Corrían las tres de la madrugada, la luna brillaba con una intensidad que jamás había visto, iluminaba las hojas de mi cuaderno de investigación, siempre me gustó escribir a la luz de una vela o con la luz de la luna a travez de la ventana.

Esta noche era distinto, la magia de la luz me permitía esclarecer mis ideas, ya que tenía que dar información a la página web sobre los hechos ocurridos en el club de las alas rotas, ya había iniciado como miembro pero tuve que pasar por horribles ritos de iniciación, pero era eso o morir por el simple hecho de saber la existencia del club.

Un sonido me puso en alerta, sentía como si millones de voces roncas y bramantes cantarán en coro el nombre de sujtughlath, el dios que veneran los miembros iniciados del club. Entonces las puertas se abren, son los miembros más altos del club, me suben a una especie de silla de la cual no podía moverme si no me matarían, llegamos a la locación en donde según me habían explicado se avanzaba al siguiente rango, pero esta vez era diferente, un hombre cubierto por un cuero negro y con desgarros en algunas partes, el hombre mezclaba líquidos en un equipo rudimentario de laboratorio, para dar como resultado un líquido verde que burbujeaba de una manera grotesca y viscosa.

Me sentaron frente a una mesa de piedra con escrituras rúnicas que jamás había visto.
Entonces el más alto de los miembros me dio su saludo, yo de puro instinto lo devolví, entonces pasó a explicarme de que se trataba todo esto. Esa noche era especial, la luna estaba alineada de tal forma que la octava dimensión se conectaba con la nuestra de forma temporal, y que tratarían de despertar a una maldad antigua, nuclear y primigenia, se trataba del gran Thaulitegthp, padre de sujtughlath, quien aguarda retornas a nuestro mundo para volver la vida muerte y la luz oscuridad. Y para traerlo uno debería entrar en su letargo y despertarlo invocando su salmo, y ese era yo.

Me tomaron y antes de comenzar me proclamaron como la " llave de la sombra ", quien entraría con el gran Thaulitegthp y lo traería, me dieron un poco de comida antes del ritual para que si moría moriría satisfecho. Al terminar comenzó el ritual.
Todos cantaban en un lenguaje casi impronunciable alrededor mío, extendían sus brazos hacia mí como queriendo atraparme y después se alejaron de mí como si me tuvieran miedo, era parte del rito, entonces el tipo con el cuero negro me dio la bebida verde, me aconsejó que lo tomara rápido, que sabía horrible y vomitarlo significaría mi muerte, así que hice caso, lo bebí de golpe y aguante el asco, en un momento me encontré en otro lugar.

Era oscuro, una niebla cubría el suelo, pero al fondo vi un templo, me acercaba y sentía como si algo me siguiera, la curiosidad me gano, volví la mirada y vi cómo una masa de tentáculos y niebla se formaba y dividía, del pánico corrí al templo, esas cosas se acercaban más y más hasta que logre llegar al templo, era de una piedra suave pero negra, más negra que el vacío del espacio, mire hacia atrás y aquellas masa de tentáculos se regresaron asustadas o al menos eso parecía, me adentré y vi una estatua de piedra, pero esta era de un azul hermoso, sabía que era Thaulitegthp o al menos su representación, entonces comenzó con el salmo.

" Alabanzas al rey de lo impuro, alabanzas al señor del negro absoluto, despierte o sultán de las maldiciones y amo del mal y ..."

Pero en medio del cántico una figura llegó desde mi espalda, y me atravesó con un cuchillo, en seguida me desmayé. Desperté en un hospital, se lo que me espera, por eso escribo esto, tengan cuidado, ya vienen por mí, los escucho cantar, lo único bueno es la luna, fiel amiga de los solitarios que van a morir.

Ok señores, subí esto por qué no puedo negar que me gustan este tipo de historias, más aparte que no se ocurrió algo más, espero que les guste y voten positivamente, les deseo buenas noches, hasta la próxima.