XIV. Get Out Of Me


CAPÍTULO CATORCE
SAL DE MI

"Don't ask questions you don't wanna know. Learned my lesson way too long ago. To be talking to you, belladonna. Shoulda taken a break, not an oxford comma. Take what I want when I wanna, and I want ya"


Al recibir la noticia de que Davina había llegado, Kol bajo directo a la puerta principal del complejo, siendo acompañado por Arielle. Allí les esperaba la joven bruja, quien estiraba su mano, dispuesta a tocar la barrera que les encerraba.

—¡Cuidado! ¡Cuidado!—exclama Kol al ver sus intenciones—Es fuerte.

Davina baja su mano rápidamente, dirigiendo su mirada hacia él.

—Chica guapa al rescate, ¿eh?—comenta con diversión, sacándole una sonrisa a la joven bruja—

—Bueno, tortolitos—habla Arielle, interrumpiéndoles—¿Listos?

Ambos asienten, colocando sus manos en paralelo desde los distintos extremos de la barrera. Mientras comienzan a recitar un hechizo, los lobos y vampiros reunidos en el patio dirigen su atención a ellos. Esperanzados por que pudieran sacarles de allí. Sin embargo, pocos segundos después, Kol y Davina se separaron de la barrera de manera brusca.

—¿Qué acaba de pasar?—Davina le mira, confusa—

—Supongo que volvemos a ser libres—comenta Klaus, colocándose junto a Arielle—

—No—niega Kol—El hechizo nos expulsa.

—Vincent debe de estar canalizando algo—asume Davina, refiriéndose a Finn—Un objeto oscuro tal vez.

—Un objeto oscuro, ¿cómo cual?—inquiere Arielle, confusa—

—No lo sé. Pero es poderoso—asegura Kol, posando sus mirada en ella—


—"Tres países europeos que empiecen por A"—Olivia lee en voz alta otra de las tarjetas del Trivial—

—Albania, Austria y Andorra—responde Elijah sin ningún esfuerzo—

Soltando un suspiro de frustración, Olivia lanza la tarjeta por el aire. Esta pasa volando por delante de Camille, quien les observa divertida.

—Vale, "¿Quién fue único presidente de los Estados Unidos con un doctorado?"—inquiere la bruja, mirando otra tarjeta—

—El tedioso Woodrow Wilson—responde el vampiro, sirviéndose una copa—

Formando una mueca, Olivia lanza más tarjetas mientras Camille lleva a Hope a la cocina para darle algo de comer.

—"¿Quien montó a Secretariat en la Triple Corona de 1973...?"

—Ron Turcotte—la interrumpe Elijah—

—¡No! ¡Me niego a aceptar que sabias eso por casualidad!—exclama, golpeando la mesa sin querer, lo que hace que a Elijah se le manche la camisa con el líquido de su copa—Oh, lo siento. Lo siento. Toma.

Le entrega una servilleta con rapidez. Elijah la observa con una pequeña sonrisa divertida, a pesar de la extraña sensación que estaba sintiendo al ver su camisa manchada.

—Vale "¿Quién fue...?"—se dispone a leerle otra pregunta, pero entonces se da cuenta de la fuerza y determinación con la que Elijah se limpiaba la camisa—¿Elijah? ¿Estás bien? Oye, Elijah...

Se dispone a tocarle el brazo, pero él sujeta su muñeca con fuerza antes de que pueda hacerlo. Ante ese gesto, Olivia le mira a los ojos, asustada. Entonces Elijah se da cuenta de su acción.

—Estoy bien—asegura, soltándole la muñeca con delicadeza—No soy tan frágil como dice mi hermano.

Ambos se mantienen la mirada durante unos segundos, hasta que el sonido del teléfono hace que Elijah se ponga en pie para responder.

—Rebekah, ¿dónde demonios estás?—exige saber. Olivia frunce el ceño al ver su expresión cambiar—Entiendo. No. He debido equivocarme al marcar. Discúlpeme.

Termina la llamada, compartiendo una mirada confusa y preocupada con Olivia. Sin pensarlo más tiempo, Elijah marca el teléfono de su hermano, listo para contarle lo ocurrido.

—¿Qué quieres decir con que no está?—inquiere Klaus, tras oír su explicación—

—Acaba de llamarme Angelica Barker, quien sigue siendo ella misma.

—Quédate donde estas—le ordena—Yo me ocupo.

Sin esperar una respuesta por parte de Elijah, Klaus cuelga el teléfono, guardándolo de nuevo en uno de los bolsillos de sus pantalones.

—¿Va todo bien?—Kol aparece a su lado, mirándole con interés—

—Irá bien. Siempre que hayas encontrado una solución para nuestro pequeño dilema—declara Klaus, dandose la vuelta para mírale—

—Puede que la tenga—admite—Pero sé que no te gustará.

—¿Acaso tenemos opción?

—Necesitamos ciertas cosas del aula—le informa—O sea que tenemos que alejar a Finn. Y solo hay una cosa que le distraerá el tiempo suficiente.

—¿Y qué es?—inquiere, a pesar de saber ya su respuesta—

—Que le reveles dónde encontrar a madre.


Cuando un dolor de cabeza y una extraña hambre empiezan a invadir a Arielle, las venas bajos sus ojos comienzan a hacerse visibles y su oído no puede evitar fijarse en las pulsaciones de todos los presentes en el complejo. Con su respiración acelerada y su vista nublada, la chica Salvatore busca con la mirada a Klaus o alguno de sus amigos.

No tardó en notar la mirada preocupada de Jackson, Ander y Aiden posándose en ella. Los tres se acercaban a ella, pero antes de pudieran hacerlo, Arielle se adentró en la bodega, donde Josh y Marcel se encontraban.

—Solo puedo pensar en sangre—explicaba Josh con nerviosismo—Es como cuando me convertí, pero 100 veces peor.

—Yo también lo siento—el sonido débil de su voz atrae rápidamente la atención de Marcel—

—¿Estas bien?—inquiere, acercándose a ella—

—Creo que es culpa de Finn—le informa, cerrando sus ojos con fuerza para intentar controlar su hambre—

—Tus vampiros se han creído que es la hora de comer—Klaus se adentra en la sala, lleno de molestia. Pero al posar su mirada en Arielle, su rostro cambia por completo. Se acerca a ella con rapidez, sujetándola de las mejillas para mirarla a los ojos—¿Qué ocurre aquí?

—No son los únicos que están hambrientos—señala Marcel—Somos todos.

—Si. Es un hambre voraz—admite Josh, luchando también con su hambre—Y hay un bufé libre de lobos detrás de esas puertas.

Klaus sigue su mirada hacia la puerta. Entonces Arielle se queja de dolor, atrayendo de nuevo su atención hacia ella.

—Hey, hey. Amor, ¿qué pasa?—cuestiona, preocupado—

—Creo... creo que Finn... Finn se está ensañando conmigo—admite, mirándole a los ojos—

—Juro que voy a matarle—declara, apretando su mandíbula con ira—Quedaos aquí, no os comáis a nadie. Vuelvo ahora.

Se separa de ella, abandonando la bodega.


Aunque dudosa, Olivia decide adentrarse en el comedor, lugar donde se encontraba Elijah. Él le daba la espalda, su mirada fija en la ventana, desde donde podía admirar jardín de la casa.

—Elijah—le llama, acercándose a él—¿Estás bien? Sé que estás preocupado por Rebekah.

Al ver que no se mueve, Olivia duda un segundo, pero se dispone a tocarle el hombro. Sin embargo él se da la vuelta con brusquedad. Mirándola con sus ojos de vampiro, rojos y con las venas marcadas.

—Elijah. No quiero hacerte daño con mis poderes—declara, caminando lentamente hacia atrás—Debes controlarte... Elijah.

Como si no la escuchara, Elijah continúa acercándose peligrosamente a ella. Olivia continua alejándose de él hasta que su espada choca contra la mesa. Cerrando sus ojos y tomando una bocanada de aire, se prepara para usar su magia.

—Por favor—insiste—

Entonces, como si hubiese apretando un botón en la cabeza del original, Elijah parece volver a la realidad. Sus ojos vuelven a su estado natural y observan a la chica frente a él, cuyo rostro mostraba miedo. La observa detenidamente, llevando una de sus manos hacia su mejilla, acariciandola levemente. Ante ese gesto, Olivia abre sus ojos con confusión.

—Elijah—murmura, conectando sus miradas—

—Lo siento mucho—declara con suavidad antes de desaparecer del comedor, dejándola así completamente sola—


—La cosa se está poniendo fea—anuncia Marcel, observando el patio a través del cristal de la puerta de la bodega—Hay que acabar con esto.

—El vínculo de Vincent es demasiado fuerte. Pero Arielle me dio una idea sobre un hechizo que Davina y yo podemos hacer—declara Kol, atrayendo su atención—Se trata de uno de destrucción. Neutralizaría temporalmente todos los objetos mágicos, incluyendo el propio complejo. Si funciona, nos daría 60 segundos para salir, mientras el vínculo está anulado.

—Vale. Vale. A mi me parece bien.

—Si el hechizo funciona, anulará todos los objetos mágicos. Incluidos vuestros anillos—señala Klaus, acariciando el brazo de Arielle para intentar tranquilizarla—

—Agh. A pleno sol sin los anillos, estamos muertos.

—Habrá que esperar a que anochezca.

Marcel suspira frustrado, volviendo su mirada hacia el patio.

—Son novatos. Les vencerá el hambre—declara entonces, volviendo su mirada hacia él—No podemos esperar a que anochezca. Esto se convertirá en un baño de sangre mucho antes.

—No hables de sangre—se queja Arielle, cerrando sus ojos con fuerza—

—Lo siento, Elle—se disculpa rápidamente—Pero es la verdad. Yo puedo controlarme, tengo experiencia. Pero ellos no. Y Arielle...

—Puedo... puedo controlarme...

—No, no puedes—asegura Kol, posando su mirada en ella—Finn está siendo más duro contigo.

—Es por mi—se queja Klaus, apretando su mandíbula con frustración—Intenta vengarse de mi y lo hace a través de ti, amor.

—Eso o intenta vengarse de que mis hermanos y amigos le mataran—señala, intentando regular su respiración—

—Estoy seguro de que es por lo que dice Klaus—declara Kol—Yo les tengo rencor a los Gilbert y a tus hermanos por matarme, pero nunca he pensado en usarte a ti como venganza.

—Ya, bueno. Finn no eres tú, Kol.


Mientras Davina y Kol preparaban el hechizo, la tensión entre los lobos y los vampiros aumentaba a causa del hambre que estos últimos sentían. Tanto era así, que cuatro de ellos comenzaron a pelearse. Y Aiden salió herido al intentar separarles.

Al ver la sangre en su brazo, tres vampiros se lanzaron contra él, por lo que sin dudarlo, y a pesar del hambre, Arielle, Josh y Marcel se encargaron de controlarles. Josh y Arielle le rompieron el cuello a dos de ellos mientras que Marcel sujetaba al tercero.

Entonces, las miradas de Josh y Arielle se posaron en la sangre de la herida de Aiden, haciendo que sus caras se trasformaran y sus colmillos salieran a la luz. Fue en ese momento, cuando se disponían atacarle por la necesidad de sangre, que Klaus se colocó delante de ellos para impedírselo.

—Apartaros de él ahora mismo—les ordena—

—¡Davina!—exclama Marcel, llamando su atención—Empieza el hechizo.

La joven bruja asiente rápidamente, terminado de preparar el hechizo junto a Kol. Mientras tanto, Marcel ordena a sus vampiros que se resguarden del sol, dejando que los lobos se preparen para salir.

—Arielle—susurra Klaus en su oído—Debes ponerte a salvo.

Ella asiente, mirándole con duda. Hayley aparece entonces a su lado, sujetándola de los hombros para acompañarla y alejarla del sol. Kol y Davina se ponen en pie, comenzando a pronunciar el hechizo.

Tras varios segundos, una ráfaga de aire les agita. Davina estira su mano, lista para confirmar que la barrera había caído.

—¡Davina!—exclama Kol, preocupado porque se dañará, pero entonces sus manos se encuentran, entrelazándose—

Davina sonríe victoriosa.

—Vale—suspira Hayley, dejando a Arielle junto a Marcel—¡Jack, ahora!

Los lobos asienten y comienzan a salir del complejo con rapidez.

—¡Recordad, 60 segundos!—exclama Kol—

Hayley les sigue mientras Aiden le dedica una última mirada a Josh. Entonces, Klaus usa su velocidad vampirica y sujeta a Kol del hombro para empujarle dentro del complejo.

—Cambio de planes, hermano—declara con enfadado, cruzando la línea para salir del complejo—Tengo que tratarte como el traidor mentiroso que eres en realidad.

—¿Qué demonios dices?—cuestiona, confuso—

—¿Dónde está?

Kol se pone en pie, mirando a los vamprios escondidos en las sombras.

—Por favor. Lo van a matar—murmura Davina, preocupada—

—Que lo hubiera pensado antes de traicionar a su hermana—le responde Klaus sin molestarse en mirarla—Rebekah nunca llegó a su nuevo cuerpo, ¿verdad? Y viendo cómo has hecho el hechizo y, bueno, conociéndote un poco, creo que los cabos se atan solos.

—Rebekah está bien, Nik—asegura Kol, caminando hacia él—Era una broma. Nada que no me hayáis hecho vosotros a mi. ¡Pero, claro, es diferente cuando se trata de una de...!

Sus palabras se ven interrumpidas cuando su cuerpo choca contra la barrera del complejo.

—La barrera ha vuelto—sonríe Klaus, viendo a los vampiros saliendo de las sombras—Y esos vampiros parecen muertos de hambre. Estaba dispuesto a abrirte de nuevo mi hogar, pero tú has tenido que volver a tus celos mezquinos y egoístas. ¡Pues a ver cómo te ayudan a sobrevivir encerrado aquí!

Le dirige una última mirada a Arielle y se da la vuelta para abandonar el lugar.

Kol camina lentamente hacia atrás, golpeándose contra Marcel en el proceso. Éste le empuja lejos de él. Pero la mirada asustada de Davina hace que tanto él como Arielle decidan ayudarle.

—Arielle. Marcel—suplica la joven entre lágrimas—

Arielle suspira con frustración, acercándose a Kol.

—Más te vale desparecer de su vista—le aconseja, mirándole a los ojos y controlando su hambre—Vete.

Asintiendo de forma dudosa, Kol sube las escaleras hacia el piso superior del complejo.

—Marcel—Arielle se acerca al vampiro—Mantén a los vampiros aquí abajo.

—¿Vas a subir?—cuestiona, confuso. Ella asiente—Si quieres mantener a Kol a salvo no deberías subir. Tú eres la que peor está. No podrás controlarte.

—Si, si podré—le asegura—Tú hazme caso, ¿vale?

Tras asentir dudoso, Marcel la observa subir al piso superior, justo detrás de Kol.

—Ven aquí—le ordena la rubia, sujetando su brazo y tirando de él hacia una habitación—

—¿Qué haces?—Kol la observa con infusión al verla cerrar la puerta—¿Vas a matarme y quieres toda mi sangre para ti sola?

—¿Sabes? No me importaría—admite, colocando varios muebles delante de las puertas—Pero en realidad quiero mantenerte a salvo. Sé que aunque Klaus te haya castigado por lo de Rebekah en realidad no te quiero muerto. Y luego está Davina. Y yo... Supongo que creo que te debo una después de lo que te hicieron Jeremy y Elena Gilbert.

—Pero, ¿podrás controlarte?

—Aguantare. Soy buena controlando mi hambre. Ya pasé por esto antes. Aunque amaba a la persona con la que estaba. Y a ti... apenas te soporto.

Kol no puede evitar sonreír levemente.

—¿Es tú habitación?—cuestiona entonces, cambiando de tema y observando la habitación—

—Y la de Nik—añade, cerrando la puerta de la habitación de Hope—Bien. Será un día largo.


—Necesito que confíes en mi—insiste Klaus a través del teléfono—Conseguiré encontrar a Rebekah.

—Hermano, ¿me estás pidiendo que no haga nada?—cuestiona Elijah con incredulidad—

—Elijah, ahora mismo, lo más importante es que estes ahí protegiendo a Hope.

—Como quieras—suspira—Me quedaré aquí con Camille y Olivia.

Los pasos de una de ellas le obligan a darse la vuelta.

—Después te llamo—declara, colgando el teléfono—

—No pretendía espiar—se disculpa Olivia con rapidez al verle acercarse a ella—Pensaba que te habías ido.

—Te debo una disculpa—declara, observándola detenidamente—Mi hermana a desaparecido. Mi familia está en peligro. Y no puedo... no puedo hacer nada por ellos. No es una situación a la que éste acostumbrado.

—Proteger a Hope me parece hacer mucho—señala ella en respuesta—

—Tienes razón. Quizá no sepa lidiar con esto tan bien como cabría esperar. Perdóname.

—Podría haberte parado—asegura con firmeza—

—Lo sé.

—Aún puedo. Y te haría mucho daño con mi magia.

—Lo sé.

Olivia asiente, soltando un pequeño suspiro.

—Camille está aquí para ser protegida, pero también para que hables con ella si lo necesitas—señala—Yo... no soy quien para decirte nada. Puedes hablarlo conmigo, pero es ella la que tal vez pueda ayudarte.

—Gracias, Liv—murmura—

Tras un pequeño asentimiento, Olivia vuelve a adentrarse en la casa, dejándole a solas en el porche.



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