Capitulo 1
La ciudad de New York, es el lugar con más eventos místicos, la cual ha sido cuidada por sus héroes misteriosos, 4 tortugas mutantes con habilidades ninjas, junto con su inseparable amiga afroamericana y su maestro rata que antes fue un famoso actor.
El día de los chicos mutantes comenzó de la manera más normal, o eso sería, pero en el caso de los chicos era algo inusual para humanos cualquiera, en su hogar en las alcantarillas solían ver películas, jugar un poco, entrenar y a cierta hora patrullar o más bien jugar un poco en la ciudad cuando anochecía, pero mientras era de día, su amiga afroamericana mejor conocida como Abril O'Neil, tenía una vida casi normal, acudía a clases como cualquier estudiante normal, clases, tareas, proyectos incluso exámenes sorpresa, su día era normal y hasta cierto punto aburrido, hasta que cambio eso justo antes de terminar clases
-Solo nos falta la clase de biología y podremos ir al cine!- dijo la afroamericana emocionada mientras miraba a su amiga con quien caminaba en el pasillo, una chica pelinegra de cabello corto y semi-morena – Sunita, la película te volara la cabeza!, emm, en sentido figurado claro- aclaro con una sonrisa a su amiga, ya que sabía que ella en realidad si podía explotar pero en baba, no era raro ya que la chica era una Yokai
-Estoy muy emocionada por verla, mi papá dijo que capta la esencia de algunos Yokai- respondió entusiasta la chica pelinegra a su amiga humana afroamericana, ambas estaban muy emocionadas por su pronta salida después de clases
-Si la película es tan buena como el trailer, eso es seguro- dijo con una gran sonrisa la afroamericana, pero su conversación se interrumpió por un brillo intenso que vino de la biblioteca –Amm, Sunita, adelántate quieres?, no tardare- le dijo la afroamericana deteniéndose en la biblioteca
-Claro, solo no te vayas a tardar mucho, recuerda que tenemos que estar antes de que suene el timbre- le dijo de forma amable la pelinegra para ella irse a su salón de clase
Luego de que la pelinegra se fuera, abril se dispuso a entrar a la biblioteca, una vez adentro cerro para caminar por los pasillos entre los estantes de libros, miraba a todos lados esperando encontrar lo que genero ese gran brillo extraño, pero familiar para las experiencias que ha tenido la afroamericana, pero mientras más caminaba menos encontraba, llego al final del lugar sin haber visto nada, pero fue cuando escucho la puerta abrirse y al girarse a ver la puerta abierta corrió tratando de encontrar a quien salió de la biblioteca y como haría cualquier persona ... grito.
-Muy Bien!, Sé que había alguien en la biblioteca, asique quien acaba de salir?!- grito mirando a todos lados del pasillo, ya que en realidad no había nadie, eso porque algunos seguían en sus aulas, asique la única respuesta que tuvo la chica afroamericana fue un gran silencio –Bien, usa el truco de no decir nada, yo sé que alguien salió y no me moveré hasta ver- pero la afroamericana fue interrumpida por el sonido de la campana –Ay No!!, La clase de biología!!- dijo alarmada para irse corriendo a su salón de clase
Tras unos pocos minutos de silencio, se vio como se abrió un casillero y del mismo salió o más bien cayó una chica pelinegra de cabello algo esponjoso que se levantó con rapidez mientras caminaba rápidamente por el lado contrario del pasillo de forma algo temerosa, y de su entre sus manos miro una piedra sumamente preciosa que parpadeaba lentamente emitiendo una pequeña luz.
-Porque brillas justo ahora?, no había pasado eso antes- susurraba mientras veía la pequeña piedra, y la guardo en su bolsillo del pantalón para ir rápido a su clase
Tras terminar la clase, se podía ver a la pelinegra de cabello esponjoso caminar hacia un edificio en el cual entro y salió hasta el segundo apartamento más alto, dejo sus cosas en la entrada y entro a su habitación donde paso unos minutos terminando sus tareas y luego paso unas horas buscando información de la piedra que tenía en sus manos, pero tras unas 3 horas no hubo éxito alguno, y resignada golpeo su cabeza contra el teclado de su computadora, esa posición no le duro más de unos minutos ya que paso a dejarse caer boca abajo en su cama, saco la piedra de su pantalón notando que ya no parpadeaba, solo tenía un bello brillo natural.
-Dudo mucho que el brillo fuera por la luz natural, y como no pude encontrar nada de la piedra?!- Se quejó dejando caer su cabeza en la cama soltando ahogados quejidos, y poco después se sentó en la cama mirando la piedra fijamente –desde que encontré la piedra no encontré nada de información de ella, porque será?- dijo soltando un gran suspiro de cansancio
La pelinegra de cabello esponjoso miraba la piedra empezando a recordar como la encontró, fue hace unos meses cuando eran vacaciones, fue en un viaje con su familia en el campo, mientras la chica estaba sola y empezó a explorar por los grandes campos hasta que llego a un curioso grupo de árboles que asemejaba un bosque pero que con esfuerzo se podía ver el interior, aunque normalmente la pelinegra se habría alejado de inmediato pero ese no fue el caso, algo parecía llamarla, la hacía caminar hacia el interior de aquel bosque llegando a un punto en donde se veía un paisaje hermoso y un brillo como si fuera un reflector natural emanaba de un montón de arbustos, se acercó para poder ver mejor y moviendo un poco aquellos arbustos para abrirse paso logro ver que aquella luz salía de entre la tierra, con sus manos abrió la tierra y miro aquella hermosa piedra como un jade de color intenso, pero cuando la tomo en sus manos el brillo se intensifico hasta el punto en que la chica se vio cubierta por el brillo, casi siendo cegada por la intensidad, hasta que la luz desapareció, viéndose a la chica nuevamente en el campo, acostada en el suave y brillante césped, era como si nunca se hubiera movido de aquel lugar y por donde mirara no veía el misterioso bosque, pero tenía la piedra en sus manos, desde ese día tuvo la piedra consigo, en un comienzo solo fue porque le gusto, pero pronto se volvió como su amuleto ya que desde esa vez pasaba exámenes, los que solían molestarla pronto dejaron de hacerlo como si no la notaran, la volvió un collar para no perderla y siempre la tenía con ella, pero en todo ese tiempo su piedra no había brillado de ese modo otra vez, hasta el día de hoy, asique su curiosidad la hacía tratar de encontrar respuestas sobre su piedra, pero era como un callejón sin salida.
-Creo que con que no explotes, todo irá bien, no?- dijo por ultimo para acostarse en su cama, quería dormirse pensando que no había pasado nada, pero el sonido de la puerta la hizo levantarse –Mamá habrá olvidado las llaves otra vez?- se preguntó para ir a atender el llamado de la puerta
Mientras que a unas calles de distancia la afroamericana y la pelinegra de cabello cortó salían del cine con una gran sonrisa, pues habían visto la película como acordaron y la habían disfrutado bastante ya que hablaban emocionadas entre ellas, pero cuando doblaron en un callejón para que la pelinegra de cabello corto pudiera ir a su casa, escucharon unos ruidos, y miraron un bote de basura moverse, la afroamericana se cruzó de brazos.
-Muy bien chicos, ya salgan- dijo la afroamericana sonriendo para ver como una joven tortuga mutante de banda azul salió del bote de basura y otra más estaba de cabeza en la escalera contraincendios –que hacen aquí?- pregunto al ver a ambas tortugas
-Oh!, Son las tortugas, Hola!- saludo con una gran sonrisa la pelinegra de cabello corto
-Hola chicas!- respondió el saludo la tortuga de banda azul –Solo salimos para ver la película que se estrenaba- dijo con una sonrisa para responder la pregunta de su amiga afroamericana
-Pero, ustedes no estaban en la sala del cine, y los boletos se habían agotado, como la vieron?- pregunto con curiosidad la pelinegra de cabello corto mirando a las tortugas
-La vimos en el techo usando la cámara de sus teléfonos, por cierto, abril deberías cambiar tu teléfono, tiene una pésima calidad la cámara- dijo la tortuga morada como si nada mientras estaba de brazos cruzados –no fue la gran cosa, incluso fue predecible en algunos puntos- termino de decir cruzado de brazos
Claro que ante eso su amiga afroamericana los regaño por usas sus teléfonos sin permiso, poco después su amiga pelinegra de cabello corto se fue por un portal para su propio mundo y hogar, y luego de despedirla la pelinegra volvió a regañar a los chicos y quedaron en una próxima salida el fin de semana para ver unas películas, mientras la chica afroamericana se iba caminando a su apartamento estaba a pocas calles de llegar y nuevamente vio un brillo en la otra calle, era el mismo de la biblioteca, y con una sonrisa corrió a ver, pero no vio nada, el brillo desapareció y al ver un callejón vacío además de 2 edificios completamente silencioso la afroamericana tuvo un pequeño berrinche por no haber podido encontrar nada.
-2 veces, 2 VECES QUE NO PUEDO VER NADA!- Se quejó mientras se iba por otro lado de la calle pero cuando dio unos cuantos pasos escucho un gran grito sumado de un sonido de ventana romperse, eso la hizo volver rápidamente al callejón –Lo sabía!- Grito cuando llego al callejón pero rápidamente se escondió cuando identifico que eran unos botones mutantes que tenían a una chica sujeta –Botoneros de hotel?, y mutantes?- pensó la afroamericana pero cuando se asomó a ver solo vio como estos desaparecieron con ayuda de un portal que se abrió del suelo y fueron succionados –QUE CARA- ... que es eso?- se acercó a ver una pequeña tarjeta que estaba perforada unas 5 veces que tenía las palabras "Employé du mois", trataba de idéntica a la chica que se llevaron y a su mente vinieron pequeños momentos en que la vio en clase de computación –tengo que ir con los chicos rápido- dijo por ultimo para irse rápido
✎⌚ Próximo capítulo – 19 / Febrero ⌛✎
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