia a su padre ahora.

-Ya veremos-dijo ella.

La veo abrir rápidamente la mochila, solo para retirarse abruptamente por la sorpresa, pues ahí dentro se hallaba el símbolo de Zeus. Impoluto, sin una mancha de suciedad.

-Co-cómo…? – preguntó esta vez Grover.

-Quién nos dio esa mochila? – les digo tranquilamente, mientras le doy una mano a Clar para que se le pase la alta emoción que recibió.

-Mi-mi padre. Él nos la dio a cambio de buscar su escudo- lo siento Clar, pero tu padre es un idiota cuando se lo propone. No es nada nuevo por el cual tengas que empezar a sorprenderte.

Todos miraron a ares.

-Exacto. Ya era bastante raro que se nos apareciese y nos mandase a una búsqueda. Sin contar con el simple hecho de que tenía información sobre el paradero de mi madre y su estúpida idea de sembrar discordia entre mi padre y tíos. Supe que el dichoso rayo estaba en la mochila desde que pasamos a Cerbero y el aviso de que había magia entre nosotros estalló- finalizando mi teoría la cual tuve que practicar en el camino para que sea creíble, escuche unos aplausos provenientes de tío Hades.

-Excelente deducción sobrino, digna de Atenea mismo. Aunque tengo una curiosidad…por qué no sospechaste de mí? –

-Tu ya tienes mucho trabajo tio-dijo.

Hades asintio.

-Debido a la cantidad de almas que se hallan en todo el inframundo. Si tú hubieses tenido el rayo, generarías una guerra. La guerra atrae inevitablemente a la muerte, acumulando de manera desmedida el número de personas que se encuentran en tu territorio. Y a nadie le gusta el papeleo que eso trae. Por lo tanto, tú serias la última persona en todo el Olimpo que desearía que se desate una guerra. Suficiente tienes con aguantar a tu suegra, o no? – le digo lúdicamente la última parte, para recibir como respuesta una cara de disgusto.

-Ni me la nombres sobrino. Suficiente con que esté en estos momentos con mi mujer y tu madre. Seis meses de no escucharla, pero también son seis meses sin mi esposa…Geez, a veces desearía que ella me sonriese de la misma manera que cuando su madre viene a visitarla- hemos tenido esta charla muchas veces en mi línea temporal, y también con Nico, ambos tienes problemas de confianza. Sin contar que la actuación de niño emo no ayuda mucho. Quizás la idea que tuve hace unos momentos atrás le ayude con su problema.

Hades le sonrio a su esposa.

-Nunca ha pensado en pedirle a mi padre y a tía Deméter ayuda para un regalo? – espero que esto le ayude de verdad.

-A qué te refieres? Acaso te has vuelto loco? Pedirle algo a la amante de cereales y al cabeza de algas de tu padre? – bueno…era una reacción que me esperaba en realidad.

Hades se sintio incomodo.

-Lo digo porque antes de llegar aquí vimos el jardín que tiene tu esposa. Y puedo decir fácilmente que no es un jardín bastante ortodoxo, basta con ver a las flores venenosas o con aspecto de joyas. Podrías pedirle a Deméter que purifique una parcela de tierra y a mi padre que desvíe algún río subterráneo, de esa manera tendrás una zona inmaculada y se la podrás regalar en una fecha aniversario a Lady Perséfone para que plante lo que ella quiera-

Eso me encantaria- dijo persefone.

-Qué? Por qué rayos haría algo como eso? – puedes negar todo lo que quieras tío, pero ambos sabemos que la idea es de tu agrado.

-parece que me conices bien sobrino-dijo Hades.

-Por qué? Porque de esa manera harás feliz a tu esposa con un hermoso regalo. Pero ese no es el único beneficio, estarás en buena relación con tu suegra, y recuperarás algunos lazos fraternales con mi padre- bien, por la mirada soñadora que tiene en su cara veo que definitivamente le gustó la idea. Ahora lentamente sacaré mi cámara y discretamente tomaré una fotografía. No quiero ni imaginarme cuanto chillará Dite de felicidad cuando vea su cara y le cuente el porqué de ello.

Eso estaba ocurriendo en la sala del troni,la diosa del amor estaba feliz.

-Me agradas muchacho. Ahora solo me quedaría el problema con Caronte…- oh por el amor de Caos! Deja de ser tan emo! Ese es el trabajo de tu hijo!

-HEY-dijo nico

-Bueno…con respecto a eso mi Lord…puede que Percy le haya ayudado con eso también…- eh? Clar no sabes lo que acabas de hacer? Quieres provocarle un infarto?

Esta lo miro mal.

-Qué quieres decir con eso señorita LaRue? – no se lo digas querida, son muchas emociones para el anciano.

-hey no estoy viejo-dijo.

-Verá…estuvimos por un momento en el Casino Lotus, en donde nos dieron unas tarjetas de crédito. Y bueno, digamos que Percy le pago con una de ellas para llegar acá. Así que creo que no lo verá reclamándole por un largo, largo tiempo-

Está bien. En ocasiones así desearía que Apolo y Hermes estuviesen aquí para ver la cara de tío Hades. Que rayos, invitaría a todo el consejo olímpico para ver la cara de asombro que ha puesto ahora.

-ocuparemos ver esa cara luego-dijo Dite.

-Bien, creo que hemos tenido tiempo suficiente aquí. Debemos empezar a irnos de nuevo a la superficie ya que tengo la leve sensación de que nuestro querido benefactor, el que nos dio el rayo, estará arriba esperando para ver si estamos muertos o no. Y lo más seguro es que él tenga también el yelmo de la oscuridad- creo que ya ha sido mucho por el día de hoy, quiero patearle el trasero a Ares, regresar el rayito y el casquito, ver a mis amores y dormir un buen rato en los brazos de Clar y Tia.

-Hey no hables asi de rayito-dijo el rey del drama.

-Si, yo también creo que es hora de que nos larguemos de este lugar. No me siento muy bien- ya deja de quejarte Grover! Claro, si hubiese estado Juniper o alguna diosa relacionada con la naturaleza en este salón, de la única forma de sacarte hubiese sido desmayado o muerto.

-Hey-se quejo el quejoso.

-Quejoso! – bien ahí Clar! Tu siempre me apoyas.

-Me traicionas- dijo el quejoso.

-Ejem…creo que tienes razón sobrino. Va siendo hora que vuelvas a la superficie. Trata de recuperar mi yelmo, pues Alecto y sus hermanas estarán esperándote para que se los entregues y cumplas tu parte del trato. Si lo logras, tu madre regresará sana y salva-

-No tiene por qué preocuparse tío. Fue un placer conocerlo. Y si le interesa saber algo, ya me cae mejor que Mr. Hago puntería a todo lo que se mueve con mi rayo- ahí está otra vez ese brillo de diversión en sus ojos! Creo que con esto me he ganado mi entrada a la Isla de los Bienaventurados.

-mmmmm lo pensare-dijo Tio H.

Tomando la mano de Clar y el brazo de Grover, hago un suave movimiento con la cabeza a forma de despedida y me concentro en volver a aparecerme en las playas de Santa Mónica mediante la transformación de niebla, como lo hacía mi padre.

Poseidon estaba feliz al saber que  su hijo hacia eso y por lo visto mas.

Antes de que mis compañeros se diesen cuenta, Grover se encontró desplomado en la arena y Clar en mis brazos, tratando de entender lo que acaba de pasar.

-Oye! Porque estoy tirado en la arena mientras Clarisse terminó de pie y limpia? – sátiro quejoso. Espero que Juniper te tengo bajo una estricta dieta, estás pesado.

-Hey entoy en plena forma-dijo el quejoso.

-Porque ella es frágil, hermosa, mortal, sarcástica, amorosa, mi novia, la persona que me gusta. Y por sobre todas las cosas, no es un sátiro quejoso con las patas peludas- le digo con cara de palo mientras escucho a Clar tratando de articular palabra alguna ante mi confesión inesperada.

-me discriminas mañoso-dijo la cabra quejosa.

-Eso es discriminación lo sabes? –

-Ya, levántate y deja de lloriquear, que ya estás grandecito para eso-

-Le contaré a tu madre! –

-No te atreverías-

-Pruébame! –

-Le diré a Juniper que estuviste coqueteando con algunas náyades-

-Hijo Mio donde te habias metido-grito hermes haciendo que todos se rieran.

-Eso es mentira! –

-Pero ella no lo sabe. Y me da la impresión de que ella es una mujer bastante celosa, o no? – je je je, quisiste hacerte el malo conmigo G-man, muy mala decisión.

-eres un mounstro-dijo la cabra.

-No te atreverías Percy! –

-Como tú mismo lo dijiste Grover. Pruébame- jaque mate mi cabra amigo.

-Eres el diablo…- Nop, ese es Hades. Pero gracias por el halago.

-Me alagas niño cabra-dijo Hades.

Pude apreciar luego de mi breve discusión un bello paisaje, digno de una pintura de Rach. Los Angeles estaba en llamas, el atardecer, rojo sangre, contrastando con el azul del océano y el dorado de la arena.

Si por mi fuese me echaría de espaldas en la playa y disfrutaría de este pasajero momento de paz.

-Vaya, parece que la estrella con ansias de sangre hace acto de presencia. Debería de estar honrado con tu presencia primito? – digo mientras me giro lentamente para verle la cara al idiota poseído.

Ahí estaba, esperándonos, enfundado en el guardapolvo de cuero negro y las gafas de sol, un bate de béisbol de aluminio apoyado en el hombro. La moto rugía a su lado, y el faro volvía rojiza la arena.

Por alguna razón me estaban dando ganas de patearle las pelotas lo más duro posible por ser un maldito estúpido con Dite.

Dite sonrio encantada de que la defiendan.

Puede ser un "buen" padre, y también un "buen" abuelo. Digo "buen" porque creo que no es de lo más seguro regalarle a un niño en su primer cumpleaños una navaja. Sé que tuvo buenas intenciones, pero hay que admitir que Ares no es el cuchillo más afilado en el cajón. En cualquiera de los otros aspectos psicosociales, realmente apesta. Por lo general causa un leve sentimiento de querer romperle la cara, y no necesariamente por su aura. Una vez tuve que frenar a Tia de querer prenderle fuego durante una semana entera por comerse las galletas que eran para Reah.

-No debiste hacer eso-diji en un puchero tia.

-Eh, chaval. Deberías estar muerto- bueno, eso es bastante discutible. Sé que estoy muriéndome, pero tampoco es para que me estés apurando de esa manera. Es grosero.

-Imbecil- le dijeron a Ares y a percy.

-Lo sé. Me lo dicen mucho. Pero ahora, si eres tan amable, me podrías devolver el yelmo por favor? Sé que tú no lo has robado personalmente, pero sé que estás trabajando con alguien más- digo tranquilamente, sin mostrar emoción alguna.

Ares sonrió. Creo que quiere que le rompa algunos dientes.

-haber si puedes-dijo Tia.

-Bueno, a ver, yo no los he robado personalmente. Los dioses toqueteando los símbolos de otros dioses? De eso nada. Tú no eres el único héroe en el mundo que se dedica a los recaditos. Pero como has sabido que hay otra persona involucrada? –

-Un tiro en la oscuridad. Pude haber dicho una tontería, pero tu acabas de confesarlo implícitamente- siempre un idiota querido primo.

La idea pareció divertirle.

-No importa. Mira, chaval, el asunto es que estás impidiendo los esfuerzos en pos de la guerra. Verás, tenías que haber muerto en el inframundo. Entonces el viejo Alga se hubiese cabreado con Hades por matarte. Aliento de Muerto hubiera tenido el rayo maestro y Zeus estaría furioso con él. Pero Hades aún sigue buscando esto…- se sacó del bolsillo un pasamontañas y lo colocó en medio del manillar de su moto, donde se transformó en el yelmo de tío Hades.

-El yelmo de oscuridad- dijo Grover, ahogando una exclamación. Ya estoy viejo para estas obviedades juveniles.

-Exacto. A ver, por dónde iba? Ah, sí, Hades se pondrá hecho un basilisco tanto con Zeus como con Poseidón, ya que no sabe cuál le robó el yelmo. Muy pronto habremos organizado un bonito y pequeño festival de mamporros- y ahí terminó cavando su tumba el muy idiota.

La verdad sería una lástima que justo en este preciso momento yo tengo mi iPod en mi bolsillo y esté grabando distraídamente esta conversación/confesión.

Una verdadera lástima.

-Pero si son tu familia! – no te gastes Clar, tu padre siempre fue un estúpido. Creo que a tía Hera se le cayó de cabeza cuando era un bebé. O algo así me comentó una vez Hefestos.

Hera miro hacia otro lado.

Ares se encogió de hombros.

-Los enfrentamientos dentro de una misma familia son los mejores, los más sangrientos. No hay como ver reñir a tu familia, es lo que digo siempre-

-Pero implicaría que tus hijos tengan que pelear en algún punto de tu patética guerra. Lo cual haría que se maten por ideales insulsos. Y yo quiero creer que tu no desearías que alguno de tus hijos muera por una estupidez, verdad? – sí, ahí está ese pequeño destello en sus ojos. Está queriendo reaccionar contra la posesión. Sé que puede hacerlo solo al cabo de unos minutos. Pero si lo golpeo en la cabeza será algo provechoso para los dos.

Bueno, será provechoso para mí.

Está bien, tan solo quiero golpearlo por ser un ingrato con Dite.

-HAZLO-grito dite.

-Cállate! Tú no sabes nada mocoso! Una guerra trae grandeza y poder para mi dominio! Es por eso que envié el rayo al inframundo! –

-Mientes. Enviar el rayo maestro al inframundo no fue idea tuya. Fue del sujeto quien tomo el símbolo, no? - fue la perra de Castellan. Juro que lo desmembraré lentamente y le echaré vinagre en las lastimaduras. Para que sufra.

-Soy el dios de la guerra! Nadie me da órdenes! No tengo sueños! – idiota…me diste lo necesario para seguir molestándole.

-Quién ha hablado de sueños? Acaso tienes algo que confesar? Algún secreto que no quieres que la gente sepa? Sabes, tienes cola de paja Ares. Desde el momento en el que apareciste ante nosotros estas en jaque-

Ares parecía agitado, pero intentó disimularlo con una sonrisa.

-Volvamos a lo nuestro, chaval. Estás vivo y no permitiré que lleves ese rayo al Olimpo. Ya sabes, no puedo arriesgarme a que esos imbéciles testarudos te hagan caso. Así que tendré que matarte. Nada personal, claro- puedes intentarlo todas las veces que quieras. Pero no significa que puedas lograrlo.

Chasqueó los dedos. La arena estalló a sus pies y de ella surgió un jabalí, aún más grande y amenazador que el que colgaba encima de la cabaña 5 del Campamento Mestizo. El bicho pateó la arena y me miró con ojos encendidos mientras esperaba la orden de matarme.

Como no tenía muchas ganas de repetir de nuevo esta parte, decidí crear un témpano de hielo justo por encima de su cabeza. Dejando que la gloriosa gravedad hace su parte, enterrando el trozo de hielo limpiamente entre sus orejas, saliendo por la boca. Matándolo al instante.

-Pelea tú mismo conmigo, Ares- en serio, apúrate. Quiero terminar lo más rápido posible esta mierda.

-Vocabulario-dijo Sally.

Ares resopló con desdén y esgrimió su bate de béisbol.

-Cómo lo prefieres? Combate clásico o moderno? – okey…acaso cree que tengo un revolver o algo por el estilo?

Le mostré mi espada. Y antes de que pudiese hablar, decidí hacer mi movida final.

-Me permites cambiarme de calzado? Te pregunto porque realmente es muy incómodo tratar de moverse con arena dentro de las zapatillas-

-Bah! No puedo negarle una última voluntad a un moribundo – vaya, que honor. Con eso te consagraste de tarado.

Me giré hacia donde se encontraban Clar y Grover, los cuales me estaban viendo con temor por lo que me pudiese suceder.

-Percy, no lo hagas…Es mi padre, es un dios- trataba de advertirme mientras sus ojos se ponían vidriosos. No quiero que llore por algo como esto, así que rocé suavemente mi mano por su cara.

Hey,no a la vioencia-dijo porque le pegaron en la cabeza todas sus espisas menos arty.

-Confías en mí? Porque sé que hasta ahora he sido una caja de sorpresas para ti-

Ella tragó saliva y dijo:

-Eres extraño. Me llamas hermosa. Me tratas delicadamente. Me mimas. Tienes un aire de madurez. Tus ojos muestran dolor, y no me gusta eso. Quiero hacerlos brillar cada vez que puedo. Así que, sí, confío en ti. Y más te vale que le patees el trasero a mi padre y vuelvas con vida a mi lado-

No tengo palabras para realmente describir mis emociones por todo lo que ella me acaba de decir. Por parte quiero hacerle entrar en su cabeza que ella es una de las personas más bellas para mí. Por otra parte, quiero besarla hasta que me exija que la suelte para poder respirar.

-Imbecil debiste haberlo hecho-dijo clar oara luego besarlo.

Hice lo más adulto que pude recordar de mi línea temporal anterior y me ruboricé un poco, pero conseguí sonreír. En serio me odio por ser tan tímido en ocasiones como estas.

-Gracias-

-Y toma este amuleto de la suerte. Los sátiros estamos contigo- terció Grover, y me tendió una lata aplastada que llevaba en el bolsillo.

Lo miré con cara de pocos amigos y le dije:

-Grover, esta es la lata que estabas comiendo hasta hace unos instantes. Incluso tiene pedazos de la etiqueta pegada! –

Todos se rieron de grover.

-Tú quédatela o te hago escuchar toda una sinfonía de mi flauta! –

-Okey, okey…no te sulfures. Era un chiste- no, no lo era. Pero si tengo que elegir entre la lata y la flauta…bueno, no es muy difícil.

-no lo hago tan mal-se quejo.

Nadie le dijo lo contrario.

-Te conviene-

-Lo que tú digas niño burro- le digo burlonamente.

Grover solo bufo enojado.

-Juro que un día te despertarás bajo una montaña de mis preciosas latas- lo oí murmurar.

Le di una palmada en el hombro y me metí la lata en el bolsillo trasero.

-Percy? Esas no son acaso las zapatillas que te dio Luke? – me preguntó una confusa Clar.

-Sip! Y ahora verás un truco bastante asombroso que descubrí de los libros de la biblioteca de la cabina de Atenea- le digo antes de depositar un casto beso y regresar la mirada al tarado poseído.

-Ya has terminado de despedirte? Llevo toda la eternidad luchando, mi fuerza es ilimitada y no puedo morir. Tú que tienes? – una enfermedad que carcome lentamente mis pulmones haciendo que escupa sangre. Pero dejando eso de lado, soy un dios encubierto.

Todos solo suspiraron y se preocuparon al saber de la enfermedalo carcomia y ellos no podian hacer nada.

Disimuladamente trato de manipular la niebla para ahuyentar a los patrulleros que dentro de unos minutos llegarían a tratar de detenernos.

Suficiente tengo con tratar con Lord "nadie es más fuerte que yo" Ares, como para aguantar a unos policías que por hacer su trabajo serán baleados por el idiota.

-Maya- digo suavemente, haciendo que unas alas salgan de mi nueva adquisición.

-Lo descubriste-dijo hermes.

Un mandoble dirigido a mi cabeza silbó en el aire, pero yo ya no estaba allí. Mi cuerpo pensaba por mí. Estaba recreando una de las mejores habilidades de Hermes.

Esta vez la pelea acabaría rápidamente.

Volvió a atacar y una vez más esquivé su golpe. Haciendo que solo ataqué a una imagen residual que hice por el aumento de velocidad.

-Cómo!? – gritó iracundamente.

-Es curioso que me preguntes Ares. Dime, acaso crees que las zapatillas de Hermes solo le permiten volar? Cómo piensas que podía cumplir todos sus pedidos tan velozmente? –

Lo vi gruñir por exasperación. Pensó que sería pan comido, pero a veces las peleas no se ganan por quien es más fuerte. SI no por quien sabe leer mejor a su oponente. Y yo tengo años de ventaja contra cada uno de los que tengo que hacer frente para que paguen por sus crímenes.

Hace mucho tiempo quedó atrás el niño que iba imprudentemente a pelear contra todo monstruo que se le aparecía.

Puede que mi cuerpo sea el de un adolescente, pero mi mente es el de una persona adulta. Estoy cansado, agotado, e incluso he admitido cual es mi destino. Pero eso no me detendrá hasta que logre mi cometido.

Todos estaban felices por lo leal y perseverante que es el chico.

Me metí en su campo de acción para provocarlo. Cuando quiso arrancarme la espada de las manos con un brutal mandoble ya había vuelto a desaparecer.

-Quédate quieto maldito engendro del mar! Déjame que te corte! –

-Sabes, en ocasiones como esta hay una frase que se me viene a la cabeza. "No puedes golpear con tus manos lo que no puedes ver con tus ojos". Bastante acertada no crees…primito-

Antes de que pudiese volver a abrir la cloaca que tiene por boca, me aparecí justo delante de él.

Ares parecía aturdido.

Aproveché ese breve momento y golpeé su sien con la empuñadura de Anaklusmos. Despabilándolo finalmente de su estado poseído.

Poco ortodoxo, lo sé. Pero me gusta llamarlo re calibración cognitiva. A Apolo le agradaría ese término médico.

Viendo que estaba mareado tapé a Riptide, y procedí a golpearlo en ciertos puntos específicos para que no moleste por un buen rato.

Primero, golpe directo a su mejilla izquierda.

Segundo, golpearlo con las palmas de mis manos en sus oídos.

Tercero, gancho directo a la boca del estómago. Cortando su respiración.

Cuarto, reyerta a su mejilla derecha. Terminando así de fracturar la mandíbula por completo.

Quinto, romper cuatro costillas de su lado derecho. Perforando su pulmón.

Sexto, dislocar su rodilla de una patada lateral.

Séptimo, quebrar su clavícula del lado izquierdo de un puñetazo.

Octavo y último, golpe a su garganta, moviendo de lugar su tráquea y rompiendo algunas de sus cuerdas vocales.

Esta vez no quiero su puta maldición en mi cuerpo. La última vez pude haber salvado a Zoe de no haber sido por su culpa. Maldito bebé llorón que no supo aceptar una derrota.

-Todos son asi y más el estupido de Ares-dijo artemisa

Su cuerpo empezó a brillar. El muy bastardo se había desmayada a mitad de mi tratamiento y ahora pensaba celebrar su forma inmortal sin importarle que su hija esté acá.

-Todos! Cierren los ojos ya! – les grité, mientras que yo podía mantenerlos abiertos a pesar de estar en mi estado de semidiós me decidí en cerrarlos. Suficiente con el dolor en mi pecho y el sabor a hierro en mi boca que tengo en estos instantes.

Tia se veia preocupada.

Volví a mirar. Ares había desaparecido. La marea se apartó para revelar el yelmo de oscuridad de Hades. Lo recogí y me dirigí hacia mis amigos, pero antes de llegar oí un aleteo. Las furias bajaron del cielo planeando y se posaron frente a mí.

Alecto, dio un paso adelante. Enseñaba los dientes, pero por una vez no parecía amenazadora. Más bien parecía decepcionada, pobrecita, quería comerme y no puede ahora.

-por eso te odia-dijo nico.

-Lo hemos visto todo. Y debo decir que estoy realmente asombrada por como asumiste la situación Perseo Jackson- por favor, no sigas, me harás sonrojar Alecto.

Todos se rieron.

Le lancé el casco, que agarró al vuelo.

-Devuélvele eso al señor Hades. Pero antes de irte…no quisieras que te de una nueva idea para los campos de castigo? – por favor Alecto, acepta. Te juro que es una de mis mejores ideas.

-Haber ocupo escucharla-dijo.

Vaciló y la vi humedecerse los labios verdes y apergaminados con una lengua bífida.

-Es buena tu idea? –

-Ven y te la diré al oído-

Cuando se acercó lo suficiente, puse una mano en mi boca y procedí a decirle uno de las ideas más macabras y dementes que pude haber hecho a lo largo de toda mi vida.

La vi palidecer, y hasta incluso temblaba. Era una mezcla de miedo y fascinación. Como si estuviese gozándolo.

-Jaja debe estar genial-dijo Hades.

-Estas realmente enfermo de la cabeza Perseo Jackson. Pero me agradas, realmente me agradas-

…Oh oh, eso no me gusta como suena. Es como Dite en un principio, cuando solo se manejaba por la lujuria.

Todas las chicas jackson se enojaron.

Antes de que pudiese darme cuenta Alecto me había tomado por mi cara y me estaba besando.

Una maldita furia me estaba besando!

Nunca en mi vida he engañado a mis esposas y no comenzaré ahora. Espero que, si Arty o Tia se enteran de esto algún día, la maten a ella y no a mí.

-PERSEO JACKSON-gritaron todas sus esposas,este se escondio detras de caos.

-Vive bien, Percy Jackson. Conviértete en un auténtico héroe. Porque si no lo haces, si vuelves a caer en mis garras…- definitivamente si me muero será como un héroe, aunque tenga que comerme todos los cereales del mundo que me ofrezca tía Deméter.

Eso te hara crecer-dijo Demeter con mirada lujuriosa.

Estalló en carcajadas, saboreando la idea. Después las tres hermanas levantaron el vuelo hacia un cielo lleno de humo y desaparecieron.

Grover y Clarisse me miraban anonadados. Bueno, Clar me miraba buscando una explicación urgente, pues había liberado a su lanza ya.

Oooh dijeron en la sala del trono.

-Percy…- oh diablos, espero no morirme ahora.

-dependera de lo que digas-dijo clar.

-Si? – no flaquees Percy Jackson, no flaquees.

-Explícate ahora mismo que rayos acaba de pasar-

-Bueno…quizás le dije sobre un nuevo método de tortura para los campos de castigo. Y eso la emocionó mucho. Te juro que nunca pensé que esto pasaría amor. Te lo juro por el Río Styx- y justo en ese momento se escuchó un trueno. Gracias a todos los dioses que el juramento detuvo la furia de Clar.

-Qué diablos fue lo que le dijiste para que reaccione de esa manera? – preguntó Grover bastante curioso.

-Puede que le haya aconsejado con algo parecido a hacerles escuchar eternamente una pista de grabación en donde Deméter les diga una y otra vez que deben comer cereales y todo sobre sus beneficios…-

-Eres malo sobrino-dijo Hades.




-…-

-…-

-Eres un monstruo Percy. Lo sabías? – lo siento Clar.

-Sorry-dijo percy.

-Sip. Y orgulloso de ello- dije tomando una pose de conquistador, haciendo que mis compañeros de riesen de mis actitudes.

-Ya, ya. Creo que debemos encontrar un método para llegar al Olimpo y devolver el rayo maestro antes del plazo- comentó el chico cabra.

Tenía razón, ya se ha hecho de noche, pero aún nos quedan cuatro días. Y viendo que el egoísta de mi tío no me dejará ir esta vez en avión, tendré de ir en forma de niebla hasta allá. Tan solo espero que ellas se encuentren en el concejo. Quiero verlas, las extraño mucho.

Afrodita chillo de alegria.

Le pedí la mochila que le di a Clarisse antes de pelear con su padre y miré dentro. El rayo maestro seguía allí. Vaya menudencia para provocar casi la Tercera Guerra Mundial.

-Tenemos que volver a Nueva York. Esta noche- declaré llanamente.

-Eso es imposible, a menos que vayamos volando- dijo Grover.

-Clar, Empire State. Ascensor. Piso seiscientos. Eso fue lo que me dijiste la primera vez cuando te pregunté sobre el Olimpo, no? –

-Si, por qué? –

-Tómense de mis manos. Nos vamos ahora mismo-

-Qué? Cómo? – preguntó confundido mi amigo.

-De la misma manera en que los traje a la playa desde el inframundo-

Sentí que Grover puso una mano en mi hombro y a Clar abrazando mi brazo. A lo que tuve que disimular un sonrojo ya que puso mi brazo entre su pecho.

-No me dejarás caer de trasero de nuevo no? – escucho mascullar a la cabra quejosa amante del aluminio.

-No sueñes-dijo percy.

-Trataré G-man, trataré-

-Ya cállense los dos! – gritó Clar.

-Nop-dijo Hermes.

Clar lo miro mal.

-Si mamá…- fue la respuesta unísona que le di con Grover, haciendo que nos golpee en la nuca juguetonamente.

-Abusiva- murmuro suavemente entre dientes.

Grover se rio pero se detuvo cuando lo golpeo clar.

-Qué dijiste? – la veo sonreír macabramente a mi lado.

-Nada cariño! –

Miedoso-dijo Hermes.

-Me parecía- Uff…por poco.

-Esta bien, hora de irnos! – dijo finalmente, desapareciendo en mi forma de niebla para reformarme en la entrada del Empire State para no levantar sospechas.

-Fin del capitulo-dijo.

-¿Quien gusta leer?-pregunto caos.

-Yop-dije tomando el libro.

suspire sabiendo que se me estaba acabando la paciencia con esos dos idiotas y que pronto podria cargarmelos.

Continuara...

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