capitulo 1.
Pov Narrador:
-Capítulo 1: Time is on my side-
El sudor corriendo por mi frente lentamente, cayendo constantemente al suelo, humedeciendo aún más la tierra tras la torrencial tormenta que hay en este momento. Una tormenta provocada por el dolor, la pérdida, la desesperación, y mi locura.
-Qué profundo no creen- dijo Apolo interrumpiendo a su hermana.
-Apolo dejame leer-dijo enojada Artemisa.
Apolo levanto las manos en señal de paz
-Calmate sister-dijo.
Ella lo ignoro y siguio leyendo.
Mi pelo, negro como lo tenía mi padre, meciéndose violentamente con los desaforados vientos. Como si hubiese tomado vida propia. El pelo con el cual ellas sabían jugar y burlarse de mí, ya que era indomable. Llegando fácilmente hasta mi cintura ahora. Descuidado y sucio. Ya no hay nadie que juegue con él.
-Deberia arreglarselo-comento Afrodita.
-Afrodita-dijo Hera un poco irritada por tanta interrucción.
Mi piel, la que alguna vez fue de un color bronceado natural, ahora es pálida. Las cicatrices recibidas por mis enemigos a través de los años se mezclan con las auto infringidas que me hice para despertar de esta eterna pesadilla. De más está decir que fue en vano, pues no funcionó, aún sigo aquí. Tranquilamente uno puede ver que mi cuerpo no tiene cicatrices, sino que las cicatrices tienen un cuerpo.
-El cuerpo de un guerrero-dijo Ares ganandose una mirada de odio de Artemisa.
Mis ojos verdes, has perdido su brillo, ya no hay diversión o felicidad en ellos. La expresividad que cuando joven una vez mostraban, han muerto. El verde en el que ellas se perdían por largos minutos, ha palidecido. El dolor se puede divisar en ellos. La pérdida es lo único que reflejan ahora.
Hestia hizo una mueca por el sufrimiento del protagonista.
Los labios con los que besaba sus frentes, sus mejillas coloradas, sus narices respingonas, sus bocas suaves y sus estómagos, se han vuelto secos. No tengo a nadie con quien usarlos para demostrar mi amor. El cariño de un novio, un amante, un esposo o un padre.
Afrodita nego,no podia creer que ese hombre ubira sufrido una historia de amor tan mala como se mostraba.
Mis manos que una vez fueron fuertes, ahora son prácticamente un mísero reflejo de ello. Mis delgados y largos dedos que acariciaban sus caras, jugaban con sus cabellos para fastidiarlas a mi diversión, sentían las pataditas que mis hijos daban en los ombligos de sus madres, ahora están quemadas por el fuego y roídas por los monstruos con los que he peleado.
-Se lo merece-dijo Artemisa auto interrumpiendose.
-Aun si fuera asi, como dices sus hijos no tenían la culpa y tu como su diosa deberías de saberlo no es asi artemisa-dijo Poseidon un poco enojado.
Artemisa no dijo nada solo siguio leyendo.
Los músculos de mi cuerpo, que hace tiempo eran nervudos pero no tan grotescos, brindándome la anatomía estilizada de un nadador profesional, están cansados, duelen, arden, piden a gritos que descanse, sin fuerzas se aferran a mi espada, en un último esfuerzo para acabar con ella.
Poseidón solo escruto es su trono para parecer tranquilo, pero no lo lograba, después de todo las descripciones que daba el libro por la apariencia del chico no hacia más que inquietarlo.
-Al fin algo de sangre-dijo Ares emocionado.
La sensación de metal en el interior de mi boca, me indica el sobreesfuerzo al que he forzado a mi cuerpo. Mis pulmones lloran, quieren aire que yo no puedo darles, Desangrándose desde adentro, empeorando mi estado de salud. Siento como el pecho me oprime, la sangre sube por mi garganta y escapa a borbotones por mi boca. Mi enfermedad se agrava, me he dejado estar, la tristeza me comía, el odio no ayudaba tampoco. Pero no tengo a nadie que me espere y me reciba con una sonrisa y los brazos abiertos en casa. La persona que tengo frente a mí, de rodillas ha ayudado en eso. Y ahora lo pagarà.
Hestía solo no podia creer que alguien no tuviera un lugar al cual ir y llamar hogar.
-Sabes, por mí podrías haber matado a quien se te hubiese dado las ganas. Podrías haber torturado, manipulado, jugado, y asesinado a quien tu corazón indicase. Pero nunca tendrías que haber tocado un pelo a mi familia-
Hestía sonrio al ver que el chico amaba y protege a su familia.
-Eres un estúpido, cabeza de algas, podrías haber sido lo que quisieras, pero elegiste a esas perras-
Todos en el consejo miraron a poseidon.
Más este no dijo nada.
-Esas "perras" como tú dices, eran mis amores, amores que tú te encargaste de eliminar una a una-
Solo silencio reinaba en la habitación.
-Y orgullosa de ello. Ahora qué me harás Jackson? Estoy a tu merced. Has los que quieras, total nadie te espera en tu casa. Eres un perdedor, siempre lo fuiste y siempre lo serás
Poseidón sufrió un pequeño infarto al escuchar ese apellido no le quedan más dudas ese es su hijo.
Puede que lo sea, pero tú también lo eres ahora. Desde el primer momento que comenzaste todo este teatro. Realmente estás loca. Eres como un animal que quería que le presten atención a cualquier precio-
-No creo que los animales lleguen a tales extremos-dijo Hermes en tono de burla.
-Y que si era así? Logre lo que buscaba. Los olímpicos han caído, los semidioses también.-
Todos se quedaron sin aliento ante la noticia pensando que futuro era ese donde todos.
-Pero lo más importante, tus preciadas esposas fueron asesinadas felizmente por mi mano. Y tú no pudiste hacer nada para impedirlo. Sus caras cuando las apuñalaba por detrás eran de comedia. Y el llanto de esos molestos niños, como disfruté en hacerlos silenciar-
Artemisa y otras diosas del consejo sintieron dolor y tristeza por el joven,más nunca pensaron que alguien le haria pagar asi a alguien y menos tomar represalias por unos niños que no tenian nada quever.
-Perdí a mis primeros amores por "rescatarte", perdí a mis novias por una guerra en la cual ideaste y fuiste parte, y perdí a mis esposas e hijos porque no soportaste el hecho de perder. Me das lástima. Y es por eso que no te estoy matando Chase. Te estoy sacrificando. Adiós, chica sabia- declaré en un susurro.
Atenea se sobresalto al reconocer el apellido de su hija favorita.
Mientras bajaba mi espada en un arco mortal hacia la corona de su cabeza. Hundiéndose suavemente, separándola en dos. La sangre saliendo a chorros, sus ojos desorbitados, y su boca moviéndose erráticamente. Levantando mi pie izquierdo hacia su pecho, usándolo a modo de palanca para retirar mi espada de ella.
-Buen movimiento-declaró Ares en un susurro
Ha terminado, ella pagó, pero yo aún estoy aquí. Realmente soy un perdedor. Las extraño mucho. Me decido a ir a verlas por última vez, antes de reunirme con ellas.
Me siento cansadamente en el barro, solo, rodeado de placas de cemento y flores. El silencio me envuelve como lo hace una telaraña a su víctima. La paz del lugar me inunda, haciéndome suspirar. Las veo allí, tiesas, aguantando todo lo que el clima les manda. No se inmutan, siguen firmes, como guardias siempre alertas. Alcanzo mi mano a una de ellas y la acaricio, el último guardián incorporado de este lugar. Sus flores recién depositadas, adornando su vigilancia eterna. Mirándome pacíficamente en su descanso temprano. Inconscientemente dejo escapar un sonido rasposo de mi garganta.
-Les he fallado a ustedes también. No pude llegar a tiempo. Y por eso, las he perdido. Espero que cuando nos volvamos a ver, me puedan perdonar. Thalía, Andrómeda-
No me responden. Me lo merezco. Les he fallado a todas ellas. Pero no me impide que me levante y alcance a cada una de ellas. Demostrándoles que aún sino me responden, estoy aquí. Amándolas.
-No puedo creer que esa historia de amor haya sido escrita-Declaro en reproche Afrodita.
Pasos resuenan detrás de mí. Que se acercan lentamente en mi dirección. Su presencia etérea me revela a esa persona. Sé que no tengo chances contras ella, pero no me importa. Me aferro a mi espada, y giro rápidamente para depositarla en su cuello. Un movimiento arriesgado, pues estoy agotado, mi respiración está frenética, mi vista se nubla.
-Un honorable Guerrero, no quiere morir sin antes luchar- Susurro Ares.
-Que quieres…Caos-
Zeus estaba en shock no podía creer la falta de modales de alguien.
-Nada Perseo. Solo vengo a verte. Así que baja la espada por favor-
-Tch! Está bien. Qué buscas? Vienes a burlarte de mí? - digo mientras envaino mi katana.
-No…yo quiero ayudarte. Se suponía que nada de esto sucedería. Tu debías tener un "final feliz". Tu más que nadie merecía ser alegre-
Hera solo sonrio de medio lado y susurro muy bajo.
-Ese semidios se merece ser feliz-
-Y como podrías ayudarme ahora? Por si no te has dado cuenta, nada me aferra a este mundo. Un solo movimiento de mi espada, y me uniré a ellas-
-Puedo hacerte volver Perseo. Podrás impedir todas estas pérdidas innecesarias. Nada tendrá que repetirse. Volverás al momento en que todo comenzó. Por favor acepta…Percy-
-Por qué?... por qué lo haces?-
-No me gusta verte así. Mereces amor, cariño, caricias. Por favor déjame hacer esto. Déjame que te ayude-
-Y qué ventajas tendría? A parte del conocimiento de los hechos. Sabes que me estoy muriendo por dentro. Es solo cuestión de tiempo para que mi corazón se detenga-
-Te haré un dios. Serás el décimo quinto olímpico. El dios de las mareas, la esgrima, la caza, la lealtad y el tiempo. Pero tendrás que ocultar tu poder. Camuflarlo hasta el nivel de un semidiós. Para no alertar a los demás-
Todos se movieron inquietos sobretodo Zeus como es que van a anunciar a un nuevo olímpico sin su consentimiento.
-Y mi salud? –
-Retrocederé los síntomas, lo siento, pero no puedo curarte-
Poseidón se sorprendio al ver que caos no podia curar una enfermedad y ahi supo que eso muy grave.
Está bien. Con eso es suficiente. Aceptaré tu oferta. Ellas no merecían este destino. Ellas debían ser felices-
-Percy…por favor piensa en ti también-
"Ese idiota"fue el pemsamiento de afrodita.
Pero ahí todos se dan cuenta que el niño de 4 años es el protagonista de la historia y todos se sienten mal al saber lo que sufriria.
-Ya lo veré Caos. Fueron mis errores los que les costaron la vida-
-Idiota! Ellas murieron amándote! Nunca más te culpes me oíste!? Fue esa hija de Atenea quien tuvo la culpa!–
Ahi Atenea baja la cabeza avergonzada por los actos de su hija.
Lo siento…pero es difícil-
-Maldición, eres tan terco!-
-Mmph! Ja ja ja ja ja!-
-me sorprende que aun pueda reirse-dijo Hefesto.
-Qué es tan gracioso?!-
-Nada, es que me hiciste recordar a como ellas me decían. Ja ja ja ja! Lo siento. Ja ja ja ja! No quise ofenderte-
-Geez… está bien, al menos pude hacerte reír un poco. Entonces, aceptas el trato?–
-Si. Si así puedo evitar todo este caos. Entonces lo haré-
-Bien, puedo hacerte volver con esa espada, ya que Riptide fue destruida durante la pelea contra Tartarus. Pero puedes decirme por qué elegiste ese diseño?–
Todos estaban atónitos ante la noticia de que un mortal pudo pelear contra Tártaro.
-Porque representa a Susanoo, el dios sintoísta de las tempestades. Porque me siento más ligero con ella. En armonía. Y porque Clar me dijo que con ella le recordaba a un dibujo que ella veía de joven. Es más, una vez me hizo ponerme contactos de color rojo solo para verme como quedaba. Nunca entendí por qué-
-Umh…realmente un nombre acorde para esa espada. Para evitar que la gente la vea, la transformaré en un pendiente. Póntelo en tu oreja izquierda. Ya que te volverán a dar a Anaklusmos. A pesar de que sé lo que harás con ella-
-Si… debe volver a su dueña. Nunca debió perderla-
Artemisa sonrio y penso que ese hombre podria ser diferente al resto.
Bien. Creo que es hora de que vuelvas. Cuídate por favor. No te lastimes. Y encuentra la felicidad-
Dijo en un susurro mientras depositaba un suave y cálido beso en mi frente. Comenzando así un cántico, envolviéndome en su poder. Sintiendo como mi cuerpo rejuvenecía, y mi enfermedad retrocedía. Antes de unirme a la oscuridad, hecho un último vistazo, memorizando el hecho de que no las volveré a fallar. Que no sufrirán. Aunque por ello tenga que morir en el proceso.
-Adiós, mis amores-
Artemisa se sonrojo y cerro el libro.
Apolo solo la miro.
-sigue leyendo-dijo.
Ella solo se sonrojo más y contesto.
-Ya es el final-declaro.
El no le creyo.
-no te creo sis-dijo.
Antes de que pudiera contestar Hera dijo un poco enojada.
-Sigue leyendo-
Ella derrotada tomo aire y leyo.
Adiós, mis amores-
Thalia Grace- Jackson / Andrómeda Joanne Jackson
Piper McLean- Jackson / Tristán Jackson
Hazel Levesque- Jackson
Reyna Avila Ramírez-Arellano- Jackson / Salina Ana Jackson
Clarisse LaRue- Jackson / Christian Jackson
Bianca Di Angelo
Zoe Nightshade
Pallas Atenea- Jackson / Icaro Jackson
Phoebe Artemis- Jackson / Zoe Jackson/ Ethan Jackson
Afrodita Jackson
Calipso Jackson / Teseo Jackson
Rachel Elizabeth Dare- Jackson / Jean Paul Jackson
Hylla Avila Ramírez-Arellano- Jackson / Hipólita Jackson
Hestia Jackson / Reah Jackson
Ahi van todas las dioses virgénes desmalladas de la impresión.
Bye hasta la otra..
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