La tecnología juega un papel muy importante en nuestras vidas, pero... imagina que tu celular se convierta en tu verdugo, en un medio que sentencia tu vida y le da fin, mas no a causa de alguna falla técnica, sino por el terror que acompaña una llamada. Así es, esta leyenda gira en torno a llamadas que matan. Hay muchas historias, lo común es que hablen del resultado de ignorar o aceptar la llamada entrante, aspecto que fue usado, incluso, para el desarrollo de muchas películas. 

Su origen se remonta a Estados Unidos, a la época de los 80, la historia que más destacó fue la de un hombre llamado Jason, quien recibió una llamada siendo aceptado en West Point (academia militar); desafortunadamente, cuatro días después lo encontraron muerto, al parecer había sido electrocutado por un rayo que cayó en su teléfono mientras hablaba. Cuando rastrearon la última llamada, descubrieron que provenía de alguien que había muerto diez minutos antes que Jason.

Una situación que llamó mucho la atención fue la muerte de al menos cien personas  por un infarto al contestar una llamada. Se dio paso a numerosas investigaciones que concluyeron que no había sido una cuestión paranormal en las llamadas lo que produjo las muertes, sino los mismos teléfonos que encausaron una descarga eléctrica producto de un rayo caído en la zona. 

Otra versión se remonta a 1997, Canadá. Un muchacho, después de presentar el examen físico para entrar a una academia militar, quedó tan agotado que prefirió ir a su casa a descansar, ese día rechazó la invitación de sus amigos para ir por unas cervezas. Nadie imaginó que al día siguiente lo encontrarían en su casa muerto, ¿la causa?, resbaló y se golpeó la cabeza contra la esquina de una pared. Lo curioso es que tenía su celular en la mano, y en la pantalla podía apreciarse una llamada perdida.

1998, México, un joven se suicidó tirándose de un puente peatonal, la investigación arrojó que él había recibido una llamada que no contestó. Sus amigos contaron que, después de esa llamada perdida, el muchacho comenzó a soñar suicidándose de diferentes formas, lo que cual lo sumió en una confusión extrema, tanto que llegó a un punto en el que no logró distinguir los sueños de la realidad.

España, año 2000, se encontró el cuerpo sin vida de María de la Clochard. Motivo de muerte: sin causa aparente. Los exámenes no encontraron ninguna sustancia en su organismo que haya podido generar la muerte, lo único raro fue que, al lado de su cama, se encontró su celular con una llamada perdida proveniente de un número desconocido.

2001, Perú, el cuerpo de un individuo fue encontrado en su auto, el dictamen médico indicó defunción por paro cardíaco. Los informes policiales indicaron que el hombre llevaba su celular en la mano, tenía una llamada perdida de un número desconocido.

Con todas estas historias (y cientos más que circulan en diarios y otros medios de comunicación), surge la versión más popular.

Una persona recibe una llamada de un número desconocido que, tras contestar, dará lugar a lamentos, llantos y gritos en el parlante del celular. Tan pronto finaliza la llamada estremecedora, la víctima recibe un mensaje con 12 dígitos numéricos. Confundido, sin saber de qué se trata, comienza a percibir la presencia siniestra de algo que no sabe qué es, pero que intuye de alguna forma escalofriante. Los números del mensaje anuncian un final; los dos primeros dígitos indican el día, los dos que le siguen el mes, los siguientes cuatro el año, seguido por los dos de la hora y los dos de los minutos en que se morirá.

Ya sumido en cierta locura, el frío de la muerte comienza a trepar por las piernas y brazos de la persona, anunciando un final inminente. Sin embargo, es posible evadirlo: reenviando el mensaje recibido, de esta forma, la muerte irá detrás del destinatario.

¿Tú contestas las llamadas desconocidas? ¿Contestarías sabiendo que es la mismísima muerte quien te ha marcado? Lo cierto es que da igual lo que hagas, pues ella te buscará de cualquier forma, sin embargo, si contestas puede que tengas alguna posibilidad de vivir, eso sí, deberás actuar rápido y sentenciar a alguien más.