XIV. The Tale Of The Salvatore


CAPÍTULO CATORCE
LA HISTORIA DE LOS SALVATORE

"Swords in the air if you're with me. They got us out numbered one to fifty. But victory is ours cuz I got a strategy. You take the left and the rest of you can follow me"


—Ya está bien de analizarme—se queja Aurora—Centrémonos en ti. ¿Te parece? Cuéntame tu secreto. Ese que intentas ocultar al no dejarme entrar en tus recuerdos de los últimos días. Cuéntamelo. Y si presiento que estás ocultando algo... bueno, este corazón que sostengo en mis manos estará fuera de tu cuerpo antes de que llegue Nik.

—No sé de que me estás hablando—responde Arielle, haciendo todo lo posible por no mostrar miedo ni dolor ante su amenaza—

—Oh, lo sabes perfectamente—asegura Aurora, sacando su mano del pecho le la rubia para volver a colocar ambas manos en su cabeza y así meterse de nuevo en su mente—



Mystic Falls, VA
1864

Arielle dibujaba en el cuaderno que Damon le había regalado antes de irse a la guerra, cuando la risa de Katherine llegó a sus oídos. Entonces le chica de cabellos dorados elevó su mirada y se encontró con la castaña corriendo por el jardín de la casa mientras Stefan la perseguía.

—He ganado—sonríe Katherine al llegar a la estatua situada al lado de Arielle—¿Cuál es mi premio?

—¿Cuál quieres que sea?—pregunta una cuarta voz. Una voz que Arielle reconoce al instante—

Soltando su libreta y lápiz, Arielle se pone en pie,

—¡Damon!—exclama, corriendo hacia él—

—Hola, Lizzie—sonríe él, recibiéndola en sus brazos para abrazarla con fuerza—

—¿Te han ampliado el permiso?—cuestiona con confusión al separarse de él—

—Esto es demasiado divertido para volver a la batalla—declara él, dedicándole una sonrisa—

—Tu compromiso con la Confederación es inspirador—comenta Stefan, acercándose a él para abrazarle—

—Vaya, esto resulta perfecto para mi—sonríe Katherine—

—¿Y eso, señorita Katherine?—Damon la observa con interés—

—Ahora os tengo aquí a los tres para entretenerme—responde—Y en primer lugar, necesito que alguien me acompañe a la fiesta de los fundadores.

—Será un honor—responden los dos hermanos a la vez—

Arielle rueda los ojos, haciéndose a un lado.

—Los caballerosos hermanos Salvatore acuden en mi auxilio—sonríe Katherine—¿Pero cuál será de los dos?

Arielle no puede evitar entrecerrar sus ojos con molestia mientras Katherine se aleja, dejándoles a solas en su rencuentro.

—Bueno, el otro pude acompañarme a mi—propone entonces Arielle—

—Por supuesto, Beth—sonríe Stefan—Pero creí que irías con ese tal William.

—Bueno, tampoco quiero dejar a uno de vosotros tirado—se encoge de hombros—Pero si no, iré con él, por supuesto.




Nueva Orleans, LA
Actualmente

—Oh, que aburrido—se queja Aurora, separándose de ella—En verdad eres buena esquivando el hecho de que entre en tus recuerdos.

—Que se le va a hacer—Arielle se encoge de hombros con diversión—No dejo que las perras psicópatas sepan de mi vida.

—Muy bien. Me canse de tonterías—declara Aurora—Yo ya conozco tú secreto. Es demasiado obvio, teniendo en cuenta que oigo sus corazones. Pero... quiero toque lo digas en voz alta—declara, agarrando a Camille del cuello—O ella muere.

Tragando con fuerza, Arielle comparte una mirada con su amiga humana.

No podía dejar a Camille morir, pero tampoco podía ser sincera con Aurora y poner en peligro a los hijos de Alaric.

—Se que acaba el tiempo.

Tras barajar sus opciones, Arielle posa sus ojos en Aurora.

—No sé de que estas hablando—responde entonces con firmeza—

—¡Te dije que no me mintieras!—exclama, enfadada—Hablo de los bebés.


—Haz el favor de escucharme—se queja Lucien una vez llegan a la puerta trasera se la iglesia de Saint Anne—Solo sugiero que busquemos otro modo de enfrentarnos a Aurora que no sea seguir su rastro de migas.

Molesto por su constante parloteo, Klaus frena sus pasos y se voltea a mirarle.

—¿Sabes? Cada vez que hablas, me acuerdo de que tú fuiste el capullo arrogante que puso en peligro a Arielle.

—Mejor arrogante que estupido—asegura Lucien—Has perdido el juicio, amigo, y todo por culpa de esa chica vampiro. Escucha. Deja que Arielle muera. Todos tus secretos y puntos débiles morirán con ella.

Soltando un suspiro de molestia, Klaus coloca sus manos en los hombros de Lucien, sonríe y le rompe el cuello en un abrir y cerrar de ojos. Su mirada entonces viaja hacia Charlotte.

—Gracias a Dios. Está harta de su voz—admite la chica, viendo el cuerpo ese Lucien caer al suelo—Haz lo que tengas que hacer, no me entrometeré.

Klaus entrecierra los ojos. Les había visto discutir antes, pero no conocía a Charlotte lo suficiente como para saber si lo que decía era en serio. 

—En serio, no voy a entrometerme. La chica te importa, genial, espero que la salves—admite ella al ver la mirada dudosa del híbrido—Yo solo estoy aquí porque quiero que él me diga dónde está mi familia.

—Pues deberías buscarte mejores compañías e informadores—declara Klaus antes de darse la vuelta—



Mystic Falls, VA
1864

—Como descendientes de una familia fundadora, quieren saber si pueden contar con vosotros—Giuseppe les explica a sus hijos en medio de un pequeño paseo por los jardines de la mansión—

—Claro que pueden—asegura Stefan con rapidez—¿Lo dudas?

—No se si tu hermano Damon comprende la importancia del deber.

—Damon dejó la Confederación por principios—explica Arielle, intentando defender a su hermano mayor, quien caminaba a su lado con la cabeza baja—Fue su elección y debemos respetarla.

—Hija, perdóname si me cuesta respetar a un desertor—declara su padre, sin siquiera molestarse en mirarla—

—Yo nunca te he pedido tu respeto—declara Damon con molestia—

Frenando sus pasos, Giuseppe se voltea hacia él.

—Has hecho bien, Damon. Porque lo único que siento es decepción—declara su padre—Y no solo por eso. Dejas que tu hermana te defienda, por dios, se un hombre.

—Padre, yo...

—Cállate, Arielle, y vuelve a casa, esto es una conversación de hombres. Prepara la cena.

Cabizbaja, Arielle asiente levemente antes de alejarse de ellos. Sus brazos abrazando el cuaderno contra su pecho mientras la rabia la invadía.

—¿Dices que el pueblo está en peligro?—Stefan se Volta hacia su padre, continuando con la conversación—



Nueva Orleans, LA
Actualmente

—Y otra vez recuerdos inútiles—se queja Aurora, separándose de ella—Ya basta de juegos, confiesa. ¿De quien son los bebés? ¿Con quien has engañado a tu amado Nik?

—No sé de que bebes estás hablando—señala Arielle, apretando su mandíbula—Los vampiros no pueden tener hijos

—Y aún así tuviste a Hope. Te hicieron un hechizo para ser medio humana, puede que siga funcionado.

—Dios, no sabes nada de magia—resopla Arielle, rodando los ojos—La bruja que hizo ese hechizo, murió. Eso sin mencionar que no me he acostado con nadie en meses.

—Bien. ¿Sabes qué? Pasemos a temas más interesantes—propone Aurora, volviendo a meter su mano en el pecho de Arielle, sujetando así su corazón entre sus dedos—Viendo que amenazando a tu amiguita no he conseguido nada. Te doy dos opciones. O contestas a una de mis preguntas o te mato. ¿Queda claro?

Notando el puño de Aurora apretando su corazón, Arielle asiente, intentando no mostrar dolor.

—Bien, estas son las dos preguntas, te doy a elegir. ¿De quien son los bebés y cómo es posible? y ¿Estás enamorada de Nik o juegas con él?

—¿Porque demonios te interesa eso?

—¡Contesta!

—¡Le amo!—exclama Arielle, cansada de sus incesantes preguntas y juegos—¡Estoy enamorada de él! Esos bebés... Moriría por ellos, así que no pienses que te diera nada. Pero ten claro algo, yo no he engañado a Nik. Nunca lo haría. Es el amor de mi vida. Le amo más de lo que alguna vez llegue a amar a Valerie, William e incluso a Carina.

Apretando su mandíbula, Aurora la observa en silencio durante unos segundos.

—Gracias por tu sinceridad—sonríe tras varios segundos—Pero me temo que hemos llegado a lo inevitable. ¿Tú que opinas, amor mío?

Viéndole entre en la iglesia por la puerta trasera Arielle no puede evitar suspirar con alivio, conectando su mirada con la de él.

—Nik...

—Se acabó el juego—declara Klaus, posando su mirada en Aurora—

—No es un juego, Nik. Esto es para que reflexiones—aclara Aurora sin soltar el corazón de Arielle—Corres el riesgo de perder al amor de tu vida. A mi. Por fin estamos juntos después de tanto tiempo, tenemos el mundo ante nosotros. Podemos superar ciertos obstáculos, como esa molesta profecía, tu comportamiento con mi hermano, la insufrible influencia de Elijah. Pero lo que no puedo soportar es que sientas algo por otra mujer.

Klaus suspira con frustración. Sus ojos viajan hacia Camille, quien se encontraba atada a una silla y después viajan de nuevo a Arielle. Le estaba pidiendo que confiara en él, que todo iba a salir bien.

—He esperado demasiado tiempo para tener que compartirte—continúa Aurora—Llámame celosa.

—Recuerdo muy bien la magnitud de tus celos—asegura Klaus, caminando hacia ella—Pero lo que me sorprende es que se hagan extensivos a una humilde vampira de pueblo. Aurora, no creas que ella significa algo para mi.

A pesar de ser mentira, Arielle sintió cómo su respiración se paraba al oírle decir aquellas palabras.

—Por supuesto que lo creo, Nik. Lo veo. El miedo en tus ojos. ¿De verdad la quieres tanto?

—Sé que te quiero a ti.

—Me alegra mucho que lo digas—sonríe Aurora—Quería que Arielle lo escuchara antes de arrancarle el corazón.

—Sinceramente, estos espectáculos no son propios de ti—se queja Klaus, entreteniéndola antes de que intente matar a Arielle—Ataques indiscriminados, amenazas a personas inocentes. Son cosas que no te dejan en buen lugar. Los celos van más conmigo.

—Oh, ojalá no hubiera tenido que hacerlo.

—¿Y por qué lo has hecho? Arielle no es rival para ti. Tus temores son ridiculos.

—Nik, no me cabe duda de que me quieres—asegura Aurora—Pero me duele saber que te has rebajado a esta distracción. Y más todavía cuando ella no es más que una mentirosa. Te atrae porque te has convencido de que es pura. Pero ella no es el angelito que tú te imaginas. Ella te oculta cosas, cosas que una pareja no debería ocultarse. Como que está embarazada.

Su revelación sorprende especialmente a Klaus, cuya mirada busca rápidamente la de Arielle.

—Pero claro, ser una mentirosa explica porqué se siente atraída a la oscuridad. ¿Por qué si no le atraerías tú?—cuestiona Aurora con maldad—Puede que yo tenga mis defectos, pero al menos no soy falsa. Mientras que Arielle... ella solo es una ilusión.

—Aurora—advierte Klaus—

—Tiene razón—interviene Arielle, atrayendo su atención—Klaus, te he estado ocultando algo desde un volví de Mystic Falls. Yo... esperaba el momento adecuado...

Antes de que Arielle pueda terminar su explicación, Klaus usa su velocidad vampírica y aleja a Aurora de ella, sacándola a su vez de la iglesia.

Sintiendo la mano de la vampiro abandonar su pecho, Arielle respira con profundidad mientras sus ojos buscan la mirada de Camille.

—¡Cami!—exclama, corriendo hacia ella—

—Estoy bien—le asegura la humana—¿Lo estás tú?

—Eso creo—Arielle respira con dificultad mientras la desata de las cuerdas que la mantenían retenida en esa silla—


Usando su alianza con Marcel como ventaja, Los Strix atacaron la casa Mikaelson en cuestión de segundos para salvar la vida de su líder, Tristan. A pesar de su magia, Freya apenas pudo retenerles antes de que Anya la apuñalara en el abdomen con un cuchillo.

Olivia corrió en su ayuda, pero Daphne se lo impidió, hundiendo su mano en el pecho de la chica Bluemoon.

—Vuestras hermanas opusieron más resistencia—comenta Anya, observando a ambas rubias—

Olivia aprieta sus puños, conectando su mirada con la de Daphne en una silenciosa súplica.

—Habéis tardado mucho—murmura Tristan con dificultad—

Mientras Anya se acerca a liberarle, en la sala se baile se estaba llevando a cabo otra pelea. Elijah contra varios vampiros casi tan viejos y fuertes como él. Para su suerte, Hayley llegó en su ayuda, matando a dos de ellos antes de que Marcel le clavara una daga al original.

Fue entonces cuando otros dos Strix se dispusieron a atacar a Hayley, pero pan teniendo su promesa y su amistad con ellos, Marcel les arrancó los corazones para salvar a su amiga.

—Olivia, lamentó que acabes así—admite Tristan al ponerse en pie—Por desgracia elegiste mal.

Antes de que ella pueda responder, Marcel aparece en el estudio.

—Oye, tienes que sacarle de aquí—le ordena a Anya—

—¿Me estás dando una orden?—cuestiona ella con incredulidad—

—Está muy débil, y han llegado refuerzos de Elijah. Marchaos. ¡Ahora!

Haciendo caso sus advertencias, Anya abandona el complejo Econ su velocidad vampírica, llevándose a Tristam con ella. Entonces, Daphne suelta el corazón de Olivia y saca la mano de su pecho, dejando que la rubia recupere el aliente con confusión.

—Espero que no pensaras que yo le era leal a ese idiota malcriado—comenta la castaña—

Olivia frunce el ceño, levantando su mirada hacia ella.

—Yo creí que...

—Sé quien mató a mi hermano, Liv. Y sé que tú hiciste todo lo posible por salvarle—asegura, cóclea do una mano en su hombros—Ya sabes lo que dicen. Mantén a tus amigos cerca, y a tus enemigos aún más.

Soltando un suspiro de alivio, Olivia observa a Marcel dejar una daga extraña sobre una mesa antes de agacharse junto a Freya para curar su herida con su sangre.

—Elijah se despertara cabreado conmigo—expelía Marcel mientras tanto. Sus ojos elevándose hacia Olivia—Procura recordarle quienes son sus amigos.


—Oh, vaya. Qué mal genio tienes—se queja Aurora mientras Klaus la empuja lejos de la iglesia—En mil años no te había visto tan enfadado.

—Y si no te comportas, me enfadaré más.

—No me gusta nada ese tono—se queja, soltándose de su agarre y colocándose frente a él—Aunque, dado lo que hice con Rebekah, supongo que era de esperar. A menos que el origen de tu ira sean las amenazas a tu amiguita. Ella te importa de verdad. Entonces voy a tener que matarla.

Klaus la observa furioso, sujetándola de los hombros para acorralarla contra una pared.

—Ah, ¿ahora vamos a jugar duro?—Aurora sonríe con diversión—Los preliminares han cambiado mucho.

Aurora aprovecha la distracción y cambia de lugar con él, dejándole contra la pared.

—Dime, ¿puede tú patética Arielle excitarte tanto como yo? ¿Puede satisfacer tus deseos más perversos?—cuestiona, acariciándole el pecho—

—Me he cansado de esta fantasía—se queja Klaus, separándola de un empujón—Hace mucho tiempo que te deje atrás. Ya no hay nada entre nosotros.

—Estas enfadado—observa Aurora—Y los amantes se hacen daño cuando están enfadados. Pero sé que soy la única para ti. Y sé que con el tiempo me agradecerás que haya matado a tu amiguita.

—¿Y tú presumes de conocerme?—cuestiona incrédulo—Que te quede claro, acabaré contigo por lo que le has hecho a Arielle. Pero primero te haré sufrir de formas que ni tu mal criada mente sería capaz de imaginar—asegura, sujetándola de los hombros para volver a empujarla contra la pared—Y cuando termine... todos tus dulces recuerdos habrán quedado obsoletos. Solo asociaras mi nombre con el dolor y el miedo. Tal vez entonces entiendas que ¡Tú! No eres nada para mi.

Aprovechando el dolor de Aurora y su distracción, Klaus la sujeta de la cabeza y entra en su mente para buscar la información que necesita para encontrar a Rebekah.

—Te has metido en mi mente—se queja Aurora una vez Klaus da un paso atrás, soltándola—

—Ya tengo lo único que necesitaba de ti. Así que... ¿Qué me impide matarte ahora?

—Pero yo te quiero—solloza, mirándole con tristeza—Y sé que tú me quieres.

Klaus da un paso hacia ella, listo para matarla, pero los gritos de Arielle le hacen darse la vuelta e ir en su ayuda.


Una vez Cami pudo ponerse en pie, unos vampiros trajeados comenzaron a entrar en la iglesia.

—Genial—suspira Arielle con frustración—Strix.

A pesar de la debilidad en su cuerpo por toda la verbena en su sangre, Arielle estaba dispuesta a pelear para salvar su vida y la de Camille. Pero antes de poder hacer nada, alguien muy conocido para ella se coloca a su lado. Confusa, Arielle se voltea hacia él, encontrándose con la mirada azulada de su hermano mayor.

—¿Damon?

—Tranquila, Lizzie, estas a salvo—sonríe el ojiazul—

—¡Agachaos!—exclama Alaric a sus espaldas antes de disparar una estaca—

Stefan y Enzo entran tras él, listos para pelear.

—Son más viejos que nosotros—se queja Stefan el caer al suelo junto a su hermana—

—Ya, bueno, que se le va a hacer—suspira Enzo, atacando a uno de los vampiros con un trozo de madera de la silla que Aurora había roto—

Arielle le observa durante un segundo antes de agacharse para agarrar otro trozo de madera y clavárselo en el pecho al vampiro que ahora se acercaba apara intentar atacar a Stefan.

—¡Apartaos!—exclama Alaric de nuevo, apuntando a los vampiros con su pistola de dardos de verbena—

Damon y Enzo le hacen caso, haciéndose a un lado lara dejarle disparar.  Pero entonces uno de los Strix aparece tras Alaric, dispuesto a matarle. Usando la poca fuerza en su cuerpo, Arielle estira su mano para sacarle el corazón con un rápido hechizo. Este acto la deja tan exhausta que su cuerpo cae de rodillas al suelo. Asustada, Camille agarra otro de los trozos de madera de la silla rota y se coloca a su lado para defenderla.

—¡Quietos!—exclama entonces otro de los vampiros, llamando así su atención —O le mato.

Volteando su cabeza lentamente, Arielle observa entonces como el vampiro amenazaba la vida de Enzo al colocarle una estaca justo delante de su corazón.

—Baja el arma, Ric—ordena Stefan al ver esto—

Aunque dudoso, Alaric deduce hacerle caos. Molesto, Damon se lanza contra otro vampiro, pero este es más rápido y le sujeta con fuerza, metiendo su mano en su pecho mientras otro empuja a Stefan y le amenaza con otra estaca.

—Muy bien, ya me he cansado—se queja Arielle, poniéndose en pie con la ayuda de Camille y elevando sus manos—

Los Strix la observan con confusión, pero antes de que Arielle pueda usar su magia, los vampiros caen al suelo sin vida. Confusos, todos dirigen sus miradas hacia el culpable. Klaus les había atracando el corazón, salvando así sus vidas.

—Nik—suspira Arielle con alivio—

Soltando los corazones de sus manos, Klaus corre a ella, envolviéndola en un abrazo lleno de amor y alivio. Arielle enreda sus brazos en su cuello y se relaja al sentir su olor, mientras que Klaus cierra sus ojos y hunde su cabeza en el cabello de la chica, bajo la atenta mirada de lo hermanos Salvatore, Camille Enzo y Alaric.

—Ya estás a salvo, mi amor—susurra Klaus en su oído—Estás a salvo.

Asintiendo entre lágrimas, Arielle comienza a sentir como su visión se vuelve borrosa y su cuerpo pierde estabilidad lentamente. Sus brazos pierden la fuerza, lo cual Klaus nota casi al instante. Apretando su cuerpo contra el suyo. el hibrido la agarra en sus brazos justo en el instante en el que los ojos de Arielle se cierran al perder el conocimiento.


Arielle hacia inconsciente sobre su cama mientras Damon se encontraba sentado a su lado con una copa de bourbon entre sus sus manos.

—Se lo he explicado todo a Klaus—suspira Alaric al entrar en la habitación—Lo de los bebés.

—¿Y se lo ha tomado bien?—Damon levanta su mirada hacia él con interés—

—"Bien" no sería la palabra adecuada—admite Ric en un suspiro—Al menos no me ha matado.

—Eso es un avance—admite Stefan—

Un pequeño quejido de dolor abandona los labios de Arielle mientras sus ojos comienzan a abrirse con lentitud.

—Hola, bella durmiente—sonríe Damon al verla—¿Cómo estas?

—Echa polvo—murmura, posando su mirada en él—¿Qué hacéis aquí?

—Olivia nos avisó. Vinimos ayudar—explica Stefan—O, bueno, a intentarlo.

—Si, al final nos habéis salvado Klaus y tú a nosotros—admite Enzo con una pequeña sonrisa—

Arielle le devuelve la sonrisa débilmente antes de posar su mirada en Alaric.

—Klaus ya lo sabe—le informa él entonces—Lo de los bebés. Se lo he explicado todo. Puedes estar tranquila, obligo a una doctora a que te hiciera una ecografía mientras estabas inconsciente. Están bien.

Aliviada, Arielle asiente levemente mientras lleva una mano a su vientre. Klaus entra entonces en la habitación, atrayendo su atención.

—Os dejaremos solos—suspira Stefan, poniéndose en pie—

—Iremos a ver a Hope—propone Damon, dedicándole una sonrisa a su hermana—

—Gracias—susurra Arielle, observándoles salir de la habitación para dejarla a solas con Klaus—

Bajando la mirada, Klaus se acerca a la cama, sentándose a su lado.

—¿Necesitas algo?—cuestiona, agarrando su mano con delicadeza—

Arielle niega en silencio,

—Estoy bien—asegura, apretando el agarrar en su mano—Me duele la cabeza, pero dadas las circunstancias...

—Me gustaría que te quedaras aquí conmigo, para protegerte—habla Klaus entonces—Tus hermanos me han dicho que tenéis problemas familiares en Mystic Falls, pero...

—Mi madre, si—suspira Arielle, interrumpiéndole—No es algo que me entusiasme hacer, pero debería ayudarles.

Klaus asiente en silencio, bajando su mirada hacia sus manos unidas.

—Quiero que sepas que lo que ha pasado hoy...

—Oye—Arielle le interrumpe, acariciando su mejilla—Olvídalo. No es culpa tuya. Además, confío en ti.

—Yo no la quiero—asegura, conectando sus miradas—No siento nada por ella.

—Lo sé—le sonríe con cariño—Oye, quería preguntarte... Justo antes de que aparecieras, ¿escúchate la conversación entre nosotras?

—¿Lo de los bebés? Si. Alaric me lo ha explicado todo.

—No, no es eso. Me refería a lo de... lo de que te amo.

—¿Más que a Valerie, William, e incluso Carina? Si lo oí—asiente levemente—Yo también te amo más que a cualquier persona a la que haya querido a lo largo de mi larga vida. Eres el amor de mi vida, Arielle Salvatore.

—Entonces... ¿Tu pregunta sigue en pie?—inquiere con una pequeña sonrisa—

Klaus frunce el ceño con confusión.

—¿Aún quieres casarte conmigo?—cuestiona Arielle—A pesar de que tenga los bebés de otro tío dentro de mi por culpa del aquelarre de mi familia. A pesar de que tu exnovia psicópata haya vuelto. A pesar de....

Los labios de Klaus uniéndose a los suyos interrumpen sus palabras. El gesto la toma poe sorpresas, pero rápidamente Arielle no duda en correspondérselo.

—Quiero la eternidad contigo—asegura Klaus, uniendo sus frentes una vez separan sus labios—Te amo, Arielle Salvatore.



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