Capítulo 1
- Ya que todos están sentados comencémos con la lectura - dijo Dumbledore -. El libro se titula Harry is Harriet. Capitulo uno, La niña que vivió.
- Mierda - dijo Harry.
Con ese libro se fueron sus esperanzas de unas semanas normales.
Dumbledore ignoro lo dicho por Harry y continúo.
-El grito te James en el piso inferior dolió en su pecho, pero ella debía mantener a salvó a su pequeña, las runas estaban alrededor de ellas, mientras seguía repitiendo una y otra vez los cantos.
- No puede ser - dijo Sirius con voz queda -.
-¿ Por qué? - dijo Remus- ¿ Por qué ese día?
Harry solo estaba en silencio, su mente estaba en blanco y solo esperaba que el profesor continuará. Hermione le tomo la mano en señal de apoyo.
- Mamá te ama, papá te ama, Harriet cuídate, se buena niña, se valiente, se fuerte, se inteligente - antes que la puerta se rompiera coloco un beso en la frente de la niña.
- Muévete - una voz fría sonó tras ella y Lili se irguió ocultando a si pequeña en la cuna.
- Tenga piedad, por favor, no dañe a Harriet- suplico la mujer encarando los ojos rojos de aquel hombre que mató a James y tomaría su vida.
- Muévete niña, no necesito matarte- dijo con voz fría y seseante.
- A Harriet no, por favor,mátame a mi en su lugar, a Harriet no - repitió la mujer sin moverse ni un centímetro.
- ¡¡ No las toques!! - grito Sirius al Voldemort del libro
El hombre de ojos rojos rio fríamente lanzando la maldición asesina, el cuerpo de Lili cayó al suelo, mientras que Harriet veía todo con ojos llorosos. La niña lloró al ver aquellos ojos rojos llenos de maldad, una luz verde golpeó en su frente y después ya no hubo más.
Un ambiente pesado cubrió el gran comedor que se mantuvo en silencio total,nadie se atrevió a comentar nada ¿ Que se podía decir al enterarse de algo como eso?. Aunque los medios, y la sociedad mágica inglesa en general, especularon mucho respecto a la muerte de los Potter nunca se supo que sucedió lo que sucedió exactamente, al menos hasta ahora... Sin lugar a dudas los periodistas ( Rita Sketeer) darían un ojo de la cara por esta información, al menos ese fue el pensamiento de varios. Otro pensamiento que compartieron muchos fue de la valentía de Lili Potter al enfrentarse al señor oscuro por su hijo
Algunos profesores y cercanos de los Potter secaron algunas lágrimas que escaparon, Sirius y Remus fueron de los más afectados; Severus apretó sus puños hasta que los nudillos estuvieron totalmente blancos intentando mantener su autocontrol, un poco descolocado al saber detalladamente los últimos momentos de Lily y darse cuenta que el señor oscuro intento cumplir su promesa a pesar de su locura.
Harry sintió como si le vaciaron encima un balde con alguna fría encima y apretó más la mano de Hermione. El sabía que su madre se había sacrificado por él ( en este caso ella), había escuchado sus súplicas cuando los dementores lo atacaron en tercer año, pero eso no impedía que se sintiera mal, no es como si revivir la muerte de tus padres fuera algo muy agradable que digamos, algo era escuchar sus voces y otra muy diferente saber cómo sucedió todo. Luego de un par de minutos en los que se tranquilizó, rompió el silencio.
- Por favor continúe profesor - dijo calmadamente-.
Dumbledore lo miro un momento y asintió.
El señor Dursley era el director de una empresa llamada Grunnings, que fabricaba taladros.
Los estudiantes de familia de magos pusieron cara de desconcierto.
- Qué es un taladro? - pregunto el señor Weasley con curiosidad, ya el ambiente se había aligerado un povoy.
- Es un aparato eléctrico que se usa para abrir agujeros en las paredes, maderas u otras cosas- explico Hermione -. Para colgar pinturas, repisas y esas cosas - añadió al ver que el señor Weasley preguntaría otra vez-.
- No vas a tener uno - reprendió a su esposo la señora Weasley.
Era un hombre corpulento y rollizo, casi sin cuello pero con un bigote inmenso.
- El hombre de nuestros sueños - fijo una chica de Hufflepuff haciendo reír a todos.
La señora Dursley era delgada, rubia y con el cuello casi el doble de largo de lo habitual.
- Sostenme Lunático creo que me enamore - dijo Sirius tocándose la frente dramáticamente haciendo reír al gran comedor.
Lo que le resultaba muy útil, ya que pasaba la mayoría de tiempo estirándolo por encima de la valla de los jardines para espiar a sus vecinos
- Cotilla - gritaron todos en el gran comedor -.
'Pero que buena descripción ' pensó Harry-.
Los Dursley tenían un hijo pequeño llamado Dudley, y para ellos no había niño mejor que él.
- ¿Ese no era tu primo Harry? - le pregunto Ron.
Harry solo asintió. Hasta el momento todo lo que había en el libro era igual a esta dimensión ( excepto por el hecho de que allí el era una chica) ¿ Entonces eso significaba que el libro mostraría su vida con los Dursley? Esperaba que no, no necesitaba que todos ( y menos Snape) supiera sus desgracias y su miserable vida familiar, aunque una pequeña voz en su cabeza no estaba tan en desacuerdo.
Los Dursley tenían todo lo que querían, pero también tenían un secreto, y su mayor temor era que lo descubriecen: no habrían soportado que supieran lo de los Potter.
La señora Potter era la hermana de la señora Dursley, pero no se veían desde hacía años; tanto era así que la señora Dursley fingía que no tenía hermana, porque su hermana y su marido, un completo inútil
- Ey!! - dijo Sirius molesto - James podia ser un poco flojo y vago pero no era un inútil.
- Si!! - lo segundo Remus. Snape solo torció los ojos fastidiado.
Eran lo más opuesto a los Dursley que se pudieran imaginar.
- Gracias a Dios - pensaron varios.
Los Dursley se estremecían al pensar que dirían los vecinos si los Potter se aparecieran por la acera. Sabían que los Potter también tenían un hijo pequeño, pero nunca lo habían visto. El niño era otra buena razón para mantener alejados a los Potter: no querían que Dudley se juntara con un niño como aquel.
El señor Dursley canturreaba mientras se ponía su corbata más sosa para ir al trabajo, y la señora Dursley parloteaba alegremente mientras instalaba al ruidoso Dudley en la silla alta.
Ninguno vio la lechuza parda que pasó volando por la ventana.
A las ocho y media, el señor Dursley cogió su maletín, besó a la señora Dursley en la mejilla y trato de despedirse de Dudley con un beso, pero no pudo, ya que el niño tenía un berrinche y estaba lanzando los cereales contra las paredes.
- Pero que maleducado - dijo la señora Weasley.
<<Tunante>>, dijo entre dientes el señor Dursley mientras salía de la casa. Se metió en su coche y se alejó del número cuarto.
El señor Dursley siempre se sentaban de espalda a la ventana, en su oficina del noveno piso. Si no lo hubiera hecho así, aquella mañana le hubiera costado concentrase en los taladros. No vio las lechuzas que volaban en pleno día, aunque en la calle si las veían y las señalaban con la boca abierta, mientras las aves desfilaban una tras otra. La mayoría de esas personas no habían visto una lechuza nisiquiera de noche.
- Insisto, no se que estaba pensando la gente ese día, nos pudieron haber descubierto - dijo la profesora McGonagall.
- Todos estaban emocionados por el final de la guerra querida - le respondió gentilmente Dumbledor con su expresión de abuelo.
- ¡Oh sí! Que mejor manera para celebrar el asesinato de dos personas y que un niño quedó huérfano que haciendo que los muggles nos descubran - opinó Narcisa Malfoy, su voz goteando sarcasmo y aburrimiento-. Que idea tan espléndida.
Muchos la miraron mal pero no sé atrevieron a opinar nada, si se ponía desde ese punto de vista...
Dumbledor al darse cuenta que el ambiente pesado regresaba decidió continuar.
Sin embargo, el señor Dursley tuvo una mañana perfectamente normal, sin lechuzas. Grito a cinco personas, hizo llamadas importantes y volvió a gritar.
- Pero que tipo tan horrible, ya sabemos de dónde salió el niño - dijo la señora Weasley y los adultos presentes le dieron la razón.
Estuvo de muy buen humor hasta la hora de la comida, cuando decidió estirar las piernas y dirigirse a la panadería que estaba en la acera de enfrente.
- No sabía que podía hacer eso - dijo Harry.
- ¿ Ir a la panadería? - pregunto Hermione.
- No, estirar las piernas - respondió-.
Eso causo risas en el gran comedor.
- Los Potter, eso es, eso es lo que he oido...
- Si, su hija Harriet.
El señor Dursley se quedó petrificado. El miedo lo invadió. Se volvió hacía los que murmuraba, como si quisiera decirles algo, pero se contuvo. Se apresuró a cruzar la calle y echó a correr hasta su oficina.
- El corrió - dijo Ron con falsa sorpresa -. Ya puedes tachar otra cosa imposible de tu lista Harry.
Dijo a gritos a su secretaria que no quería que lo molestaran, cogió el teléfono y, cuando casi terminaba de marcar los números de su casa, cambio de idea. Dejo el aparato y se atusó los bigotes mientras pensaba... no, se estaba comportando como un estúpido.
- Y hasta ahora se da cuenta - dijo Hermione.
Potter no era un apellido tan especial. Estaba seguro de que habían muchísimas personas llamadas Potter y que tenían una hija y para empezar tenía según entendido era un niño, aunque nunca se tomó la molestia de saber y género y nombre de la criatura. Bueno eso era, no preocuparia a Petunia por esto, ella siempre se ponía mal cuando se mencionaba a su hermana. Y no podía reprochárcelo ¡ Si el hubiera tenido una hermana así ..! Pero de todos modos, esa gente de las capas...
- Esa morza hubiera estado bendecida si le hubiera tocado una hermana tan buena como Lili - dijo Remus.
La mañana llegó y con ella la rutina de Petunia Dursley, pero la mujer nunca imagino que su rutina fuera interrumpida por una pequeña bebé que lloraba en la puerta de su casa junto con una carta en pergamino.
- ¡¿Dejaron a una bebé sola en la calle de noche?! - grito exaltada la señora Weasley. Aunque ninguna más grito todas las mujeres de la sala tenían una expresión profunda de desaprobación. Minerva no dijo nada pero le dirigió una mirada molesta a Dumbledor que gritaba por todos lados que tendrían una conversación después.
La señora Dursley reconoció el sobre así como la firma y sus finos labios palidecieron.
Cuando el señor Dursley escucho el llanto del bebé entro a la cocina con el celo fruncido cargando al pequeño Dudley.
Basta decir con que tuvieron una agitada conversación con respecto a la bebé, mientras Dudley jalaba sus rizos oscuros.
Al final Harriet Potter termino en la familia Dursley ganando un espacio en la alacena, tres pequeñas porciones por día y los pellizcos y jalones de su primo.
" Con que así fue como acabe en esa casa" pensó Harry. Mientras tanto Lady Longbottom tomaba nota mentalmente de todos estos pequeños detalles.
- Debemos quedárnosla Vernon, ellos... saben, imagina lo que harían si la dejamos tirada en algún lugar- había dicho la señora Dursley antes de que su marido se fuera a trabajar.
El gran comedor se llenó de gritos de indignación por lo último.
- ¡¡ Iba abandonar a su sobrina a su suerte !! - grito enfadada la señora Weasley.
- Ni siquiera los Slytherin se consideran tan despreciables - dijo Narcissa Malfoy.
Las madres y adultas presentes no estaban nada contentas por el camino en que parecía ir todo eso.
----------- ❤️❤️❤️❤️----------
No sé editó mucho pero bueno.
Espero les guste.
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