XVI. Somewhere Only We Know


CAPÍTULO DIECISÉIS
ALGÚN LUGAR QUE SOLO NOSOTROS CONOCEMOS

"Working hard to get my fill. Everybody wants a thrill. Paying anything to roll the dice, just one more time. Some will win, some will lose. Some were born to sing the blues. Oh, the movie never ends it goes on and on, and on, and on"


—¿Te has vuelto loca?—exclama Klaus, adentrándose en la habitación—¿Se puede saber por qué le has dado permiso a Hayley para que cuente el secreto más importante de esta familia por una estupida boda mística?

Arielle suspira, girándose hacia él. No estaba segura de cómo Klaus se había enterado de aquello, pero tampoco importaba, sabía que esa conversación llegaría tarde o temprano.

—Porque confió en ella—declara en respuesta—

—Confías demasiado en la gente, Arielle—se queja, acercándose a ella—

—Cierto. Confié en ti—señala. Klaus bufa, dando un paso atrás—Hayley no pondrá en peligro la vida de Hope.

—¿Y cómo estas tan segura de eso?—cuestiona, incrédulo—Contarlo ya es poner en peligro a nuestra hija.

—No es tan sencillo, Klaus. Ya viste lo que hizo Finn. Cada día se vuelve más poderoso—señala, acercándose a él—Ahora mismo controla a más de la mitad de los lobos. El matrimonio de Hayley y Jackson podría impedirlo.

—Los frutos de esa estrategia no justifican el riego que supone para nuestra hija.

—Pero no hay riego si confío en Hayley—declara con firmeza, intentando mantenerse tranquila—Y ella confía en Jackson.

Klaus niega, apartando su mirada de ella.

—Tú piénsalo, Klaus—insiste, atrayendo su mirada de nuevo hacia ella—Podríamos tener todo un ejército de superlobos que protegerían a Hope como a una de los suyos.

—¡Hope no necesita un ejército de lobos!—exclama, frustrado—¡La protegeré yo mismo! Y me resultará mucho más fácil si no te dedicas a huir a Mystic Falls y a confiar la divulgación de secretos a esa amiga tuya.

—¡Maldita sea, Klaus!—exclama, harta de la discusión—Es nuestra oportunidad. Podemos llevarla a casa. Al menos deberíamos pensárnoslo.

—Yo ya lo he pensado—asegura—Y lo considero absurdo. Y en este asunto nadie puede rebatir mi voluntad, ni siquiera tú. Vas a decirle a Hayley que se cancela la boda.

La mirada de Arielle se endurece ante sus exigencias.

—Menos mal que no obedezco órdenes de nadie—declara con firmeza—Ni se te ocurra tocar a Hayley, Jackson o cualquiera de los lobos en mi ausencia. Hope es nuestra hija, no tuya solamente. Ahora, si me disculpas, me voy a Mystic Falls a impedir que alguien de mi familia materna muera por un estupido ritual de brujas.

Agarra su chaqueta, dispuesta a abandonar la habitación, pero Klaus agarra su brazo, impidiendo que se vaya.

—Suéltame—se queja, zafándose de su agarre—Estoy harta de escucharte. Avísame cuando quieras tener una conversación de verdad.

—¡Arielle!—exclama, volviendo a sujetarla del brazo para impedir que se vaya—

—¡No pienso quedarme callada mientras me dices qué puedo y no puedo hacer para proteger a mi hija!

—¡A nuestra hija!

—Oh, ahora es nuestra—se queja, soltando un bufido—Pero fue tu madre quien intentó matarla. Y a saber qué planea tu hermano, que es igual de psicótico.

—Yo me ocupará de Finn.

—Y luego, ¿qué?—inquiere—¿Te has olvidado de quién eres? Hope siempre será la hija de Klaus Mikaelson. El hibrido asesino de los mil enemigos. ¿No lo entiendes? Eres tú. Tú eres la amenaza. Eres tan paranoico que no concibes que esta boda pueda ayudarla. Podrá venir a casa. Los lobos seguirán a Hayley y estarán de nuestra parte.

—¡Los lobos no son de fiar!—exclama, frustrado—

—¡En tu mente paranoica nadie es de fiar! ¿Dónde acaba esto?

—¡Esto no acaba!—declara con firmeza—¿Tengo que recordarte que mate a mi propio padre para que estuviera protegida?

—¿De verdad?—inquiere, observándole con dureza—¿Por eso le mataste? ¿O lo hiciste solo porque tienes un miedo atroz a dejar que alguien, cualquiera, se te acerque? Sé que esta boda puede funcionar. Podemos traer a nuestra niña a casa. Pero tienes que confiar en mi.

Llevando una mano hacia su mejilla, Klaus asiente levemente.

—Confío en ti—asegura, apoyando su frente contra la suya—Más de lo que crees.

Arielle suspira levemente al escuchar aquellas palabras, pero cuando Klaus rompe su cuello todo se vuelve negro.

—Pero no confió en Hayley y en Jackson—declara, sujetando su inconsciente cuerpo—


Arielle se despertó en el interior de su coche. Un humano hipnotizado y obligado por Klaus conducía el vehículo en dirección a Mystic Falls. El enfado invadió a Arielle al darse cuenta de cómo el hibrido la había sacado de la ciudad para llevar a cabo su plan para frenar la boda de Hayley y Jackson. Pero ese enfado se trasformó pronto en preocupación por su amiga y el lobo.

El humano al volante no tardó en ofrecerle su sangre para alimentarse mientras ella le enviaba un mensaje a Hayley para asegurarse de su estuviera bien. Cansada de los juegos de Klaus, Arielle decidió usar la compulsión para que el humano se fuera por su propio pie, dejándola a ella conducir el coche de camino al pueblo de Virginia.

Aún sin recibir una respuesta de Hayley, Arielle abandonó su vehículo al llegar a la universidad de Whitmore. Colocándose bien su chaqueta y dándole otro vistazo a su teléfono, Arielle se acerca a Tyler y a Liv, los cuales caminaban por el campus.

—¿Se puede saber porque no me dijisteis lo de vuestro cumpleaños?—se queja, colocándose junto a la pareja—

—Para evitar que vinieras—declara Liv en un suspiro—¿Cómo lo has sabido?

—Tyler me lo dijo—señala al chico a su lado—

Liv se gira hacia él, dedicándole una mala mirada.

—¿En serio?—le observa incrédula—

—Ella quiere protegeros—señala el chico en su defensa—Es más de lo que cualquier otro vampiro de este pueblo quiere. Y ella puede mantener a Damon a raya.

—¿Puedo?—Arielle frunce el ceño, soltando un suspiro al recibir una respuesta de Hayley—

Ella y Jackson estaban bien y la boda seguiría su curso. Klaus les había amenazado y se había enfrentado a ellos, pero, de alguna forma, le habían convencido para que confiara en ellos. Eso era algo raro en él, pero la realidad es que lo había hecho por ella. Tal vez la había alejado de su episodio de paranoia que podría haber acabado en dos funerales, pero había escuchado sus palabras antes de hacerlo. Arielle confiaba en Hayley, y él confiaba en Arielle. La decisión era fácil al final del día.

—¿Cuál es el plan para parar vuestra fusión?—Arielle vuelve su atención a Liv, guardando de nuevo su móvil—

—Poner en práctica nuestro enorme poder de persuasión—declara la rubia—Convenceremos a mi padre de que Jo puede vencer a Kai, de que no tenemos por qué fusionarnos.

—Demasiado maquillaje—señala Luke hacia su hermana una vez les alcanza—Él no deberá estar aquí. Y, hola, Arielle.

—Hola—saluda la aludida, dedicándole una leve sonrisa—

—Tyler no se quedará—asegura Liv—¿Y por qué llevas corbata?

—Voy a pedirle al líder del aquelarre Géminis que nos libere de una antigua tradición. Necesito que me tome en serio.

—Dejadme hablar con él—propone Tyler, colocándose frente a ellos—

Arielle rueda los ojos.

—Ni se te ocurra intentarlo—declara Liv—Prométeme que no harás nada.

—¿Y si no le convencéis?—inquiere, preocupado—

—Lo haremos.

—Mueres—le recuerda Tyler—Tú y Luke os fusionáis, Luke gana y tú mueres.

—¿Confías en mi?—insiste Liv—

—¿Tengo elección?—inquiere—

—No—declara Arielle con obviedad, recibiendo una mala mirada por su parte—

—Tú tranquilo, Tyler. No me perderás—le asegura Liv, depositando un beso en sus labios antes de alejarse de él—

Arielle y Luke siguen sus pasos sin molestarse en despedirse de Tyler. A ninguno le caía especialmente bien el ex hombre lobo.

Tras pocos minutos más caminando, los tres se adentran en la cafetería de la universidad, donde su padre, Joshua Parker les esperaba. Aunque no se esperaba que Arielle les acompañará.

—Traigo refrescós—anuncia Arielle con una sonrisa, sentándose junto a Luke—

Sin embargo, su sonrisa se borra de forma instantánea al notar la tensión que se había producido en la mesa mientras ella había ido a la barra.

—¿Os negáis a fusionaros?—Joshua observa a sus hijos, ignorando la presencia de la vampiro—

—Queremos considera otras opciones—explica Luke—

—No hay otras opciones. Si una pareja de gemelos no se fusiona, el linaje Geminis dejará de existir tras mi muerte. Eso significa que todo el aquelarre morirá. ¿Es eso lo que queréis?

—No, claro que no—niega con rapidez—Pero tú gozas de buena salud y Kai está anulado. Lo que significa que tenemos tiempo para solucionarlo.

—No hay nada que solucionar. Es para lo que habéis nacido—señala su padre—

—No, papá—niega Liv, atrayendo su atención—Para eso nacieron Jo y Kai. Nosotros somos es plan B. Estamos aquí por si la primera remesa tenía algún fallo.

—Kai es un psicópata. Es extremadamente peligroso.

—Papá, Jo puede hacerlo—le asegura—Puede ganar. Solo queremos que le des una oportunidad.

—Todo esto os lo ha metido ella en la cabeza, ¿no?—inquiere, señalando a Arielle, quien se encontraba entretenida comiendo patatas fritas—No es de la familia, ni del aquelarre. Lo fue en su momento, ahora es un vampiro.

—Nunca lo fui—niega, llevándose otra patata a la boca. Joshua la observa con molestia—Oiga, yo no les dije nada. Estoy aquí porque me importan. Quiero decir, apenas les conozco y su aquelarre y familia me separaron de mi madre biológica. Lo cual me llevó a criarme con dos padres que me maltrataban psicológicamente y, de vez en cuando, también físicamente. Pero no es culpa de Luke y Liv. ¿Por qué es tan importante la fusión de todas formas?

—Es una maldición—explica Joshua. Arielle se limpia las manos, escuchándole con atención—Hace muchos siglos una bruja maldijo al aquelarre. Si la fusión no se lleva a acabo el aquelarre muere. Incluidos los dos gemelos que deben hacer el ritual. Tras terminarlo el vencedor se convierte en el líder y todo el aquelarre se encuentra unido a su vida y poder.

Arielle no pudo evitar notar una conexión entre aquel ritual y el de la boda de Hayley y Jackson. Eran muy distintos, pero al final del día se trataba de unir el poder y hacer más fuerte al resto de, en este caso, brujos del mismo aquelarre.

—No os estoy pidiendo nada que no haya hecho yo—declara Joshua, volviendo su atención hacia Luke y a Liv—

—Para ti es fácil decirlo—se queja Liv—Te fusionaste con tu gemelo y ganaste. No caiste muerto.

—No funciona así y lo sabes. Uno absorberá las cualidades del otro. Vuestras almas se unirán en un nuevo ser.

—Que será exactamente como yo—señala Luke, molesto—Si, sé que soy más fuerte que Liv. Lo que significa que ganaré si nos fusionamos. Así que le puedes dar el toque poético que quieras, pero mataría a mi propia hermana, y no puedo hacerle eso.

Antes de poder decir nada más, el teléfono de Arielle interrumpe su conversación. Dedicándoles una mirada de disculpa, Arielle decide responder a la llamada de su hermano.

—No es un buen momento, Damon—se queja en un susurro—

—Lo siento, hermanita—se disculpa—No va bien la charla, ¿verdad?

—¿Cómo lo sabes?—frunce el ceño, confusa—

—Tyler Lockwood haciendo el idiota como siempre—le explica—Pero lo bueno es que tenemos una solución. Es un recurso desesperado, pero todos obtendrán lo que quieren. Tendría que hacerle a papá Parker una pregunta. ¿Te importa pasármelo?

—Eres un idiota, ¿sabes?—se queja—No estoy de humor para tus tonterías.

—Ya, bueno, me conoces bien, Lizzie—sonríe—Y no es una tontería.

Soltando un suspiro de frustración, Arielle estira su brazo hacia Joshua, entregándole su teléfono.

—¿Si?—inquiere al colocarse el teléfono en la oreja—

—Hola, señor—le saluda Damon desde el otro lado de la línea—Soy Damon Salvatore. Mi hermana, ahí presente, usted y yo pasamos juntos Acción de Gracias. En fin, he estado buscando por internet eventos celestiales para hoy y, por curiosidad, ¿la conjunción de Venus con Mercurio daría suficiente energía para la fiestecilla de fusión?

—¿Por qué?

—Me tomaré esa evasiva como un si—comenta—Está es la situación. Necesitaré que utilices la fiesta planetaria para fusionar a tus gemelos rubios cuanto antes. Porque el que fuera tu hijo comatoso va a estar suelto y seguro que piensa llegar primero a la meta.

En ese momento toda la gente en la cafetería comenzó a abandonar el lugar sin motivo aparente. Luke y Liv observaron a la gente con confusión a la vez que su padre colgaba el teléfono y se lo entregaba de nuevo a Arielle.

—¿Qué está pasado?—Liv frunce el ceño—

—Si, eso es culpa mía—declara Arielle, atrayendo su atención—Veréis, antes de reunirme con vosotros en el campus hice un rápido viaje hasta aquí para obligarles a abandonar el local por si la conversación se ponía fea.

—Por si tenías que matarme—corrige Joshua—

—Era una opción—admite, encogiéndose de hombros—Pero tranquilo, ya me ha quedado claro que matarte les mata a ellos dos también, así que... Plan B, supongo.

—Antes de que hagas nada, Arielle, piensa en tu hija—declara, mirándola a los ojos—

—Ella está muerta—declara con firmeza—

—¿Lo está?—eleva sus cejas. Arielle aprieta su mandíbula—No tengo intención de hacerle daño. No eres del aquelarre, ella tampoco. No tengo interés en que salga dañada. Pero haré lo que sea para proteger a mi familia y a mi aquelarre. Compartimos una historia, un linaje. Estamos juntos en esto. Somos familia.

Estira sus manos, agarrando a sus hijos de las muñecas.

—Sanguinem desimilus, sanguinem generis fiantus—murmura, provocando que ambos comienzan a gritar de dolor—Sanguinem desimilus, sanguinem generis fiantus.

—¿Nos estás fusionando?—Luke le observa incrédulo—

—Kai a sido liberado, ira a por Jo. No puedo dejar que llegue hasta ella—explica—

—¡Papá, para!—exclama Liv entre gritos de dolor—

—La mataré—señala Luke, asustado—¡Soy más fuerte que ella!

—Lo siento.

—Soy más fuerte, papá.

—Es inevitable—declara, antes de continuar con el hechizo—Sanguinem desimilus, sanguinem generis fiantus.

Sin esperar un segundo más, Arielle le aleja de ellos, sujetándole del cuello con fuerza y pegándole un puñetazo.

—¡Arielle!—exclama Liv—¡Arielle, para!

A pesar de querer continuar golpeándole, Arielle decide escuchar sus súplicas, soltando a Joshua, quien cae inconsciente al suelo a sus pies.

—Iba a matarte—se justifica, girándose hacia ella—

—Estoy bien. Estoy bien—asegura, sus ojos recayendo sobre su hermano, quien caminaba hacia la salida de la cafetería—Luke, ¿adónde vas?

El chico frena sus pasos, girándose hacia ella.

—¿Confías en mi?—inquiere, mirándola a los ojos—

Liv asiente levemente.

—Pero, ¿adónde vas?—insiste—

—Volveré pronto—asegura—Lo prometo.

Se da la vuelta, abandonado la cafetería, cruzándose con Tyler, quien camina hacia Liv con preocupación.

Arielle no podía evitar sentir un mal presentimiento en su pecho, así que, dejando a Liv con Tyler, la chica decide seguir al rubio hacia la calle.

—¡Luke!—exclama, colocándose frente a él—¿Adónde vas?

—A hacer lo correcto—declara—Lo siento, Elle. Me ha gustado conocerte.

Sonríe con cariño antes de girar su muñeca, rompiéndole el cuello con un rápido hechizo.

—De verdad espero que esto no sea un adiós—admite en un susurro, alejándose de ella—

Tras localizar a Jo con un hechizo, Luke camino por el campus hasta el pequeño parque situado delante de la residencia de estudiantes. Allí Jo y Kai se encontraban preparados para llevar a cabo la fusión, hasta que él apareció, durmiendo a su hermana.

Al verla caer al suelo, Kai levanta su mirada hasta encontrarse con Luke.

—¿Qué diablos acabas de hacer?—se queja—

—Acabó de darle a mi hermana un toquecito mágico en la cabeza—explica, acercándose a él—Pero no te preocupes, se pondrá bien. Fusiónate conmigo.

Kai reí ante su respuesta, observándole con diversión.

—¿Quieres fusionarte conmigo?—cuestiona, incrédulo—Siento cortarte el rollo, hermanito, pero no somos gemelos, ¿vale? La cosa no funciona así.

—No, es verdad—admite—Pero compartimos los mismos padres, el mismo linaje, y gracias a tu aislamiento en la jaula mágica, tenemos la misma edad. Sé que es un intento desesperado y que pude que no funcione, pero haré lo que sea por salvar a mi hermana. Así que... vamos a echarle ganas.

Saca un cuchillo de su chaqueta, produciéndose un corte en ambas manos. Kai da un paso atrás, negando.

—Gracias, pero yo paso—declara el mayor de los dos—

Estirando su mano, Luke pronuncia un hechizo para atraerle de nuevo hacia él.

—¿Qué pasa?—inquiere, sujetándole del cuello—¿No te atreves a jugártela con alguien que puede vencerte?

—Vale—acepta Kai en un suspiro—Es tu funeral.

Colocándose uno frente al otro y agarrando las manos del otro, Luke y Kai comenzaron con el ritual de fusión. Justo en ese momento, Arielle se despertó cuando Damon la encontró tirada allí en uno de los caminos del campus.

—Sanguinem desimilus, sanguinem generis fiantus—murmuran ambos—Sanguinem desimilus, sanguinem generis fiantus.

Todas las luces a su alrededor comenzaron a explotar, la magia producía cortes eléctricos y grandes brisas de aire. Damon y Arielle siguieron esas señales hasta aquel parque. Sus ojos presenciando el ritual.

—¡Luke!—exclama Arielle, intentando frenarle—

Pero el chico ya no la oía. El ritual ya estaba demasiado avanzado. Los ojos de ambos brujos geminis se volvieron blancos y de un segundo a otro ambos cayeron al suelo inconscientes.

—¡Luke!—Arielle llega a su lado, sujetándole de las mejillas—¡Luke!

Jo se despierta entonces, poniéndose en pie para acercarse a su hermano.

—Luke, despierta—suplica la mujer—

—Bien, sigues viva—observa Damon al ver a la morena—Eso me salva de una paliza de Ric cuando vuelva. Pero ya pensaré en eso luego.

—¿Por qué se ha fusionado él con Kai?—Arielle levanta su mirada hacia Jo, ignorando las palabras de su hermano—

—Añadir las palabras "fusión de gemelos" a mi vocabulario fue en vano, porque no son gemelos—comenta el ojiazul, echándole un rápido vistazo a Kai—

Jo se gira hacia él, dedicándole una mirada llena de enfado.

—Luke no debería estar aquí. ¡La única razón por la que está aquí es porque soltaste a Kai!

—Le daré un poco de mi sangre—propone, acercándose a Luke—

—No ayudará—niega Jo—Depende de ellos. El que despierte es el ganador, y el que no lo haga...

—No. No—Arielle niega, sintiendo las lágrimas en sus ojos—Luke. Vamos. Tienes que...

Los ojos azules del chico se abren entonces de forma lenta. Arielle suelta un suspiro de alivio, pero éste desaparece cuando el sonido de su corazón deja de llegar a sus oídos. Jo lleva una mano hacia su cuello, buscándole el pulso.

—Dios mío, Luke—murmura, llevándose la mano a la boca, intentando acallar un sollozo—Ha muerto. Me ha salvado y ha muerto.

—No—se lamenta Arielle, sintiendo las lágrimas resbalar por sus mejillas—

—Unas veces se gana y otras se pierde—Kai habla a sus espaldas, atrayendo la atención de los tres—Excepto yo. Yo siempre gano.

Sonríe. Damon aprieta sus puños, dispuesto a atacarle. Pero Kai desaparece con el hechizo de invisibilidad, dejándoles allí a solas, en medio de aquel frío y solitario parque.


Más tarde, esa misma noche, tras una despedida rápida con sus hermanos, Arielle volvió a su coche. Allí sentada en la oscuridad todas las lágrimas que no había soltado comenzaron a resbalar por sus mejillas. Por primera vez en mucho tiempo se permitió llorar. Lloro por la pérdida de Hope, por la muerte de Luke, por su discusión con Klaus aquella mañana. Lloro incluso por algo que no había procesado hasta ese momento.

Aunque su mente no lo recordaba por lo pequeña que era, su cuerpo si lo hacía. Su cuerpo recordaba la última vez que su madre la había sujetado en sus brazos cuando era un bebé. Su cuerpo recordaba como la habían separado de ella. Y al ver morir a Luke entre sus brazos ese sentimiento volvió a ella. Jo, Luke y Liv eran su familia, y por mucho que no le gustara, Joshua y Kai también. Pero había algo especial en Luke. Él le recordaba de alguna forma a ella, y a su madre.

La puerta del copiloto se abre entonces, obligándola a limpiar sus lágrimas con rapidez y a ponerse alerta por si se trataba de alguien que quisiera dañarla, como Joshua o Kai Parker.

Pero no se trataba de ninguno de ellos, si no de Amelia.

—Tienes mala cara—la acusa la bruja, acomodándose en el asiento—Siento lo de Luke.

Arielle frunce el ceño, observándola con detenimiento.

—¿Qué haces aquí?—inquiere, confusa—

—Seguí a Joshua Parker hasta aquí—explica—Puede que se me escapara una pequeña cosa en nuestra última conversación.

—¿Fuiste tú? ¿Tú le contaste lo de Hope?—Arielle la observa incrédula, apretando sus puños—

—No se lo conté. Él llegó a esa conclusión él solito. Pero tranquila, me he asegurado de que no vuelva a mencionarlo ni a acercarse a ella. Si lo hace le mataré. Y a toda su familia.

—Y si...

—Nadie le encontrará. Ni Finn ni Esther ni nadie—le asegura—Los Geminis llevan siglos escondidos, no van a encontrarles ahora. Saben ocultarse. Ni siquiera los Originales les conocen. Excepto Kol, tal vez, pero él ya no es un problema, ¿verdad?

—Leer a Kol Mikaelson no es mi especialidad—declara Arielle, apartando su mirada de ella—Cambia de bando cada 5 minutos por su propio interés. No le culpo, pero no sé si confío en él.

—Confía en mi—propone, encogiéndose de hombros—

Arielle rueda los ojos.

—Lo digo en serio—insiste Amelia, estirando su mano hacia el colgante en su cuello—Sin mi no tendrías esto.

Arielle la observa confusa, viéndola pronunciar un pequeño hechizo mientras acaricia la piedra del colgante.

—¿Cómo he llegado aquí?

Una voz habla desde los asientos traseros, obligando a Arielle a darse la vuelta hacia allí, encontrándose con la confusa mirada de Luke Parker.

—¿Cómo...?

—Dije que esos collares eran especiales—explica Amelia, mirando a ambos rubios, quienes la observaban en busca de respuestas—Son colgantes geminis. Pertenecieron a los dos primeros brujos del aquelarre. Aquellos que fueron maldecidos con la fusión siglos atrás. Los espíritus de los brujos muertos del aquelarre se guardan ahí.

—¿Estoy muerto?—Luke abre los ojos de par en par, mirando a Arielle con miedo—

—Lo siento mucho, Luke—se lamenta la vampiro—

—Entonces... Kai a ganado. Liv sigue en peligro—señala de forma nerviosa—

—Liv estará bien. Por ahora—asegura Amelia mientras el chico intenta abrir una de las puertas—Eres un fantasma, no puedes salir del coche.

—¿Puedes verle?—Arielle la mira, confundida—

Amelia niega.

—No, pero suponía que Liv sería su primera preocupación y que intentaría salir.

Luke deja de forcejear con el manillar de la puerta, volviendo su mirada hacia Arielle.

—¿Quién es ella?—señala a Amelia—

—Una larga historia—admite la chica Salvatore—Abróchate. O... no. Estas muerto, así que supongo que da igual.

Suspira, acomodándose en su asiento y arrancando el motor del coche. Luke cierra sus ojos con frustración, dando mil vueltas a sus últimos minutos de vida. Su plan no había salido como quería. Kai seguía suelto y ahora era el líder del aquelarre.



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