XV. Destroyer Of Worlds
CAPÍTULO QUINCE
DESTRUCTOR DE MUNDOS
"Did a full 180, crazy. Thinking about the way I was. Did the heartbreak change me? Maybe, but look at where I ended up. I'm all good already. So moved on, it's scary. I'm not where you left me at all, so..."
—¿Cuál es el plan?
—Julian debe morir. Hoy.—declara Stefan con seguridad y determinación—Todo tiene que parecer normal. Julian no es idiota. Si averigua que Lily se ha vuelto contra él, estamos muertos.
—Así que la habéis mandado con un psicópata—señala Enzo con molestia—Muy sensato.
—A mi no me mires—pide Arielle, levantando sus manos—Yo quería clavarle una estaca en el corazón y librarnos de todo este rollo de una vez. Pero, oye, este plan A tan enrevesado es una gran idea.
Enzo rueda los ojos. Entendía el odio que Arielle sentía por Lily, pero era un sentimiento totalmente contrario al que él tenía por la madre de Stefan y Damon.
—No es enrevesado—suspira Stefan, dedicándole una mala mirada a su hermana—Conseguimos su sangre. Nora, Beau y Mary Louise la usan para desvincularle de Lily y matamos a ese cabrón.
—Oh. Habéis olvidado un pequeño detalle—habla Enzo, atrayendo su atención—¿Creéis que Beau, Mary Louise y Nora nos ayudaran? Julian trata a los herejes de Lily como si fueran sus propios hijos. Y a cambio ellos le adoran. Nunca se enfrentarán a él.
—Ahora mismo creo que la idea de Arielle de clavarle una estaca en el corazón es una muy buena alternativa—admite Damon con una sonrisa—Ahi queda eso.
La rubia se voltea hacia él, devolviéndole la sonrisa.
—Bueno, supongo que la única manera de sacar esto adelante es eligiendo la opción más radical—suspira Stefan, ignorando el comentario de su hermano—
—¿Cuál es?
—Yo—responde Valerie, entrando a la sala—Sé cómo ponerles de nuestro lado.
—Si, genial—suspira Enzo—Que yo sepa ella era la oveja negra de la familia. ¿Qué vas a decirles para hacerles cambiar de opinión?
—La verdad.
Con su rápida marcha de Nueva Orleans después de que Aurora la secuestrada, Arielle apenas había podido habían con Hayley, Olivia, Freya y Elijah para despedirse. A pesar de sus súplicas porque la acompañará hasta Virginia, Camille había decidido quedarse en el Complejo para estar bajo la seguridad y protección de los Mikaelson y a su vez ayudar, cuidando de Hope.
Desde lo ocurrido en Acción de Gracias, Arielle se sentía aún más unida a Klaus de lo que normalmente se sentía. Tras apagar su humanidad y separarse de él, su relación había sido un tanto complicada. El amor seguía ahí, y nunca se haría, pero la distancia y tensión entre ellos era clara. Hasta ahora.
—Hola, amor—Klaus sonríe al responder su llamada—¿Estas bien?
—Eso creo—Arielle suspira, tumbándose sobre la cama de la habitación de invitados en la mansión Lockwood—¿Se lo has contado a los demás?
Sabiendo perfectamente a lo que se refería, Klaus suspiro antes de responder.
—No—niega, llevando su mirada hacia Hope, quien reía mientras Camille jugaba con ella—¿Por que?
El tono preocupado y confuso en su voz era claro, especialmente para alguien que le conocía tanto como Arielle.
—No lo sé. Todo esto es muy... extraño, ¿sabes?—admite ella, incorporándose hasta quedar sentada—Es decir, sé esto es muy importante para Alaric, pero ¿qué se supone que debe significar para mi? ¿Para nosotros?
—No cambia nada entre nosotros—asegura Klaus rápidamente mientras se adentra en el studio, donde Freya, Elijah, Olivia y Hayley se encontraban—Oye, si te sientes mejor, podemos contarlo ahora. Te pongo en manos libres.
Arielle niega.
—Creo que es algo que debería contra en persona—señala, nerviosa. Klaus suspira, compartiendo una mirada con su hermano—Sé que fue una putada que me fuera de allí tan pronto después de lo de Aurora, pero necesitaba volver a Mystic Falls.
Oyéndola con su oído vampírico, el cual aún no controlaba del todo, Olivia decidió responder.
—Arielle, no pasa nada—le asegura su amiga—Lo entendemos.
Viendo que había entrado ens u conversación, Klaus decidió poner el maños libres.
—Si te necesitamos estas solo a una llamada—señala Hayley con una pequeña sonrisa—
Arielle asiente, sonriendo a su vez.
—Cuidad de Hope, ¿vale?
—Elle...—comienza Klaus—
—No lo contaré poe teléfono, Nik.
—¿Contarnos que?—Hayley frunce el ceño con confusión, compartiendo una mirada con Olivia—
—Creo que ahora no tienes más remedio—Klaus sonríe victorioso, recibiendo un suspiro por parte de Arielle—
Tras unos pocos segundos en silencio, Arielle por fin responde.
—Estoy embarazada—revela, dejándoles completamente sin palabras—
Dudas, confusión y miedo por lo que había ocurrido la última vez que Arielle había tendió una hija invadieron a los tres vampiros y a la bruja Mikaelson.
Viendo su falta de respuestas, Arielle decidió explicarse más detalladamente,
—A ver, os lo resumo, ¿vale?—comienza la rubia—En la boda de Ric y Jo, Kai mató a Jo, así que como mi utero estaba disponible, el aquelarre Geminis traslado mágicamente a los gemelos de Ric y Jo a mi cuerpo. No son míos genéticamente.
—Me habría encantado conocer a ese aquelarre siglos atrás—murmura Freya, recordando a su nonato bebé—
Escuchándola claramente, Olivia levanta su mirada llena de tristeza hacia ella.
—Los Geminis siempre han tenido mucho talento con la magia. Por loco que suene, no me extraña que encontraran un hechizo para proteger a los líderes de su aquelarre—admite la chica Bluemoon—
—Si, es genial. Pero, ¿cómo se supone que debo sentirme?
Viendo que se trataba más de una conversación entre amigas, Klaus decide entregarle su teléfono a Hayley y abandonar el estudio junto a su hermano.
—Como alguien que estuvo conectada a ti durante tu primer embarazo y que sentía todo lo que tú... Creo que no importa que no sean tuyos genéticamente. Los sentirás tuyos y ellos siempre se sentirán conectados a ti.
Una pequeña sonrisa llena de cariño se asomó por los labios de Arielle ante las palabras de su amiga. Hayley había estado con ella desde el inicio. Desde que Hope aún no era más que un feto.
—Y pase lo que pase nosotros te apoyaremos en todo.
—Por supuesto—afirma Freya—Hope está encantada con los cuidados de su tía Freya. Dos bebés más no son problema.
Arielle ríe levemente.
Cuando Damon y Arielle se adentraron en la fiesta de aniversario de Nora y Mary Louise, lo primero que sus ojos pudieron apreciar a demás de a un montón de personas desconocidas, fue a Lily, alimentándose de una chica. Molesto por esto, Damon se da la vuelta rápidamente. Los ojos de Lily se encuentran entonces con los de Arielle, viendo la decepción reflejada en sus ojos antes de ver cómo se daba la vuelta para seguir a su hermano fuera del local.
—Parece que alguien se estaba divirtiendo, ¿no?—comenta Arielle al ver a Lily acercarse a ellos—
—Tenía que hacerlo—responde ella, limpiándose los labios de cualquier rastro de sangre en ellos—No puedo permitir que sospechen de mi.
—Pareces de destripadores anónimos—se queja Damon, cruzándose de brazos—Se pospone el plan hasta nueva orden.
—No, no, oye.—Lily agarra el brazo de su hijo, impidiendo así que se vaya—Valerie hablará con ellos. El plan debe continuar. No puedo pasar más tiempo con ese hombre.
—Vaya, que rápido se te va el amor, ¿no?—Arielle sonríe divertida, recibiendo así una mirada llena de molestia por parte de Lily—Julian morirá esta noche, tranquila. Pero nosotros no nos hacemos responsables si sigues ligada a él cuando le clavemos una estaca en el corazón.
—Si, lo habéis dejado bastante claro cuando intentasteis matarme.
—¿Qué quieres de nosotros?—se queja Damon—¿Una disculpa? Ni lo sueñes. Arielle y yo solo estamos aquí porque Stefan es un niño de mamá y no queremos que deje de hablarnos durante un siglo.
Molesta por su forma de dirigirse a ella, Lily no tarda en pegarle una bofetada. Molesta, Arielle sujeta su muñeca, absorbiendo un poco de su magia y usando toda la fuerza en su cuerpo de vampiro. Lily forma una mueca de dolor, mirándola con confusión y molestia.
—No vuelvas a tocarle—advierte Arielle, fijando su mirada en sus ojos—O te juro que te arranco el corazón ahora mismo y Julian muere contigo. Me da igual que Stefan me odie.
—Soy vuestra madre—recuerda Lily—¿Cómo podéis apreciar tan poco mi vida?
—Como apreciaste tú tan poco la mía—responde Arielle con indignación—Para mi estás muerta, Lily. Y tú no eres mi madre.
Soltando su muñeca, Arielle se da la vuelta y se aleja de ellos. Damon suspira, volviendo su mirada llena de ira hacia su madre.
—Moriste cuando éramos jóvenes. Te largaste. Arielle lo celebró y yo lloré. Luego crecimos y lo superamos. Que estes aquí no cambia las cosas—asegura Damon—Si pudiera volver atrás, habría hecho caso a Arielle y te habría dejado en el mundo prisión para no tener que verte la cara otra vez.
Mientras Valerie y Lily intentaban convencer al resto de herejes sobre lo mala persona que Julian era en realidad, los tres hermanos Salvatore se adentraron en el local de la fiesta. Los humanos ya se habían ido, excepto la chica de la que Julian se estaba alimentando.
—¡Menuda fiesta!—exclama Damon, atrayendo la atención del vampiro—
—A vuestra madre le parece bien—asegura él, soltando el cuerpo sin vida de la joven—Hay una profesora de guardería en el baño para demostrarlo.
—Anda, vaya con mamá—comenta Stefan con falsa sorpresa—Apuesto a que ha fingido que disfrutaba, ¿no?
Julián entrecierra sus ojos, poniéndose en pie.
—¿Qué estáis haciendo aquí?
—Es una fiesta de aniversario, así que se nos ocurrió venir a apoyar a la guapa y a su insoportable novia—responde Arielle—
Julian se voltea hacia ella, dedicándole una sonrisa mientras Stefan y Damon comparten una mirada, preparandose para atacar. Arielle le devuelve la sonrisa a Julian y estira su mano para provocarle un aneurisma en el mismo momento en el que Damon le lanza un dardo al cuello.
Julian se saca el dardo y aguanta el dolor de cabeza para utilizar su velocidad y atacar a Damon. Arielle continúa con su hechizo mientras Stefan le golpea en la espalda con una silla, la cual se rompe. Arielle agarra una de las patas rotas y se la clava a Julian en el abdomen.
—Se acabó—declara ella, reponiéndole el cuello con su magia—
—Damon y Stefan están atando a Julian—anuncia Arielle al salir del local, encontrándose con Lily en el pequeño porche—He conseguido su sangre.
—Bien—asiente Lily—Nos esperan en casa.
Arielle asiente y se dispone a comenzar su camino hacia allí.
—Arielle—la voz de Lily la obliga a frenar sus pasos y a darse la vuelta—Siento mucho todo lo que paso. Lo que te dije en Nueva Orleans y todo lo que te hice pasar cuando eras pequeña.—admite, acercándose a ella—Valerie me ha dicho que estás embarazada. No ha sido a propósito, se le ha escapado. He preguntado cómo, pero he oído que es complicado. Cuando lo he sabido, no sabía que decirte. Pero luego me he dado cuenta de lo que de verdad quería decir. Lo siento. Fui cruel contigo y sé que serás una buena madre.
—Ya lo soy—declara Arielle con firmeza—Y haría cualquier cosa por ser mejor madre que tú. Aunque eso no sea muy complicado.
Lily suspira, intentando no reaccionar mal a su respuesta llena de rabia.
—Debes de estar muy abrumada con este nuevo embarazo. Esos bebés no son tuyos, y...
—No importa que no lo sean. No es su culpa—Arielle la interrumpe, moviéndose de forma incómoda—No es culpa suya que su madre muriera y que ellos estén dentro de mi. Y yo no voy a enfadarme con ellos por eso. Solo son dos niños o niñas, o lo que sean, que no tiene la culpa de nada de lo que les ha pasado.
Viendo el dolor en sus ojos, Lily asiente levemente mientras Arielle vuelve a darse la vuelta con la intención de irse.
—Tu madre...—Lily vuelve a hablar, haciendo que Arielle frene sus pasos de golpe—Ella era hermosa. Era la mujer... la chica más guapa del pueblo. Era lista, brillante, llena de luz y talento. Un talento que enredaste.
Intentando no mostrar las lágrimas que luchaban por descender por sus mejillas, Arielle se volteó hacia ella.
—¿Qué?
—La conocí—admite Lily entonces—La veía por el bosque, dibujando cualquier cosa interesante que veía. No paraba de dibujar. Tenía mucho talento, como tú. Ella lo sacrifico todo por ti. Por eso sé que serás buena madre, con Hope y con esos bebés. Por eso me arrepiento de lo que te dije. Y sé que no soy quien para dar consejos, no te traté bien. Y luego os abandone cuando me convertí y elegí a Julian por encima de todo.
—Bueno, ahora va a morir—señala Arielle en un suspiro—Y aunque lo nuestro no se puede arreglar. Te agradezco esas palabras. Y te aseguro que no lo perderás todo con la muerte de ese psicópata. Stefan nunca dejara de creen en ti, siempre lo ha hecho. Y el perdona lo imperdonable.
—Por desgracia tú y Damon no pensáis lo mismo.
—Bueno, fuiste la primera mujer que le rompió el corazón a Damon. Desde entonces ha levantado un muro, pero puedes derivarlo. Yo lo he hecho.
—Yo no puedo. Se ha ido—asegura Lily con tristeza—Lo vi en sus ojos, como lo veo en los tuyos desde que tenías 6 años y comenzaste a entender que en realidad yo no era tú madre. Me quiere muerta, los dos lo hacéis.
—No voy a negarlo, Lily. Si, te quiero muerta, enterrada—admite Arielle antes de sonreír inconscientemente—Pero esa mirada de Damon... la ha estado practicando con Stefan los últimos 150 años.
Lily sonríe levemente ante esa confesión.
—Hubo un tiempo en el que te quise—asegura Lily entonces, volviendo a conectar su mirada con la suya—
—Lo sé—admite Arielle en un asentimiento—Cuando tenía cuatro años y Stefan uno. Me acuerdo de una noche, había tormenta. Yo no podía dormir y él no dejaba de llorar. Le trajiste a mi cama y te quedaste con nosotros hasta que nos dormimos. Es mi mejor recuerdo contigo.
—También el mío—admite Lily—¿Te importaría darme una consejo? ¿Cómo recupero a Damon?
—Tiempo.
El plan había salido peor que mal. Mary Louise se había puesto del lado de Julian, desvinculándole de Lily mientras él secuestraba a Damon y a Valerie para obligar a Lily a elegir. No viendo otra salida, Lily respondio clavándose una estaca en el corazón para poder morir y matarle a él al mismo tiempo. Sin embrago el hechizo de Mary Louise había funcionado, y ahora Lily era la única que iba a morir.
—Debes de tener las astillas dentro del corazón. ¡No puedo sacarlas!—se lamenta Ñora—
—Nora... tranquila—Lily sujeta su mano—
—¿Qué hago?—cuestiona, levantando su mirada hacia Arielle—Dime, ¿qué hago?
—Despedirte—le responde Arielle—
Los ojos de Nora se cristalizan en lágrimas mientras su mirada vuelve a posarse en Lily.
—No seríamos una familia sin ti, Lily. Te quiero—admite con tristeza—Lamento mucho lo que ha pasado. Adiós.
Separándose de ella, Nora pasa junto a Arielle y abandona la habitación. Beau fue el siguiente en sentarse junto a Lily, asintiendo en señal de despedida antes de darle un beso en la frente.
—Parece que no podré disfrutar mucho tiempo—murmura Lily cuando Stefan agarra su mano—Prométeme que disfrutaras el tuyo al máximo.
Stefan asiente en silencio,incapaz de pronunciar ninguna palabra.
Al notar su mirada sobre él, Damon le devuelve la mirada y bebe un trago de su botella de Bourbon.
—Te perdonó por quererle, Lily—habla Valerie, acercándose a ella—Solo intentabas querernos a todos. En eso no hay pecado.
—Gracias—murmura, dedicándole una leve sonrisa llena de cariño—
Devolviéndole la sonrisa, Valerie abandona de la habitación, dejando a los Salvatore a solas. Arielle suspiran y se acerca a Lily.
—No puedo perdonarte—admite con tristeza—Creo que nunca podría. Quisiste a esos herejes sin ser tus hijos y a mi me despreciaste durante toda tu vida. Así que no puedo aceptar tus disculpas. Pero... puedo asegurarte una cosa. Julian morirá, así que tu muerte no será en vano.
—Gracias, Beth—murmura Lily—
Arielle asiente levemente, haciéndose a un lado para dejar que Damon se acerque a su madre.
—Damon... Lo siento mucho—murmura Lily mientras su piel comienza a teñirse de gris—
Viendo el conflicto en la mirada de Damon, Stefan le observa expectante.
—Di algo—le pide entonces—
Damon asiente, agachándose para quedar a la altura de Lily.
—Tú te lo has buscado. Que duermas bien—declara con frialdad—
Lily da su último aliento y Damon se da la vuelta, abandonado la habitación y dejando a Stefan y a Arielle a solas con el cuerpo sin vida de su madre.
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