XXIII. Losses Along The Way
CAPÍTULO VEINTITRÉS
PÉRDIDAS POR EL CAMINO
"We're half way there. Livin' on a prayer. Take my hand and we'll make it, I swear. Livin' on a prayer. We've got to hold on ready or not. You live for the fight when it's all that you've got"
—¿Puedo ayudarte a buscar algo?—cuestiona Elijah, apoyándose en el umbral de la puerta—
Arielle y Klaus se encontraban en uno de los estudios del complejo, este último parecía alterado, buscando entre todos los libros de las estanterías mientras Arielle le observaba con confusión.
—Si, de hecho creo que si puedes—asegura Klaus, agarrando otro libro de la estantería—Estoy buscando un libro de este tamaño que contiene los hechizos más poderosos de madre. Por lo que parece, se ha extraviado.
—Qué misterioso, ¿no?—inquiere Elijah, adentrándose en el estudio—
Arielle entrecierra sus ojos, observándole con confusión.
—Ya lo creo—asegura Klaus—De entrada temí que las brujas culminaran sus esfuerzos por conseguirlo. Pero, dado que en su último intento acabé privando a un caballero bastante robusto de sus manos, me pregunto si el ladrón no será alguien más cercano a nuestra familia.
Se da la vuelta, mirando a su hermano con seriedad. Elijah asiente, inclinándose sobre una mesa para escribir algo en un pequeño papel.
—No me pongas esto aún más difícil, hermano—le pide Klaus con molestia—
—Bueno, admito que sospechaba que tu súbito interés por el grimorio de madre tenía algo que ver con esa majadería que andas tramando con los Medialuna. Y por ello, he decidido ponerlo en un sitio donde tus dedos no lo puedan curiosear.
—Creía que tú entenderías mejor que nadie que solamente intento velar por el bien de esos lobos—se queja Klaus, frustrado—Un buen samaritano con el oprimido, un buen líder para el renegado, por así decirlo.
—Qué noble gesto por tu parte—declara Elijah con sarcasmo—
—¿Nunca has pensado que, al igual que tú y por petición de Arielle, intento mantener a Hayley a salvo?—señala, molesto—Quiero usar la magia de madre para fortalecer su clan para que pueda ser protegida.
—A no ser que ellos decidan buscar venganza por estas décadas de exilio y Hayley se vea en medio de una sublevación que sólo causará más violencia—señala Elijah en respuesta—Te arriesgas a convertir Nueva Orleans en un campo de batalla. Y no dejaré que eso pase.
—Los tambores de guerra sonaban antes de nuestro regreso. Te sugiero que utilices menos esto—señala su boca—Y más estos—señala sus orejas—
Sonríe, sentándose junto a Arielle, quien toma un trago de su café mientras les escucha con atención. Elijah suelta un suspiro de frustración, abandonado la sala.
—A ver que me quede claro—suspira Arielle al quedarse a solas con Klaus—Todo esto con Genevieve es para mantener a Hayley a salvo porque yo te lo he pedido, ¿no?
—Exacto, mi amor—sonríe el hibrido—
—Ya, bueno. Si para lo que pretendes hacer necesita a una bruja podrías haber acudido a Olivia, Juliette o Amelia.
—Juliette, la bruja amiga de Marcel—señala, formando una mueca en su rostro—Y sus dos hermanas, a las que apenas conoces. Además, su deber es protegerte a ti, no meterse en medio de esto. Mi trato con los lobos no es por Hayley, sino por ti y nuestra hija. Ese bebé tiene genes de lobo, necesitará un manada, ¿y cuál mejor que la de Nueva Orleans y a la que pertenece tu amiga?
Arielle rueda los ojos, tomando otro trago de su café. En ese instante el teléfono de Klaus vibra anunciando una llamada.
—Piénsate muy bien lo que vas a decir. Es fácil que al oír tu voz me arrepienta de haberte mostrado tanta clemencia—se queja al contestar la llamada—
—Si, si, sé que me tienes en tu lista negra—suspira Marcel al otro lado de la línea—Pero Cami os necesita a ti y a Arielle. Por mucho que me odies a mi, no la hagas sufrir por ello. Está con Kieran.
Klaus suspira, colgando el teléfono. Arielle deja su taza de café encima de la mesa y se levanta con decisión.
—Vamos—ordena—
Klaus le dedica una sonrisa divertida antes de imitar su acción, siguiendo sus pasos.
—Tú siempre preocupada por todos, mi amor—suspira, provocando que Arielle ruede los ojos—
Al entrar en la iglesia las voces les guían directos al desván donde Davina solía vivir. Allí, Arielle y Klaus se encontraron con Cami, Josh, un doctor y con el padre Kieran, al cual mantenían atado a una silla.
—El infierno aguarda a los de tu calaña—exclama Kieran hacia Josh—
—No es la primera vez que me lo dicen—suspira el chico, colocándole un cinturón entre los dientes—
—Vaya escenita tan grotesca—comenta Klaus, atrayendo la atención de todos los presentes hacia él—
—Arielle, Klaus. ¿Qué hacéis aquí?—cuestiona Camille con confusión—
—Recibí una llama urgente en tu nombre—explica Klaus, adentrándose en el desván—Se nos ha encargado hacer lo que el cobarde de tu novio no ha podido. Y, por lo que veo, diría que es disuadirte de la locura que estás apunto de cometer.
—¿Eso es una silla eléctrica?—cuestiona Arielle, confusa—
Camille ignora sus comentarios y preguntas, volteándose hacia el médico que les acompañaba.
—¿Preparado?—le pregunta con seriedad—
—Por favor, te suplico que no me obligues a hacer esto—le pide él—
—Bien, lo haré yo misma—declara con firmeza—
Agarra las palas eléctricas, las hunde en gel y se coloca tras la silla donde se encontraba su tío.
—Cami—Arielle llama su atención—Tu tío es un buen hombre. No merece sufrir.
—Ya lleva semanas sufriendo. Se muere, Arielle. Está es su última esperanza.
Coloca las palas sobre las sienes de su tío y enciende la maquina, provocándole una descarga. Kieran ahoga un grito de dolor
Al terminar, Camille le entrega las palas a Josh, rodea la silla y se coloca frente a Kieran.
—Cami—murmura Kieran al tenerla frente a él—¿Qué demonios me has hecho?
—Hay que volver a hacerlo—declara Camille entonces—
—¿Lo dices en serio?—cuestiona Josh, incrédulo—
—Ha dicho algo cuerdo, funciona—se dispone a agarrar las palas, pero Arielle se lo impide—
—Doctor, mire a su paciente—le indica Klaus al médico a su lado—
—Aléjate de mi—se queja Kieran cuando el médico comienza a examinarle—
La maquina de control comienza a pitar cada vez mas rápido, mientras el doctor observa los ojos de Kieran con su linterna.
—El latido es irregular. No puede seguir con esto, le va a matar—declara con firmeza—
—No—se queja Camille—
—Cami, tenemos que hablar—declara Arielle, colocándose frente a ella—
Dudosa, Camille decide aceptar su petición, bajando con ella y con Klaus hasta la sala principal de la Iglesia.
—Debes ir mentalizándote—declara Klaus—Esta historia no tendrá un final feliz.
—Pero el tratamiento...
—Le mataremos—interrumpe Arielle con tristeza—
—Si lo pones al borde del colapso tendrás que vivir con ello—asegura Klaus—Aunque tu intención sea noble.
—¿Y qué hago, entonces?—inquiere, desesperada—¿Esperáis que me rinda?
—Es el momento—asegura Arielle, mirándola a los ojos—No lo dejas tirado, Cami, lo dejas ir.
—Esto no os incumbe—declara, dándose la vuelta para volver al desván —
Arielle suspira con frustración, compartiendo una mirada preocupada con Klaus.
Klaus, Camille y Josh sujetaban a un nervioso y alterado Kieran contra la cama mientras Arielle contestaba a la llamada urgente de Hayley.
—Arielle, ¿dónde estáis?—cuestiona la loba, claramente alterada—
—Arderá su ira contra ti, demonio—exclama Kieran hacia Klaus, provocando que Arielle se de la vuelta para mirarles—
—En una situación delicada. Si se puede llamar así—responde Arielle, abandonando el desván—
—Alguien ha enviado a un mensajero bomba al pantano esta mañana—informa Hayley entonces—
—¿Qué? ¿Dónde estas?—cuestiona, preocupada—
—Ahora estoy en la ciudad. Estoy bien—asegura—Detrás de un ataque así debe de estar Marcel. Odia a los lobos desde hace años y viendo su artimaña con las brujas... Lo he localizado. Si queréis venir, voy a decirle cuatro cosas por intentar mandarnos al otro barrio.
—Ya basta—se queja Klaus mirando al médico—¿Puedes llevártelo de aquí, por favor? Que no recuerde nada.
Josh asiente y sale del desván junto al doctor.
—Hayley, escucha—le pide Arielle con preocupación—Te aseguro que en cuando acabemos aquí podremos prestarte toda la atención. Pero mientras, por favor, no te busques problemas.
—No te preocupes—le dice ella—Elijah está conmigo.
La llamada termina antes de que Arielle pueda decir nada. Un bufido de frustración abandona sus labios al volver a entrar en el desván. En ese instante la maquina de signos vitales de Kieran comiénzame a pitar de forma estática a la vez que el hombre se queda completamente quieto.
—Está en parada cardiaca—observa Arielle al ver la linea continua en el monitor—
—Será mejor que no mires, Cami—declara Klaus, hundiendo su mano en el pecho de Kieran—
—¿Qué estás haciendo?—exclama la humana, confusa y asustada—
—Un masaje cardiaco—responde—Su cuerpo se está colapsando. Aún con mi ayuda no le queda mucho tiempo.
—Vuestra sangre—señala Camille, volteandose a mirar a Arielle—Si bebe vuestra sangre, volverá, ¿verdad?
—Como un vampiro en transición, si—señala Klaus, parando el masaje cardiaco—En cuanto al hechizo... quizá su muerte sea un alivio.
—Hazlo. Hazlo, por favor, Klaus—suplica entre lagrimas desesperadas—No puedo... dejarle morir, así no.
Klaus la observa con atención antes de compartir una mirada con Arielle. Entonces se muerde la muñeca y la acerca a la boca de Kieran. Saca su otra mano de su pecho y deja que su corazón deje de latir. La maquina pita anunciando su muerte, y Camille no puede evitar llorar al verle inmóvil y sin vida.
—Al fin. He estado buscándote—la voz de Juliette es la que recibe a Arielle cuando esta se adentra en el complejo—
—Dice la que lleva desaparecida semanas—señala Arielle, frenado sus pasos frente a ella—
—Lo siento. Marcel y yo...
—¿Marcel y tú?—Arielle eleva sus cejas, interesada por sus palabras—
—Es mi amigo. Nos hemos ayudado a lo largo de los años. No tenemos una relación muy estable, pero él está protegiendo a Davina. Y yo siempre protegeré a Davina—le explica—He estado en el pantano. He visto a Elijah ayudar a los lobos tras el ataque.
—¿Están todos bien?—inquiere Arielle, preocupada—
Juliette suspira, bajando la mirada al suelo.
—No. Muchos han muerto—admite—Pero Hayley, Jackson y Ander están bien.
—¿Has hablado con ellos?
—Hayley creía que el responsable del ataque era Marcel. Contando con eso y con que soy una bruja, si me hubiera presentado allí me habrían matado.
—Así que les espiaste—asume Arielle—
—Lo mejor que podía hacer—señala—¿Dónde has estado tú?
—El padre Kieran a muerto—explica, sin entrar en detalles—Está en transición. El hechizo que las brujas le lanzaron se ha roto tras su muerte.
—No.
La respuesta de Juliette confunde a Arielle.
—¿No?—eleva sus cejas, confusa—
—Un hechizo así no se rompe tan fácilmente. Está en transición, ¿cierto? Lo que quiere decir que técnicamente sigue vivo. Hay magia involucrada en el proceso de transición a vampiro. Un hechizo tan fuerte continuaría activo.
Arielle frunce el ceño, pensado en sus palabras con detenimiento.
—Cami—murmura entonces, preocupada—
Sin pensarlo un segundo, Arielle abandona el complejo con su velocidad vampírica. De vuelva en la iglesia, la chica Salvatore se encuentra con el padre Kieran, trasformado en vampiro y apuntó de matar a su sobrina. En un acto de protección, Arielle corre, colocándose tras él para romperle el cuello antes de que pueda hacer nada.
Camille levanta su mirada asustada hacia ella. Arielle supo a la perfección lo que la humana quería decirle con esa mirada.
—Lo siento, padre—murmura, agarrando un trozo de madera de un banco roto y clavándoselo en el corazón—
La iglesia se quedó en un profundo y pesado silencio mientras el cuerpo de Kieran se disecaba. Una herida Camille comenzó a arrastrarse hasta uno de los bancos, las lágrimas caían por sus mejillas. Tras todo lo ocurrido Arielle no esperaba menos. Nadie se merecía ver a un ser querido pasar por eso.
—Cami.
Arielle se agacha a su lado, ayudándola a ponerse en pie. Los brazos de la humana envuelven su cuerpo en un abrazo. El gesto toma a Arielle por sorpresa, pero no duda en correspondérselo.
—Está bien, Cami. Todo ira bien—le asegura en un susurro—Te llevó a casa, ¿vale?
Se separa de ella para mirarla a la cara. Aún en shock, Camille asiente a sus palabras, apoyando su cuerpo al de Arielle para comenzar a caminar hacia la salida de la iglesia. Fue ahí donde ambas se toparon con Klaus. Sin necesidad de intercambiar palabra, Klaus se adentró en el edificio, listo para ocultar lo que había ocurrido.
Tras dejar a Camille en compañía de Marcel, Arielle volvió al complejo, encontrándose de nuevo con Juliette.
—No sé quién ha provocado el ataque en el pantano. Pero si sé que las brujas fueron las responsables de lo ocurrido con el padre Kieran. Confío en que tú y tus hermanas sepáis elegir el lado correcto en la guerra que se está aproximando—declara, sin molestarse en mirar a la pelirroja—
—Nosotras siempre estaremos de tu lado, Arielle—asegura Juliette—
—Si eso es así, tenéis que proteger a Hayley. Y espero, Juliette, que no dejes que Marcel cometa más estupideces. Davina, Josh, sé que están de su lado o al menos bajo su protección. Ellos me importan. Pero si intentan hacerle daño a mi bebé...
—No lo harán. Marcel tiene sus principios. Especialmente con niños—le explica. Arielle asiente, reanudando sus pasos—Arielle. Si yo fuera tú, tendría cuidado con los humanos. Parecen inofensivos, pero esta guerra tiene cuatro facciones, no sólo tres. Y no confiaría en Genevieve.
—No lo hago—asegura, subiendo las escaleras—
Juliette suspira, abandonado el complejo.
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