XIX. Space Between Us


CAPÍTULO DIECINUEVE
ESPACIO ENTRE NOSOTROS

"There's a match for every heart and there's a light for every dark. With you I found my counterpart, my counterpart. Forever, could never be enough. Together, is all I need for us"


Era pasada medianoche cuando Arielle llego a Mystic Falls. Intentando hacer el menor ruido posible, se adentró en su casa. Sus ojos observaron el salón principal mientras cerraba la puerta tras ella. Caroline se encontraba dormida en un sofá, con su hermano Thomas en el suelo, justo a su lado junto con su novia, Marie. En el otro sofá se encontraba Elena y en el suelo a su lado Tyler y Matt. Mientras que Stefan se encontraba un poco más separado de ellos, en una incómoda silla.

Una pequeña sonrisa apareció en sus labios al ver el apoyo que todos mostraban hacia los hijos de Liz. Sin querer despertarles, Arielle emprendió su camino hacia la cocina.

—Hola—saluda al encontrarse a Damon—

Su hermano se encontraba sentado en la mesa, escribiendo algo en una libreta.

—Lizzie—sonríe, girándose para mirarla—¿Cuándo has llegado?

Arranca uno de los papales, lanzándolo a la chimenea a su lado.

—Acabó de hacerlo. Pero supongo que estabas demasiado distraído para escucharme—responde, quitándose la chaqueta al sentir el calor de la chimenea llegar a ella—Iba a beber agua antes de irme a dormir.

—Sírvete tú misma, es tu casa.

Arielle asiente, agarrando un vaso de uno de los armarios.

—¿Qué estás escribiendo?—cuestiona, acercándose a la nevera—

—Liz me pidió que hablara en su funeral—explica—

—Eso es bonito, supongo—responde, sentándose a su lado—

—Creo que intentaba que pensara en nuestra madre—admite, posando su mirada en ella—Sé que yo debía dar el discurso en su funeral, pero...

—Oye, dejemos el tema—le interrumpe, vertiendo el agua de la garra en su vaso—Yo odiaba a mamá. No necesito explicaciones.

—Ya, bueno. Debi estar ahí. Al menos por Stefan.

—Siempre estuviste ahí—señala—Fue un día, Damon. Cada uno lleva la perdida a su manera. Era tu madre también.

—Supongo.


Nueva Orleans, LA

El cuerpo de la bruja que Rebekah habitaba parecía tener un pasado en el aquelarre del barrio de Tremé. Un pasado oscuro que la ponía en peligro y obligaba a Elijah y a Marcel a descubrir todo y arreglarlo antes de que Rebekah saliera herida.

—Josephine LaRue ha intentando conseguir la presencia de una bruja Bluemoon durante décadas—explica Elijah, caminando por la habitación de Olivia, observando cada objeto allí con cuidado—Tú eres mi única forma de llegar hasta ella.

—Claro. Si, lo entiendo—asiente la chica—Pedo tal vez unas pastas, galletas, hasta un bizcocho sean más de su agrado. Soy muy buena en la repostería.

Sonríe, mostrándole una cesta llena de galletas.

—Te abrirá sus puertas encantada.

—Parecen deliciosas. Pero no, gracias—se niega, elevando su mirada hacia ella—Olivia...

—Pregúntale a Juliette—propone, evitando su mirada—Ella es la Bluemoon que LaRue a querido en su aquelarre todo este tiempo. A mi ni siquiera me conoce.

—No creo que le importé cuál de vosotras sea—declara, observándola con atención—Ha oído historias de tu familia.

—Ninguna cierta, seguramente—le asegura—Escucha. No tengo la intención ni las ganas de formar parte de un aquelarre. Nunca lo he hecho y no es algo que quiera hacer ahora.

—La promesa de tu presencia es lo que nos ha abierto sus puertas—insiste el original—No necesitas ser parte del aquelarre si no quieres. Pero si esto falla, la vida de alguien que me importa mucho estará en peligro. Y eso me disgustaría—declara—¿Nos movemos, por favor?

Se da la vuelta, dispuesto a abandonar la habitación.

—No—niega ella, obligándole a frenar sus pasos y darse la vuelta de nuevo hacia ella—Pregúntale a Juliette o a Amelia. Pero yo no voy.

—Mi querida Olivia, tú encajas mucho mas con el tipo de bruja que LaRue busca—declara, acercándose a ella—Por desgracia, la señora LaRue desprecia a los vampiros y tenemos que mostrarle que nuestra comunidad está formada por una nueva especie mucho mas sofisticada. Y que puede congeniar con brujas igual de sofisticadas.

—Sofisticada, ¿eh?—señala, divertida—Y supongo que quieres que me ponga un vestido.

—Debemos adaptarnos a nuestro público—admite, encogiéndose de hombros—

Olivia suelta un bufido, una sonrisa nerviosa apareciendo en sus labios.

—¿Y tú? ¿El traje oscuro de la izquierda de tu armario o el traje idéntico que hay a la derecha?—inquiere, observándole con diversión—

—Prefiero el que hay colgado en el centro.

—Has sido rápido—admite. Elijah sonríe levemente—Esta bien. Te ayudaré.



Mystic Falls, VA

—Todos nos habéis preguntado en que podéis ayudar—Caroline se coloca en el centro del salón, junto a su hermano Thomas—Para hacer estas cosas harían falta cinco días, pero vamos a hacerlo en uno. Podemos romper las reglas y acortar todo esto. Thomas y yo esperamos que hayamos despedido y enterrado a nuestra madre al final del día.

—Claro. Como quieras—afirma Matt, compartiendo una mirada con Tyler—

—Bien. Matt, tú te encargas de la recepción en el Grill con Thomas y Marie—señala Caroline—Tyler, tú tienes que asegúrate de que la funeraria lo tenga todo listo. Stefan y Arielle, os agradecería que os encargarais de las flores. Y, Elena, tú vienes conmigo.

—¿Adónde vamos?—inquiere esta última—

—A comprar el ataúd—responde, con una sonrisa que provoca un escalofrío a todos los presentes—En marcha.

Rápidamente agarra su chaqueta y abandona la casa junto a Elena, quien les dedica una mirada preocupada a todos.

—Stef—Arielle se acerca a su hermano pequeño—¿Puedes encargarte tú de las flores? Sé que debería ayudar, y quiero hacerlo, pero Ric me ha mandado un mensaje decidiendo que Jo no se encuentra bien. Me ha pedido ayuda y, bueno, ella es...

—Es tu familia. Lo entiendo. Me encargo de las flores.

—Gracias—sonríe, depositando un pequeño beso en su mejilla—Llegaré para el funeral.

Stefan asiente, viéndola abandonar la casa. Subiéndose a su coche, Arielle viajar hasta el piso de Alaric lo más rápido posible.

—Hola—saluda Alaric al abrir la puerta—

—Hola—sonríe en respuesta—¿Estás bien?

—Yo perfectamente. Pero Jo... no se encuentra bien. Esta en el baño vomitando—señala, haciéndose a un lado para dejarla pasar—

Arielle asiente, acercándose al baño. Jo levanta la mirada un segundo, saludándola con su mano, pero rápidamente vuelve a agachar la cabeza para vomitar.

—¿Seguro que no quieres que te sujete el pelo o algo?—inquiere Ric, colocándose junto a Arielle—

Jo niega.

—No te acerques a mi. Es asqueroso. No llevamos tanto tiempo juntos como para que veas esto.

—Me siento culpable—admite—No debi burlarme de la comida vegana.

—Me muero—se queja Jo—Maldita comida tailandesa. Nunca más.

—Oye, así no deberíais ir al funeral—señala Arielle con preocupación—

—Iremos—asegura Jo—

Arielle entrecierra sus ojos al verla volver a vomitar. Pero el sonido del timbre llama entonces su atención.

—Iré yo—declara la chica Salvatore, caminando hacia la puerta—

Pero nada la había preparado para lo que se iba a encontrar tras esta.

—Hola—saluda Kai, dedicándole una leve sonrisa—

Sin pensárselo, Arielle se dispone a cerrarle la puerta en la cara, pero Kai coloca una mano, impidiéndoselo.

—Espera, espera, espera—suplica—Ya sé que me odias, pero en serio, tengo que ver a mi hermana.

—Pues ella pasa—declara Arielle con molestia—

—¿Qué estás haciendo aquí?—Jo aparece en la entrada, a pocos metros de Arielle junto a Alaric—

—Te he llamado y me has colgado—responde su hermano, posando su mirada en ella—Estoy enfermo.

—La cena me sentó mal—le explica, con un tono de voz lleno de molestia—¿El sonido de mi vomito, al otro lado, no te lo ha dejado claro?

—Oye, hay algo que me preocupa desde la fusión. Porque, en realidad, no salió bien aquello de "Tú no eres mi gemelo, da igual, como si lo fueras".

—No salió bien porque debería haber sobrevivido Luke—declara Arielle, recibiendo una mala mirada por parte del castaño—

—En parte funcionó lo que, es genial—Kai continúa hablando, ignorando así su comentario. Aunque su mirada si se mantiene en ella—Ahora soy hasta más majo, por si te interesa. Pero estaba esperando que llegaran los contras, y creo que han llegado. Porque estoy... ¿Dónde está el baño?

Arielle frunce el ceño por la pregunta. Pero en ese instante, cuando Kai comienza a vomitar sangre, ella no duda en entregarle el vacío paragüero a su lado.

—No creo que fuese la cena—admite Kai, levantando su mirada hasta posarla en su hermana—Debi fusionar mi magia contigo, pero lo hice con Luke. Hay algo que falla en mi. Y por eso estás enferma. De hecho, siento que me estoy muriendo. Y si yo muero, tú también. Y papá, Liv y todo el puñetero aquelarre. Así que, por favor, ¿puedes curarme? Ahora.



Nueva Orleans, LA

—No les guardo rencor, pero tampoco voy a hacerles ningún favor—se niega Josephine LaRue tras escuchar a Elijah—Simplemente quiero que se vayan de mi casa.

—Bien. A sido un placer—se despide Olivia, sin insistir—

—Olivia...—Elijah intenta frenarla—

—¿Qué?—inquiere, dándose la vuelta para volver a enfrentarle a él y a Josephine—No veo una corona en su cabeza.

—¿Perdone?—Josephine la observa con confusión—

—Usted no es la reina de los brujos. No habla en nombre de todos ellos—declara con firmeza—Y pensar que me he puesto este vestido para intentar impresionarla. Yo no necesito impresionar a nadie.

—En eso estamos de acuerdo, señorita Bluemoon—admite la mujer—Su franqueza es reconfortante. Entiendo porque le gusta tanto al señor Mikaelson. Hasta los vampiros calculadores son capaces a veces de ver la belleza en las cosas. No se ofenda.

Le dedica una rápida mirada al vampiro.

—No lo hago—asegura Elijah—Tiene razón. Me gusta su franqueza.

Olivia suspira al sentir su mirada en ella.

—Tiene buen gusto—admite entonces, refiriéndose a Elijah—Y es digno de confianza. Se lo dice alguien que no... se fía mucho de la gente—se gira hacia él, mirándole a los ojos—Por no decir nada.

Elijah la observa con detenimiento, reprimiendo la pequeña sonrisa en sus labios.

—Entonces supongo que debería escucharle, señor Mikaelson—declara Josephine, sorprendiéndoles—




Mystic Falls, VA

—¿Dolor articular?—cuestiona Jo, observando los ojos de Kai con ayuda de una pequeña linterna—¿Jaquecas?

—Si—asiente—

—¿Estás embarazado?—Jo entrecierra sus ojos, recibiendo una mala mirada por parte de su hermano—

—Déjate de bromitas—se queja—Es como si me desgarraran por dentro.

Jo asiente, agarrando otro instrumento para poder mirarle los oídos.

—Esto es privado—se queja Kai, posando su mirada en Arielle y Alaric—¿Tienen que estar ahí mirándome?

—No voy a dejarla a solas contigo, así que te jodes—declara Ric con firmeza, cruzándose de brazos—

—Vale. Tus constantes están bien y la temperatura es normal—declara Jo—Esperaré los resultados, pero no tienes nada.

—Claro que no. Mi enfermedad es sobrenatural—señala con obviedad—No has vuelto a vomitar desde...

El vomito interrumpe sus palabras. Jo actúa con rapidez y le entrega un recipiente para que pueda vomitar dentro. Kai la sujeta del brazo inconscientemente, absorbiendo parte de su magia, haciendo así que Jo se queje de dolor.

—Oye, oye—Alaric se acerca a ellos, agarrando el brazo de Kai para que la suelte—

—Ya estoy mejor—sonríe él, limpiándose los labios con un papel—

—Si, porque has absorbido su magia—señala Arielle—

—Lo siento. Ha sido sin querer—se disculpa, mirando a su hermana—Si, me siento mucho mejor. Tienes que darme tu magia.

—¿Qué?—Jo frunce el ceño, incrédula—

—Está fusión de pega ha sido un fiasco—declara—Yo tenía que absorber tu magia, ¿no? Viértemela en un oso de peluche, en un orinal o en lo que sea, y dámela.

—Escucha—Arielle se acerca a él, sujetándole la mano con fuerza antes de que pueda volver a tocar a Jo—Podría romperte la mano con un simple apretón, ¿vale?

—Te veo escéptica, Elle. ¿Puedo llamarte Elle?—inquiere, haciendo una especie de saludo con sus manos—Mira, amiga, para que te quede clarito. Jo y Liv solo sobrevivirán si yo lo hago, ¿vale? Y por si no os basta, te diré que el poder que vincula los mundos prisión viene del líder del aquelarre Géminis. Si yo muero, el mundo se colapsará, ¿vale? Así que adiós, Bon-Bon.

Arielle comparte una mirada con Alaric.

—¿Y este silencio?—Kai les observa con atención—¿Queréis que os lo vuelva a explicar con monosílabos?

—¿Has dicho mundos prisón?—inquiere Arielle—¿Es que hay más de uno?

—¿Nadie os lo ha mencionado?—sonríe—


Dejando a Alaric y a Jo decidiendo si darle la magia de esta última a Kai, Arielle se dirigió al funeral de Liz Forbes. Se mantuvo sentada junto a Thomas, agarrando su mano en todo momento. Apoyándole mientras la policía hacía la última llamada a su madre, Damon leía su discurso de despedida y Caroline cantaba una canción.

Después de eso todos se dirigieron a la recepción en el Mystic Grill. Había comida y bebida. Era una tradición que Arielle nunca había entendido. Tras un funeral era costumbre reunirse para hablar del fallecido, compartiendo historias y anécdotas.

Ella se sentó en una mesa junto a sus hermanos, contándoles los últimos acontecimientos en Nueva Orleans y como Hope había vuelto a casa.

—Me alegro mucho, hermanita—sonríe Damon—Espero que la traigas pronto por aquí. Aún no la he conocido.

—En cuanto pueda lo haré—le asegura—

—Hablando de Hope. Damon y yo tenemos unos regalos para ella—había Stefan, entregándole una pequeña bolsa rosa—Espero que te guste. Y a Hope, claro.

—Gracias, chicos—sonríe, mirándoles con cariño—

—Pero no lo abras hasta que llegues a casa, ¿quieres?—le pide Damon, tomando un trago de su copa—Es una sorpresa. Ábrelo con tu novio el híbrido.

—Está bien—suspira, rodando los ojos con diversión—

—También va esta carta—añade, introduciendo un sobre en la bolsa—Es para ti.

Arielle frunce el ceño.

—¿También tengo que esperar para leerla?

—Si. Mismas reglas.

—De acuerdo—sonríe, mirando la bolsa con curiosidad—Estáis muy raros.

—¿Nosotros?—Stefan frunce el ceño con confusión—No, que va.

—No lo intentes. Se te da fatal mentirme—declara, poniéndose en pie—Debería irme. Tengo ganas de ver a Hope. Os quiero mucho.

—Y nosotros a ti, Elle—aseguran ambos, poniéndose en pie para darle un abrazo de despedida—


Arielle llegó a Nueva Orleans en plena noche. El complejo se encontraba en silencio, ella no esperaba encontrarse con nadie, pero estaba equivocada. Elijah se encontraba en el patio principal, un ramo de flores blancas en sus manos.

—¿Te has decido a conquistar a Olivia?—cuestiona con diversión, atrayendo así su atención—

—No sé de que me hablas—responde, acercándose a ella—Esto te estaba esperando aquí. Es de un tal... Enzo.

Frunce el ceño al leer el nombre de la nota.

—¿Enzo?—Arielle frunce el ceño, agarrando el ramo para mirar ella misma la tarjeta—

—¿Quien es Enzo?—inquiere el original—No creo que a Niklaus le guste saber que otros hombres andan detrás tuyo. Aunque debería estar acostumbrado. No eres invisible y los hombres no son ciegos.

—¿Es tu forma de decirme que soy guapa, Elijah?—eleva las cejas con diversión—

—Si no se lo dices a Niklaus, si—afirma—

Arielle sonríe, leyendo la tarjeta.

Me han dicho que es un día especial para ti. Espero que lo disfrutes. Por eso te mando estas flores, preciosa.
PD: Me alegra que tu hija haya vuelto a casa. Espero que le hables de su tío Enzo.

—Buenas noches, Arielle—se despide Elijah, atrayendo su atención—

—Si. Buenas noches—se despide con rapidez, subiendo las escaleras hasta su habitación—

—Te alegrará saber que Finn ha dejado de ser un problema—anuncia Klaus saliendo de su estudio con una sonrisa, al oir sus pasos en el pasillo—

—Pues si, la verdad—admite, adentrándose en su habitación—

—Aún así tenemos otros problemas—declara, siguiendo sus pasos—Mi padre anda suelto.

Arielle asiente, quitándose la chaqueta.

—Bueno, Mikael no debería ser un problema. Ya le derrotaste antes—declara, entregándole el ramo de flores—¿Puedes ponerlas en agua?

—Claro—asiente Klaus, siguiéndola con la mirada—¿De quién son? ¿Algún pretendiente? Por que si es así, dime su nombre e iré a arrancarle el corazón.

—Son de mi amigo Enzo—contesta, sin darle mucha importancia—Y no le arrancaras el corazón. Ahora ve a ponerlas en agua, no quiero que se estropeen. Y lleva esto a la habitación de Hope, me lo dieron mis hermano, es un regalo.—le entrega la pequeña bolsa rosa—

Klaus suelta un suspiro, haciendo caso a sus peticiones. Arielle frena sus pasos entonces al fijarse en el nuevo cuadro que había colocado en la pared de la habitación, justo en frente de su cama. Frunciendo el ceño, camina hacia él lentamente, admirándolo con detenimiento.

Era precioso. Se trataba de un sol y una medialuna, idénticos al de su collar.

Entonces, las luces de la habitación se apagan de repente y unas letras aparecieron en el cuadro, brillando en el centro del sol.

¿Quieres casarte conmigo?

El corazón de Arielle dejó de latir en ese momento. No podía creer lo que estaba leyendo. Los pasos tras ella la obligan a darse la vuelta, encontrándose con Klaus, quien sostenía una pequeña caja negra en sus manos.

—Nik...

Su voz sale como un susurro, pero él consigue oírla. Una sonrisa aparece en sus labios, abriendo la caja para mostrarle el anillo en su interior.

—¿Qué dices, mi amor?

Arielle le observa con detenimiento, soltando el aire retenido en sus pulmones mientras se acerca a él.

—Si—afirma con una sonrisa—Claro que si. Por supuesto.

Klaus sonríe, sujetando su mano derecha con delicadeza para ponerle el anillo en su dedo anular. Arielle lo observa con felicidad, acercándose a él para unir sus labios en un beso.

—Te amo—susurra él al separarse, mirándola a los ojos—

—Yo más—declara, volviendo a besarle—

Klaus sonríe en medio del beso y la sujeta de la cintura para llevarla hasta la cama, tumbándola sobre ella con delicadeza.


Sabiendo los planes de Klaus de pedirle matrimonio a Arielle, Olivia decidió pasar la noche en otro sitio que no fuera el complejo para dejarles su privacidad. Pero tampoco se esperó encontrarse en el nuevo loft de Elijah. Su plan era reunirse con sus hermanas en el edificio de su familia.

—Vincent Griffith está vivo y liberado de mi hermano Finn—explica Elijah, entregándole una pequeña botella de cerveza—Cuando le haya interrogado a placer se lo entregaré de nuevo a su aquelarre.

—O sea que, al final, todo ha salido bien—señala ella, pues recuperar a Vincent era lo que Josephine les había pedido a cambio de dejar a Rebekah en paz—Pero no recuerdo haber oído "Buen trabajo, Olivia. Muchas gracias por tu ayuda."

—Si. Perdóname. He estado un poco liado intentando que Niklaus no hiciera... una de las suyas.—admite—Si. Buen trabajo, Olivia. Muchas gracias por tu ayuda.

La bruja sonríe victoriosa, viéndole agarrar una botella de cerveza para él.

—¿Te gusta la cerveza?—cuestiona, confusa—

—Me adapto a mi público—explica, tomando un pequeño trago—

Olivia sonríe levemente, viéndole sentarse junto a ella en el sofá.

—Sabias que yo le gustaría—señala entonces—No era solo por mi apellido.

—Aprecia la honestidad—le explica—De tus hermanas, tú me has demostrado ser la que más destaca en eso.

—No sé si yo estaría de acuerdo con esa afirmación—admite, bajando la mirada—

—Tener secretos y ser honesto son cosas distintas.

—¿Lo son?—eleva sus cejas—Porque son muchos secretos.

—Mientras ninguno de ellos sea dañino para mi sobrina, estamos bien—le asegura, dedicándole una leve sonrisa—Ella es lo que más me importa.

—Si. Estoy de acuerdo con eso—declara, devolviéndole la sonrisa—



SE VAN A CASAR
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