XVII. I Do


CAPÍTULO DIECISIETE
SI QUIERO

"Ladies and gentlemen, will you please stand? With every guitar string scar on my hand, I take this magnetic force-of-a-man to be my lover. My heart's been borrowed and yours has been blue. All's well that ends well to end up with you. Swear to be overdramatic and true to my lover"


La noche había llegado a Nueva Orleans y con ella, Stefan, Damon y Enzo habían llegado a la ciudad por petición de Klaus. Algo que les pareció raro, pero no se molestaron en preguntar pues querían ver a Arielle, y a Hope. Además, cuando Klaus les aviso, los tres se encontraban viajando en busca de Julian, así que no estaban muy lejos de Nueva Orleans.

—¿Estas bien?—Klaus se asoma a la habitación, donde Arielle llevaba unas horas tocando el piano—

—Estoy mejor—suspira ella, dedicándole una leve sonrisa—

—Bien—sonríe, acercándose a ella—Había pensado... solo si tú quieres...

Su voz sonaba entrecortada, como si estuviera nervioso. Ese sentimiento no era muy común en Klaus, así que Arielle no tardó en ponerse alerta. Él nunca estaba nervioso. Pero al verle acercarse a su mesita de noche para sacar una pequeña cajita negra, Arielle lo entendió todo.

—Cuando te fuiste me dijiste que tu respuesta a mi pregunta seguiría siendo "si", pero quiero estar seguro—Klaus vuelve a acercarse a ella, abriendo la caja en cuyo interior se encontraba su anillo de compromiso—¿Quieres...

Antes de dejar que termine la pregunta, Arielle se pone en pie y le envuelve en un abrazo.

—Si—le interrumpe—Si. Si. Si. Y mil veces "Si". Nunca cambiaría de opinión sobre eso.

Klaus sonríe, sujetándola de la cintura para poder separarla lo suficiente de su cuerpo y unir sus labios en un beso. Si la primera vez que ella le había dicho que "si" se había sentido feliz, esta vez se sentía aún más feliz por su afirmación.

—Siento interrumpir, tortolitos—Enzo se asoma a la habitación, apoyándose en el umbral de la puerta—

Soltando un pequeño gruñido, Klaus da un paso atrás. Arielle sonríe divertida, pero su sonrisa pronto se convierte en un ceño fruncido lleno de confusión.

—¿Enzo? ¿Qué haces aquí?—inquiere, volteándose hacia su amigo—

Ignorando completamente su presencia, el vampiro se voltea hacia el hibrido.

—Ya está todo listo—le informa—

Arielle entrecierra los ojos, mirando a ambos con aún más confusión que antes.

—¿Qué está listo?—inquiere—

Klaus no responde, simplemente se limita a agarrar una de sus manos para colocarle el el anillo de compromiso con suavidad antes de salir de la habitación junto a Enzo.

—¿Qué?... ¡Nik!

Antes de poder seguirles, Stefan y Damon cortan su camino al aparecer en la puerta de la habitación.

—Hola, hermanita—sonríe el mayor de los tres—

—¿Qué hacéis aquí?

—Yo vengo a por Hope—le responde, entrando a la habitación de la niña, quien se encontraba jugando con la pieza de ajedrez que Klaus le regalo a Rebekah cuando eran pequeños—

Arielle le sigue con la mirada y le observa coger a Hope en brazos mientras una sonrisa de ternura parece en su cara. Esa no era una mirada ni una sonrisa típica en Damon. Al menos, no hasta que por fin había tenido el placer de conocer a su sobrina.

—Nos vemos abajo—Damon sonríe al pasar junto a ella—

Soltando un bufido por la falta de respuestas, Arielle se voltea hacia Stefan.

—¿Qué está pasando?—exige saber, mirando a su hermano pequeño con autoridad—

Por un instante Stefan se sintió como si volvieran años atrás hasta su infancia.

—Lo de Julian no ha ido bien—le responde, tras aclararse la garganta—

Arielle rueda los ojos al ver que él tampoco responde a su pregunta.

—No me cambies de tema Stefan—se queja, frustrada—

—Las sorpresas son sorpresas por algo—comenta Rebekah entrando a la habitación con la funda de un vestido en sus manos—

Stefan se voltea hacia la Original.

—¿La caja?—le pregunta—

—En la habitación de Ric—señala, dejando la funda del vestido sobre la cama—Aún hay que decidir quién es el encargado.

—Vale—asiente Stefan—Hablaré con los demás.

—¿Hablar sobre qué?—Arielle pone toda su atención en Rebekah una vez Stefan abandona su habitación—¿Qué  esta ocurriendo, Rebekah?

En vez de responder con palabras, la original se limita a sonríe lo que provoca que Arielle se cruce de brazos, ruede los ojos y suelte otro bufido. Olivia, Hayley y Freya se adentran entonces en la habitación, perfectamente vestidas con unos preciosos vestidos, al igual que Rebekah.

—¿Porque estáis tan elegantes?—Arielle las observa ahora con más curiosidad que otra cosa—Es navidad, ¿sabéis? Ni que celebráramos una...—Arielle se queda completamente sin palabras al ver el precioso vestido blanco que había dentro de la funda que Rebekah había traído—Boda.

—De mi colección—explica Rebekah con una sonrisa—Fue idea de Nik.

—Entonces la caja...

—Los anillos—explica Freya—

—Mis hermanos, Enzo... ¿Habéis organizado una boda?—Arielle las observa con perplejidad—

—Más o menos—responde Olivia—

—Ha sido todo idea de Klaus—señala Hayley con una sonrisa—

—Ahora prepárate—le ordena la chica Bluemoon—Tienes que escoger madrina, damas de honor y padrino.

Aún sorprendido por ello, Arielle las observa con asombro y alegría.

—¿Me valdrá?—inquiere tras unos segundos, volviendo su mirada hacia Rebekah—Creo que voy a explotar—señala su abultado vientre—

—Tranquila, te quedará perfecto—asegura Rebekah—


Cuando los ojos de Elijah se encontraba con la figura de Olivia descendiendo las escaleras de la sala de baile le es imposible no sonreír con asombro. Ignorando la ensoñación del Original, Stefan se acerca a él para entregarle una copa de bourbon.

—Gracias—murmura, agarrando la copa entre sus manos sin dejar de mirar a Olivia, quien ahora le devolvía la sonrisa—

Siguiendo su mirada, Stefan sonríe levemente.

—Es guapa—admite el más jóvenes de los hermanos Salvatore—Tienes suerte.

Bajando su mirada hasta la copa ens us manos, Elijah asiente levemente.

Klaus aparece entonces en la sala, totalmente preparado con su traje de boda, y se acerca a su hermana Freya, quien le sonríe y le deposita un beso en su mejilla.

—Bien, yo oficiare la boda—anuncia Damon, atrayendo la atención de todos—Así que, Klaus, tendrás que elegir a otro para que sea tu padrino.

—Arielle lo escogerá—Klaus le quita importancia, compartiendo una mirada con su hermano mayor—Ella lo escogerá todo. ¿Quién tiene los anillos?

—Yo—Stefan levanta la mano—

—Y yo tengo a Hope—sonríe Alaric, entrando a la sala con la niña en sus brazos—Así voy practicando.

Klaus rueda los ojos, pero la llegada de su hermana pequeña le vuelve a sacar una sonrisa.

—Ya está todo listo—anuncia Rebekah, bajando las escaleras con una gran sonrisa en sus labios—

Hayley asiente, bajando tras ella.

—No, no lo está—niega Klaus, compartiendo una mirada con su hermano—Falta elegir al padrino, a la madrina, a las damas de honor, y al que lleve a Arielle al altar improvisado junto al árbol de navidad. Por no hablar de que quién está sujetando a mi hija en brazos es un padre primerizo, cuyos bebés aún no han nacido, y que están dentro de la novia. Mi novia.

Rebekah parpadea barias veces, aturdida por su verborrea.

—Relájate, Nik—le pide, acercándose a él—Nunca te había visto tan nervioso.

Frustrado, Klaus rueda los ojos, robándole la copa de bourbon a su hermano lara tomar un trago.

—Arielle ya ha respondido a todas las cosas que faltan—comenta Hayley, atrayendo su atención—Damon oficia la boda, así que... Stefan, tu hermana te espera arriba.

Stefan no puede evitar sonreír ante aquello. Damon golpea su brazo con cariño y orgullo mientras Stefan le entrega la caja de los a Elijah antes de subir las escaleras para reunirse con su hermana.

—Sentimos llegar tarde—Jackson se adentra en la sala junto con su hermano y Camille—No encontrábamos los trajes.

Hayley sonríe al verle.

—Está bien—asegura la castaña, acercándose a él para unir sus labios en un beso—

Jackson le corresponde el beso con una sonrisa antes de acercarse a Alaric para saludar a la niña en sus brazos. El lobo Kenner había establecido una cercana relación con la pequeña Hope los últimos meses siendo su niñero la mayor parte del tiempo.

—Hola, peque—sonríe, tocando su nariz—

Hope ríe, estirando su mano para agarra uno de sus dedos.

—Bien, los invitados cuidad de Hope—señala Rebekah—

—Bueno, eso me parece algo importante—asegura Enzo, agarrando a Hope en sus brazos—¿Verdad que si, mini Elle?

La niña sonríe sin soltar la mano de Jackson.

—Bien, Freya...—Rebekah se voltea hacia su hermana—Arielle quiere que seas la madrina. Y Hayley y yo las damas de honor. Olivia, te encargas de traer lo necesario para la ceremonia y eres la pareja del padrino. Enhorabuena, Elijah.

Sorprendido por sus palabras, Elijah se voltea hacia su hermano.

—¿Me ha elegido a mi?—cuestiona, confuso—

Olivia sonríe con orgullo, agarrando su mano.

—Arielle cree que es lo que Klaus habría decidido—le explica la chica Bluemoon—

—Pues se equivoca—comenta el aludido, atrayendo las miradas de todos—Bueno, en realidad no. Si que quiero que seas el padrino.

Elijah sonríe levemente.

—Será un honor—asegura entonces—

Klaus asiente, compartiendo una mirada con él.

—Bien—sonríe Rebekah—Todos a vuestro puestos.


—Estas preciosa—Stefan no puede evitar sonreír al llegar junto a su hermana—

Sus palabras devuelven a Arielle a la realidad, sacándola de sus nerviosos pensamientos y dudas. Ella amaba a Klaus y quería casarse con él, pero la preparación tan repentina de su boda había atraído todos esos nervios de golpee. Su corazón latía mucho mas rápido de lo normal y sus manos no dejaban de sudar.

—Rebekah tiene un buen gusto—sonríe nerviosa—

Notando sus nervios, Stefan no duda en acercarse a ella para envolverla en un abrazo. Sus brazos rodeando su cuerpo y su aroma familiar calman a Arielle instantáneamente.

—Tú también estás muy guapo, por cierto—comenta al separarse del abrazo—

—Ninguno podemos competir con Hope—sonríe divertido—

—Oh, estoy segura de que Olivia la ha dejado preciosa—Arielle sonríe ante el pensamiento de su hija. Stefan asiente—

—Deberías haber visto la cara de Elijah al ver a Olivia bajar las escaleras. Tenias razón al decir que esta completa y tontamente enamorado.

—¿Verdad?—Arielle sonreí con entusiasmo, golpeando su brazo con cariño—Están hechos el uno para el otro.

Stefan asiente, feliz por haberla sacado de sus nerviosos pensamientos.

—¿Lista?—inquiere entonces con una pequeña sonrisa—

—Lista—suspira Arielle, entrelazando su brazo con el suyo—

Mirando el anillo de compromiso en su mano, Arielle y Stefan comienzan a caminar hasta las escaleras. Es entonces cuando las miradas de todos se posan en ellos, para verles descender las escaleras lentamente.

Los ojos de Arielle conectan rápidamente con los de Klaus, quien no duda en dedicarle una sonrisa. Como si sólo estuvieran ellos dos solos en ese momento, Arielle sintió todos sus nervios desaparecer de ella. Tan metido en su pequeña burbuja de amor, Arielle apenas se dio cuanta de cuando Stefan soltó su mano, solo pudo concentrarse en lo que las manos de Klaus unidas a las suyas le hacían sentir.

—Bueno, bienvenidos todos—la voz de Damon a su lado la saca de sus pensamientos—Hermanita, estas preciosa.

Arielle se voltea hacia él y sonríe antes de volver a conectar sus ojos con los de Klaus.

—Esto es algo extraño para todos—continúa Damon—Creo que ninguno nos imaginábamos a Klaus casándose con alguien. Así que... ¡Momento histórico! Bueno, esto no es una boda normal, como todos comprenderéis. Más que nada porque aquí ninguno es normal, ni si quiera tú, Ric, ya sabes ex-Vampiro Original...

—Damon—le interrumpe su hermana al ver a Klaus rodar los ojos—

—Perdón—se disculpa rápidamente—Supongo que tenéis vuestros propios votos. Pero antes, hay algo que Stefan y yo hemos preparado para ti, hermanita. Siempre quisiste una boda especial y me acuerdo que una vez dijiste que querías un ritual de la arena si alguna vez te casabas.

—¿Vamos ha hacer un ritual de la arena?—sus ojos se iluminan con entusiasmo—

—Si—sonríe Olivia, acercándose a ellos con dos botes llenos de arena, una de color azul y otra de color morado—

—Esto va así—suspira Damon, agarrando un tarro trasparente y vacío entre sus manos—Agarráis la arena, pronunciáis los votos, y al terminar metéis, a la vez, la arena en este bote, mezclándolas. Después os colocáis los anillos, y bueno, el final.

—El beso—añade Rebekah con una sonrisa—

—Si, el beso—suspira Damon con incomodidad—¿Quién quiere empezar con los votos?

—Lo haré yo—notando los nervios de Klaus, Arielle decide tomar la iniciativa—No he preparado nada, pero... Sé que a Nik le cuestan los sentimientos,

Su comentario hace que todos sonrían, excepto Klaus, quien rueda los ojos. Arielle sonríe, suspira y entrelaza su mano izquierda con la de su novio mientras sujeta la arena morada con la otra.

—Bien—suspira nerviosa—Nik... No puedo prometer nada, creo que ninguno de los dos puede, nuestras vidas son como una montaña rusa y no hay nada seguro... excepto lo que siento por ti. Te quiero. Más que a cualquiera que haya querido alguna vez. Tenemos una hija preciosa y no puedo esperar más para pasar la eternidad a tu lado.

Al oír sus palabras, Klaus no puede evitar volver a sonreír. Entonces suelta su mano y la lleva hacia su mejilla para acariciarla con delicadeza. Arielle cierra los ojos y disfruta de su tacto.

—La eternidad contigo es lo único que quiero—declara Klaus entonces—Tú y Hope sois las únicas personas por las que moriría. Te amo más que a mi mismo, más de lo que nunca pensé que podía amar a alguien. Pero hay algo más importante. Confío en ti. Confío en ti como en nadie, eres la única que me conoce de verdad. Y quiero ser tu familia. Por y para siempre.

Arielle sonríe y se dispone a besarle.

—Aún no hemos llegado a ese momento—habla Damon, interrumpiéndola—La arena.

Ambos suspiran y vierten la arena de cada color en el jarrón que Damon sujeta en sus manos.

—Bien, ahora los anillos.

Elijah asiente y saca la caja de su americana para entregársela a Klaus, quien la abre y agarra el anillo de Arielle entre sus dedos.

—Por y para siempre—sonríe, colocándole el anillo junto al de compromiso—

Arielle sonríe y lo mira con atención antes de agarrar el otro anillo.

—Por y para siempre—sonríe ella, colocándole el anillo—

—Bien, ahora si—suspira Damon con una sonrisa—Klaus, puedes besar a la novia.

El híbrido sonríe, sujetando a Arielle de la cintura para acercarla a su cuerpo. Arielle sonríe y une sus labios en un delicado beso mientras todos aplauden con felicidad.


Una hora más tarde, Arielle se había cambiado de vestido, pues quería guardar el de la boda en buen recaudo. Así que ahora se encontraba con un vestido rojo, más corto e informal. La familia se había reunido alrededor del árbol de navidad, la atención de todos puesta sobretodo en la pequeña Hope.

—Deberíamos bailar—Olivia se voltea hacia Elijah con una sonrisa entusiasta—

—¿Bailar?—eleva sus cejas con diversión mientras se llena una copa de bourbon—

Olivia asiente.

Pensativo, Elijah baja su mirada hacia la copa en sus manos.

—¿Puedes decirme una cosa antes?—le pide, tras unos segundos—

Olivia frunce el ceño, observándole con confusión antes de asentir levemente.

—Conocías a Tristan de antes, ¿no es cierto?

Su pregunta provoca que un pesado suspiro abandone los labios de Olivia. Sus ojos, nerviosos, se apartan rápidamente de él, fijándose en la preciosa me seña familiar que se estaba llevando a cabo en la sala de baile. Hayley tenía a Hope en sus brazos mientras Enzo, Camille y Stefan abrían los regalos que le habían traído y Jackson movía el peluche favorito de la niña, haciéndola sonreír. Cerca de ellos, Damon y Freya compartían una pequeña conversación y en el sofá, Klaus y Arielle se mantenían con las manos entrelazadas mientras observaban a su hija.

—Lo conocí hace poco más de 500 años—responde Olivia entonces, volviendo la mirada hacia el original frente a ella—Por aquel entonces estaba siguiendo una pista sobre el posible paradero de mi hermano pequeño. Un vampiro me dijo que creía haber visto a otra de mis hermanas en un pequeño pueblo cerca de Paris. Eloise no estaba allí, pero conocí a un chico, Matthias.

—Te enamoraste—asume Elijah al reconocer la mirada triste en sus ojos—

Olivia asiente levemente, aferrándose a la copa de champagne en sus manos.

—Matthias tenía una hermana pequeña, Daphne.

—¿Daphne Bernard?—Elijah eleva sus cejas con curiosidad y sorpresa—

—Ambos me acogieron en su casa después de que le salvara la vida a una de sus cabras.

—Allí conociste a Kol—asume Elijah—

—Kol llevaba tiempo viajando, aprendiendo de brujas y... cuando descubrió el nombre de mi familia se empeñó en encontrar a alguno de nosotros. Y lo hizo. Me encontró a mi—le explica—Hablábamos de magia, de su historia familiar... Resultó ser muy amable y durante esos pocos años controló su sed de sangre. Si le preguntaras te dirá que fue por qué yo sé lo pedí. Creo que tenía un pequeño crush conmigo... pero nuestra relación era puramente platónica. Y yo estaba enamorada de Matthias. Ambos estábamos enamorados. Tan enamorados, que cuando Kol oyó de la presencia de los Strix en un pueblo cercano y decidió irse, Matthias le suplico que le convirtiera en un vampiro para poder pasar una vida eterna a mi lado. No tener contacto con mi familia y abstraerme de usar mi magia me habían dejado bastante débil. Como todas las brujas, la magia formaba parte de mi, pero necesitaba ciertas cosas para poder luchar contra vampiros como los Strix. Y esas cosas no estaban a mi alcance cuando ellos nos encontraron a Matthias y a mi en la frontera con España. Estábamos viajando para estar juntos.

—Os encontraron.

—Tristan quería saber quién era mi familia, por qué había podido vivir tantos años, por qué mi apellido era tan difícil de escuchar y por qué nadie parecía recordarme. Así que nos secuestro y mató a Matthias delante de mi. Le arrancó el corazón ante mis ojos—admite, limpiándose las lágrimas que habían descendido por sus mejillas—Cuando Daphne encontró a su hermano una hora después, yo ya había desaparecido. No podía quedarme ahí, sabía que Tristan iría tras de mi...

Elijah baja la mirada pensativo.

—Tú eres la que estuvo matando Strix durante el siglo siguiente—asume, volviendo a mirarla—

Olivia traga saliva con dificultad, notando un nudo en su garganta.

—No porqué quisiera. Tristan los mandaba detrás de mi—se justifica rápidamente—

—Todo mientras Daphne conoció a mi hermana en Cádiz, España y se convertía en vampiro.

Olivia baja la mirada. La realidad es que no sabía cómo había acabado Daphne convirtiéndose en vampiro, pero aquello tenía sentido. Y tenía aún más sentido que Elijah preguntara por eso ahora que Rebekah había vuelto y habían podido hablar.

Notando su dolida mirada, Elijah estira su mano hacia la chica Bluemoon, agarrándola delicadamente de su muñeca derecha para acercarla a él.

—Elijah, yo... Siento no habértelo dicho antes. Matthias era...—sus palabras se quedan atragantadas en su garganta ante el recuerdo del dolor de su muerte—No sabía cómo empezar esa conversación. Y Tristan hacia como si no me conociera, así que yo hice lo mismo. Pero no debí. Debería haber confiado en ti y...

—No es culpa tuya, Liv. Él quería hacerte daño, por eso admitió a Daphne en los Strix y la trajo hasta aquí. Por eso se acercó a ti—acaricia su piel con delicadeza—

—Mate a esos vampiros por pura supervivencia. Mi tía seguía nuestro rastro, no tenía otra opción.

—Está bien—asegura, llevando una mano hasta su mejilla—Tristan acabara pagando por lo que hizo.

Aunque dudosa de que aquello fuera cierto, Olivia decidió creer las palabras de Elijah y asintió levemente, cerrando sus ojos ante el delicado y tranquilo tacto de su mano contra su mejilla.

—Oh, Rebekah—se lamenta Freya al ver a su hermana entran en la sala mientras se colocaba una chaqueta—¿Tan pronto?

Rebekah suspira con tristeza, asintiendo.

—Cuida de nuestros hermanos—le pide ella, envolviéndola en un abrazo—Está claro que lo necesitan.

Al separarse de Freya, Rebekah se acerca a Elijah y Olivia para darles un beso en la mejilla como despedida.

—Adiós, cariño—se despide de Hope, quien se encontraba en los brazos de Stefan—

Stefan le dedica una sonrisa junto a Damon, Enzo y Alaric. Sonrisa que Rebekah no tarda en devolver antes de darse la vuelta para despedirse de Hayley.

—Siento lo que te he dicho, Hayley—se disculpa—

—Tranquila—le responde ella, dedicándole una sonrisa tranquilizadora—

—¿Sabes? Cuando me fui la última vez creí que odiarías a Klaus para siempre.

—Yo también—admite la hibrido, posando su mirada en el aludido—Pero por Arielle... Ademas, incluso odiándole...

Recordando como ella misma había dicho esas palabras, Rebekah sonríe y la envuelve en un abrazo.

—Siempre te vas—se lamenta Klaus cuando su hermana se acerca a Arielle y a él—

—Y siempre vuelvo—sonríe ella, abrazándole—

—Huye lejos y rápido—le pide Klaus al separarse de ella—Que nada te entretenga. Y si por casualidad conoces a algún idiota guaperas, recuerda tus debilidades.

—Quizá debamos intercambiar los papeles—propone Rebekah, posando su mirada en Arielle—Yo huiré del amor, si tú corres hacia él.

—Creo que ya lo he hecho—sonríe Klaus, entrelazando su mano con la de Arielle—

Rebekah sonríe.

—Te echaremos de menos, Bex—asegura Arielle, envolviéndola en un abrazo—Ojalá no tuvieras que irte.

—Lo sé. Pero es lo mejor para que todos superemos esta profecía—asegura la original al separarse del abrazo—Prométeme que seguiréis intentando recuperar a Kol. Yo no creo que pueda continuar buscando. Los Strix sabían lo que estaba haciendo cuando em encontraron.

—Olivia está en ello, pero desde que atraparon a su hermana... Y Davina no está pasando un buen momento ahora a que ya no es la líder de los aquelarres.

—Ojalá pudiera hablar con ella—se lamenta Rebekah—

—Le mandaré recuerdos.


Era una noche tranquila y agradable en Nueva Orleans, por lo que Arielle decidió apoyarse en el balcón de su habitación para contemplar la ciudad. Aquella noche Hope la pasaría con Hayley y Jackson en su piso al otro lado de la calle, dejando que Arielle y Klaus pudieran pasar su primera noche de casados solos.

Al oír unos pasos familiares detrás de ella, Arielle voltea su cabeza, encontrándose con la mirada de Klaus posada en ella.

—Perdona, pareces...

—No digas cansada—le advierte con molestia—Has vivido lo suficiente para saber que a una mujer nunca hay que decirle eso.

—Iba a decir, abstraída—aclara, haciéndola reír—¿Estabas pensado en algo?

—Estaba pensando en ti—admite, mirándole a los ojos—Y en la boda. Y en estos preciosos anillos—señala su mano—He visto que dentro están escritas nuestras iniciales junto a una palabra. Always.

—Si, el mío pone, Forever. La idea fue de Freya.

—Por y para siempre. Me gusta—sonríe Arielle—¿Estas bien?

—Estaba pensado en lo que pasó y en el daño que podría haberte hecho.

Arielle sabía de lo que hablaba. Hablaba de Aurora y del día que la secuestró.

—No lo hizo—recuerda ella—No lo hizo, gracias a ti. Ya no sé cuantas veces has estado ahí para mi. Y para todo el que te importa. De hecho aunque no lo digas sé que estarás ahí, si mis hermanos, Enzo o Alaric te necesitan, porque me importan a mi. Como Hayley y Olivia.

—Haría lo que fuera por ti—asegura, acercándose a ella—Lo que te importa a ti, me importa a mi. Como esos bebés. Porque si algo te hace feliz, yo procuraré que sigas teniéndolo. Y alejaré todo aquello que te amenace. Porque te quiero.

—Y yo a ti.

Mirándola lleno de amor, Klaus se inclina hacia ella, uniendo sus labios en un beso. Arielle sonríe y le devuelve el beso con felicidad. Las manos de Klaus se colocan delicadamente en su cintura, atrayéndola hacia su cuerpo y guiándola hasta la cama. Una vez allí, ambos se tumban lentamente en ella, separando sus labios, mirándose a los ojos con felicidad, tranquilidad y paz, y abrazándose con cariño.



¡SE HAN CASADO!
#BODAKLARIELLE
ARIELLE SALVATORE-MIKAELSON HA LLEGADO

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