XVI. Sends Shivers Down My Spine


CAPÍTULO DIECISÉIS
ESCALOFRÍOS ATRAVIESAN MI ESPINA DORSAL

"So you're a tough guy, like it really rough guy? Just can't get enough guy, chest always so puffed guy. I'm that bad type, make your mama sad type, make your girlfriend mad tight, might seduce your dad type
I'm the bad guy, duh"


Cansada por el viaje de vuelta desde Mystic Falls, Arielle se encontraba sentada en uno de los sofás del patio principal del complejo, leyendo varios libros sobre el embarazo.

—¿Al menos te paga?—Arielle frunce el ceño al ver como una humana se coloca delante de ella y deja caer la sangre de su muñeca en el interior de dos copas de vino—

—Generosamente, y también paga extra de Navidad—asegura Klaus, acercándose a ella—¿Verdad que si?

La chica asiente y le entrega las dos copas antes de dejarles a solas. Klaus sonríe y se sienta junto a Arielle, entregándole una de las cosas.

—¿La has obligado a que te obedezca sin rechistar?—Arielle eleve sus cejas con curiosidad antes de tomar un trago—

—No. Solo a alimentarnos a nosotros y a que colgara los adornos navideños. Pero puede decir cuanto quiera—le explica él—Te veo mejor.

—Si, gracias por dejar que fuera a Mystic Falls y por no insistir en que hablara—Arielle suspira, dedicándole una pequeña sonrisa—¿No has ido con Elijah a buscar a Rebekah? Espero que mi vuelta no sea el motivo.

—No es buena idea que pasemos demasiado tiempo juntos en espacios pequeños—suspira Klaus—Sabes que la profecía dice que uno de los hermanos caerá por la familia.

—¿Crees que podría hacerte daño?

—No sé que pensar—admite, depositando su copa sobre la mesa central—Esa maldita profecía se resiste a desaparecer a pesar de nuestros esfuerzos. Pero dejemos eso de lado, ahora me preocupas tú.

Sonríe, volteándose y poniendo toda su atención en ella. Arielle sonríe con ternura.

—Bueno, creo que voy a explotar—admite, posando su mano en su abultado vientre, el cual había crecido durante las últimas dos semanas—Y Ric a insistido en ir a clases de preparación al parto a pesar de que ya tuve a Hope. Es bastante tierno que se preocupe tanto por los bebés.

—Si—suspira Klaus con incomodidad—

—Oye. ¿Estas bien?—Arielle acaricia su brazo—Sé que el hecho de tener los hijos de Ric dentro de mi no es muy normal, pero no quiero perderte.

—No lo harás, mi amor, te lo aseguro—declara, conectando sus miradas—Nada en nuestras vidas es normal. Superaremos eso y lo de la profecía. Juntos.

Arielle asiente con alivio, inclinándose sobre él para depositar un beso en su mejilla.

—¿Quieres más sangre?—Klaus señala su copa vacía—

Arielle frunce el ceño, no se había dado cuanta de que se la había terminado.

—Ah... No. Vaya, apenas me he dado cuanta de que me la había tomado. Supongo que tenía hambre. Esta mañana me comí una bolsa de sangre con malvaviscos. Ahora como por tres. Y los antojos son el doble que la última vez.

Klaus sonríe levemente.

—¿Lista para la clase?—cuestiona Alaric, bajando las escaleras para reunirse con ellos en el patio—

Arielle dirige su mirada hacia él y asiente.

—Ah, si. Ahora si—sonríe ella, agarrando las carpetas que tenía a su lado—

—Es una preparación al parto no un examen de admisión—comenta Alaric, observando las carpetas con confusión—

Klaus sonríe de acuerdo con él.

—No os burléis—se queja Arielle mirando a su novio y a su amigo—Esto es más complicado que lo de Hope. Son dos bebes.

Klaus suspira y la observa con ternura.

—Iré con vosotros—anuncia el hibrido, poniéndose en pie—No quiero separarme de ti mientras Aurora siga ahí fuera.

—Bueno, no podré impedírtelo, así que vale—suspira Arielle mientras le entrega un panfleto a Alaric—Es el menos explícito que he encontrado. A estudiar.

Sonríe y comienza a caminar hacia la salida del complejo. Alaric entrecierra sus ojos y comparte una mirada con Klaus, quien suspira y se adelanta para seguir los pasos de su novia.


Klaus se encontraba fuera del edificio mientras Alaric y Arielle acudían a las clases de preparación al parto. Arielle había tenido a Hope, pero no en las condiciones más favorables, y ahora todo era más complicado con dos bebes. Lo bueno es que Klaus parecería habérselo tomado bastante bien. Y, a pesar de los antojos, Arielle agradecía que Alaric hubiera decidido ir a Nueva Orleans para estar a su lado y ayudarla. Aunque era lógico, los bebés eran suyos.

—¿Y si, por mucho que lo hayáis planeado, rompéis aguas en casa?—inquiere la profesora—

Arielle levanta su mano.

—Hay que fijarse en el color, olor, la cantidad y la hora—responde Arielle con seguridad—Y llamar a un médico.

—Has indagado bien en la bibliografía recomendada—observa la profesora—

—Espero que como todos. Es un bebé—señala Arielle con una sonrisa nerviosa—Todas nosotras vamos a traer una vida al mundo. Es una gran responsabilidad.

—Muy alentadora, Arielle, como siempre. Gracias. Seguiremos en la próxima clase.

Mientras el resto de parejas comienzan a levantarse, Arielle suelta un suspiro al notar la mirada de Alaric en ella.

—No me mires así—se queja, poniéndose en pie—

—¿Así cómo?—Alaric frunce el ceño—

—Con cara de "Las hormonas te están volviendo loca por el embarazo"—señala con molestia—Que, para tu información, solo es un intento del hombre de menospreciar el regalo que nuestros cuerpos le hacen al mundo. Guía feminista para el embarazo. Capítulo 4, página 43. Lo he leído dos veces.

—Pues creo que esa cita en particular está en el capítulo 3–le corrige—¿Piensas que no leo cada uno de esos libros?

Arielle rueda los ojos, agarrando su bolso para salir del edifico.

—¿Ya habéis terminado?—cuestiona Klaus al verles llegar a su lado—

—Si, pero creo que todo esto es una chorrada—se queja Arielle, cruzándose de brazos—Ya tuve a Hope, podré con dos más. Larguémonos de aquí antes de que maté a alguien por culpa de mis nervios.

—De acuerdo—asiente Klaus, siguiéndola junto a Alaric—

—Oye, ya que estamos los tres juntos—suspira Arielle mirándoles situarse a cada lado de ella—¿Podéis contarme cómo fue esa conversación en la que descubriste lo de los bebés, Nik?

—Fue una conversación pacífica y normal—asegura el hibrido encogiéndose de hombros—

Alaric resopla incrédulo.

—Bueno, alguien no está de acuerdo—sonríe Arielle, dirigiendo su mirada hacia su amigo—Y yo no me lo creo. Contadme, seguro que me divierte y así me olvido de lo que ha pasado estas semanas.

Alaric suspira y comienza a contárselo a pesar de la mirada amenazante de Klaus.



3 Semanas Antes

—Déjame—pide Damon, acercándose a Klaus, quien cargaba a una inconsciente Arielle en sus brazos—Yo la llevó a su habitación.

—No, ya lo hago yo—se niega Klaus con molestia—

—Créeme, es mejor que lo hagamos nosotros—habla Stefan a su lado—Alaric tiene algo que explicarte.

Klaus frunce el ceño mientras deja que Damon agarre a Arielle en sus brazos para llevarla a su habitación. Enzo sonríe con diversión y junto a Stefan le siguen.

—¿De qué están hablando?—Klaus se da la vuelta hacia el humano—

—Bueno, veras, es complicado—admite Ric en una mezcla de nervios e incomodidad—Creo que sería mejor que te lo explicara Arielle. Pero después de lo que ha pasado, debería quitarle ese peso de encima.

—¿Contarme el qué?—insiste, apretando su mandíbula—

—Bueno, todo comienza con Jo, mi prometida que murió en nuestra boda a manos de su hermano gemelo, Kai, un psicópata—comienza Alaric—Jo estaba embarazada de dos bebes antes de morir. Y el aquelarre Géminis, presente en la boda, hizo lo posible por salvar a los bebés. Así que los metieron en un cuerpo que no podía morir. Y ese cuerpo es el de...

Alaric no consider terminar su explicación, pues, en un abrir y cerrar de ojos, Klaus le acorrala contra una pared mientras le sujeta de la chaqueta de forma amenazante.

—¿Qué estás queriendo decir?

—Está embarazada—responde Ric rápidamente—Arielle tiene a mis hijos dentro de ella.

—¡Mientes!—le acusa—

—¿Por qué lo haría?—frunce el ceño—No es que me apetezca que me mates. Y, antes de que lo hagas, recuerda que Arielle es mi amiga y no te lo perdonaría.

Klaus le mira a los ojos, viendo completa sinceridad en ellos antes de soltarle de forma brusca.

—¿Cómo?—exige saber—

—Un hechizo—responde Ric con más tranquilidad—El aquelarre hizo un hechizo y los ocultaron en su interior. Un cuerpo que no puede morir y que tiene genes Géminis. Era perfecto para salvar a la siguiente generación del aquelarre.

Klaus suspira y se da la vuelta para volver a mirarle a los ojos.

—Lo averiguamos cuando vino a Mystic Falls—añade Alaric—Una hereje, Valerie, nos lo explico todo.

Klaus recordaba ese nombre. No porque Arielle la hubiese mencionado, si no por los diarios que había leído en el tiempo en el que se había alejado de todos con su humanidad apagada.

—Escucha, Klaus, yo no quiero problemas—asegura Alaric, dando un paso hacia él—Solo deseo tener a mis hijos. He perdido mucho. Y tener esta oportunidad... Arielle ya accedido a tenerlos. Yp solo quería decírtelo, hacer las cosas bien. Cuando los tenga todo se habrá acabado.

—No—declara el hibrido con seguridad—No se habrá acabado. Parece que no la conocieras. Arielle querrá a esos bebés. Le importaran tanto como Hope, y lo sabes. Nunca trataría a esos bebés como su madre la trato a ella.

—Y nunca los abandonará—añade Enzo desde la barandilla del segundo piso, haciendo que la seriadlas de ambos se eleven hasta él—¿Tienes sangre? Estoy seguro de que Arielle despertara con hambre, sobretodo embarazada de gemelos.

—Si, hay sangre en la cocina—suspira Klaus con molestia—AB positivo es su grupo sanguíneo favorito.

—Lo sé—asegura Enzo con una sonrisa, lo que hace que Klaus le mire con una mueca—No te pongas celoso, es mi mejor amiga y AB positivo también es mi favorito, es más dulce.

—Dios, como me alegro de no seguir siendo un vampiro—murmura Ric para si mismo—Iré a ver cómo está.

—Buena idea—asegura Enzo al verle subir las escaleras—Oye, Klaus, me he estado preguntando ¿Qué serás tú? ¿El tío Klaus? No, espera, ya sé, "El tío raro que sale con mamá y que no es papá".

—Cállete ahora mismo o te arranco la lengua de cuajo y la cuelgo como trofeo—le amenaza Klaus con molestia—Iré a por la sangre.

Enzo sonríe con diversión y vuelve a la habitación de Arielle.



Actualmente

—Admito que creía que había ido mucho peor—comenta Arielle tras oír la historia—

—Yo pensé que iría peor—asegura Alaric—

—Bueno, me gusta llevar la contraria—Klaus sonríe con orgullo, haciendo que Arielle bufe y ruede los ojos—

—Sin duda lo mejor es Enzo haciéndote enfadar—señala ella, mirándole con diversión—

—Ya, bueno, un día de estos acabará muerto.

—No, no lo hará, porque es mi mejor amigo y no te dejare tocarle. Como a Ric y a mis hermanos.

Klaus se dispone a responderle, pero una llamada de su hermano le interrumpe.

—Elijah, ¿qué pasa?—inquiere al responder el teléfono—

—Han envenenado a Freya—le informa Elijah—Necesitamos el antídoto y los ingredientes son poco comunes.

—No los necesito—asegura Klaus—Sé dónde encontrar el antídoto. No tardaré.

Cuelga el teléfono y vuelve su mirada hacia Arielle y Alaric.

—Si ese veneno es de Los Strix, Lucien tendrá una cura—señala Klaus con seguridad—Seguro que la guarda junto a su cura para las mordeduras de hombre lobo. No le importará que la tomemos prestada.

—Ve tú. Nosotros estaremos bien—le dice Arielle—

Klaus frena sus pasos en seco, volteándose para mirarla.

—No. No puedo salvar a mis hermanas si estoy preocupado por ti—declara, mirándola a los ojos—Ahora mismo lo más seguro es que estes conmigo. Y Alaric también. Por favor.

Arielle y Alaric comparten una rápida mirada entre ellos.

—De acuerdo—aceptan ambos—


Después de buscar la cura para Freya, quien intentaba quitarle un hechizo a Rebekah, Klaus, Arielle y Alaric volvieron al complejo. Allí lo primero que se encontraron fue con Rebekah, quien acababa de romperle el cuello a Elijah de un rápido movimiento para luego meter su mano en el pecho de Olivia.

—¡Rebekah!—exclama Klaus sujetándola de la mano para sacarla del pecho de Olivia—Ella no.

Arielle deja a Alaric en la entrada y se acerca a ellos. Entonces la mirada oscura y poseída de Rebekah se posa en ella, dispuesta a hacerle daño.

—A ella menos—declara Klaus, sujetándola con fuerza—

Sujetándola por la cintura, Klaus la lanza contra una mesa mientras Alaric le entrega la cura de Freya a Olivia y a Hayley.

—La dulce Arielle—habla Rebekah en un tono lleno de molestia y odio—Temes tanto hacerle daño que la proteges como si fuera un objeto frágil. Ella no vale nada, Nik. Todas las mujeres que Elijah y tú metéis en nuestra vidas son tóxicas.

Arielle la observa detenidamente, sorprendida por sus palabras.

—Ella también lo será—asegura Rebekah, posando su mirada en ella—

A pesar de saber que lo que Rebekah decía no lo pensaba de verdad, Arielle empezó a enfadarse, por lo que estiró su mano hacia ella y comenzó a provocarle un gran dolor de cabeza.

—Bex, eres mí amiga y no quiero hacerte daño—asegura Arielle, aumentando el hechizo—Pero estoy embarazada y no soy responsable de lo que las hormonas provocan en mi. Así que, ¡Para!

Con una mirada de odio en los ojos, Rebekah se dispone atacarla, pero pronto Klaus y Elijah la sujetan con fuerza.

—Sujetadla—ordena Freya, bajando las escaleras rápidamente—

Haciendo caso a sus palabras, Elijah y Klaus retienen a Rebekah mientras frena Arielle. Freya se acerca a su hermana y comienza a cortar la marca del hechizo en su muñeca mientras pronuncia unas palabras en latín. Rebekah grita de dolor.

Una vez se queda quieta, Klaus y Elijah sueltan a su hermana, mirándola con expectación.

—Eso no me ha gustado—se queja Rebekah—

Los cuatro Mikaelson sonríen aliviados mientras comparten una mirada.

—Elle—la original se voltea hacia su amiga, poniéndose en pie y acercándose a ella—Lo siento mucho.

—Está bien—asegura, quitándole importancia y envolviéndola en un abrazo—Un día normal con los Mikaelson.

Rebekah ríe y se aferra a ella sintiendo un gran alivio al dejar de tener esa maldición que le había provocado la daga con la que la habían dormido.

—He estado apunto de arrancaros la cabeza—comenta Rebekah al separarse—

—Créeme, sé lo que es—suspira Arielle—El embarazo me está volviendo loca. Creo que hoy no he podido pensar en nada más que en matar a personas.

—Bueno, seguro que alguno se lo merecía—asegura Alaric, haciendo que todos los Mikaelson y Arielle posen su mirada en él—Toma—dice, lanzándole una de las bolsas de sangre de las que Arielle llevaba en su bolso—

—Que hambre—admite la chica Salvatore, abriendo la bolsa para comenzar a alimentarse—Espera. ¿Crees que esto es bueno para los bebés? Hope era hija de vampiros, pero...

—Arielle...

—Enserio, estos bebés son humanos. O, bueno, brujos. ¿Y si la sangre es como el alcohol? ¿Y si es malo para ellos?

—Si es bueno para ti, ¿cómo va a ser malo para ellos?

—No lo sé. Ni tú tampoco lo sabes—señala, llena de nervios e inseguridades—Porque no hay estudios sobre esto. No hay libros, no hay...

—Vaya, no estabas así la última vez—comenta Rebekah, colocando una mano en su hombro—Relájate.

—No puedo—se queja Arielle, sacudiendo su mano y dando un paso lejos de ella—

—Escucha, Arielle, lo estás haciendo muy bien—asegura Alaric, acercándose a ella con tranquilidad—

—Deja ya de decir eso—exclama, cabreada—

—Si es la verdad—suspira Alaric, caminado hacia ella. Arielle niega levemente, cerrando sus ojos para intentar mantener la calma—¿No te das cuenta de lo feliz que me has hecho? Es como un milagro. ¿No ves que me has cambiado la vida?

—¡He dicho que pares!—exclama mientras sus ojos se tornan rojos y las venas se hacen presentes en su cara—

Se da la vuelta de golpe y acorrala a Alaric contra una columna.

—¡Arielle!—exclama Klaus—

Al oír su hombre, la rubia parece volver a la realidad. Con sus ojos fijos en Alaric, Arielle parece darse cuenta de lo que estaba haciendo. Su cara vuelve a la normalidad y se separa de él con rapidez.

—Yo... lo siento mucho. Me tengo que ir...—declara, desapareciendo del patio con su velocidad vampirica.

Si pensarlo ni un instante, Klaus sigue sus pasos.

—Bueno, al menos no soy la única loca en esta familia—suspira Rebekah, mirando a Freya y a Elijah—

Ellos suspiran y comienzan a subir las escaleras para reunirse con Hayley, Olivia y Jackson.

—Estará bien—Rebekah se voltea hacia Alaric—Una vampiro embarazada no es algo normal, y menos de dos bebes. Con Hope tenía más control, pero...

—Lo entiendo—asegura Alaric, intentando recuperar la respiración—




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