Un día normal
-El Doctor Palmer y la Señorita Darhk desean que se reúnan en el puente para algo urgente.
Sara y Ava fueron la primeras en llegar al lugar indicado por Gideon, Sara se veía de bastante mal humor: las cosas se habían calmado un poco y pensaban que iban a descansarpor un día, ¿ahora qué problema había encontrado Ray? -¿Qué sucede?
-Espera a que todos estén aquí- contestó Ray melodramáticamente, Sara rodó los ojos.
Llegaron los demás y se reunieron alrededor del panel de control, molestos de que les hubieran interrumpido el día libre.
Ray sonrió.
-No sonrías- se quejó Mick -. Eso significa que alguna tarea tonta se te ocurrió.
-Mis tareas no son tontas- reclamó Ray ofendido -. Y no, no es una tarea. Tenemos un anuncio. Nosotros...
-¿Por fin tuvieron sexo salvaje?- intervino Constantine con una sonrisa pícara.
-¡Ya era hooora!- sonrió Sara señalando a Nora con orgullo.
-¡No! ¡Eeeeew!- se quejó Ray sonrojándose -Es algo más importante- miró a Nora nervioso -...no... no es que nuestra primera vez no vaya a ser importante. Será muy, muy, muy importante.
-Ray...- apuró Zari.
-¡Está bien, está bien! ¡Qué impacientes!- tomó aire y volvió a sonreír -Pues... es un placer informarles, que nosotros...
-¡Los encontramos!
-¡Nora, yo quería decirlo!- se lamentó como niño pequeño.
-¿Encontraron... qué?- preguntó Nate.
-¿La poca normalidad que les queda para dejar de ser una pareja tan rara?- se burló Mick.
-¡Mick!- se quejaron en coro la pareja.
-¿Podrían dejar de interrumpirlos? ¡Quiero saber!- regañó Zari.
-Sí, por favor, queríamos que este anuncio fuera emocionante- se quejó Ray decepcionado.
-¡Solo dilo!
-Pues- el joven volvió a sonreír -¡Encontramos a Lexell y a Rip!
Nadie dijo ni pío, miraron a Ray y a Nora incrédulos.
-¿Sus excompañeros muertos?- preguntó Zari
-Hermana, podrías tener un poco de sensibilidad al preguntar eso- se quejó Behrad.
-Sí, lo siento- sonrió apenada.
-¿Dónde están?- Ava habló por fin, se veía frustrada -Se han estado escondiendo, ¿cierto? Podrían habernos dejado algún mensaje o señal o...
-¿Seguro que son ellos?- intervino Sara tomando el brazo de su novia para tratar de calmarla.
-Sí, eso pensamos- sonrió Ray incómodo, esperaba que todos se pusieran felices -. Nora los encontró, de hecho.
-Sí, el insoportable...eeemente lindo niño que me asignaron en esta ocasión, tenía unas fotografías de sus abuelos- empezó a explicar Nora -. Y no pude evitar notar esta.
Sacó una fotografía vieja, de colores un poco opacos. Todos lo tuvieron claro: eran ellos, de perfil sentados en la arena abrazados, frente una casa que daba a una playa.
-Dijo que eran amigos de sus abuelos y la foto es de 1975, es la única que tienen porque no les gustaba ser fotografiados y tomaron esta sin que se dieran cuenta.
-Les digo que se están escondiendo, ¡ese par de egoístas!
Ray carraspeó -Entonces le pedí a Gideon buscar el lugar, y encontramos que es una pastelería en Inglaterra llevada por un matrimonio... se llaman... Carolina y Arthur. Tal vez tengan olvido del tiempo.
-O se están escondiendo- insistió Ava.
-¿Quieren ir a averiguarlo?- sugirió Ray sonriendo -Yo personalmente tengo muchas ganas de ver que estén bien, aunque no nos recuerden.
Ava bufó.
-Yo sí quiero- dijo Mick como si no importara -. Tengo curiosidad.
-Yo también voy, me gustaría ver que el Loco del Tiempo haya cuidado bien a su chica- se añadió Constantine.
-Yo sospecho que no sería bien recibido, si me recuerdan. Prefiero quedarme- dijo Nate apenado.
-¿Sara?- cuestionó Ava mirando que su novia miraba triste la fotografía.
-Quiero ir- susurró.
-Yo honestamente no, pero ve tú, cariño- sonrió a la fuerza.
-Gideon, fija curso.
Ray, Nora, Mick, Sara y Constantine caminaban por una típica playa inglesa: nublada y fría, buscando el lugar que Gideon les había indicado.
-Calvert's Cakes... ¿sigues creyendo que tienen olvido del tiempo, Ray?- Sara le dió un codazo suave a su compañero.
-Tal vez... recuerda que Rip hacía una película sobre nosotros cuando era Phil.
Mick se adelantó a empujar la puerta haciendo sonar una campana.
-¡Hola, bienvenidos!
Miraron al mostrador, tratando de disimular la sorpresa.
Rip estaba ahí, y parecía que no había pasado ni un día de sus tiempos persiguiendo a Vándalo en la Webrider, excepto porque ahora vestía una camisa blanca ligera y un pantalón caqui.
Tal vez no era él... ¿pero porqué sonreía como cuando estaba contento con Lexell? ¿Porqué tenía la misma voz? ¿Porqué frunció el ceño confuso de la misma manera que algo le molestaba en la Webrider, al notar que solo lo miraban en silencio?
-Estamos de visita unos días- dijo Constantine con toda la confianza del mundo para romper el incómodo momento -. Y nos dijeron que este era el mejor lugar para conseguir algo dulce.
-Quién se los haya dicho es una persona de buen gusto- volvió a sonreír Rip -. Tómense su tiempo.
Mick agarró lo más cerca que tuvo al alcance y lo mordió -Mmm... sí, creo que tomaron la decisión correcta sobre su profesión.
-Pues... muchas gracias...- dijo Rip un poco confuso.
Se pasearon por el lugar un par de minutos, tratando de disimular... pero Ray no pudo más.
-Disculpa- se acercó al mostrador -. No puedo evitar pensar que te pareces mucho a alguien... ¿me permites?
Rip se asomó a la cartera que Ray había abierto y miró una fotografía, en medio de un grupo de personas estaba una pareja abrazada.
-Vaya, pues sí... el parecido es impresionante... ¿amor?- levantó la voz, mirando hacia la puerta al fondo del local.
Ray sintió un tironcito en el estómago al escuchar una voz de mujer respondiendo "Voy" y reconocer que era la voz de su amiga.
Una chica salió de la puerta que claramente daba a la cocina porque se estaba sacudiendo algo de harina de las manos -¿Qué pasa, Cielo?- volteó al notar más gente y sonrió -Hola, bienvenidos.
Todos aguantaron una exlamación desorpresa: era Lexell, y también se veía como al principio. Usaba un vestido estampado en florecitas lilas y un delantal blanco, parecía un ama de casa normal de los 70's. Miraron con más atención sus manos que se terminaba de limpiar sobre el delantal, y notaron que tenía... cicatrices. Líneas voluminosas de piel que se ramificaban desde sus dedos, hasta desaparecer en los antebrazos, las más largas alcanzaban sus codos.
-Hola...- sonrió Ray recomponiéndose, tras darse cuenta de que se le había quedado mirando a las manos de su amiga -Me llamo Ray, y ella es mi novia: Nora.
-Hola, Ray y Nora- sonrió encantadoramente -. Me llamo Carolina y él es mi esposo Arthur.
Mick soltó una risita al notar la diplomacia con que lo había arremedado.
-Mira- interrumpió su esposo -: me estaban diciendo que nos parecemos a unos amigos suyos- señaló la cartera y ella se acercó con curiosidad.
-¡Increíble!- exclamó -Parece que somos nosotros... pero su ropa es rara... ¿era una fiesta de disfraces?
-Sí... sí lo era- dijo Ray resignado -... una fiesta.
-¿Cuánto tiempo tienen viviendo aquí?- preguntó Sara acercándose.
-Casi 4 años- explicó Arthur -. Decidimos instalarnos aquí cuando...
-¡Mami!
Todos volvieron a aguantarse el asombro cuando una niñita rubia salió corriendo de la cocina, llena de harina.
-Algo pasó, te lo digo si me prometes no enojarte- explicó apenada.
La chica gruñó un poco cuando su esposo se echó a reír, cargando a la niña -¿Qué hiciste, pequeña? Saluda a los clientes primero, ya lo sabes.
-¡Hola!- dijo sonriendo -¡Soy Gideon! ¿Y ustedes?
Ray no pudo evitar un "aaaaawwww".
-¿Te... te llamas Gideon?- preguntó Sara en shock.
-Sí...- respondió la niña, confusa de que la adulta parecía no entender algo tan simple como su nombre.
-Hola- sonrió por fin -. Me llamo Sara.
-¿Se instalaron aquí cuaaaando... tendrían un hijo?- retomó el hilo Constantine.
-Sí, yo soy inglés- sonrió él -...bueno creo que es obvio en cuanto abro la boca. Y siempre pensé que una casa en la playa inglesa era el mejor lugar para que un niño creciera.
-Me pareció muy buena idea- añadió la chica del vestido floreado -. Soy mexicana y crecí en el DF, la ciudad más loca del mundo. Me pareció una excelente idea un lugar más natural donde hubiera mar y no muriéramos de calor.
Ray apenas y pudo contener las lágrimas al ver que su amiga tomaba la mano de quien ahora era su esposo, que cargaba con su otro brazo a la hija de ambos abrazada a su cuello mirándolos con curiosidad.
-Son una hermosa familia- dijo Nora, aliviada... todo el tiempo que había estado con Ray y le hablaba de ellos dos, no había dejado de culparse por habérselos quitado al ser la portadora de Mallus.
-Muchas gracias- sonrió Arthur- ¿Ustedes... piensan....?
-Oh... aún no lo hemos hablado- respondió ella rápidamente.
-Pues mucha charla pero poca compra- sonrió Constantine desfachatado -. Creerán que solo venimos a mirar. ¿Qué nos recomiendas, pequeña dulzura?
La niña se sonrojó y soltó una risita apenada, cuando el hombre se le había acercado con una sonrisa coqueta pero inocente a la vez.
-¡Te recomiendo todo! ¡Deberías gastar todo tu dinero aquí!- dijo contenta bajándose del brazo de su padre, tomando la mano del hombre como si lo conociera de toda la vida y llevándolo a uno de los mostradores.
-Parece muy sociable- sonrió Sara.
-Igual que su madre- sonrió Arthur abrazando a su esposa por los hombros.
-Entooooncessss- Mick se acercó, comiéndose un bollito - ¿Su vida ha sido normal? ¿No les ha pasado nada fuera de lo común? Como... digamos... ¿viajar en el tiempo?
La pareja se rió -¡Pero qué pregunta más rara!- alcanzó a decir ella entre risas -¿Esta es tu manera normal de iniciar una conversación?
-No, de hecho, mi manera normal es no comenzar ninguna conversación- respondió tranquilamente -. Pero como dijo mi amigo el Catrín: se parecen demasiado a un par de personas que hace mucho tiempo no vemos, y me pregunto qué pasó con ellos.
-Espero que lo averiguen- sonrió quien había sido su amiga.
-¿Quieren... quedarse a cenar?- dijo Arthur después de unos segundos de silencio -Si nos parecemos a sus amigos, tal vez podamos llevarnos bien.
La pareja miró un poco extrañada cómo se cuestionaban con la mirada entre ellos.
-¿Quieren?- preguntó Sara.
-Sí...- musitó Ray.
-¡Quedénse!- oyeron a la niña, que ya se las había ingeniado para que Constantine la cargara sobre sus hombros.
-Cualquier persona en que Gideon confíe, tiene nuestra confianza también- sonrió su padre.
-Yo tengo que preguntar algo para saber si acepto o no- sonrió Mick -. Mexicana: ¿sabes hacer chilaquiles?
La aludida rió.
-No solo sabe, son los mejores del universo- respondió Arthur orgulloso -. De hecho consideramos vender eso en lugar de una panadería, pero en grandes cantidades es dificil conseguir los ingredientes aquí.
-Pues si eso podemos cenar, yo me quedo.
-Sí, podemos- sonrió Carolina -¿Ustedes ponen las pintas?
-Claro, nosotros las... compramos. Volveremos cuando puedan estar libres- sonrió Sara.
-¡Yo junto las cosas para los chilaquiles!- declaró la niña emocionada, Constantine estaba dejando en el mostrador una bandeja con todo lo que le había ido diciendo que tomara y la bajó de sus hombros -¿Y jugarás conmigo?
-Todo lo que quieras, dulzura- sonrió, inclinándose.
La niña salió corriendo a la cocina, después de sonreír sonrojada.
-¿Cómo se dice?- regañó sonriendo su padre.
-¡Hasta luegoooo!- gritó la niña desde la otra habitación.
-Pues... llevaremos eso a la... casa donde están nuestros otros amigos- indicó Sara señalando el montón de panes y pasteles que se apilaban en la bandeja. Seguro que les gustarán, y nos vemos en un rato.
-¡Hasta luego!- se despidió la chica sosteniéndoles la puerta.
-Hasta la noche, primor- se despidió Constantine guiñándole un ojo, ella no pudo evitar sonrojarse un poco.
-Me alegra mucho conocerlos y ver que son felices- le sonrió Ray, había tomado la mano de Nora para salir del local.
-Habría que agradecerle a quien les dijo que vinieran aquí- sonrió de vuelta.
La campana sonó, indicando que se cerraba la puerta, la pareja de pasteleros se quedó en silencio unos segundos.
Hasta que por fin se soltaron a reír.
~.~.~
Me reí más fuerte, cuando Rip me levantó en brazos por el torso y me dió un par de vueltas.
-¡Sus caras! ¿Las viste? ¡Pobres!- alcanzó a decir entre risas, cuando dejamos de girar.
-¡Sí, pobres!- asentí -Casi me siento culpable.
-Pero es lo que habíamos acordado, ¿recuerdas?- acarició mi mejilla -Eres muy talentosa mintiendo, por cierto.
-Creo que tuve un buen maestro- sonreí coqueta, dándole golpecitos en la nariz con el índice.
-Solo no hay que enseñarle lo mismo a Gideon- dijo tras una risita.
-¡Ray y Nora están juntos!- dije emocionada.
-Sí, y se ven contentos. Ya era justo para Raymond.
-¿Y qué pasa con nuestra hija cayendo en un segundo con los coqueteos de Constantine? ¡Tenemos que hablar con ella!- resoplé, fingiendo estar indignada -Creo que él sí se dió cuenta de la verdad, ¿viste cómo me guiñó el ojo?
-No te preocupes, amor- me abrazó por la cintura -. Si es el caso, John Constantine es el peor, pero jamás un soplón.
-¿Vamos a poder mantener el teatrito toda la cena?- pregunté, sonriendo.
-No será difícil, solo hablaremos de lo que ha pasado aquí.
Me acerqué a besarlo, y me quedé un segundo quieta, abrazada a su cuello -¿Deberíamos decirles?
-Te aseguro que si nos necesitan, van a insistir en tratar de hacernos recordar que somos Rip y Lexell- respondió, acariciando mi espalda -. Y si Constantine está con ellos, no tengo ni las más mínimas ganas de saber en qué están metidos.
Suspiré, recordando nuestro único encuentro con él en el pasado -Tienes razón.
Lo solté y me miró, sonriendo, con sus ojos verdes que desde hace años no mostraban más dolor. Ahora solo reflejaban la felicidad y el amor que le causaba nuestra pequeña familia.
Y era todo lo que necesitaba en mi vida.
-Debería ir a revisar a Gideon, ¿no dijo que iba a buscar las cosas para la cena?
Rip se rió -Sí, deberías ir a ver, no vaya a causar una revolución en la despensa.
~.~.~
-Entonces: ¿son otras personas totalmente? ¿Como con Phil?- preguntó Nate en la cocina, donde se habían sentado a dar cuenta de las compras -¡Esto es delicioso! ¿No quieres, Ava?
-No, no quiero nada de ellos, aunque ya no sean ellos, gracias...- respondió secamente.
-Sí, y deberíamos dejarlo así- respondió Sara, con cara de culpa -. Tienen una vida tranquila, y una hija. Y ahora estamos luchando contra cosas muy diferentes a cuando eran parte del equipo, ¿porqué los haríamos arriesgar lo que han conseguido? Después de sacrificarse para poder derrotar a Mallus.
-¿Alguien notó que la niña es rubia?- preguntó Mick con la boca llena -La mexicana es castaña y el inglés pelirrojo...
-Bueno, Rip es huérfano, tal vez uno de sus padres era rubio- aventuró Ray.
-Mick, esas cosas no se insinúan sobre una dama. Pero es indudablemente intrigante lo que les haya pasado, ¿no?- sonrió Constantine.
-Sí, ¿qué habrá pasado?- suspiró Ray.
~.~.~
Sonreí, mirando a Gideon corriendo con Constantine entre risas, huyendo de que las olas les alcanzaran los pies; a Rip contándole a Sara cómo había encontrado la receta perfecta del tiramisú; a Ray y Nora abrazados junto a la fogata que habíamos encendido en un hoyo en la arena; a Mick comiendo aún más pasteles.
Sentí un poco de culpa... tal vez deberíamos decirles la verdad. Que recordamos todo, quienes son ellos, quienes somos nosotros, y lo que pasó. Pero recordar el momento justo, aún era doloroso. Y si sabían que recordábamos todo, tal vez buscarían reclutarnos de vuelta.
Volver a pelear no era una opción, mis cicatrices me lo recordaban. A menos que Gideon o Rip estuvieran en peligro, no volvería a tomar un arma jamás.
Lo que había pasado había comprado nuestra tranquilidad, en ese pueblo costero inglés, con una pastelería que nos tenía rodeados de calor y aromas deliciosos, y una pequeña que amábamos con locura.
~.~.~
Lo que había pasado... fue que Lexell despertó, sintiendo como si le había pasado un tren encima, y que le ardían las manos como si quemaran.
-¡Rip!- gritó, sentándose de golpe al recordar lo último que había sucedido: que ella recargaba su rostro en el hombro de Rip, y él besaba su cabeza, antes de que un calor infernal rodeara su cuerpo.
-¡RIP! ¡RIP!- repitió, con la bocaseca, había tratado de levantarse sin poder moverse más, quedándosesentada en la cama.
-¡Lex!- volteó hacia la puerta, Rip había llegado corriendo y la miró con la respiración agitada.
-Rip... ¿estás bien?- preguntó la chica, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas -¡¿Porqué me dejas así?!
El joven corrió hacia la cama, se subió para quedar arrodillado frente a la chica y tomó su rostro suavemente, pidiéndole perdón una y otra vez.
-Un momento... solo me fui un momento, perdóname- musitó, mientras ella asentía, arrepentida de su reclamo.
Entrecerró sus ojos, mirándolo confundida. Se había dado cuenta de algo: Rip no se veía como en su último recuerdo, cuando estaban sosteniendo el Núcleo Temporal. Tenía barba y el peinado de cuando lo conoció, parecía que no había pasado ni un día de cuando estuvo en la Webrider por primera vez.
-¿Qué está- preguntó, acariciando su barba, notando que tenía las manos vendadas, solo había podido sentir que le ardían -...? ¿Porqué te ves...? ¿Cuánto dormí?
Él sonrió con ternura, conmovido de ver su confusión. Se estiró un poco y tomó un espejo de mano que reposaba en la cómoda junto a la cama. Se lo mostró.
La chica ahogó una expresión de sorpresa, su reflejo tenía el cabello corto, se veía justo como 5 años atrás.
-No estoy seguro de cómo pasó, pero nuestros cuerpos regresaron en el tiempo- explicó -. Lo extraño es que solo haya sido un cambio físico. Porque recordamos lo que pasó, así que sí sucedió.
-¿Pero qué pasó? Gideon dijo que seguramente íbamos a...- cuestionó la chica confusa.
-Perdóname, amor- susurró acariciando su rostro -. Perdóname por no decirte lo que tenía pensado. Si no funcionaba, solo sentirías que te había fallado. Hubiera sido tu último pensamiento: que te falle, y moríamos por mi culpa.
-Cielo, yo no...
Él suspiró, preparándose para empezar a explicar -Cuando fuimos al Buró, y te dejé con Gary, fui a buscar un encapsulador de tiempo y una pulsera sin localizador.
-¿Encapsulador de tiempo?- preguntó, sorprendida -¿El aparato que podía detener un segundo del tiempo? ¿Funcionó?
-Sí- sonrió orgulloso -. Probé una cuando peleamos contra Darhk en Londres. Perdón por no contarte.
Ella negó con la cabeza, entendiendo.
-Si mi plan de escape no funcionaba, al menos estaría junto a ti- la miró con culpa, antes de inclinarse a besar su frente, y hundir su rostro en el hueco de su cuello, abrazándola.
-Rip- soltó un susurro ahogado -...duele.
-¡Perdón!- exclamó soltándola.
-¿Porqué estabas de pie y yo siento como si diez Thawnes me hubieran agarrado a golpes durante un minuto?- se quejó.
-Porque sostuviste el Núcleo cuando explotó- admitió con culpa. Yo activé el encapsulador con una mano, y con la otra abrí un portal preprogramado. Me alejé un poco para poder sacarte por el portal, a ti te dió de lleno durante el instante que me tomó activar el encapsulador.
-¿Dónde estamos?- preguntó, aunque mirando a su alrededor se estaba haciendo una idea.
-En el único lugar al que puedo pertenecer, además de tus brazos- le sonrió con ternura.
Como si fueran un par de niños más, la pareja tomó El Refugio como su lugar para sanar. Sus espíritus y las líneas de piel abiertas en las manos de Lexell, causadas por sostener el Núcleo Temporal mientras estallaba, fueron rehabilitándose.
Llevaban un par de meses ahí, cuando llegó una huérfana con tan poco tiempo de haber sido arrojada al mundo, que no tenía nombre. La joven sonreía cuando al despertar a media noche sin sentir a Rip a su lado, siempre sabía que podía encontrarlo en la mecedora de la sala con la bebé en sus brazos, durmiendo tranquilo.
No fue una sorpresa cuando en poco tiempo él le pidió que al salir del Refugio no fueran solo dos, sino tres. Ella respondió besándolo con ternura, recordando una visión que parecía haber pasado una vida entera atrás, creada por cierta reliquia que podía cambiar la realidad. No sería exactamente igual, pero lo valía perfectamente.
Empezaron a conversar sobre dónde formar un hogar, ¿dónde podrían residir tranquilos, sin que los encontraran? Y lo más importante: ¿cuándo?
Hablaron de ciudades, bosques, pueblos... ella dijo que le gustaría pasarse la vida oyendo las olas y respirando el olor del mal, pero odiaba el clima tropical. Rip sonrió, él siempre había querido vivir en la costa inglesa.
Sobre cuándo vivir, pensaron en una década donde aún no se inventara el internet, pero que tampoco fuera exageradamente retrógrada o donde hubiera alguna guerra. Los 70's les pareció lo más adecuado.
Así que nombraron a la bebé Gideon, y salieron del Refugio como una pareja casada con una pequeña hija. Compraron una casa junto al mar, adecuando la planta baja para una pastelería y vivir en la planta superior.
Esa sería su vida, su realidad, decidiendo no volver a viajar en el tiempo ni pelear. Solo querían paz, y cualquier persona que los conoció, pensaba que era justo lo que se merecían.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Bueno... ahora sí terminamos esta historia como tal.
Cambié de opinión varias veces: pensé en que sí olvidaran todo, pero me di cuenta de que haría que todo lo que vivieron fuera técnicamente en vano. Rip se merecía vivir tranquilo sabiendo lo que había hecho y todo lo que había pasado transformándolo como persona... y como pareja, que oiiigannn, fue difícil ir armando una relación en vez de escribir un instant love donde luego luego todo es perfecto.
Pensé también que llegarían con Gary al huir de la explosión, pero luego se me ocurrió el Refugio, lo que me llevó a cambiar también la idea de tener una hija propia a que adoptaran una.
Creo que no dejé cabos sueltos...
Muchas gracias a quienes me han acompañado en esto, fue un gran apoyo y motivación saber que gente leía y esperaba lo siguiente, para lograr mi meta de publicar algo de lunes a viernes y TERMINARLO. Tal vez se me ocurra una secuela, tal vez no... ya les he mencionado que dejaría el libro abierto para pedidos y esa idea sigue en pie.
Me gustaría mucho que se dieran una oportunidad de leer mis otras obras publicadas, especialmente Convergencia: mi primer hijo literario que me tomó una eternidad y con el que aprendí muchísimo sobre escribir, y pueden leerlo sin ningún conocimiento previo.
BUEEEENOOOHHH... ¿Qué viene ahora? Es definitivo que voy a retomar Invitada Real para darle el final que se merece. Después... no estoy segura.
Gracias de nuevo, y hasta pronto. Acuérdense de mi cuando fangirleen por Rip, porque yo siento que es de esos personajes que se van a quedar conmigo para siempre.
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